Por Javiera Hojman
Personalmente, nunca he sido fan de Stephen King. Dentro de su gigantesca bibliografía, compuesta por más de 70 libros, había leído unos 4 o 5 y no me habían impresionado demasiado. Pero su última obra, Después (Later, en idioma original), me sorprendió gratamente: es una extraña combinación entre una novela juvenil casi familiar, una novela de terror y una especie de thriller policial. De alguna forma el autor logra mezclar todo tipo de temas con una escritura liviana y agradable, muy rápida de leer.
El libro empieza con el autor pidiéndole disculpas al lector de antemano por los problemas del texto, específicamente por el exceso de suspenso (como si nuestro conocido Stephen pudiera hacernos creer que no le gusta mantenernos en suspenso). Este recurso, muy quijotesco, empieza por acercar a los lectores al texto y ponernos a la altura del narrador: pide disculpas porque es humano, se equivoca, tal como nosotros, y nos va mostrando la sucesión de hechos al mismo ritmo en que ocurrieron y en que él fue enterándose de todo.
Como suele ocurrir en los textos de Stephen King, la historia involucra fantasmas y asesinatos. Sigue el proceso de maduración de este chico, Jamie, que desde que tiene memoria tiene la capacidad de ver gente muerta y hablar con ella. Su madre es editora de libros, y esta habilidad (condición, situación, quizás hasta maldición) le juega a favor en algunas ocasiones, pero Jamie enfoca su relato en las situaciones peligrosas y terroríficas a las que se ve enfrentado. Cerca de la mitad del libro empieza el conflicto central, en que el pequeño protagonista tiene que ayudar a detener la última obra de un bombardero tras su muerte, y ahí es donde empieza a quedar más claro por qué esta es una novela de terror.
Una de las pocas fallas que detecto en el libro tiene que ver con la perspectiva del narrador. Desde la página 1 se nos avisa que el que cuenta la historia tiene 22 años y que todo empezó cuando tenía 6, y aún así el tono de la narración empieza como si estuviera desde el punto de vista de un niño, con cierta ingenuidad y mostrando la forma en que alguien de 6 años ve el mundo. Pero no dejan de recordarnos que la narración tiene lugar en otro momento. Después, como dice el título. Hay mucho de “después supe”, “después entendí”, “después me di cuenta”, cosas que nos permiten imaginar un narrador más actualizado que el niño que va creciendo a lo largo de los capítulos. A pesar de esta pequeña falla que (en mi obsesividad) no pude evitar notar, resulta muy entretenido ver cómo las perspectivas de Jamie van cambiando mientras va creciendo, cómo entiende más cosas y ve el mundo con menos ingenuidad.
Stephen King usa un lenguaje simple y directo, rápido, sin muchos de esos tecnicismos que dificultan la lectura. Es una novela muy fácil de leer y que perfectamente puede ser tomada en los ratos libres como entretención. Usa recursos para acercar al lector e interesarlo por la lectura, como hablarle directamente: la novela está llena de “tengo que explicarte que…”, “si te parece esto…”, y más de un “y si te molesta te aguantas”. El narrador te esta contando la historia a ti, específicamente a ti, casi pidiéndote tu opinión y recordándote cosas para que vayas entendiendo todo. Este mecanismo es bien frecuente en libros infantiles o adolescentes, y podría malentenderse como que esta novela está diseñada para un público menos maduro, pero nuestro querido escritor no pierde oportunidades de impactar con descripciones asquerosas y grotescas. De la misma forma en que lo hace en sus otras novelas (no nos podemos olvidar de los nervios que generan las descripciones dolorosas de Misery, por ejemplo), aquí nos vemos enfrentados a varias caracterizaciones de los personajes muertos con caras deformadas y materia cerebral chorreando por sus mejillas, e incluso a la descripción específica de los raviolis que el protagonista vomita después de una situación especialmente estresante.
Aún no me declaro fanática de Stephen King, pero debo decir que la novela Después me generó interés por darle otra oportunidad y leer más cosas del autor. Lo atrayente de una novela relatada “en simple”, en la que no hay que pensar demasiado, no hay que adivinar ni recordar sino que solo imaginar y seguir la línea, nos permite a los lectores descansar leyendo. Y (spoiler alert) vale la pena leerlo aunque sea solo por el impacto del giro del final. No me declaro fanática, pero sí me he vuelto una creyente.
Título original: Later
Autor: Stephen King
Año de publicación: 2021
Páginas: 248
Editorial: Plaza y Janés