Crítica de Teatro “Lo iNNombrable”: Viviendo el dolor

Por Galia Bogolasky

Lo iNNombrable es una obra que se está presentando en el GAM, dirigida por Nacho García y protagonizada por Rodrigo Pérez. Corresponde a la última entrega de la trilogía formada por Intentar No construirlo (2011) y Delirio a dúo (2017) de Teatro del Uno, dedicada al aparato escenográfico.

La dramaturgia está a cargo de Juan Claudio Burgos, quien nos entrega un texto potente y doloroso, sobre la persecución histórica cometida contra la diversidad sexual en dictadura. Es un monólogo interpretado de manera excepcional por el gran actor chileno Rodrigo Pérez, quien provoca al espectador, desde su expresión física, logrando perturbarlo, ya que está rodeándolo en una estructura escénica, que pareciera que fuese un personaje más dentro de la obra.

La puesta en escena, con concepto estético de Nacho García, y diseñada por Ramón López es totalmente rupturista, ya que los espectadores (tiene capacidad para 22 personas) nos encontramos dentro de una gran estructura construida de fierro y madera (8 x 8 metros, 7 de altura) donde transcurre la acción. Desde el primer momento nos hacen partícipes del espacio, trasladándonos y ubicándonos en asientos que están creados dentro de la estructura, que es una especie de silla reclinada, para poder apreciar lo que sucede en la cúspide de la estructura. Además, las paredes están hechas de tela, que también tiene una función práctica y que se utiliza creativamente dentro de la performance.

La obra propone vivir una experiencia teatral diferente, ya que estamos insertos en el espacio dramático, y podemos apreciar, ver, escuchar y sentir lo que está pasando alrededor nuestro, y arriba, a través de proyecciones multimedia, mapping y performance artístico a cargo de los bailarines Consuelo Cerda, Eduardo Cuadra, Daniel Ibáñez y Claudia Vicuña, con coreografías de esta última, que aportan a la obra con movimiento, y un necesario respiro al monólogo. La luz y el sonido son muy importantes en esta puesta en escena, ya que aportan a la experiencia sensorial que nos presenta este montaje.

La compañía tiene experiencia con puestas en escena donde la escenografía tiene un rol preponderante en el desarrollo dramático de la obra, ya que las obras anteriores de esta trilogía, también contaban con estructuras donde los espectadores entraban al espacio escénico y sentían con los actores lo que estaba ocurriendo en la obra.

En Lo iNNombrable, la forma de los asientos dejan al espectador mirando al techo, lo que funciona perfecto para la parte del mapping y performance, pero en el momento que el personaje principal (Rodrigo Pérez) se para sobre un cilindro en al centro de la estructura, para realizar su monólogo no logramos apreciarlo bien, ya que debido al ángulo de reclinación de la silla, tenemos que reubicarnos para poder verlo bien y eso genera una incomodidad tan desagradable en el espectador, que logramos vivir el dolor corporal junto con el relato que Pérez está exponiendo. Literalmente, estamos sufriendo con él.

El monólogo de Pérez es muy duro, ya que plantea un tema durísimo y brutal que tiene que ver con la represión, persecución, tortura y asesinato a minorías sexuales ejercidas por agentes del Estado en Chile y el mundo. El actor interpreta a varios personajes, a nadie en particular, sino que los testimonios representan la voz de los sin voz, voces que durante muchos años se mantuvieron en silencio, y que ahora parecieran explotar. Son memorias, recuerdos, dolores físicos, dolores emocionales, una tragedia humana que vivieron muchas personas y que pocos conocen. Es una forma de hacerse cargo de una parte oculta de la terrible época de la dictadura en Chile.

La cercanía con los espectadores permite que cada función sea una experiencia única e irrepetible, ya que nos insertamos en la escenografía y nos convertimos en partícipes del espectáculo artístico. Podemos percibir las reacciones de los demás asistentes, ya que estamos todos en círculo, mirándonos, y observando al actor y a los bailarines mientras realizan la representación frente a nuestras narices.

Ficha artística

Idea original y dirección: Nacho García

Dramaturgia: Juan Claudio Burgos

Performer: Rodrigo Pérez

Producción: Tania Rebolledo

Asistencia de dirección: Juan José Muggli

Diseño de escenografía e iluminación: Ramón López

Diseño de vestuario: Zorra Vargas

Realización de vestuario: Javiera Labbé

Diseño sonoro: Alejandro Albornoz

Diseño videos y mapping: Roberto Collío y Matías Illanes

Coreografías: Claudia Vicuña

Bailarines: Consuelo Cerda, Eduardo Cuadra, Daniel Ibáñez y Claudia Vicuña

Asesoría aérea: Santiago Navarro

Realización escenográfica: Francisco Sandoval

Equipo técnico: Juan José Muggli, Angello Bonati, Matías Moya, Simón Muñoz, Marsell Ruy y Fernando Quiroga

Sonidista: Diego Aguayo

Diseño gráfico: Gabriel Maragaño

Fotos: Eugenia Paz y María Paz Alvarado

Coordenadas

GAM

5 al 27 de marzo

Miércoles, jueves y domingo 19 horas

Sábado 21 h

$4.000 entrada general

Sala A1

+ 15 años

Cupos limitados

Loading

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *