Por Pilar Alcántara
Una nueva agrupación llega a la sala de Teatro Taller Siglo XX Yolanda Hurtado para presentar Las Hormigas, montaje cargado de energía e intensidad, características propias de sus protagonistas ya que está inspirada en el movimiento social adolescente que revolucionó al país durante 2006.
Desde el comienzo de la obra, en los diálogos, se percibe falta de comunicación y un alto grado de violencia con que se relacionan estos adolescentes, develando carencias afectivas, emocionales y académicas, realidad que ha a 15 años, en la actualidad el sistema educacional chileno aún no ha podido compensar.
El sistema público de educación en Chile ha debilitado la motivación y los proyectos de vida de los adolescentes, sobre todo a quienes viven en regiones o zonas rurales que deben vivenciar las dificultades sociales, económicas y territoriales, limitando sus sueños y expectativas.
Con personajes estereotipados que buscan representar la diversidad de tribus urbanas que convergen en las aulas y con el objetivo de visibilizar las negligencias del sistema escolar y problemáticas como; ciberbullying, falta de seguridad en los colegios, suicidio, descontento social, conductas autolesivas, consumos de sustancias y discriminación que vivencian a diario adolescentes en diversos lugares de Chile.
Durante el cumplimiento de un castigo una de las estudiantes solicita al resto de los compañeros ensayar una disertación que debe realizar, en ella presenta el sistema de trabajo de una colonia de hormigas, que deben cuidar del hormiguero y alimentar a la reina, bajo un sistema imperante de dominación y sometimiento, analogía que viene a representar el sistema económico, los organismos de poder y el rol de los oprimidos en la sociedad chilena.
Falta de motivación, de oportunidades y de apoyo familiar que vivencian estos estudiantes hace que la credibilidad y proyección de estos jóvenes, sea mínima ya que se reconocen como parte de un sistema educativo desigual, regido por políticas públicas centralizadas y que violenta sus derechos.
Los elementos escenográficos utilizados por el director Joaquín Toledo Orellana son 7 sillas de mobiliario escolar, con las que logra crear diversos espacios y atmosferas. En la puesta en escena destaca el riesgo de utilizar el escenario de espaldas al público, propuesta que busca situar al espectador sentado al final de la sala de clases, recurso que se utiliza de forma eficiente y atractiva. Si bien el escenario es utilizado con acciones simultáneas, en un momento el ritmo decae, pero el clímax viene con el ataque al profesor por parte de un estudiante que junto al diseño sonoro de acompañar desde el escenario con musicalizaciones en vivo y una iluminación detallista, la obra se enriquece logrando ambientar el escenario inclusive con linternas, consiguiendo generar la atmósfera de una multiplicidad de espacios propios de un liceo municipal como los es; una sala de clases, el baño y el patio.
Los diálogos están cargados de resentimiento y carentes de vocabulario, el insulto es la herramienta con que estos adolescentes se defienden para enfrentar el abandono y las diversas formas de abuso de las cuales son víctimas. Porte de armas, consumo de drogas y alcohol, en espacios seguros demuestra la crisis y magnitud del problema, y la necesidad imperiosa de luchar por sus derechos y revolucionar para lograr cambios sostenibles y significativos, ideales que perduran a 15 años del 2006.
Si bien el uso del escenario es dinámico, y la propuesta corporal es interesante, hay debilidades en las transiciones con algunos movimientos que se perciben difusos y bruscos, que, considerando el tamaño de la sala y la cercanía con el público, el dosificar la energía puede ser favorable. El uso de máscaras es sugerente y las interpretaciones logran transmitir la angustia, desolación, tristeza, impotencia, rabia, ingenuidad y sencillez de estos jóvenes personajes.
Finalmente, la situación de abuso y las precarias condiciones los motiva a organizarse en contra del sistema abusivo con la ilusión de lograr cambios relevantes que permitan mejoras significativas en sus vidas, las cuales nunca llegaron y si llegaron, fue solo para algunos, quizás para Débora, uno de los personajes de la obra, quien expresa en su monólogo frustración e impotencia de ver sus intereses carentes de sentido al darse cuenta de que es idealista y quizás nunca logre concretar su sueño de ser abogada. Pero los adolescentes si tienen convicción y sed de lucha, por derechos propios y colectivos, y nos invitan a situar en el espacio escénico temáticas emergentes, luchas nuevas y recientes ya que, gracias a los pingüinos que se revolucionaron unos años atrás, hicieron caminos para que en octubre de 2019 Chile despertara y logro situar a los jóvenes como agentes de cambio.
Las Hormigas muestra que la lucha de nuestros estudiantes es constante y sostenida, que los adolescentes víctimas de la centralización, injusticia sociales y discriminación han tenido que levantar sus voces y perder sus ojos por tener una educación digna y de calidad, la cual al 2021 aun no llega ….
Ficha técnica
Título: “Las hormigas”
Dramaturgia y dirección: Joaquín Toledo Orellana
Diseño sonoro: Francisco Pérez
Vestuario: Claudia León
Iluminación: Pipe Naranjo
Elenco: Marion Ramírez, Joaquín Droguett, Luna Ferrandas, Pipe Naranjo, Nicolás Ortiz, Jona Hernández, Josefa Schultz y Francisco Pérez
Producción: Josefa Schultz León y Luna Ferrandas
Coordenadas Las hormigas
28, 29, 30 y 31 de octubre y 4, 5, 6 y 7 y 11, 12, 13 y 14 de noviembre.
jueves a sábado 20 h y domingo 19 horas
$5000 general y $3000 estudiantes y adultos mayores.
TALLER SIGLO XX Yolanda Hurtado.
Ernesto Pinto Lagarrigue 191, Barrio Bellavista.
https://ticketplus.cl/events/
TEASER
https://www.youtube.com/watch?