Por Javiera Hojman
El Teatro Nescafé de las Artes trajo una adaptación a la actualidad de una de las grandes obras del teatro realista: Largo viaje hacia la noche. El texto original fue escrito por Eugene O’Neil en EEUU en los 1940s, lo que hace especialmente admirable el trabajo realizado por el director Felipe Molina en esta obra. Se logra adaptar exitosamente un libro de otro contexto cultural a la actualidad chilena. A pesar de que de a ratos algunas interacciones son un poco tediosas y llega a ser un poco larga, se trata de una obra buenísima.
La obra cuenta la historia de una familia Tyrone y sus relaciones disfuncionales. James fue un actor famoso, actualmente alcohólico, egoísta y muy preocupado por las apariencias; Mary es su esposa, morfinómana y que lamenta profundamente haber dejado a su familia acomodada para casarse con James y vivir en la pobreza; Jaime, el hijo mayor, también alcohólico y actor fracasado; y Edmund, un joven filósofo que tiene una enfermedad. Toda la obra transcurre en un solo día, en que los personajes interactúan entre ellos mostrando sus personalidades y sus preocupaciones, esencialmente mediante discusiones y peleas.
La obra empieza con la familia terminando de tomar desayuno, y se cierra en la noche del mismo día. Para diferenciar estos momentos, y además para simbolizar un montón de otros elementos vinculados tanto con la trama como con las actitudes de los personajes, se utiliza bellamente el recurso de la iluminación. Entre los cambios de luz y las constantes menciones a la niebla, van guiándonos en, como dice el título, un viaje hacia la noche y una montaña rusa de emociones.
Los cuatro personajes de la obra son complejos, todos tienen sus personalidades muy marcadas y cumplen roles definidos muy claramente dentro de la familia. Esto los vuelve un poco estereotípicos, pero en el contexto de la producción eso no molesta, y eso es porque sin duda lo mejor de la obra son las actuaciones. Tito Bustamante utiliza excelente el recurso de la mirada profunda para expresar sus emociones, y Bernabé Madrigal destaca por su forma de utilizar la postura corporal para reflejar un tipo de persona muy fácil de reconocer en nuestra cultura. Renato Jofré se luce con el uso de los tonos de voz, el volumen y las expresiones faciales. Pero nadie supera la actuación de Solange Lackington, que suma todos los recursos anteriores y otros más y tiene como resultado una actuación destacable e impecable, capaz de generar empatía.
El otro elemento que es muy importante de destacar son las elecciones de vestuario, que ayudan mucho a entender los distintos momentos emocionales que viven los personajes de la obra. A pesar de que es solamente un color, la ropa está diseñada para mostrar la importancia de las apariencias, la vulnerabilidad, la pulcritud y la rebeldía de los personajes respectivamente, responden a los estereotipos sociales que vinculamos con todas esas cosas, y es una especie de guiño al espectador.
Largo viaje hacia la noche es la historia de una familia llena de amor y preocupación, pero incapaz de expresarlo de forma sana. La obra reflexiona sobre la necesidad de escaparse de una realidad demasiado difícil para tolerar. Es una obra con diálogos inteligentes y recursos de producción muy bien elegidos, un acierto por parte del director Felipe Molina, y definitivamente recomendable, pero con la advertencia de que es muy fácil empatizar y quedar afectado por algunas de las interacciones crudas entre personajes.
Ficha técnica
Título: Largo viaje hacia la noche
Director: Felipe Molina
Dramaturgia: Eugene O’Neil
Elenco: Tito Bustamante, Solange Lackington, Renato Jofré, Bernabé Madrigal
País: Chile
Coordenadas
Fechas: jueves 2 al domingo 5 de noviembre
Horario: 20:00 horas. Domingo: 19:00 horas.
*Valores: 8.000 a 20.000 pesos (20% de descuento para socios Comunidad de las Artes)
*Ventas: en boletería teatro y a través del sistema Ticketek
*Consultas: por whatsapp al +56 9 3387 2403 (lunes a viernes de 11:00 a 19:00 horas)