Por Ana Catalina Castillo
“No nos acostumbremos a estar lejos”, les dice Carlos (Héctor Noguera) a sus hijos Alejandra (Hitzka Nudelman) y Fabián (Ignacio Massa). Se lo dice también, de la manera en que interpela el género dramático, a los espectadores que en modalidad Zoom asistimos a la segunda obra virtual de la compañía Teatro Camino. Concebida como la continuación de lo que podría llegar a ser una trilogía, según se comentó en el conversatorio posterior, Hola, papá… ¿Qué pasa? aborda el acontecer de una familia separada por la distancia, pero también por otros factores que son los que se irán desvelando conforme avanza la historia.
Planteada como una reunión por videollamada entre un padre que vive en Chile y sus dos hijos que residen en distintas partes de Europa, la acción se sitúa cuando ha pasado un mes desde el cumpleaños del primero, ocasión en la que también se juntaron virtualmente. Este es el factor que estructura la obra y que surte un efecto muy particular en el espectador, ya que vemos a través de una plataforma online la representación de un encuentro por la misma vía, lo que genera una especie de construcción en abismo que identifica a la vez que inquieta.
Esta búsqueda que lleva a experimentar con nuevos soportes requiere de las artes escénicas un lenguaje nuevo, pues como el mismo Noguera lo ha dicho en entrevistas, a partir de la primera obra creada especialmente para este formato, Hola, papá… ¿Cómo estás?, lo que están haciendo no es propiamente teatro como lo conocemos, sino algo que habría que llamar con otro nombre, porque es una manifestación artística diferente y con sus propias complejidades.
No obstante, si bien se pierde el especial atributo del género, el cual es coincidir en espacio y tiempo con el público, esta forma nueva funciona. Si a eso sumamos que el argumento opera como reflejo de lo que todos hemos vivido en pandemia, el resultado del experimento es más que favorable. Y es así, porque en muchos casos hemos constatado que la comunicación virtual no llena los vacíos, sino que los acentúa; el no saber qué decir se nota más y no siempre resulta fácil esconderse detrás de los clichés surgidos de esta modalidad (“no me ha llegado el link”, “activa tu micrófono”, “tengo mala señal”) para tapar lo que no se quiere decir por no estropear el rato en que estamos conectados.
En aproximadamente 45 minutos, Hola, papá… ¿Qué pasa? combina hábilmente el lenguaje teatral con las posibilidades que ofrece la plataforma, usando, por ejemplo, las salidas y entradas de un personaje, que fluyen naturalmente porque obedecen a razones tan cotidianas como ir a buscar algo para beber, recibir un pedido o ir al baño, que quedan así homologadas con los cambios de escena.
Esa misma naturalidad está dada por la armonía actoral, asunto difícil considerando la presencia del gran Tito Noguera, y también por el diseño de los personajes que, aunque parece simple, alcanza profundidades en características que no están del todo explícitas, sino asomadas para que el propio espectador sea quien las complete, puesto que son caracteres construidos a base de retazos de la realidad que podemos reconocer en nosotros mismos e identificará tanto a hijos como a padres. Lo interesante, finalmente, es que a pesar de lo no dicho y de la contención de los problemas, la obra deja un intersticio de esperanza: la posibilidad de acercarse, aun en confinamiento, de manera más genuina. De no usar el pretexto del no poder verse para mirarse a los ojos desde dentro y exorcizar los fantasmas familiares.
La propuesta del Teatro Camino y el tesón para mantenerse activo en estos tiempos es plausible. Y si bien es cierto que la temática de la pandemia ha ido acaparando los distintos espacios artísticos, da para harto todavía, porque el encierro forzado espejea los múltiples encierros existenciales.
Hola, papá… ¿Qué pasa?
Teatro Camino: https://teatrocamino.cl/web/tienda/cartelera/hola-papa-que-pasa-online/
Próxima función: 16 de octubre a las 20:30 horas, vía Zoom
Dirección: Héctor Noguera
Elenco: Hitzka Nudelman, Ignacio Massa y Héctor Noguera
Tiempo de duración: 40 minutos
Las entradas tienen un valor de $4.000