Crítica Literaria “Taguada”: La necesidad es recordar

 

Por Valentina Gilabert

Cuenta la leyenda que por allá en el siglo XIX, en el sector de San Vicente de Tagua Tagua, ocurrió un contrapunto entre dos payadores, el terrateniente Javier de la Rosa y el mulato Taguada. Aquel enfrentamiento sin precedentes se extendió por cuatro días completos en que se dice ni siquiera destinaron tiempo para descansar o comer. Ambos payadores se creían el mejor, imbatibles en el verso con guitarrón en mano, y claro, también eran reconocidos cada uno entre sus círculos por nunca haber perdido un enfrentamiento. Lamentablemente, después de aquellas largas noventa y seis horas, para uno de ellos, fue su primera derrota. Taguada (Sudamericana) es la última novela del escritor chileno Andrés Montero y fue escrita en base a esta leyenda popular que poco a poco se ha ido haciendo más conocida. Un trabajo literario que rescata la oralidad en un ejercicio de investigación y escritura que parte desde su historia familiar y anécdotas personales hasta llegar al último vestigio de lo que fue el enfrentamiento entre Taguada y Javier de la Rosa.

Andrés Montero es principalmente un contador de historias. Ya en 2012 publica el libro de relatos La inútil perfección y otros cuentos sepiosos y en 2016 gana el premio Marta Brunet y el Premio Municipal de Santiago por el libro Alguien toca la puerta: leyendas chilenas. Ese mismo año publica Tony ninguno, su primer gran éxito que lo hace acreedor del prestigioso Premio Iberoamericano Elena Poniatowska en México. Durante 2018 es el turno de En el horizonte se dibuja un barco, libro que busca acercar a los lectores jóvenes a la poesía. Taguada es editada poco después en 2019 y es adaptada como pieza teatral homónima en 2020 bajo la dirección del dramaturgo chileno Luis Barrales. Además de sus diversas publicaciones, Montero es miembro fundador de la compañía de narración oral La Matrioska, con la que ha participado de diferentes festivales en Chile y Sudamérica, y es director de la Escuela de Literatura y oralidad Casa Contada.

En Taguada las voces son diversas y avanzan con el tiempo, solo que en retroceso. Recorremos la historia del contrapunto con el autor, desde su primer encuentro con Nicanor Parra hasta aquellos años en la Hacienda Tagua Tagua. Lugares y momentos donde aparecen nombres que hacen imposible no ubicarse en un contexto, en una emoción determinada. Leemos y escuchamos a Floridor Pérez, José Liguay, Antonio Acevedo Hernández, Juan Radrigán e, incluso, los hermanos Violeta y Nicanor Parra. De alguna forma, estos personajes son parte de la leyenda porque desarrollaron un interés particular. Investigaron y escribieron sobre ella o al menos quisieron hacerlo. “Yo siempre pensé que ese contrapunto había que reescribirlo entero”, le dijo Nicanor Parra a Andrés Montero en una visita que le hizo el autor de joven. Para gran pesar, el mayor del clan Parra nunca logró su cometido.

La novela de Montero se funda en un movimiento coral que cobra vida a medida que el libro avanza y así las expresiones de cada una de las voces toman gradualmente un tinte de época, de campo, de tabernas repletas de polvo, de guitarrones y del canto popular. Es entonces que es posible trasladarse al tiempo y lugar donde los hechos ocurrieron, y con ayuda del testimonio construir en nuestras cabezas un retrato de los protagonistas de la historia, donde el rico se enfrenta al pobre, donde siempre es uno el que gana. Y así como la historia misma sale a la luz gracias a lo que cuenta la gente, también sus diferencias son plasmadas en algunos de los versos que los mismos payadores expresan:

 

Yo soy taguada, el maulino,                                        Yo soy Javier de la Rosa               

Famoso en el mar y en tierra                                     El que llevó la opinión

En el Huasco y en Coquimbo                                      En Italia, en Inglaterra,

En el Fuerte y Ciudadela                                              En Francia y en Aragón.

 

El viaje que realiza Montero a través del contrapunto tiene una motivación personal, pero al mismo tiempo cuenta la historia desde una voz colectiva. Atraviesa generaciones y captura sus relatos en busca de algo, no necesariamente de una verdad. Es como si el autor estuviera intentando llegar a un lugar, pararse en él y de esa forma entender el enfrentamiento. ¿Por qué todo terminó como terminó? “Creo que sobre todo me interesaba saber cómo habían llegado a enfrentarse. Qué caminos habían recorrido, qué estaba en juego en ese contrapunto que ninguno quería abandonar”, escribe Montero.

Taguada no es un libro para encontrar respuestas, pero sin duda permite empaparse de la cultura popular. De ese canto a lo humano y lo divino que tan bien desarrolló nuestra querida Violeta, de las payas, del hablar popular. De la música, porque en ella también se cuentan historias. “Decía lo que de alguna forma yo pensaba a mis veinte años: que las palabras podían ser cuchillos y que la poesía era un asunto de vida o muerte”, cuenta el autor, y vaya que tiene sentido.

También parece haberlo entendido de esa forma el dramaturgo Luis Barrales (H.P. Hans Pozo, Niñas Araña, Xuárez, La apariencia de la burguesía) quien en 2020 llevó a escena el libro de Montero con un montaje en formato virtual, protagonizado por las actrices Claudia Di Girólamo y Paula Zúñiga acompañadas de los payadores Manuel Sánchez y Moisés Chaparro. Barrales fue capaz de contar el relato de Taguada desde la historia personal de dos mujeres de distinta familia, provenientes de distinta realidad y clase social y que con el avance de la conversación se van dando cuenta de que su pasado está relacionado con este contrapunto y todo lo que de él provino. Mientras las mujeres van contando su historia, los payadores Sánchez y Chaparro hacen lo propio con el canto y, de alguna manera, invocan las voces de Taguada y Javier de la Rosa. En este sentido, y a pesar de la virtualidad, la obra de Barrales funcionó de buena manera en este intento de levantar un texto coral sin perder la esencia y el peso de la historia.

Sin duda, Luis Barrales no podría haber hecho su obra sin un buen material que le permitiera trabajar ese universo literario, estético y poético. Porque hay que decirlo: lo de Andrés Montero es una hazaña. Tal y como la de los payadores protagonistas de esta historia estuvieron cuatro días sin soltar el guitarrón y el verso, Montero estuvo años sin dejar ir la historia y la palabra. No todo el mundo suele conectar con este tipo de tópicos, pero este no es el caro. Porque cuando las palabras son honestas, cuando la historia tiene corazón, se nota.

Título: Taguada
Autor: Andrés Montero
Sello: SUDAMERICANA
Fecha publicación: 10/2019
Idioma: Español

 

 

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