Crítica de teatro “La llamada”: Un encuentro con la conciencia

 

Por Belén Cerda Oyarzún

Luis Gnecco ―luego de haberse contagiado de covid-19 y recuperarse― volvió a los escenarios, pero de forma virtual, protagonizando La llamada, con Luz Valdivieso. Este estreno de The Cow Company, escrito y dirigido por Rafael Gumucio, corresponde a la primera “obra nueva” de este 2021 para la Compañía que, en su estilo, logró levantar un gran trabajo en este difícil contexto.

Es viernes por la noche. Sergio (Luis Gnecco) se encuentra cumpliendo la cuarentena correspondiente luego de contagiarse de covid-19. Mientras está en su cocina suena el teléfono. Lo llama una funcionaria del Ministerio de Salud (Luz Valdivieso), quien quiere verificar si efectivamente se encuentra cumpliendo las medidas sanitarias en su domicilio.

La obra se desarrolla así todo el tiempo. Solo Sergio y la trabajadora del Minsal durante la llamada. La escena es una todo el tiempo. No hay saltos temporales ni pausas. Una conversación fluida entre Sergio y su interlocutora.

“¿Por qué llaman un viernes en la noche?” pregunta impacientemente el hombre vestido con la bata de la Clínica Alemana, con clara intención de cortar. La trabajadora le reprocha que lo llamaron el martes, pero que él no contestó el teléfono. Irónicamente, Sergio le responde que no pudo, porque su situación de salud no se lo permitía, diciendo que estuvo ocupado, a punto de morirse ese día. La funcionaria responde: “¿Por qué no avisó?”. Parece broma, pero no lo es. Sergio ahora sí quiere cortar, pero la persona que realiza la llamada logra mantener la conversación a través de los temas que le propone y, aunque al contagiado de covid-19 le parezca raro, se sienta para responder las preguntas.

Lo cierto es que Sergio siente angustia y no se había dado cuenta de que necesitaba hablar con alguien. Tiene miedo de lo que pueda pasar, de morir sintiendo que su vida no fue lo suficientemente buena. Tiene muchos motivos para quejarse. “Si me muero… ¿a quién le reclamo?” le pregunta Sergio a su interlocutora. “Debería haber un Sernac de la vida. Un servicio al cliente por el mal servicio”. Entonces, la mujer le responde: “Y si es tan mala la vida… ¿no es mejor morirse?”. Él responde: “Esa es la estafa”. Y tiene sentido.

Un diálogo que fácilmente se podría dar entre dos personas que se conocen o no, un tema tan universal como la pandemia. El lenguaje distendido de los protagonistas genera en el espectador la sensación de que es partícipe de la conversación que están teniendo, cierta cercanía, especialmente con Sergio, quien está cansado del virus y de la forma en que lo enfrenta el sistema de salud chileno.

Continúan hablando. Del virus, de la muerte, del país, de las elecciones. La mujer que lo llama hace un comentario estadístico: “La vida es la causa del 99 % de muertes en Chile. El 1 % restante es margen de error”. Manteniendo el humor y el estilo característico de Rafael Gumucio en las obras que escribe y dirige.

Más allá de pasar por el tema de la muerte varias veces, el personaje de Luz Valdivieso le recuerda algo a Sergio, Memento mori, a lo que el paciente en cuarentena responde que pareciera ser un nombre de helado. Ahí es cuando quien realiza la llamada le dice: “recuerda que vas a morir”. En esta parte, es importante para Sergio hacer un recorrido por lo que ha vivido, descubriendo que la funcionaria del Minsal sabe más sobre él que él mismo.

La llamada, ahora, más que molestarle, lo asusta, porque a pesar de ser un organismo gubernamental que maneja datos, es alarmante que sepan cada detalle de lo vivido y hecho por Sergio a lo largo de su vida: sus amores, las mujeres que conoció, entre otras cosas. Nuevamente quiere cortar, pero se da cuenta de que esta llamada podría ser un reencuentro consigo mismo, sus temores en un momento de introspección.

Para tranquilizarlo, la mujer que lo llama le propone que piense que está hablando con su conciencia, ya que, en algún momento, él pidió hacerlo y esta es la oportunidad. De un momento a otro, Sergio comienza a preguntarse si es que quien lo llamó es, en realidad, su conciencia queriendo darle un mensaje que él ha querido negar o ignorar. Llega un momento en el que el marcador de pulsaciones que Sergio tiene en su dedo se apaga, lo que lo lleva a hacerse una pregunta. ¿Acaso está muerto? Es algo que descubrirá a medida que logre enfrentarse a lo que tanto le teme.

Todas estas dudas lo llevan a un balance del dolor-placer en su vida y, analizando la situación, logra comprender que sin dolor no se conoce el placer y viceversa. A pesar de las quejas, Sergio comprende la necesidad de pasar por experiencias buenas y malas para saber que ha vivido. Un mensaje que, sin duda, quedó en la mente de quienes vieron la obra.

Saliendo de la ficción y recordando que el contagio de Luis Gnecco fue una inspiración para escribir esta obra, a ratos, también se siente que los pensamientos, quejas y observaciones de Sergio, son también las de Luis, quien, de hecho, fue hospitalizado por una neumonía derivada de su cuadro de covid-19.

Con el alarmante aumento de contagios por el virus y, en medio de anuncios de cuarentena total para gran parte de Chile, pareciera ser que este encuentro teatral es más de lo mismo. Sin embargo, hay que reconocer que no siempre se da el espacio para hablar de nuestros temores en torno a una pandemia que cambió nuestras vidas totalmente. Estos cambios, sin duda, afectaron tanto a las personas contagiadas como a las que no, en distintos niveles, claro está.

Esta obra, entre muchas otras cosas, es un homenaje principalmente para aquellos que batallaron contra las consecuencias del virus en el cuerpo y sobrevivieron, pero también lo es para aquellos y aquellas que no lograron vencerlo ―recordando especialmente a Tomás Vidiella, compañero de elenco de Gnecco en Orquesta de señoritas―. Es un homenaje para todos y todas.

La llamada logra conectar con el espectador, a través del humor, mezclando elementos tan profundos como la necesidad de hablar, especialmente del temor a lo único que tenemos por seguro en esta vida: la muerte. Mirar en perspectiva nuestras vidas y reconocer si realmente fuimos felices, esperando que no sea demasiado tarde para poder serlo.

Título: La llamada

Dirección: Rafael Gumucio

Elenco: Luis Gnecco y Luz Valdivieso

Compañía: The Cow Company

Estrenada el 26 de marzo de 2021, 21 h. Vía Zoom.

Plataforma: The Cow Company

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *