Crítica de Teatro “PA$$$TA(YO)BA$$$E!!!!”: Plegaria desde el abismo

Por Romina Burbano Pabst

Un pastabasero crucificado en un poste. Una luz fuerte y anaranjada ilumina su cara.

Su cuerpo entero envuelto en aluza, desnudo, expuesto, desafiante…

Yis$us KhraIst ¿Por qué me has abandonado? Yissu$ KhraIst!!!!

Su voz quebradiza, gritona, hiriente cuenta entre dientes historias, memorias, anécdotas transformadas en rezos, suplicas, dudas y alegatos. Así comienza su descenso, o quizás la ascensión de una figura que encarna lo que tantas veces a pasado de ser percibido. Su voz es lo único que escapa de la aluza, no es una, son varias: fuertes y directas, suaves e inentendibles. Mientras, su cuerpo vibra, tiembla, se resquebraja bajo el peso del estigma y la soledad.

PA$$$TA(YO)BA$$$E!!!! es la segunda obra de la compañía Teatro del Amor que da inicio a la temporada de estrenos en Teatro del Puente. Por medio de un montaje crudo, sensible y caótico – como la realidad que retrata – nos sumerge a la pesadilla del consumo de pasta base, una mezcla de fragmentación, superposición de voces y un cuerpo que transita entre el presente y el recuerdo. La propuesta no busca representar con distancia una problemática social cayendo en estereotipos, sino más bien hacerla estallar desde adentro, con el cuerpo, la voz y el alma puestos en escena.

Bajo la dramaturgia y dirección de Nicolás Bascuñán, el montaje se articula desde un lugar profundamente personal. Su texto, versátil e íntimo, se mece entre la crudeza del testimonio y la lucidez discursiva, hipnotizando al público con una narrativa única. La obra se convierte en un cuerpo confesional, en una forma de abrirse ante el espectador que no solo observa, sino que es interpelado.

La obra contiene un aspecto vital. Lo autobiográfico no es mera anécdota, se convierte en materia escénica, en voz encarnada. Cada susurro, grito, canto, titubeo con rabia, ironía o humor lleva la marca de quien ha habitado los márgenes. Un texto que se compone desde la fractura y el caos, pero también desde la comprensión y la empatía; un lenguaje que transita sin pudor la fe, la incomodidad, la denuncia social, la egomanía y la delgada línea del delirio. Una escritura que no teme a ser incomprendida porque es justamente ahí – en esa oscilación entre lucidez y confusión – donde está la verdad de lo vivido.

Esa voz encarnada encuentra su expresión más visceral en la increíble interpretación de Felipe Zepeda, quien da vida al pastabasero con una entrega brutal, desbordante y feroz. Su presencia en escena es un estallido constante, la voz y su cuerpo transitan con precisión entre la calma aparente, la exaltación súbita y lo violentamente incontrolable. Su técnica corporal, meticulosamente trabajada, da cuenta de un conocimiento profundo de los estados alterados: hiperactividad, movimientos rápidos, repetitivos y erráticos, agitaciones, tics compulsivos (tocarse el pelo), temblores, pérdida del equilibrio. Todo en él vibra en un lugar donde el dolor y la claridad de haber tocado fondo conviven.

Felipe Zepeda sostiene no solo un personaje, sino muchos, con profundo detalle. Habla por todos los que han sido silenciados de contar su relato. Su presencia es magnética, capaz de capturar la atención incluso en la pausa más mínima. Hay algo sagrado en su manera de habitar el texto y el escenario, algo que desarma y sacude. Su interpretación no busca empatía fácil, no busca victimizar, sino que exige ver y escuchar. Carga consigo la incomodidad de quien sabe demasiado y, aún así, se atreve a contarlo. Zepeda se despliega libremente en la distorsión, encarna fantasmas sociales donde el dolor individual se transforma en un eco colectivo.

La obra es inquietante y angustiante, no pide permiso para incomodar. No edulcora. No explica. No justifica. Pero deja claro que detrás del consumo hay vidas, historias, personas. En un mundo donde la marginalidad se arrincona y se moraliza, esta obra levanta una voz fuerte y claro. Una teatralidad sucia, viva, estridente, desgastante y, por ende, profundamente humana. La pasta base no es solo una droga, un escape, es un síntoma de algo mayor que trae en su espalda la desigualdad, la exclusión y el abandono, presente en un sistema que olvida y castiga. En ese sentido, el montaje no retrata únicamente la adicción, sino que también expone la crudeza de una sociedad que produce sus propios desechos: cuerpos descartables, condenados por su contexto, por su color de piel, por su barrio, por su trabajo. No romantiza ni demoniza: observa y reflexiona con brutal honestidad una realidad que se instala en el cuerpo del espectador.

PA$$$TA(YO)BA$$$E!!!! es una atención dirigida no solo hacia “afuera”, sino también hacia adentro. Nos confronta con aquello que hemos aprendido a ignorar, con las esquinas oscuras del cotidiano que preferimos mantener fuera de foco. Nos habla de nuestra ceguera colectiva, de esa que nos hace caminar por la ciudad esquivando cuerpos e ignorando miradas. La obra despierta sensibilidades, es desgarradora y necesaria porque sacude la indiferencia. Al final, lo que queda es la voz que nadie quiso oír que se difumina con el sonido de las miles de latas de Coca-Cola estrellándose contra el suelo.

Ahora todos me vienen a ver

Yis$us KhraIst

Ficha Técnica

Título: PA$$$TA(YO)BA$$$E!!!!

País: Chile

Dramaturgia y Dirección: Nicolás Bascuñán

Intérprete: Felipe Zepeda

Dirección de Movimiento: Andrea Amaro

Diseño Escénico: Gabriela Santibáñez

Iluminación y jefe técnico: Francisco Jara

Diseño Sonoro: Fernando Milagros y Nicolás Bascuñán

Producción: Carolina Castro Faúndez

Coordenadas

Teatro del Puente

Del 5 al 20 de abril 2025

Jueves a domingo 20:00hrs

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