Por Ana Moraga
Con más de 15 millones de lectores tras el exitoso thriller La verdad sobre el caso de Harry Quebert (2012), el suizo Joël Dicker se convirtió en uno de los escritores favoritos de última década por lo que, luego de una pausa de seis años, decidió publicar La desaparición de Stephanie Mailer, una novela policial que no solo tiene múltiples sospechosos, sino que remonta un caso que fue cerrado veinte años atrás.
Corría el verano de 1984 en Orphea donde el pueblo se preparaba para la celebración del festival anual, sin embargo, nadie contaba con que el inicio de la festividad sería convertiría en una noche negra: la muerte del alcalde, su familia y una mujer inocente que pasaba por el sector donde ocurrirían los hechos. El acontecimiento fue resuelto por los policías, Jesse y Deker, pero años más tarde deben reabrir el caso, luego de que una periodista diera con nuevas pistas que indicará que el supuesto asesino, no calzaba con todas las pruebas. En medio de vacíos e incluso nuevas muertes, los agentes deben averiguar quién está detrás de todos los horrores.
Para ser atrapado por la obra basta con leer el prólogo que hace un flashback al terrorífico asesinato que marca el punto central de la novela. El lector se siente un testigo de la escena, se visualiza como una película; pero lamentablemente no nos da una pista de quien es el culpable y esto da el paso para comenzar el primer capítulo y no parar hasta obtener más detalles de lo que ocurrió aquel día. En medio de un giro a la actualidad y reapertura del caso, los policías se ven acompañados por una nueva agente: Anna Kanner, quien más allá de ser una tercera investigadora, cumple un rol de dureza, inteligencia y empoderamiento, demostrando indirectamente que puede llevar a cabo su cargo sin importar su sexo, esto no solamente a sus compañeros, sino que también influye en su vida personal. Así como Anna, también hay otras figuras femeninas con fortaleza dentro de un ambiente liderado por el machismo y que el autor destaca desde distintos ángulos, pero con sutileza.
En la misma línea, Dicker introduce una cantidad exuberante de personajes y es que, a pesar, de que es lo ideal para confundir al lector y mantener el misterio, algunas historias no van al caso, son tramas extras que no tienen una puerta de salida relevante al finalizar la obra. Esto provoca que, en las más de 600 páginas, nos olvidemos de ciertos personajes que pueden ser importantes para llegar al desenlace. Ahora bien, desde la otra vereda, el escritor desarrolla a totalidad a sus figuras y es que, se empatiza con cada personaje, incluso si es secundario, creando un lazo que nos hace preguntarnos hasta el final de la obra “qué será de la vida de…”.
A Joël Dicker no se le escapan los detalles y no cae en sobreescribir, es simple. Tampoco deja fuera las trampas a los lectores, en que, creemos que el final llegó cuando, en realidad, no estamos cerca. Es un thriller recomendado que te dejará un par de semanas en vela, especialmente a los aficionados del género o que solo lo leen ocasionalmente. Mientras que, quizá, quienes ya sean fanáticos del escritor, crean que esta no es su mejor obra, especialmente -y recalco- con el exceso de personajes-, sin embargo, es posible darle una nueva oportunidad al autor con El caso de Alaska Sanders, su último éxito, lanzado este 2022.
FICHA TÉCNICA
Título: La desaparición de Stephanie Mailer
País: Suecia
Autor: Joel Dicker
Año de publicación: 2018
Género: Novela Policial
Editorial: Alfaguara
Páginas: 672