Crítica de Teatro “La vida que te di”: El amplio camino de (la imposibilidad para) mimar el sentir.

Por César Farah

El teatro, en gran medida, se ha visto siempre (como casi todo el arte) acorralado frente al cuestionamiento de cuánto puede, efectivamente, representar y, en qué consiste dicha representación. En principio, lo real, no es representable, no solamente por el arte, sino también por el lenguaje e incluso por el pensamiento, no es representable en el sentido de que no puede ser encerrado, al menos no del todo, en conceptos, formas ni procesos estéticos, el mismo acto de re-presentar (el nombre lo indica), supone la necesidad de reconfigurar, reproducir, en una palabra re-crear (por eso también nos recreamos) con otros medios materiales y modos formales, aquellos objetos que obsesionan a las y los artistas.

Creo que uno de los aspectos más interesantes del trabajo de Cristian Plana como creador es, precisamente eso, puesto que, desde hace años ya, está trabajando un problema artístico en torno al teatro. No es un director que, como hay muchos, entiende por dirección simplemente organizar la escena, regirla para su exposición, más bien, Plana explora problemas teatrales, haciéndose cargo que está utilizando un lenguaje concreto, un lenguaje que ha asumido y que, permanentemente, busca llevar más allá en cada montaje.

La vida que te di es la nueva obra que se encuentra en cartelera en el Teatro la Memoria, dirigida por Cristian Plana y que cuenta con la actuación de Amparo Noguera.

El montaje, dramatúrgicamente, se basa en la relación de dos textos diversos, por una parte uno de autoría de Luigi Pirandello, dramaturgo que también exploró lo que puede llamarse los límites de la representación en su tiempo y, por otro, el testimonio de Eliana Pérez, madre cuyo hijo fue asesinado al interior de un establecimiento del SENAME, hecho que también parece (esto lo digo sin un ápice de ironía) cuestionar el problema de la representación y la realidad.

Plana parece haber asumido la imposibilidad de la no-representación, la imposibilidad del grado cero de la actuación y, en este sentido, en mi opinión, se aleja de la estética de lo performativo (Fischer-Lichte mediante) para asumir, precisamente, la construcción escénica como un mundo otro, un lenguaje con sentido por sí mismo y que posee su propio modo de articulación y significación, sin que por esto el ámbito representacional signifique realismo, exposición cronológica, falta de conceptualización o construcción evidente de la historia. Muy por el contrario, en general el trabajo de Plana (con su altos y bajos, como los de cualquier artista) ha destacado por emerger desde la imagen, la potencia lírica, la reflexión y emoción vinculadas, a través, precisamente de la magia de la espectacularidad de lo teatral… cuando digo, espectacularidad no me refiero a parafernalia o fuegos artificiales, sino, precisamente a lo que hace que el teatro sea teatro, es decir, un modo de representación de acción con personajes puestos en acción, acción que tiene verdad escénica y no que emula, malamente, a una realidad que, de todos modos, nunca aprehendemos por completo. Personalmente, creo que la dirección de Plana en este trabajo es notable, pues logra equilibrar el proceso de exponer un hecho, construir una atmósfera, tocar las emociones y remecer la racionalidad… no es fácil, en absoluto lograr esto y, vale la pena, justipreciar el esfuerzo.

La vida que te di, cuenta, del mismo modo con una notable actuación. Amparo Noguera -no sorprende a nadie lo que digo- es una extraordinaria actriz, pero vale la pena preguntarse por qué, qué es lo que hay en su trabajo que la hace tan notable. Creo que son muchas cosas y probablemente olvidé varias, sin embargo, las primeras que se me vienen a la cabeza son las siguientes: en primer término, construye a sus personajes de forma diversa, no es la clásica actriz o actor que hacen siempre más o menos lo mismo, con el suficiente encanto como para olvidar que no hay verdadera representación, sino que Noguera, efectivamente, le da un cuerpo, una voz, una mirada, una energía a cada uno de su personajes. Evidentemente, recurre a las herramientas actorales que tiene, que de por sí son amplias, pero, además, esas herramientas, más que extensas, son tales que le permiten generar nuevas formas permanentemente. Por otra parte, al ejecutar su trabajo, vemos a Noguera plenamente en escena, con toda su presencia allí, segundo a segundo, sin vacilar, sin soltar, sin perder nunca la concentración en la acción. Por supuesto, está su experiencia, pero creo que la experiencia no es necesariamente sinónimo de calidad… el expresidente Piñera tenía enorme experiencia en decir discursos, lo que no significa que lo hiciera bien. No, el caso de Noguera es muy diferente, su experiencia es sinónimo de aprendizaje, de conocimiento y sensibilidad, en una palabra, es una experiencia que la ha llevado a una extraordinaria ejecución de su trabajo.

Damián Noguera, por su parte, en la creación sonora, genera la atmósfera precisa para que todo esto suceda, permite que las acciones y textos se desarrollen con la potencia que tienen, sin contaminarlos y, por el contrario, dándoles un sustento para que brillen aún más; del mismo modo que Franklin Sepúlveda y Sofía Núñez participan de la escena con la creación de una máscara y el vestuario respectivamente, es decir, sumando a la totalidad y beneficiando a la propuesta con sus talentos.

La vida que te di es una pequeña joya.

Una obra que instalas cuestionamientos tanto a nivel social como estético, conjugando ambas problemáticas de forma perfecta, sin ser hermética, pero no por ello evidente, aburrida, transparentemente obvia; con una actuación llena de fuerza y matices, como pocas veces se ha visto y con una escenificación prolijamente cuidada. Sin duda, un imperdible.

FICHA ARTÍSTICA: 

Textos: Luigi Pirandello 

Testimonio: Eliana Pérez

Puesta en escena: Cristian Plana 

Actuación: Amparo Noguera

Asistente de escena e intérprete: Kevin Moya 

Creación sonora: Damián Noguera

Máscara: Franklin Sepúlveda

Vestuario: Sofía Núñez

Registro audiovisual: Tomás Plana  

Realización: Gastón Espinoza 

Análisis de texto: Macarena Bertoni  

Equipo audiovisual: Dirección de fotografía: Tomás Plana | 1ero de cámara: Bruno Cánepa | Gaffer: Benjamín Araya | Eléctrico: Ángeles Osuna | Foto Fija: Amanda Torres | Asistente sonido: Christoffer Baeza

Productora: Nicole Venegas 

Investigación Periodística: Carolina Rojas.

COORDENADAS

Teatro La Memoria

9 al 18 de marzo

Jueves a sábado 20:30 hrs

Valor entradas: $8.000 general, $5.000 estudiantes y adulto mayor

 

 

 

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