Crítica literaria “Voyager”: La memoria de los cuerpos

 

Por Valentina Gilabert

La memoria como pilar de la escritura. La memoria de una madre, de un pueblo reprimido, de las estrellas en el firmamento. Voyager, el último libro de Nona Fernández, es un ensayo construido a partir de recuerdos personales que también retrata la historia de un país.  “Somos contenedores de recuerdos”, dice la autora en más de una ocasión. ¿Por qué recordamos? ¿Para qué?

Nona Fernández (Santiago, 1971) sorprende y conmueve, y no es la primera vez. La escritora, dramaturga y guionista chilena lo logró con Mapocho (2002), su primera novela, donde a través de la historia de un río, de una ciudad, habla de los dolores de un país; o también en La dimensión desconocida (2016), ficción autobiográfica con la que ganó el Premio de Literatura Sor Juana Inés de la Cruz 2017, donde toma como motor de escritura una entrevista realizada por la Revista Cauce a un torturador y asesino en la dictadura de Pinochet. Su primera y última novela son solo algunos ejemplos de la línea temática y escritural de Fernández. El grueso de su obra está trabajado en torno a ese ejercicio: el de la memoria. De la propia, pero también la de un país que necesita recordar. Voyager (2019) es su primer ensayo, pero en ningún caso se desmarca del resto de sus trabajos. Por el contrario, sus recuerdos personales combinados con una laboriosa investigación hacen que cobre aún más sentido la forma en que ha construido todos sus relatos anteriores.

Una madre se desvanece en medio de la calle y pierde la memoria de ese momento. Su hija la acompaña al médico, donde le dicen que la epilepsia ha provocado estos episodios. Revisan su actividad neurológica. “El cerebro de mi madre contiene un grupo de estrellas que constelan llevando el nombre del recuerdo cariñoso que las enciende”, dice la autora. Ese recuerdo es el día de su nacimiento. Momento que está registrado en la cabeza de la madre, pero no de la hija, porque hay cosas que sencillamente no es posible recordar, pero que aun así están la memoria de nuestros cuerpos.

A partir de este momento que vivió junto a su madre, la autora comienza a tejer un manto del recuerdo en el que su historia personal, el origen del universo y la herida abierta de un país son protagonistas, estableciendo de esa forma la memoria como base de una cultura, porque es fundamental que exista. Así lo ha dejado en evidencia la historia contemporánea. Es necesaria ya que permite crear un puente entre el pasado y el presente. Implica una experiencia en el tiempo, personal, colectiva o universal, que requiere ser recordada porque de alguna manera define lo que somos, y todo lo que somos, está en el pasado.

“El presente no existe” es una idea de las ideas que instala el documental Nostalgia de la Luz de Patricio Guzmán que, si bien, habla desde la astronomía es capaz de generar una conexión brillante entre la memoria histórica y el recuerdo de detenidos desaparecidos en el norte de Chile, y por eso es imposible no pensar en él mientras leemos Voyager. Porque finalmente todo lo que miramos está en el pasado. Desde las miles de estrellas y constelaciones en el cielo hasta aquellos recuerdos de personas que están guardadas en algún rincón de nuestra cabeza ―o corazón, si se quiere pensar así―.

Voyager está escrito desde ese pasado ineludible, que permanece. Existe en imágenes y recuerdos. Como la madre de la autora leyendo el horóscopo del diario después de tantos almuerzos, la fotografía de la madre y el cumpleaños junto a sus familiares que ahora están muertos, la madre gritando al televisor cada vez que aparece Jaime Guzmán en pantalla, la madre indignada yendo a votar el plebiscito por la Constitución del 80, la madre con sus mejores prendas para ir a votar por el No. Todos recuerdos de una madre que son parte de la historia de su hija, porque lo quiera o no, está en su cuerpo.

Ese pasado también está en La Constelación de los Caídos, homenaje a los veintiséis chilenos que fueron ejecutados el 19 de octubre de 1973 por la Caravana de la Muerte en Calama, con el que Amnistía Internacional buscó renombrar veintiséis estrellas visibles desde el Desierto de Atacama y con ello formar una nueva constelación. De esa campaña ocurrida en 2018 participó Nona Fernández como madrina de una de las estrellas que llevaría el nombre de uno de los ejecutados. Y es que conectar el cielo del norte de Chile con el pasado no es casualidad. “Si recordamos que todo lo que observamos en el firmamento es parte de nuestro pasado, habría que aceptar la idea de que en el desierto de Atacama tenemos el portal más importante del planeta para viajar en el tiempo”, dice la autora. Porque ese pasado está en el cielo, en los cientos de años que han transcurrido desde que murió una estrella y nosotros la vemos como un puntito brillante sobre nuestra cabeza, hasta en el suelo, en la arena del desierto, donde a la fecha yacen escondidos cuerpos de detenidos desaparecidos en dictadura. “¿Qué pasó aquí? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Por qué?”, se pregunta. Una cuestión permanente al tratar de reconstruir el pasado ya sea personal, colectivo o universal.

El ensayo de Nona Fernández es un viaje doloroso, pero necesario. De una escritura inteligente y dedicada, que no busca esconderse entre artificios de ningún tipo y que se instala con honestidad en un presente que constantemente recuerda el pasado. El de ella y el de todos nosotros. Un pasado que en realidad no es tan lejano porque en la actualidad la sociedad chilena vive, y sobrevive, entre de los restos de una dictadura, de un pasado que permanece, pero del que gente ya se cansó. Así lo pudimos ver en octubre del año pasado con el estallido social, cuando las calles se repletaron para acallar la injusticia y exigir la dignidad para el pueblo chileno. La memoria y el recuerdo son parte de aquello que nos define, en lo individual y colectivo, pero también están presentes como recordatorio. “Toda esa experiencia de todo ese abismal pasado que nos moviliza, está archivada en la memoria de nuestros cuerpos”, dice la autora. Porque bien no recordemos, o no nos permitamos recordar aquello que nos duele, siempre va a estar presente. ¿Por qué? ¿Para qué? De aquí en adelante, mantener viva esa memoria, esos recuerdos, será la mejor forma de poder hacer de este un Chile mejor. Gracias Nona por ayudarnos a no olvidar.

Título: Voyager
Autor (es): Nona Fernández
Sello: LITERATURA RANDOM HOUSE
Precio sin IVA:$ 8.403
Precio con IVA: $ 10.000
Fecha publicación: 11/2019
Idioma: Español
Formato, páginas: Tapa blanda, 150
Medidas: 11 X 18 cm
ISBN: 9789566045151
EAN: 9789566045151
Temáticas: Literatura contemporánea
Colección: Literatura Random House
Edad recomendada: Adultos

 

 

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