Crítica de teatro “Cómo convertirse en piedra”: Pura poesía visual

 

Por Galia Bogolasky

Manuela Infante lo hace otra vez. A través de la obra Cómo convertirse en piedra que se acaba de estrenar en Matucana 100, la directora y dramaturga nos vuelve a deslumbrar, cautivar e impresionar con su trabajo meticuloso, preciso y realmente hermoso.

La directora chilena hizo una investigación en una residencia en el Festival Kyoto Experiment en Japón, que la llevó a montar esta obra, que aborda un tema pocas veces visto en el teatro chileno, que tiene que ver con los seres no vivos, como lo son las piedras, fósiles, y cuevas, que son elementos que no respiran, que no nacen, sino que se forman.

La obra plantea el concepto de “Memoria erosionada” con la que trabaja durante el transcurso del relato, que tiene que ver con la abstracción de lo que sucede entre los cuerpos vivos y las partes que quedan al morir, como los huesos, los dientes y la estructura ósea en general.

A través de una puesta en escena visualmente perfecta, que juega con el enorme espacio de la sala principal de Matucana 100, con una escenografía que, a través del trabajo de los mismos actores, se mueve, cambia, toma formas, de piedras, de rocas, todo en tonos tierra, y en la gama de los grises. Además, cuenta con piedras hechas de tela con semillas, que generan el efecto de la solidez y el peso, desde sus diferentes usos y movimientos en el escenario.

Junto a los tres actores; Aliocha de la Sotta, Marcela Salinas y Rodrigo Pérez, se encuentran cuerpos construidos de tela que representan personas muertas en el desierto, cuerpos olvidados, cuerpos que tienen un pasado, una historia, cuerpos que ya no están, pero que dejan algo, sus huesos, sus órganos, su “memoria erosionada”

La directora vuelve a utilizar el trabajo sonoro que incorporó en su obra anterior Estado Vegetal, generando un efecto en las frases que van relatando los personajes, junto con un rebote y repeticiones tipo “loopeo”, que funcionan como discurso coreografiado de manera impecable, que más que relatar algo puntual, dejan un mensaje, a través de una poética sonora y performática que ha caracterizado el trabajo de Infante.

Cómo convertirse en piedra es una obra que critica el antropocentrismo, y pone en relieve todo aquello que cobra vida sin tenerla, sino que muta, se forma, cambia, pero nunca nace ni muere. La obra incorpora temáticas que tienen que ver con la tierra, la geología, sin querer entrar en la temática del cambio climático, ni de la sustentabilidad y ecología. Lo que la dramaturga plantea es una exploración a un mundo que muchas veces ignoramos, pero que está ahí, nos rodea, y queda. Ella trata de despegarse de lo que tiene que ver con lo “humano”, lo “vivo” y se queda con lo que no vive y permanece, lo que cobra un sentido especial en momentos cuando la vida ya no se siente como algo “asegurado” en tiempos de pandemia.

Cómo convertirse en piedra también incorpora diversas temáticas, que tienen que ver con conceptos políticos y económicos, como el crecimiento, y el desarrollo, donde los seres vivos “invaden” estos espacios naturales y los destruyen, y al mismo tiempo, no sabemos convivir con estos elementos que nos rodean y existen.

La directora incorpora en su puesta en escena proyecciones con frases tan poéticas como lógicas, que nos hacen pensar, profundizar y reflexionar en torno a la vida y la no vida, lo que tiene un fin y lo que muta, lo que tiene un principio y lo que nunca tiene un comienzo. Además, incorpora danza, movimiento, música, sonidos y arte, constantemente, lo que la convierte en una obra que más allá de un relato tradicional, es una experiencia.

La obra plantea el concepto de la erosión, que es lo que desarrolla a través de piezas simbólicas, con materiales, vestuarios y sonidos, que ayudan a enfatizar el concepto de lo que se forma, de lo que muta y se mueve. Lo que permanece intacto, lo que permanece más allá de la vida misma.

Manuela Infante se ha destacado por siempre ir un paso más allá, adelantarse a temáticas y propuestas teatrales innovadoras, y que no dejan a nadie indiferente. Lo hizo también en sus trabajos anteriores: Cristo, Prat, Zoo, Multicancha, Realismo, Xuarez y en Estado Vegetal.

Cómo convertirse en piedra es una obra que me recuerda la película Nostalgia de la Luz de Patricio Guzmán, donde se aborda el tema de los detenidos desaparecidos a través de las estrellas y la galaxia. En este caso, también podemos ver qué pasa con los cuerpos olvidados, las muertes de los desaparecidos, conectado con lo que queda de esos cuerpos, y lo que no muere, lo que permanece.

Infante nos hace reflexionar sobre varios temas, a partir de algo tan árido como lo puede ser una roca, una piedra, un hueso, un ser sin vida. La obra es de una belleza excepcional, y a pesar de que navega por diversos espacios, nos hace llegar a una gran conclusión; es pura poesía visual.

FICHA ARTÍSTICA

Dirección y Dramaturgia: Manuela Infante

Elenco: Marcela Salinas, Aliocha de la Sotta, Rodrigo Pérez

Diseño Integral: Rocío Hernández

Jefe Técnico y visuales: Pablo Mois

Producción: Carmina Infante

Diseño Sonoro: Manuela Infante

Diseño audiovisual y programación Sonora-lumínica Alex Waghorn

Coreografía: Diana Carvajal

Colaboraciones Musicales: Valentina Villarroel y Marcos Meza

Con música de Eliane Radigue, Pauline Oliveros, Kali Malone, Senyawa y Beverly Glenn-Copeland

Técnico de Sonido: Diego Betancourt

Diseño Técnico de Sonido: Gonzalo Rodríguez

Investigación teórica y Dramaturgismo: Camila Valladares

Realización escenografía: Amorescénico

Realización utilería: Gabriel Seisdedos – Taller Madrid

Realización vestuario: Daniela Espinoza

Co-producido por Centro Cultural Matucana 100, Fundación Teatro a Mil, NAVE y Parque Cultural de Valparaíso.

Este proyecto fue financiado en parte por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio de Chile a través de FONDART 2020.

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