Crítica literaria “Islas de Calor”: La distopía chilena que enciende las alarmas climáticas en Santiago

Por Ana Moraga

Combatir los eventos climáticos extremos en la ciudad es imposible. Los edificios, las carreteras y las calles retienen el calor, y las temperaturas superan los 40 °C. Este es el universo que presenta Malu Furche en Islas de calor. La escritora temucana utiliza sus habilidades de guionista y su mirada audiovisual para compartir su primer libro de cuentos.

Cuatro relatos se conectan a través del caos que provoca el aumento de temperaturas en Santiago de Chile. Los personajes, narrados en tercera persona, comparten una sola cosa en común: aprender a sobrevivir en un mundo donde el calor ha invertido los ritmos de la vida y la noche es el único refugio. Se enfrentan a la escasez de agua y la falta de comida; la sombra es un lujo. Las relaciones humanas son frágiles y caer en la locura está a un grado Celsius de distancia.

Furche refleja la degradación social desde su primer cuento, Vivir así. La obra está marcada por las diferencias de clase, el clasismo, el trato indiferente entre una empleada y su jefa; relación que luego se retuerce ante la agonía de la crisis climática que enfrentan. La atmósfera de terror, tensión y opresión se siente en cada relato. No es solo el fenómeno lo que los afecta, también es el poder que ejercen los militares, y que en La Atacama (o los que no vuelven) estalla. Múltiples voces relatan la violencia que se vive, y algunos nunca regresan: un guiño a la historia reciente de Chile, donde aún hay cuerpos que nunca han sido encontrados.

Islas de calor describe un mundo de desencanto. “Cuando entierren a la vieja habrá 44,8 grados, un nuevo récord. El aire estará lleno de ceniza, un incendio en el cerro San Cristóbal recién habrá comenzado. Por suerte, el hoyo saldrá fácil porque el cadáver será diminuto” (Furche, p. 55). Los personajes se rinden, no lloran y el desgaste por sobrevivir es más fuerte.

A pesar del colapso social y emocional, los personajes buscan en qué creer más allá de la religión tradicional. Esto se ve en el último cuento La viuda y la virgen, donde una mujer es bendecida con un milagro para “ayudar a otros”, jugando a ser una especie de Dios. Sin embargo, al igual que en los otros textos, emergen las carencias, los deseos reprimidos y las debilidades del ser humano.

Islas de calor es una crítica social disfrazada de distopía. La crisis ambiental no aparece como un evento futuro, sino como algo urgente. No es solo una catástrofe natural, sino también política: sus consecuencias afectan de forma desigual y exponen las fallas del sistema. El libro va más allá del individualismo en la lucha contra el cambio climático: denuncia que también es una responsabilidad del Estado.

Furche ofrece una narración ágil, con múltiples perspectivas que pueden atraer tanto a lectores jóvenes como adultos. Las historias son fáciles de imaginar y no se enredan en descripciones extensas. Aunque las emociones de los personajes pueden resultar reiterativas en algunos relatos, la autora deja su sello con un mensaje claro: la distopía ya está aquí, estamos a un paso de alcanzar los 40 grados y los miedos detrás de este relato se pueden volver realidad.

Ficha técnica

Título: Islas de Calor

Autor: Malu Furche

Editorial: La Pollera Ediciones

Año: 2022

Páginas: 137

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