Crítica de teatro “Me poseyó el espíritu de Gabriela Montoya”: Fantasmas en el teatro

Por Ana Catalina Castillo I.

La obra de llamativo título escrita y dirigida por el cineasta Ricardo Alfonso López explora a modo de sátira los entresijos de la actuación y pone en jaque el límite de las técnicas de actuación más inmersivas. En Me poseyó el espíritu de Gabriela Montoya la trama se centra en una compañía que prepara una versión de Romeo y Julieta. En los ensayos, la directora sume a sus integrantes en un trance cuyo mantra es revelador: “el cuerpo es el canal”. El objetivo es vaciar el yo y dejar que entre el personaje por representar. De tal modo, los ensayos se convierten en rituales que quedan al arbitrio de la directora-gurú, pues ella ‘activa’ o ‘desactiva’ al elenco con un toque de gong.

El asunto se complica con la llegada de una documentalista aficionada, enviada a registrar las actividades de la compañía durante la preparación de la obra, quien comenta que se especula sobre el caso de Gabriela Montoya, una actriz que formaba parte de ese grupo y que desapareció en un ensayo, por lo que nunca más se supo de ella.

A partir de ahí, la acción dramática se organiza en dos territorios teatrales: los ensayos se realizan hacia el fondo del escenario y las entrevistas que hace la documentalista ocurren muy adelante, casi en el borde del escenario. Esta ocupación marcada del espacio teatral separa el teatro dentro del teatro de las acciones que van develando el corazón del conflicto dramático, produciendo un contrapunto que agiliza la acción.

En el ejercicio metateatral que por momentos se traslapa con “lo real” dentro del mundo representado, las actrices y el actor repiten una y otra vez la misma escena de Romeo y Julieta resultando en un guiño a una conocida técnica de entrenamiento actoral que se basa, justamente, en los ejercicios de repetición y en la exploración de la verdad en la escena. Sin embargo, esa búsqueda rigurosamente cautelada por el personaje de la directora no es más que una forma de esconder sus propios fantasmas, que no son los del más allá, sino los de su interior. Así también van surgiendo los fantasmas del resto del elenco, lo que permite avanzar coherentemente hacia el clímax de la obra.

Con una escenografía sobria, actuaciones equilibradas y un vestuario que enfatiza, a través del uso del blanco, el carácter ritualista de ciertas prácticas teatrales, Me poseyó el espíritu de Gabriela Montoya es una obra que mantiene el interés del espectador con un ritmo que no decae gracias al adecuado manejo de tensión y distensión dramática que incorpora con acierto notas de humor contingente.

Como valor agregado de la obra que comentamos, cabe mencionar el gran aporte a la cultura que realiza el Teatro Novedades, un verdadero tesoro de principios del siglo XX que ha revivido gracias al esfuerzo de la comunidad.

Ficha técnica

Título: «Me poseyó el espíritu de Gabriela Montoya»

Dirección y dramaturgia: Ricardo Alfonso López

Elenco: Michelle Mella, Luz María Martínez, Joaquín Salinas, Javiera Velásquez, Yoselin Castro

Diseño integral: Macarena Vilches y Gonzalo Nexlson

Iluminación: Gonzalo Nexlson

Diseño sonoro: Ricardo Alfonso López

Compañía Teatro El Vacío y Barricada

Coordenadas

Teatro Comunitario Novedades, Cueto 257, Santiago Centro

Fecha: 24 y 25 de julio

Hora: 19:00

Entradas a través de portaldisc.com

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