
Por Fernando Garrido
Pasamos la mitad de enero y el mes se ha hecho extenso, son muchas las obras, reposiciones, festivales internacionales y comunales, iniciativas privadas tanto como comunitarias, y hoy se inaugura Santiago Off. Lo que hace ya más de dos décadas (¡cómo pasa el tiempo!) era un incipiente reunión de obras, Santiago a Mil, en la actualidad se encuentra consolidado como el festival de mayor renombre y capacidad de convocatoria de la capital, otra más de las razones por las cuales Santiago es un lugar para amar y vivir, aunque el autodesprecio capitalino, una de las piedras fundantes de la identidad santiaguina, insista en ver en este rincón del universo sólo un valle de lágrimas. Y es que en esto hay que ser insistente, hasta el punto de ser majadero, pero las condiciones desiguales de accesos a bienes culturales o artísticos en nuestro país, siguen siendo la expresión más brutal de la desigualdad que asfixia nuestra vida pública, no porque impida la posibilidad de reproducción vital, sino que excluye de los símbolos y lenguaje en torno a los cuales una comunidad determinada funda su identidad. Y con esto no hago referencia a esa anquilosada y fetichizada pulsión patrimonialista, que no es más que el catálogo obviedades elevadas a categoría de culto, sino a la ilusión de un destino común. La existencia de estos festivales y las iniciativas satélites que generan, ayudan a subsanar estas carencias y aportan a la vida pública, dotándola de algo más que una infraestructura animada, le aportan sentido.
En uno de los rincones de este rincón, en un ala del Centro Cultural Estación Mapocho en la sala Ana González, durante estos días y en el marco del Segundo Encuentro de Teatro Emergente organizado por Teatro del Terror y Vive Teatro, probablemente esté en escena una de las obras más comprometidas con su concepto y asertiva en su ejecución, “Una cocina”, del “Colectivo La docena”. Dirigida por Eduardo Herrera e inspirada en un texto de Arnold Wesker, la obra no es el relato de una historia lineal ni el ejercicio declamativo sobre las relaciones de poder o desindividuación y sacrificio que toda empresa humana pareciera reclamar para llevar a cabo sus objetivos, aunque eso no le resta potencia a la crítica que la funda. Parte de los pilares sobre los cuales se sostiene el entramado crítico de nuestros días, es el cuestionamiento de los espacios de confinamiento: el hogar, la escuela, la cárcel o la fábrica, esa institución que hoy eleva como la conquista de su presente y la promesa del futuro, la exclusión de los cuerpos, los sudores y pesares de una humanidad a la que visualiza ineficiente e improductiva, eufemismos con los que morigera su desprecio por su fragilidad y límite. “Una cocina” es la instalación dinámica de una masa trabajadora compuesta por nueve actores que entre secuencias acrobáticas y coreográfica fuerza vital, logran generar una reflexión sobre el rol que juega el individuo y sus agregados, el lugar que ocupa el poder, la envidia y la neurosis aséptica, elevada en el espacio de la cocina a sinónimo de moral.

En una cartelera teatral plagada de retóricas reivindicaciones, en donde el discurso es elevado a paráfrasis de lo real y por si sólo justificador de montajes que no son más que la secuencia de quejumbrosas diatribas, “Colectivo La Docena” desarrolla su propio lenguaje. La constante tensión que la obra expone entre los cuerpos colectivizados y productivos, genera un espectáculo de gran atractivo, en que los recursos de la danza, el circo y la música, hacen de la palabra sólo uno más de los recursos, desplazándola al lugar que ocupa el gesto, sin que aquello atente contra su narrativa.
Estará en la sala Ana González el 16, 17, 18, 19 de enero a las 20:30 y el domingo 20 a las 19:30. $4.000 entrada general y $3.000 estudiantes y tercera edad.
Ficha Técnica:
Compañía: Colectivo La Docena
Dirección: Eduardo HerreraElenco: Florencia Arenas, Sofía Arenas, Jorge Bello, Cristóbal Cartes, Camilo Carvajal, Daniela Eichin, Christian González, Joaquín Rodríguez, Rodrigo Ruiz, Andrés San Juan, Carolina Villena, María Paz Zavala
Elenco: Cristóbal Cartes, Sofía Arenas, Camilo Carvajal, Christian González, Vicente Iribarren, Macarena Moya, Tomás Araya, Carolina Calderón, Carolina Villena.
Composición Musical: Diego Vásquez, Diego Martínez.
Operadora Técnico: María Jesús Morales.
Diseño: Colectivo La Docena
Producción: Carolina Villena.