Por Valentina Gilabert
Un niño es bestialmente violado y asesinado. Su cuerpo es encontrado en un parque de Flint City. “No me explico quién puede haber hecho algo así”, le dice el hombre que halló el cuerpo al detective Ralph Anderson. “Tiene que haber sido un psicópata” es su conclusión. Sin embargo, testigos y pruebas de ADN en el lugar de los hechos apuntan a Terry Maitland, entrenador de la liga infantil, profesor de literatura, buen marido y padre de dos pequeñas niñas, un hombre muy querido en la ciudad, un hombre que a simple vista era impensado culpar por un crimen así. El detective Anderson decide detenerlo en medio de un partido clave, en frente de toda la opinión pública, porque cree que eso es lo que el asesino se merece, sea quien sea. La máxima humillación y repudio de la gente. Pero lo que el detective no sabe es que Maitland cuenta con una coartada inquebrantable y que podría convencer a cualquier jurado. ¿Cómo es posible que alguien esté en dos lugares a la vez? Es la pregunta que rondará la cabeza del detective en todo lo que dure el caso. Incluso cuando una parte de él cree ya tenerlo resuelto.
El visitante es un inquietante thriller del reconocido autor de novelas de terror Stephen King (1947), publicado en 2018 por la editorial Plaza&Janés y parte del ciclo de historias acerca de Bill Hodges que incluyen Mr. Mercedes (2014), Quién pierde paga (2015) y Fin de guardia (2016). Si bien El visitante no es parte de la trilogía, en la novela se hace referencia a algunos de sus personajes por lo que es posible encontrar una conexión narrativa y uso común de técnicas de la ficción noir. Este vínculo puede ser un atractivo para los lectores de King, pero no es necesario para leer la novela, ya que más que nada permiten formar una idea del panorama criminal que toma el autor para desarrollar este universo. La novela fue ganadora en la categoría Misterio en los Premios Goodreads 2018 y contó con una buena recepción de la crítica y los lectores, a tal punto que este 2020 llegó a la pantalla de la mano de HBO, en una adaptación de Richard Pierce (The Night Of) y con las actuaciones de Jason Bateman, Ben Mendelsohn y la nominada al Oscar Cynthia Erivo.
La historia que desarrolla la novela de Stephen King es atrapante de entrada por lo cruda que es, al describir los hechos de una manera tan literal que impacta y permite entender el arrebato del detective Anderson para detener a Terry Maitland. Sin embargo, el relato provoca que sea imposible no empatizar con el Entrenador T y cuestionar si realmente es culpable de tan horroroso crimen o no. El lector avanza en la investigación junto al detective y se sorprende al mismo tiempo que él se va enterando de los hechos. De los testimonios de los testigos, de las pruebas genéticas, de la contundente coartada de Maitland, de lo que de un momento a otro se torna inexplicable. Porque cuanto más empiezan a averiguar él y sus compañeros de investigación, más anormal se vuelve todo. “Si eliminamos las metáforas queda lo inexplicable. Lo sobrenatural” le dice su esposa Jeannie, quien en más de una ocasión actúa como consejera personal del caso. De alguna forma el detective lo necesita porque le cuesta creer en cualquier cosa que se salga de las reglas de lo natural y en esta situación, donde un hombre es capaz de estar en dos lugares a la vez ―o al menos contar con testigos que aseguren ello―, la explicación parece pertenecer a otro mundo, a ese lugar donde lo inexplicable se explica por sí solo porque ahí tiene cabida. Ese mundo que la cabeza de Anderson no logra entender y por eso Jeannie es un personaje tan clave. Sin embargo, no es el único personaje femenino que se destaca en la novela. Marcy Maitland, esposa de Terry, es una mujer empoderada que, a pesar de la horrible acusación en contra de su marido, hace todo lo que puede para que la verdad salga a la luz. No se deja abatir por hombres poderosos ni por ningún tipo de amenaza, incluso aunque se encuentre sola y toda la gente que conoce le haya dado la espalda. Lo hace por sus hijas, pero también por ella, porque está muy segura de sí misma, de la familia que formó y del hombre con que se casó.
Holly Gibney es el personaje femenino más fuerte ―y no solo porque aparezca en la trilogía de Bill Hodges―. La mujer que trabaja sin licencia de investigadora privada y que aparece como caída del cielo para ayudar al detective Anderson, es bastante tímida pero muy segura de sus intuiciones y creencias. Si bien su agencia resuelve otro tipo de casos, como recuperación de bienes impagos, localización de fugitivos en libertad bajo fianza o incluso recuperación de mascotas perdidas, se le da bastante bien trabajar en homicidios. Funciona en términos de resultados, pero es un trabajo que está lejos de disfrutar a pesar de que ya lo ha hecho antes. “He detenido a hombres que han hecho cosas horrendas… y a una mujer que ahogó a su hija recién nacida en la bañera… y nunca lo he entendido”, le cuenta a Anderson en una ocasión. Para ella incluso lo que no es sobrenatural tiene tintas de serlo. Asesinos seriales y depravados sexuales como Ted Bundy o John Wayne Gacy se salen de lo normal. “Caminan entre nosotros. Tú lo sabes. Son seres extraños. Monstruos que escapan a nuestra comprensión. Sin embargo, crees que existen” le dice Holly, quien logra vislumbrar aquello que para Anderson está nublado. Sin ella la novela no sería la misma.
Leer El visitante indudablemente recuerda a otras novelas de Stephen King, al menos en la fórmula de “amigos contra el crimen”. Un ejemplo de ello es It (1986), donde un grupo de amigos decide volver a su pueblo natal para enfrentar al payaso ―sobrenatural, por cierto― que los había atormentado de niños. En este caso es algo parecido, la diferencia es que en vez de adultos inexpertos tratando de salvar el mundo, o su mundo, tenemos a un conjunto de especialistas. Detectives, policías, investigadores privados y abogados tratando de obtener respuestas acerca de un crimen que parece no acabar. “Este caso es como un zombi, se niega a seguir muerto”, dice uno de ellos porque a cada momento aparecen nuevas pistas que llevan a los personajes de un lugar a otro, y no solo a ellos. El autor logra lo que pudiera ser la motivación de cualquier escritor de thrillers: atrapar al lector.
Es un hecho que El visitante no es la novela más reconocida de Stephen King, pero es un trabajo que cumple y que se disfruta. Si bien el comienzo es más bien lento, la novela es atrapante, logra entretener y generar intriga. No es solo la historia de una persecución. También habla del sistema judicial, de los intereses políticos que se vierten en un caso, de cómo una familia enfrenta la pérdida, de la fortaleza y las capacidades de las mujeres, de lo imposibles que parecen algunos homicidios y de lo reales que son. Habla de lo horrible y macabra que es una parte del mundo en que vivimos y que no nos queda más que aceptar y creer en esa realidad. Porque mientras no se tenga en cuenta ese lado oscuro, inexplicable en ocasiones, difícilmente se podrán cambiar las cosas; o en este caso encontrar al culpable del crimen.
Título: El visitante
Autor: Stephen King
Año de publicación: 2018
Páginas: 592
Editorial: Plaza&Janés