Crítica de teatro “Viaje al Centro de la Tierra”: La Reinvención Escénica

Por Romina Burbano Pabst

Viaje al centro de la tierra, es la nueva propuesta de la reconocida compañía Teatrocinema, una de las agrupaciones fundamentales de la escena teatral chilena. Fundada en 2005 por Laura Pizarro y Juan Carlos Zagal, tras el legado de La Troppa, Teatrocinema ha construido un lenguaje único que fusiona elementos de teatro, cine y cómic. Esta nueva adaptación de la conocida obra de Julio Verne, presentada en Fundación Corpartes, cuenta con las actuaciones de Christian Aguilera y Esteban Cerda. El montaje es un espectáculo pensado para deleitar tanto a adultos como infancias, un panorama perfecto para disfrutar en familia, donde surgen risas, asombro y reflexión.

La obra dirigida por Juan Carlos Zagal y Laura Pizarro, invita al espectador a embarcarse en una travesía alucinante, donde la imaginación se convierte en el eje central de la narrativa. Inspirada en el clásico de Julio Verne, el montaje nos sitúa en pleno auge de la revolución industrial, época en la cual el profesor Lindenbrock y su sobrino Axel emprenden una búsqueda fascinante hacia los secretos escondidos bajo la superficie terrestre.

A lo largo de esta aventura, Teatrocinema no solo rescata la esencia del relato original, sino que también sorprende con el ingenioso uso de su propuesta escenográfica. Un solo objeto – el tren- se transforma ante nuestros ojos, pasando de ser máquina a espacio, sensación y símbolo, creando imágenes únicas y cautivadoras. Cada transformación trae consigo momentos de magia que invitan al espectador a dejarse asombrar ante una obra lúdica y desbordante de creatividad.

Me gustaría enfocar esta crítica en un aspecto que resaltó ante mi desde que entré al teatro; el tren. Lejos de ser un decorado estático y sobrio, el tren se expande, se repliega y se articula como un organismo vivo. De su interior emergen artefactos insospechados: asientos que se reconfiguran, objetos que aparecen de la nada, mecanismos ocultos que revelan nuevas capas de la historia. El tren es el corazón de la puesta en escena, sin dicho elemento la obra perdería toda su magia; por lo tanto, es un eje narrativo y espacial. Se convierte en el escenario mismo, un espacio en constante transformación que contiene en sí múltiples mundos y dimensiones que permiten al espectador divagar en su imaginación. Cada compartimiento, cada pliegue de su estructura, sugiere un nuevo paisaje, funcionando como una metáfora visual y un umbral a lo inesperado.

El montaje desafía la percepción tradicional del espacio teatral al hacer que todo el universo de la obra gire en torno al tren. No se trata solo de un medio de transporte, claro está, sino de un elemento que se funde con la narración, sirve como entrada y salida de los personajes, como caverna, como laboratorio, como abismo y como refugio. El tren no solo transforma lugares, sino que también acompaña la evolución de los personajes, reinventándose en conjunto constantemente. Así, en un instante, es un vagón de pasajeros en plena revolución industrial; al siguiente, sus paredes se despliegan y revelan una montaña o el interior de una cueva virgen. La mutabilidad del espacio escénico no requiere cambios de escenografía convencionales o una saturación de objetos escenográficos: el tren, con su plasticidad, moldea la percepción del espectador.

Dentro de este universo en expansión, uno de los logros de la puesta en escena es la forma en que la obra invita al espectador a completar los espacios a través de la imaginación. Nos obliga de cierta forma a ver más allá de lo evidente, a imaginar lo que no está allí físicamente, pero que se sugiere en el movimiento y en la interacción con los actores. La obra no necesita una pantalla o efectos visuales elaborados para cambiar de entorno: basta con la relación de los actores con el tren y sus misterios. Un simple giro del vagón, un cambio en la disposición de sus piezas y, de pronto, ya no estamos en la superficie viendo un cielo estrellado, sino en una gruta o al otro lado del mundo. El montaje construye con el espectador el viaje, nos hace sentir el cambio de lugar. La imaginación del espectador se activa, rellenando los vacíos, construyendo imágenes a partir de los fragmentos de realidad que se presentan en escena.

Los misterios que oculta el tren son un dispositivo de lo inesperado e intangible. De su interior emergen objetos impensados que rompen la monotonía visual permitiendo que el espectador se asombre de los detalles, añadiendo nuevas capas de significado a la puesta en escena. Así, cuando parece que ya hemos comprendido y escarbado en todas las capas del tren, un nuevo elemento surge de su estructura, desafiando nuestras expectativas. La obra pone en práctica, a través de su propia materialidad, el significado de la exploración.

Finalmente, el tren erige como una poderosa metáfora del viaje en sí mismo. Su constante transformación y desafíos reflejan el tránsito de los personajes y del espectador a través de lo desconocido. El tren, los personajes y la historia, cómo la imaginación, no se detienen. Se pliegan y se expanden, se ocultan y revelan, se abre y se transforma, arrastrando consigo al elenco y al público en un trayecto donde los límites entre lo real y lo fantástico se difuminan. En Viaje al Centro de la Tierra, Teatrocinema reinventa desde lo escenográfico, haciendo del tren un símbolo del viaje humano hacia lo inexplorado. Viajar no es solo desplazarse, sino también transformar nuestra percepción; y en ese trayecto, el tren es tanto el vehículo como el destino, el viaje en ese sentido ocurre dentro de nosotros mismos. 

Ficha Técnica

Título: Viaje al Centro de la Tierra 

País: Chile

Compañía: Teatrocinema

Autor Novela: Julio Verne

Adaptación Teatral: Laura Pizarro, Jaime Lorca y Juan Carlos Zagal

Elenco: Christian Aguilera y Esteban Cerda

Dirección General: Juan Carlos Zagal y Laura Pizarro

Música Original: Juan Carlos Zagal

Operador de Iluminación: Luis Alcaide

Operador de sonido: Juan Ignacio Morales

Edad +8 años

Coordenadas

“Viaje al centro de la Tierra”

Viernes 24 de enero a las 20:00 horas, y el sábado 25 y domingo 26 de enero a las 19:00 horas

Teatro CA660 de Fundación CorpArtes

Rosario Norte 660, piso -2, comuna de Las Condes.

 

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