Crítica literaria “Corazón partío, gays perseguidos y asesinados en dictadura”: Una nueva arista de investigación en torno a la dictadura

Por Juan José Jordán 

Con un breve paso como periodista deportivo, Rodrigo Fluxá ha desarrollado una obra en donde el abuso de alguna forma es algo omnipresente. De este modo, publica Solos en la noche, sobre el caso de Daniel Zamudio, así como un reportaje en la revista El Sábado de El Mercurio sobre las espantosas condiciones de los trabajadores en los barcos factoría que realizan la pesca en alta mar que llegan al Estrecho de Magallanes desde países asiáticos, situación tan insostenible que a veces saltan por la borda, tema que luego sería el punto de partida para la novela Isla Decepción de Paulina Flores. Ahora se centra en un caso de desaparición de una persona homosexual en Arica, poco después del Golpe de Estado. Surge el prejuicio: Luego de todo el despliegue mediático por la conmemoración de los cincuenta años del Golpe Militar, ¿se puede encontrar algo nuevo para hablar sobre el tema? Y sí, Fluxá demuestra que aún es mucho lo que queda por investigar y sacar a la luz.

Fue por un equívoco en que la detective Rosa Otárola se involucró en la investigación. Le seguía la pista a Grober Venegas, prisionero del que nunca más se supo. Padilla fue el primer ex funcionario a quien la detective Otárola le solicita declaración. Dice haber sido jefe del CIRE, Equipo de Inteligencia Regional, agrupación de la que, hasta ese momento no existían registros, organización de uniformados de distintas ramas que operaban con chapa, cuyo objetivo era actuar como defensa ante cualquier amenaza al régimen. Y claro, esto incluía ofensas a la moral y al “buen vivir”, todo esto un par de años antes que los organismos más formales de Inteligencia y represión llegaran a Arica:  “(…) El CIRE, como organización de Inteligencia, era tan desconocido para el aparataje judicial antes que la detective Otárola lo desempolvara, que sus miembros genuinamente creían que sus horas de rendir cuentas nunca llegaría.”

Para la detective Otárola era claro lo que correspondía hacer: ubicar a antiguos funcionarios para indagar cuál había sido la suerte del detenido. Pero cuando Bernabé Vega, marino y ex miembro del aparato de inteligencia, afirmara no saber nada de ningún Grober Venegas, que solo había llevado a cabo la orden encomendada de ejecutar al homosexual y encontraran un cadáver en un pique minero siguiendo sus indicaciones, quedó claro que su versión era de fiar, expandiendo la investigación a niveles insospechados.

Vega nunca contó una versión en la que quedara libre de culpa, posiblemente por su condición de pastor evangélico. Su postura sorprende en los careos que mantiene con otros exfuncionarios, en los que permanece imperturbable. Incluso, contradiciendo a su ex compañero Héctor Morales quien afirma que Bernabé está confundido, no habría participado de la ejecución. Finalmente, el juez desestimará la versión de Morales y tanto él como Bernabé Vega son declarados culpables, aunque reciben una condena irrisoria:  “(…) Entre los dos pasaron 18 días presos”.

Hay un constante viaje temporal con una escritura fragmentaria que permite entremezclar dos líneas de acción: por un lado, el relato de cómo el autor se involucra con el caso, a partir del retrato hablado publicado en La Tercera (mayo del 2012) que incluía datos de contacto para aportar antecedentes sobre la desaparición de una persona en Arica durante la década de los 70, retrato hecho a partir de una proyección del cráneo encontrado. Fluxá se interesa y comienza a hacer un seguimiento, que se traducirá en un extenso reportaje publicado en un suplemento de El Mercurio el año 2017. Pero las interrogantes que se abrían con su investigación estaban lejos de llegar a término, por lo que su indagación en solitario continuaría. El autor se incluye a sí mismo, en un curioso método neutral hablando de “el periodista”. Tiene sentido este modo de referirse un poco a Martín Vargas, en tercera persona, en cuanto lo obliga a no centrar el texto en sus impresiones e intentar dar un registro del proceso, en que él mismo fue una pieza más.

Es un cuerpo el que encuentran en el pique minero, pero descifrar su identidad se convierte en un laberinto. En parte por el tiempo transcurrido y, también, debido a que el retrato es reconocido por más de una persona: Alguien se contacta directamente con Fluxá para decirle que reconoce el retrato en el reportaje. Se trataría, según él, de Carlos, conocido como Corazón Partío, mayordomo en Arica de su tío, el doctor Bustamante, quién además lo habría operado de urgencia por un cuchillazo en el corazón, de ahí su apodo. Tenía una relación cercana con él, le entrega una foto en que aparece de niño al lado de Carlos.

