Por Jorge Letelier
Cirkoqoshka es una compañía que ha recuperado un imaginario con la estética del circo del siglo XIX, el cabaré centroeuropeo y el vodevil, con un despliegue musical de gran brillantez y ejecución técnica. En Il concerto, su tercera obra tras Ursaris, el último encantador de osos y El kabinete de Madame Forest el colectivo se ha replegado a las convenciones más teatrales de puesta en escena, cercano a la música barroca y a la Commedia dell’Arte que al circo contemporáneo.
Si bien el énfasis está en lo teatral, el montaje enfatiza sus potencialidades musicales con el despliegue del músico y actor Álvaro Pacheco. Es la historia de la marquesa, que vive en un palacio ubicado en Pullalli (actual Papudo) durante la Colonia, quien sufre de un profundo insomnio por lo que le pide al famoso Il maestri di maestris (Pacheco), un consumado músico italiano, que viaje a Chile junto a su asistente Cabeza di Pattata para curarla con sus extraordinarios dotes en el violín.
Junto con desplegar esta notable capacidad musical en vivo, el argumento se nutre de la farsa, los enredos y las caídas propias del slapstick para ornamentar esta historia simple y graciosa. Los recursos circenses están puestos en la capacidad física de los actores y hacia el final, en desplegar elementos propios de la técnica del circo.
Pacheco, compositor de la música original, se inspiró en las Variaciones Goldberg de Johan Sebastian Bach no solo en el aspecto musical, sino que en su anécdota de base: Bach presumiblemente la compuso para que el conde ruso Hermann Carl von Keyserling pudiera superar su insomnio. La traslación hacia la conformación social chilena conlleva una mirada sobre esa élite europeizante y superficial que es recogida en sutiles apuntes por Sebastián Vila, un experimentado director con sobrado oficio en el teatro físico, el clown y la presencia musical en escena (es el director de cuatro montajes de Tryo Teatro Banda, incluyendo la reciente Tragicomedia del Ande), por lo que el despliegue de recursos, si bien en tono menor, es imaginativo y amplio, como el movimiento de escenografías, las entradas y salidas a escena y los objetos integrados a la dramaturgia.
Este último aspecto es importante en la medida de que la puesta en escena es acotada y remite a lo esencial y con pocos elementos, lo opuesto a la suntuosidad barroca. En una sala reducida como la N2 del GAM puede sortearse adecuadamente, pero quizás la puesta en escena merecería un espacio de mayores dimensiones para desplegar sus posibilidades escenográficas y circenses.
Entre las varias compañías que han depurado el teatro familiar como espectáculo complejo y de exigencia artística, el derrotero de Cirkoqoshka los ha llevado a un imaginario muy original, de estética retro circense, pero que con Il concertó se asume más teatral (paradójicamente, puesto que su mayor fortaleza es la música) y en ese sentido, más completo escénicamente. La suma de talentos en el equipo (Carolina Gimeno como protagonista y anteriormente como directora de El kabinete de Madame Forest), la diseñadora Carola Sandoval y el propio Pacheco junto a la dirección de Vila, hacen de este espectáculo un divertimento que expande los imaginarios de la Compañía hacia un territorio más convencional, pero cuyo despliegue de brillantez actoral y musical es un deleite para todas las edades.
Funciones en el GAM, sala N2, hasta el 15 de septiembre, sábados y domingos.
Título: Il concerto
Dirección: Sebastián Vila
Dramaturgia: Cirkoqoshka
Elenco: Álvaro Pacheco, Carolina Gimeno, Carola Sandoval, Mario Escobar
Técnicos: Daniela Valenzuela, Nicolás Ormázabal
Composición musical y arreglos: Álvaro Pacheco
Diseño integral: Carola Sandoval
Asistencia técnica circo: Gabriela Parker