Por Romina Burbano Pabst
Bajo el piso firme del teatro, aún corren sus aguas.
Trae río abajo desteñidos por el tiempo: objetos, memorias, nombres y cuerpos.
Entre su caudal y yo existe un puente.
Entre su caudal y yo existe un puente.
Está habitado por oídos, por voces y lenguas antiguas.
Sueños que no paran de hablar.
Ahí, justo en Teatro del Puente, sucede Fillke Pewma (Sueños) una experiencia escénica que más que representarse, se transita. Una obra que no se instala en el escenario tradicional, sino que se deja encaminar por el Río Mapocho, por los sueños y la memoria del territorio.
Creada por el Colectivo Epew, en coproducción con la Universidad de Sheffield y dirigida por Roberto Cayuqueo Martínez, la obra nos sitúa en el año 2092, después de cuarenta días de lluvia ininterrumpida en ese mismo lugar donde se encuentra Teatro del Puente. En este futuro anegado, donde nosotros no somos simples espectadores: caminamos, nos trasladamos, nos volvemos parte de un recorrido que despierta la memoria del Mapocho – desde su cauce ancestral hasta un porvenir tejido de visiones, señales y sueños.
La pieza emerge de un proceso de creación colectiva gestado en la residencia artística El Río, donde jóvenes artistas de la diáspora mapuche urbana en Santiago se reunieron a imaginar y construir desde el cruce entre cuerpo, territorio y memoria. A partir de este encuentro, se propusieron desbordar las formas establecidas de habitar la ciudad, cuestionando la rigidez de su materialidad colonial y abriendo cauces para nuevas formas de imaginar lo urbano.
Existen dos fuerzas fundamentales que guían la creación: el Río Mapocho como cuerpo que atraviesa, está vivo; y el pewma – el sueño- como lenguaje ancestral y herramienta de transformación. Ambas fuerzas se encarnan de manera notable en los personajes principales, interpretados por Luis Dubó y Rallen Montenegro, cargando el escenario de intensidad y realismo. Más allá de proyectar una distopía, la obra activa la memoria viva del lugar: la de un río que recuerda, que sueña, que resiste tanto dentro como alrededor nuestro.
La potencia de Fillke Pewma radica precisamente en ser site-specific: no podría suceder en otro sitio que no sea el Teatro del Puente. Aquí, el espacio donde se desarrolla la obra no es solo un fondo, sino un cuerpo vivo que habla, sostiene y se transforma. El teatro no está en el escenario, está en el andar, en el paisaje, en el cruce de lenguas, en un edificio, en el cruce entre lo urbano y lo ancestral, en un puente.
El teatro site-specific surge como una reacción contra el teatro tradicional y sus espacios convencionales, buscando una conexión más profunda con el entorno. Se desarrolló a finales de l970 y principios de 1980, en un contexto de experimentación artística y profunda crítica al modernismo. Grupos como Brith Gof fueron pioneros en la exploración de este tipo de teatro, creando una experiencia escénica contemporánea que integra distintos espacios en la dramaturgia. Así también, en Chile se han hecho este tipo de experiencias de audio recorrido y performance urbana como Públicos al Centro dirigida por Paula Aros Gho.
Este tipo de propuesta busca relevar y revivir el valor cultural y patrimonial de Santiago a través de testimonios e historias que cruzan esas fronteras geográficas, temporales, mentales; ofreciendo no solo un recorrido sonoro y visual bastante interesante, sino que también invita a una reflexión sobre cómo las personas conectan con los espacios y cómo sus historias personales se entrelazan con la historia del territorio.
Fillke Pewma se adentra por completo en esta línea, en rescatar la memoria. El sueño deja de ser una metáfora y se convierte en una forma de conocimiento y reflexión. Así como el río corre por debajo del teatro, los pewma fluyen por debajo de lo visible, conectando capas temporales, territoriales y espirituales. Son los sueños el lenguaje del recuerdo. Nos hablan del pasado y lo reconfiguran, lo reinterpretan, lo traen al presente para proyectarlo hacia lo que aún no existe, pero podría ser.
