Por Julio César Olivares
Entre la crisis de las democracias liberales de Occidente, la consolidación de regímenes autoritarios de disímil contenido ideológico y la ascensión de las extremas derechas en diversas partes del mundo, es claro que vivimos en una época turbulenta, cuyos contornos no son claros ni han terminado de escribirse.
En Autocracia S.A.: los dictadores que quieren dominar el mundo, ensayo recientemente editado y distribuido por Debate (2025), la historiadora polaco-estadounidense Anne Applebaum utiliza casos reales y contemporáneos para intentar explicar parte de este mundo convulso y exponer, de manera clara y didáctica, cómo funcionan las redes de decenas de países gobernados por autócratas modernos, líderes que tienen raíces históricas, objetivos y estéticas distintas, pero actúan “como un aglomerado de empresas, no unidas por la ideología, sino, más bien, por la determinación firme e implacable de conservar su riqueza y poder personales”.
Así, el libro de Applebaum dibuja las redes políticas y empresariales que han ido ganando influencia en el Siglo XXI y que amenazan con derribar los consensos sobre los que se han erigido las democracias occidentales.
En el imaginario popular, la idea de las autocracias suele estar relacionada con el poder de un hombre en lo más alto que controla al ejército y a la policía, o con organizaciones secretas que buscan dominar el mundo como en la saga de James Bond. Mas hoy por hoy, plantea la historiadora, las dictaduras (y las democracias iliberales, que en muchos aspectos se les asemejan) no son liderazgos absolutos de tipos malvados sentados en un trono, sino organismos mucho más complejos: redes empresariales, capaces de emparejar a un ultranacionalista con un bolivariano y a un ayatolá con un comunista, que hacen negocios entre sí, se prestan armamentos y tecnologías, y se enseñan estrategias para reprimir la disidencia.
Terraplanistas, antivacunas y conspiranoicos de todo tipo suelen usar este tipo de jerga en sus discursos: alianzas internacionales ocultas, negocios tránsfugos, colaboraciones espurias. Pero lo que separa sideralmente a Autocracia S.A. de ese tipo de alegatos es el rigor informativo, la calidad de las fuentes empleadas y el razonamiento lógico de la autora, todos elementos que suelen escasear en las teorías conspirativas.
Ganadora del Premio Pulitzer, profesora de la London School of Economics y columnista del Washington Post, la voz de Anne Applebaum es una de las más autorizadas e influyentes a la hora de analizar el ocaso de la democracia tal y como la conocemos, y las características de los nuevos regímenes que la amenazan.
Con una simple pero aguda escritura, apoyada por datos certeros y referencias fácilmente ubicables, Applebaum es capaz de dotar de sentido a una serie de eventos (algunos más públicos que otros) que han ocurrido durante las últimas cinco décadas y que han ido conformando estas sofisticadas alianzas internacionales compuestas por estructuras financieras cleptocráticas, dudosos servicios de seguridad y propagandistas profesionales.
Quiénes mueven esos hilos, de qué mecanismos se valen y cuáles son sus motivaciones finales son los asuntos sobre los que versa el libro. Uno protagonizado por algunos de los sospechosos de siempre como la China comunista, la Rusia nacionalista o la Venezuela de Chávez y Maduro, pero también por la teocracia islámica, los gobiernos de Siria, Turquía, Zimbabue, Cuba o Nicaragua.
Una de las tesis principales de Autocracia S.A. es que estas decenas de países -hay ejemplos por montones en sus 220 páginas de extensión- comparten la determinación de privar a sus ciudadanos de cualquier influencia real o voz pública, de oponerse a toda forma de transparencia o rendición de cuentas y de reprimir a quienquiera que los desafíe dentro o fuera del país.
En un relato estructurado en cinco capítulos (que van desde la formación de las redes económicas hasta las campañas de desprestigio que realizan con sus opositores), muchos de los ejemplos que utilizan son sumamente públicos y atrajeron cierto nivel de atención noticiosa, pero desaparecieron con velocidad entre millones de otros contenidos. Hablo de sucesos como la influencia rusa en la guerra de Siria, la represión a las protestantes iraníes en las movilizaciones de 2022 o la guerra de Ucrania como el primer campo de batalla abierto entre autocracia y democracia.
Antes que revelaciones impactantes, lo que Applebaum ofrece en su ensayo es un mapa que conecta muchos de esos sucesos y otorga claridades sobre un presente que, por si mismo, puede ser caótico, confuso y agotador.
Cabe destacar que la historiadora, como todos, no es una narradora objetiva e imparcial, sino que tiene una visión manifiestamente positiva de las democracias liberales y del ideal estadounidense representado, por ejemplo, por la política internacional de Obama o Biden, lo que implica que tiene también puntos ciegos y que no es necesario -si no es obvio- estar de acuerdo en todos sus postulados.
Pero el asunto de su texto va más allá de izquierdas y derechas, o de demócratas y republicanos. Va sobre un modo de vida que está en riesgo, consensos mínimos que se están poniendo en jaque (igualdad ante la ley, transparencia, prensa libre, derechos humanos) y todo un sistema democrático que, con sus fallas, sigue siendo el sistema político menos malo que hemos sabido darnos como humanidad.
Curioso es que el libro, que fue publicado originalmente a fines de 2024, haya sido escrito antes de las elecciones en que los estadounidenses volvieron a elegir a Donald Trump como presidente. Es decir, fue realizado sin la certeza de que el magnate neoyorquino volviera en una versión recargada, como se ha visto, con afanes imperialistas, cooptando los poderes del Estado, visibilizando sus lazos con Rusia, y coqueteando con la idea de permanecer en el cargo más allá de lo que la Constitución le permite.
Si hay dudas con la tesis de la autora y con las fortalezas de las autocracias modernas, basta con mirar al gobierno norteamericano para hacerse la idea de que Applebaum está leyendo con agudeza y claridad el panorama.
Autocracia S.A. es una lectura a ratos difícil, ya sea por la cantidad de naciones y de eventos que toma de ejemplo, como por el pesimismo racional que provoca conectar esos sucesos y ver el estado actual del mundo, lo mucho que se ha perdido y lo mucho que se está por perder.
Sin embargo, se trata también de una lectura necesaria para entender muchos de los conflictos del presente, no perderse entre un mar de contenidos, noticias descontextualizadas y fake news, y superar esa apatía nihilista a la que nos relega sabernos muchas veces pequeños en el gran orden de las cosas.
Por disparatado que suene, este es un libro dedicado “a los optimistas” y debe entenderse como un insumo para entender el mundo actual y asumir activamente la defensa de la democracia de todos aquellos que buscan hacerla caer para defender sus intereses. Por eso, una vez descrito el panorama, Applebaum ofrece algunas salidas y rutas para que los autócratas no la tengan tan fácil, para que al menos como ciudadanos tengamos algo que decir en este entuerto.
Así, incluso si los hechos narrados en Autocracia S.A. nos dejan aturdidos o si estamos tan ensimismados con las miserias cotidianas y locales que no podemos ver lo que se nos está viniendo encima, el libro de Anne Applebaum no es tanto la crónica de una muerte anunciada, sino una invitación a hacernos cargo del problema. Eso que Gramsci llamó “optimismo de la voluntad”.
Ficha técnica
Título: “Autocracia S.A.: los dictadores que quieren gobernar el mundo”
Autora: Anne Applebaum
Año: 2024
Editorial: Debate
Páginas: 220