Por otro lado está la historia de Sergio Nuñez Guerra, oriundo de Valparaíso. La detective y el periodista viajan a Quintero, donde los recibe don Hernán, único de los hermanos Nuñez Guerra que sigue vivo. Siguiendo la sugerencia de un primo se va a Arica en busca de nuevas posibilidades, pero poco antes de partir asume un nuevo nombre: McLean, que le servirá para desenvolverse en el ambiente gay del norte; se trataba de un circuito oculto, en donde muchas veces no se conocían por el nombre y menos por apellidos.

Todo este enigma se ve reforzado por el tema de los piques mineros. Antes de comenzar las excavaciones la detective Otárola se consigue un mapa de los piques activos durante la década de los 70. El lector queda con la inquietante sensación que podría aparecer más de una sorpresa si se revisaran con detención esas cavidades.

Fluxá, el periodista, como aparece nombrado, tiende a la despersonalización con una facilidad para convertir a las personas en personajes, como indica él mismo. Es por eso que una compañera de trabajo le deja un significativo mensaje pegado en su escritorio: “No te olvides de lo que estás escribiendo es la vida de alguien”. Al parecer consideró la opinión porque hay un interés por conectarse con los detalles de esas vidas, permitiendo que a ratos el texto se asemeje a la prosa de Roberto Bolaño en libros como Los detectives salvajes o 2066, en donde aparece un verdadero universo humano ante los ojos del lector. Esto ocurre porque el texto no pretende ser caballo de carrera, poniendo exclusiva atención en el objetivo, desatendiendo el resto. Es así como nos enteramos del pasado futbolístico de Sergio Nuñez; muy talentoso para el arco, llegando incluso a probarse para el Santiago Wanderers. Su hermano fue futbolista profesional por Universidad de Chile, equipo que se llamó “Ballet Azul”. Y a veces, en esta interacción con otros mundos, tiene que recordar que su objeto de estudio para otros implica un dolor insoportable, como cuando habla con los familiares del Corazón Partío:

Después de leer en ese reportaje de la muerte que le dieron al pobrecito, ¿Cómo podríamos traer nosotras esos huesitos que quedan, para enterrarlos allá en Nacimiento dónde están mis padres? Pero no es tan fácil. No basta con creer que los restos les pertenecen a Carlos, hay que probarlo científicamente. Y ese proceso demora.

Con esta publicación Fluxá da a conocer una investigación de 12 años, un camino largo, lleno de frustraciones y sinsabores. Es una forma de volver a poner los ojos en el proceso, todo el aprendizaje que implica. También, aunque el subtítulo del libro puede parecer grandilocuente, (gays perseguidos y asesinados en dictadura), en cuanto el único caso concreto que aparece de ejecución a una persona homosexual es el cuerpo encontrado a raíz del testimonio de Bernabé Vega, de todos modos abre interrogantes de gran interés. De lo contrario, ¿qué fue de todos esos homosexuales, puestos en un grupo aparte durante el allanamiento a un prostíbulo? El conscripto Sánchez participó en dicho operativo, en el que Sergio, alias McLean, es detenido y su relato es estremecedor:

-¿Qué pasó después?

-Separaron a Sergio y a otros homosexuales del resto del grupo.

-¿Y qué pasó con el resto de los homosexuales?

-Los subieron a un camión.

-¿No supo dónde se los llevaron?

-No.

¿Por qué el retrato es reconocido por más de una familia? El autor no asegura que esto fue una constante en todo el país, pero evoca un contexto en el que la homosexualidad era tratada en los medios como un verdadero peligro, no muy distinto a la Malaria o el Cólera. El autor agrega una noticia del año 74 del diario La Defensa de Arica que da cuenta del reclamo de los gays ante las razias a prostíbulos y lugares similares: “(…) Según se anticipó, las redadas se harán de forma continua hasta que no quede ningún homosexual deambulando por la ciudad y otros lugares visitados por los turistas. Fuentes policiales indicaron que la medida, iniciada en la capital, será aplicada en todo el país para acabar así con esta plaga indeseable”. El tono denigrante está más allá de la burla.

FICHA TÉCNICA

Título: Corazón partío

Autor: Rodrigo Fluxá

Editorial: Catalonia Ltds

Año: 2024

N° páginas: 128

Dimensiones: 23cm x 15cm

ISBN13: 9789564151328

 

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