En esta obra, soñar es resistir al olvido, es imaginar alternativas, reflexionar en conjunto. Soñar es traer devuelta aquello que fue silenciado por la urbanización, por la historia “oficial”, por la colonización del paisaje. El teatro no se levanta sobre un escenario, sino que se suspende como un sueño colectivo que atraviesa los cuerpos, el paisaje y la ciudad. En ese cruce, lo ancestral no es pasado: es la corriente que insiste, que guía, que transforma.
En este sentido, la obra no solo propone una experiencia estética, sino una práctica de re-memoria: el acto de soñar juntos se vuelve una forma de cuidar, de sanar, de conocer y de volver a habitar el territorio desde otros sentidos. La memoria, como la energía, está presente aunque no tenga forma ni color. No se ve, pero vibra. Habita los cuerpos, se filtra por la piel, se ancla en los huesos, en el caminar, en el contacto con el otro. A veces se desprende como un eco que nos atraviesa. En este montaje la memoria se activa en el cuerpo que escucha, que recorre, que contempla y reflexiona. Es una memoria que no se archiva: se siente. Manifestándose en entre lo íntimo y lo colectivo, transita lo olvidado, volviendo el espacio cotidiano en performático.
El puente, más allá de sus consideraciones físicas es aquel umbral que une lo invisible con lo visible, se erige no solo como estructura sino también como símbolo de nuestro devenir. La obra nos invita a preguntarnos ¿qué es un puente? No como materia sino como espacio liminal, donde confluyen el pasado y el porvenir, donde las historias se encuentran. El puente se transforma, es conexión, es refugio, es distancia, es un gesto performático, un acto de resistencia que desafía la fragmentación del espacio urbano. Al transitarlo, somos invitados a reflexionar sobre nuestra relación con el territorio, a repensar la forma en que habitamos la ciudad y los relatos que la constituyen.
Fillke Pewma es una experiencia teatral que no ocurre dentro de un solo espacio, se desborda. Se despliega como un recorrido inmersivo por los bordes y escondites del Río Mapocho y sus alrededores. El Teatro del Puente es su espacio, donde las temporalidades se entrecruzan y la ciudad se vuelve permeable al sueño.
Al final del recorrido, no queda claro si despertamos de un sueño o si apenas estamos entrando en él. Bajo nuestros pies, el río sigue corriendo, arrastrando palabras y susurros. Sobre nosotros, el puente permanece suspendido en el tiempo, entre cuerpos. Tal vez eso sea Fillke Pewma: un llamado a escuchar lo que no siempre tiene voz, a observar lo que la ciudad ha comenzado a olvidar. Un gesto escénico que no solo representa, sino que transforma y conmueve. Y en ese cruce– entre sueño y teatro, agua y asfalto, puente y memoria – algo en nosotros también se mueve. Algo en nosotros también recuerda.
Ficha Técnica
Título: Fillke Pewma (Sueños)
País: Chile
Dirección: Roberto Cayuqueo Martínez
Asistencia de Dirección: Rayen Morales Cayupan
Investigación: Olivia Casagrande, Claudio Alvarado Lincopi, Roberto Cayuqueo Martínez
Elenco: Luis Dubó, Rallen Montenegro, Roberto Cayuqueo, Javiera Cayupan Díaz, Noelia Coñuenao Huina, José Pérez
Producción: Camila Velásquez Durán
Diseño Integral: Rayen Morales Cayupan
Diseño de Vestuario: Son de Pérez
Instalación: Katerina Quintulem y Eleonora Giannini
Diseño Digital: Eleonora Giannini y Alejandro Orellana Paredes
Diseño Sonoro: Dante Sena Miranda
Diseño de Ilustraciones: Millaray Garrido
COORDENADAS FILLKE PEWMA
14 al 22 de junio
jueves a domingo, 19 h
Gral. $7.000. Estudiantes y personas mayores $4.000.
*Sólo venta digital
Teatro del Puente
(Parque Forestal s/n°. Río Mapocho, entre Puente Pío Nono y Purísima; Stgo.)
https://ticketplus.cl/events/fillke-pewma-suenos