STGO A MIL Crítica de Teatro “Granma, Metales de Cuba”: Conectando profundamente con la historia cubana

Por Galia Bogolasky 

Granma, Metales de Cuba es una conmovedora obra dirigida por Stefan Kaegi y creada por el colectivo Rimini Protokoll que se presentó en el Teatro UC como parte de la programación del Festival Santiago a Mil.


Este montaje narra los hechos históricos acontecidos en la Revolución Cubana (1959), a través de estos 60 años, en la voz de los nietos de personas que estuvieron involucradas de alguna manera con este fascinante episodio de la historia latina. Todo esto a través del teatro documental, donde personajes reales (no actores), se interpretan a si mismos, y sus propias historias, a través de elementos reales, todo esto a partir de una importante investigación histórica y personal.

El elenco lo integran jóvenes cubanos, nietos de los personajes reales cuyas historias son relatadas por ellos mismos: Milagro Álvarez, Daniel Cruces-Pérez, Christian Paneque y Diana Sainz, todos cubanos.

Milagro, es la primera que sale en escena, y relata la historia de su abuela, una mujer fuerte, que se hizo cargo de su familia, que fue costurera, que trabajó con una máquina de coser, cuya réplica es la que aparece en escena, y tiene una presencia relevante al ir cosiendo el avance de los años. Milagro es estudiante de historia, por lo que tiene un especial interés por lo que pasó en su país, y contrapone su vocación con lo precario de la profesión en Cuba. Ella logra una solvente interpretación, logrando los momentos más emotivos del relato.

Daniel es nieto de Faustino Pérez, Ministro de Recuperación de los Bienes Malversados luego de la revolución. Él relata la historia de su abuelo, que trabajó a la par con Fidel Castro, que estuvo metido en la revolución activamente, pero al mismo tiempo nunca fue reconocido como uno de los líderes de la revolución.

Christian es un programador de software de 24 años que traza el camino de su abuelo hacia la guerra civil angoleña. Su abuelo era un militar muy activo por aquellos años, que estuvo en las trincheras y luchó fuertemente por el pueblo cubano.

Diana, de 31 años, es música, y su abuelo fue uno de los miembros fundadores de la Orquesta Maravillas de Florida. Ella le sigue los pasos y les enseña trombón a sus compañeros, marcando momentos muy emotivos en la obra.

A través de elementos cómo videos, fotos, vestuario, y proyecciones en pantalla de los soldados en miniatura, la obra recrea hitos en los que sus abuelos participaron.

El nombre Granma no sólo se refiere al concepto “abuela” en inglés, sino que además es el nombre de un barco en el que los que algunos escaparon, y también es el nombre de un diario de la época, en el que aparecen todas las noticias importantes sobre la revolución.

La obra logra mezclar recuerdos de los nietos, con hechos históricos, datos, información de prensa, con momentos que bien podrían estar ficcionados. Hay historias tan impresionantes que cuesta creer que ocurrieron de verdad. Además, los protagonistas hacen partícipe al público, compartiendo consignas que nos identifican a todos, relacionados con el estallido social que está ocurriendo en Chile, y logra llevar un elemento que era propio de su historia cubano, y de sus propios movimientos sociales, a nuestra actualidad, logrando momentos muy graciosos, que al mismo tiempo producen una gran identificación y conexión con la historia cubana.

Granma, metales de Cuba es una obra potente, que trata de recrear episodios históricos relevantes, a través de diversos elementos, logrando una historia profunda, y conmovedora. A pesar de que el relato se centra en estos cuatro abuelos, este caso es el mejor ejemplo para explicar el concepto que mientras más particular, más universal. Mientras más específicos son estos relatos, mientras más detalles tiene esta historia, más nos podemos sentir parte. A pesar de que la revolución cubana no es algo que para muchos chilenos se viva tan de cerca, este colectivo logra que el espectador se involucre y se emocione, y eso probablemente ocurre en cada país del mundo donde se han presentado. Realmente inolvidable.

 

Rimini Protokoll
Alemania / Cuba / Suiza.
Teatro UC, Ñuñoa.
Elenco: Milagro Álvarez Leliebre, Daniel Cruces-Pérez, Christian Paneque Moreda, Diana Sainz Mena | Concepto y dirección: Stefan Kaegi | Escenografía: Aljoscha Begrich | Video: Mikko Gaestel y Stefan Korsinsky (en gira)| Composición musical: Ari Benjamin Meyers | Diseño de sonido: Tito Toblerone, Aaron Ghantus | Dramaturgia: Aljoscha Begrich, Yohayna Hernández | Vestuario: Julia Casabona | Dirección técnica y diseño de luces: Sven Nichterlein, Martin Schwemin (en giras) | Dirección de producción: Maitén Arns | Colaboración en     video: Marta María Borrás | Colaboración dramatúrgica: Ricardo Sarmiento | Asistente de dirección: Noemie Berkowitz | Asistente de diseño de escenografía: Julia Casabona | Asistente de producción: Federico Schwindt, Dianelis Diéguez | Pasantía: Joana Falkenberg (escenografía), Ignacia González (dirección), Lenna Stam (vestuario) | Gestión de giras: Maitén Arns, Federico Schwindt (de gira) | Subtítulos: Meret Kündig | | Traducción: Franziska Muche, Anna Galt, Marta Vukovic, Adrien Leroux (Panthea) | Lecciones de trombón: Yoandry Argudin Ferrer, Diana Sainz Mena y Rob Gutowski | Investigación en Cuba: Residencia Documenta Sur, coordinada por el Laboratorio Escénico de Experimentación Social: Maité Hernández-Lorenzo, Karina Pino Gallardo, José Ramón Hernández, Ricardo Sarmiento Ramirez, Taimi Diéguez Mallo, Miriam E. González Abad |

Una producción de Rimini Protokoll y Maxim Gorki Theater Berlin en coproducción con Emilia Romagna Teatro Fondazione, Festival d’Avignon, Festival TransAmériques (Montréal), Kaserne Basel, LuganoInscena-Lac, Onassis Cultural Centre – Athens, Théatre Vidy-Lausanne, Zürcher Theaterspektakel.

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