Crítica Literaria “Estaba preparado para todo menos para ti”: El peligro de las respuestas sencillas

 

Por Jaime Ahumada Ruiz

La salud mental, durante los últimos años, finalmente ha recibido su necesario reconocimiento como parte fundamental en la salud integral de las personas. Por décadas fue relegada casi al final de la fila, debiendo cargar en silencio con todo el peso de nuestras acciones. Ahora, al fin, su cuidado se ha vuelto parte de la discusión pública y un elemento a considerar. Con esta nueva necesidad, consecuentemente, se vió la oportunidad de abrir un nuevo mercado el cuál explotar. Es allí donde aparecen las películas, libros y otros productos de la llamada autoayuda. Lo que antes tenía su principal foco en vender fórmulas para ser exitoso, se ha volcado cada vez más a vender fórmulas para ser feliz, entendiendo esto como estabilidad y salud mental.

Estaba preparado para todo menos para ti de Albert Espinosa (Grijalbo, 2022) es sin duda alguna un libro de autoayuda, pese a que a su autor lo defina como un libro “salvaheridas”; es decir, un libro que ayuda a sanar. El libro cuenta con veintitrés capítulos, aquí llamados “soplos”, cada uno acompañado de alguna cita de un personaje histórico notable (aunque varias descontextualizadas) y una sencilla y agradable ilustración atingente. Luego, el autor presenta cuatro listas de veintitrés películas, canciones, libros y obras de arte que lo habrían ayudado a sanar en un determinado momento, y finalmente, una pequeña fábula que va en la misma dirección que el resto del contenido del libro.

Los “soplos” que Espinosa presenta son en realidad, consejos, ejercicios y experiencias que contienen determinados saberes que propone como guía de vida, y los llama de esa manera porque los compara con los soplidos que su madre daba sobre sus heridas de niño, para que estas sanaran. Todo el libro está lleno de las experiencias personales del autor, lo que, a ratos, resulta increíblemente agotador, ya que construye una imagen de sí, en la que pareciera que no puede dar dos pasos sin reflexionar altruistamente sobre la vida o sin encontrarse con una persona llena de sabiduría que —coincidentemente— comparte su postura frente al mundo. Esto, a ratos, proyecta el personaje que construye más como una caricatura que como una persona, y crea innecesariamente, además, un problema sobre su saber: está todo tan basado en su experiencia particular, que parte de lo que propone resulta completamente arbitrario. Por ejemplo, con el número veintitrés; Espinosa nos dice que conoceremos veintitrés personas que serán “luz” para nuestra vida, y nos presenta la misma cantidad de soplos y recomendaciones, todo basado en un tatuaje que tuvo a quien denomina como su maestro. Pretende generalizar su experiencia particular como universal, como si no hubiera otra forma de vivir.

Esto no quiere decir que la experiencia del autor no sea válida o carezca completamente de riqueza. Su vida, como comenta tanto en éste, como en sus varios libros anteriores —en los cuales sigue una línea conceptual clara, como con la idea de los “amarillos”, estas personas de luz que supuestamente aparecen en las vidas de todo el mundo—, definitivamente ha sido diferente a la de la mayoría: fue diagnosticado con cáncer a temprana edad, por lo que tuvo que pasar diez años entrando y saliendo de hospitales, y le fue extirpado un pulmón, parte del hígado y amputada una de sus piernas. Todo esto impacta en su configuración como persona y probablemente le otorgue una perspectiva distinta sobre muchas cosas, sin embargo, no le atribuye las habilidades ni le da el conocimiento necesario para guiar o “salvar” a otros de forma inmediata, menos utilizando su forma de vida como plano.

Los “soplos” del autor, por lo demás, están compuestos exclusivamente por lugares comunes; por lo ya dicho y el cliché de pensar positivo. Escritos de manera simplona y con una pseudo poética barata, todos estos consejos podrían resumirse en mantenerse siempre optimista, alejarse de lo dañino, y dejar que todo fluya y nada influya. Si bien estos no son completamente inútiles, si presentan el peligro de una fundamentación escuálida y sin bases, profundamente individualista y utilitarista, además de no lidiar con ningún tipo de frustración, sino evitarla completamente. Las personas “ruidosas” o dañinas son básicamente todas aquellas que no apoyen o no concuerden con todo lo que uno haga, y por tanto hay que cortarlas de la vida; las personas que hay que mantener cerca son sólo aquellas que me enseñan o ayudan directamente. Inclusive la empatía es vista de esta forma, como un beneficio personal obtenido de esa acción para con un otro. Todo lo demás, es calificado directamente de lastre, al que además, se le niega la posibilidad de cambiar o mejorar. Estamos todos definidos, o estás con el autor y eres de los luminosos, o eres puro ruido y no tienes remedio.

Con todo esto, Estaba preparado para todo menos para ti, es un libro que se pretende con todas las respuestas, sin embargo, todas estas son vagas y reiterativas, defendidas por la conocida falacia de validación personal; es decir, yo pienso que se ajusta a mi, y por tanto es real. No puedo decir que este libro, así como cualquier otro de Espinosa o de los libros de autoayuda en general, no sirvan para nada y no ayuden a nadie, porque probablemente si lo han hecho (por algo también venden miles de copias). Sin embargo, propongo que sean leídos con cuidado, ya que estas respuestas amplias y sencillas poco hacen por resolver los verdaderos problemas que afectan a las personas, y es más, invitan a naturalizarlos y ocultarlos en el olvido. Son las redes de apoyo y los profesionales de la salud a quienes realmente hay que llamar “salvaheridas”.

FICHA TÉCNICA

Título: Estaba preparado para todo menos para ti

País: España

Autor: Albert Espinosa

Género: Autoayuda

Editorial: Grijalbo

Páginas: 272

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