Por Ana Catalina Castillo
¿En qué momento el cantante mexicano Luis Miguel devino en un artefacto cultural? ¿El ente de una realidad paralela con vida independiente de su condición humana? No es fácil ser preciso al respecto, pero una mirada rápida a su lugar en los rankings y a los millones recaudados por venta de discos habla de un personaje que parece escaparse a otra dimensión. A aquella que sus admiradores quieren al menos rozar.
La nueva producción de Cultura Capital y Los Contadores Auditores, acude a su figura y trae una obra de teatro musical en tono de comedia que lleva dos semanas en cartelera con sala llena. En ella, la dupla integrada por Felipe Olivares y Juan Andrés Rivera recurre a lo que algunos llaman jukebox musical o “musical de rockola”. Es decir, una obra que se construye sobre la base de canciones ya muy famosas y que se van insertando en la dramaturgia. Dicho así parece fácil; no obstante, incorporar éxitos musicales en medio del texto teatral sin que resulte forzado y que además consiga hacer reír, es una empresa arriesgada.
El argumento de La Incondicional gira en torno a un Fans Club no oficial de Luis Miguel y ubica la acción en febrero de 1994, cuando el “Sol de México” se presentaría en el Festival de Viña del Mar. Esto provoca un conflicto entre las integrantes del grupo, pues en caso de ganar “la once junto al mar”, que sorteará una revista juvenil, una sola será la favorecida. A partir de aquí se va desarrollando la acción y, de acuerdo a ella, se van incorporando las canciones del cantante mexicano, interpretadas por el elenco acompañado por una banda en vivo.
Si bien el nivel de desempeño vocal no es el mismo en todos los casos, las falencias pasan casi inadvertidas gracias a un guion hilarante y bien construido potenciado por un elenco que se mueve con soltura y habilidad para actuar, bailar y cantar sobre el escenario. Todo esto más las dotes de comediantes que lucen en su totalidad, provoca que el público aplauda cada intervención y termine cantando y bailando también.
En relación a esto último y, apuntando a quienes denostan a veces el teatro “sin contenido”, resulta oportuno destacar que la participación de la audiencia durante La Incondicional, hace pensar en las raíces más remotas del género dramático, cuando el público podía manifestarse abiertamente tanto si le gustaba o no lo que veía. Y, a propósito de lo mismo, también es de justicia recordar que una comedia que se precie de tal, siempre desliza su mirada sobre las bajezas humanas.
En este caso, aunque filtradas por el registro humorístico, aparecen la envidia, los celos, las manipulaciones y todos los aspectos más oscuros que a veces surgen en la convivencia y aceptación del otro, aunque sea en una comunidad tan sui generis como un club de fans. Pero esos rasgos sombríos se equilibran con el amor. Suena cursi, sí; pero está en absoluta sintonía con el registro de la obra y no lo esconde.
Esta característica la enriquece y dialoga coherentemente con una puesta en escena colorida, con indumentaria cercana a lo kitsch, que nos recuerda que lo que tenemos al frente es puro espectáculo, sin más pretensiones que entretener, lo que ya resulta difícil en estos tiempos convulsos, donde pareciera mal visto entregarse al ocio solo para reír y cantar. Sin embargo, esa es la apuesta de La Incondicional y la gana de sobra.
Ficha artística
Título: “La Incondicional”
Elenco: Francisca Imboden, Javiera Contador, Koke Santa Ana, Mariela Mignot, Vivianne Dietz, Montserrat Ballarín, Carmen Gloria Bresky
Dirección y dramaturgia: Los Contadores Auditores
Producción: Cultura Capital
Coordenadas
Teatro Nescafé de las Artes
Últimas funciones: jueves 25 de agosto, viernes 26 de agosto y sábado 27 de agosto a las 20:30 horas; domingo 28 de agosto a las 19:30 horas