Por Carla Oriely
Muy a menudo, cuando vemos una historia que trata de amor de pareja, generalmente la asociamos con que esta será representada por personas jóvenes, quizás porque estamos acostumbrados a que se nos presente la idea del amor romántico como algo propio de la edad en la que aún no hay mucha experiencia, pero ¿Qué pasa si esta proviene de parte de personas mayores? Esta es la interrogante que Historia de amor para un alma vieja pretende contestar, lográndolo con magnitud.
La obra, creada y dirigida por la última revelación de talentos en la dramaturgia, Felipe Zambrano, nos cuenta sobre Nora, René y Elizabeth, interpretados por la talentosa actriz Colomba Larraín y los prolíficos e históricos Eduardo Barril Villalobos y Luz Jiménez Ormeño respectivamente, quienes se verán entrelazados por la compresión y los entrañables sucesos.
René, un jubilado Capitán de Marina que vive en Valparaíso, espera un intrigante llamado telefónico a vista de su nieta Nora, quien lo visita desde el sur y le cuestiona su actuar. Sin embargo, al fin recibido el anhelado sonido y al no obtener respuesta del otro lado, René a regañadientes decide contarle lo sucedido a su nieta. Elizabeth, su gran amiga, ha dejado de llamarlo desde hace un tiempo porque él se lo pidió, ahora está arrepentido, pero no sabe cómo remediarlo.
Así, somos testigos de la relación que Nora tiene con su abuelo, y de cómo a este le cuesta lidiar con la espontaneidad de ella. Este fluir de interacciones sirve de contraposición de caracteres y está lleno de dinamismo, humor y ternura, a pesar de que se muestra el costo de haber vivido tanto tiempo dentro de unos parámetros militarizados. La institucionalización, ha carcomido en los sentimientos del anciano René, quien no puede ni siquiera pronunciar la palabra “perdón”. No olvidar que, cuando las personas se entrenan para el accionar bélico, estas presentan un estrés causado por las draconianas características que pueden ser ciertas normas, causando estragos en sus afectos, y en las demostraciones de estos hacia un otro.
Y este es justamente el problema que aqueja a René, al contrario de su espontánea nieta, no puede expresar sus verdaderos sentimientos, menos los que tienen que ver con la introspección y la empatía, incluyendo su amor por Elizabeth. Por otro lado, Nora, si percibe éstos y pone todo de sí para ayudarlo, a pesar de que él marque cierta distancia con ella. Distancia reflejada en el hecho de no permitir que ella incluso lo llame abuelo, sino “Capitán”.
Uno de los grandes dilemas que enfrentan las personas al llegar a una edad muy avanzada es la soledad. Un reciente estudio de la Pontificia Universidad Católica revela que cada vez más, en Chile, sobre todo, crecerá la población adulta mayor y la extensión de la edad octogenaria será más evidente. Las facilidades que la vida moderna ofrece han hecho mejorar la calidad de vida de las personas, como también la conciencia sobre el avance de edad, y las medicinas que permiten permear las enfermedades que antes eran graves. Ahora bien, esto conlleva también algunos contras, como la ya mencionada soledad, en varias ocasiones, creada por las mismas personas, o por enfermedades como la demencia o el Alzhéimer. En este caso, las propias intransigencias de René alejan a Nora y a Elizabeth, de forma hermética se encierran en un bucle de pensamientos negativos sobre lo que es capaz de hacer y lo que no con lo que siente.
Es para reflejar esta idea con más certeza que el dramaturgo utiliza un animal, una vieja tortuga llamada Tatiana que permanece escondida en su caparazón. Tatiana representa todo lo que ocurre alrededor. A lo largo de la historia la tortuga ha simbolizado la sabiduría, la longevidad y la perseverancia. En la cultura china es buen augurio de prosperidad, y en otras partes son conocidas por su naturaleza solitaria, tal como lo es René, y como sucede con Tatiana, el necesita salir de allí.
A medida que avanzan los puntos de giro, nos deleitamos con una cuidada actuación, reforzada por la simpleza de la escenografía que permite el destaque de otros elementos, imaginarios y propios de las artes escénicas, pero que cobran aún mayor relevancia al ser utilizados con gran pericia.
Apoyados solo en un piano de cola en la que el músico José Tomas Moscoso parte interpretando la Óp. 9 de Chopin, se da comienzo a la narrativa a cargo de la actriz Pascale Zelaya. Este es un rol importante, y se vuelve primordial porque cumple con la sostenibilidad de la disposición del formato, ayudándonos a entrar en un divertido juego de efectos que brindan la creencia de la historia y la hacen rica a pesar de su simpleza. La musicalización, que incluye algunos temas propios de Noria y René, es un punto fuerte para reforzar la simpatía y liviandad de la crónica, a pesar de que se toquen temas que de otra manera pueden resultar muy densos, como lo son las emociones.
La disposición del cómo se cuenta el relato hasta la final resulta sorpresivamente original, la integración de los mismos personajes y de cómo se da la idea de que este resulta ser un recuerdo es lo que le otorga el elemento enriquecedor a la puesta en escena, dando la sensación de los cuentos familiares que escuchábamos desde niños.
Destaca la participación precisa e impecable de Luz Jiménez, como siempre de excelencia, y la mágica conexión que Eduardo Barril puede tener con el público tan solo al pasar unos minutos, cátedra de su gran bagaje artístico. Admirable por demás, haciéndonos reflexionar de que, a pesar de los años, siempre hay algo por ofrecer, algo como un buen romance.
Totalmente recomendable para quienes buscan ablandar el corazón, comprendiendo un poco el mundo desde la perspectiva que brinda la cuarta edad, y el umbral de cambio que esta pueda experimentar, para bien o para mal.
Ficha técnica
Título: Historia de Amor para un Alma Vieja
Duración: 60 min
País de origen: Chile
Año de estreno: 2023
Producción: Almendra Ovalle y Federica Larraín
Diseño Integral: Tamara Figueroa
Sonido: Jorge Manzo
Dramaturgia y Dirección: Felipe Zambrano
Música: José Tomás Moscoso
Electo: Eduardo Barril, Luz Jiménez, Colomba Larraín y Pascale Zelaya
Compañía FA
Coordenadas
Funciones
Viernes 30 de agosto 20:30hrs.
Sábado 31 de agosto 19:00hrs.
Domingo 1 de septiembre 19:00hrs.
Viernes 6 de septiembre 19:00hrs.
Sábado 7 de septiembre 19:00hrs.
Domingo 8 de septiembre 19:00hrs.
Venta de entradas Ticketplus y página de Teatro
Teatro Finis Terrae
Av. Pocuro #1935 Providencia, Santiago, Región Metropolitana, Chile.