El pintor Manuel Torres revive agudamente la escena
cultural de los 80 en el cómic Cosmópolis
El 20 de octubre, con la participación de los teóricos Rita Ferrer y Guillermo Machuca, se presentó en Espacio Falso el cómic Cosmópolis, del Manuel Torres (1960) junto con una exposición del artista en lo que es el relanzamiento de la editorial independiente Gráfica Marginal creada en plena dictadura.
Gráfica Marginal es la mítica editorial fundada en 1981 y que constituye el antecedente directo de las editoriales independientes. Bajo la dirección del mismo artista Manuel Torres, se editaron publicaciones de bajo costo que mezclaban la poesía con el lenguaje visual en distintos formatos como trípticos, afiches y librillos de pocas páginas, donde aparece la letra de insignes poetas en pleno “Apagón Cultural”. Utilizando papel carátula de los característicos colores azul “paquete de vela”, rosado o roneo, se difundió a Rodrigo Lira, Nicanor Parra, Armando Rubio, Jorge Teillier, Gonzalo Rojas, Enrique Lihn, José Angel Cuevas, Juan Cameron, entre otros, en ediciones de 500 ejemplares impresas en offset.En las publicaciones se privilegió la caligrafía directa de los autores implicados en las ediciones de los textos sobre la letra de imprenta. Estos manuscritos fueron confiados a Manuel Torres por los propios escritores con quienes tenía cercanía. La distribución de los ejemplares fue principalmente por mano y por venta callejera, distribuyéndose en algunas librerías de Santiago, Viña del Mar y hasta Punta Arenas, lo que hace a cada ejemplar de inapreciable valor bibliográfico.
En esta oportunidad, la editorial publica el cómic Cosmópolis que funciona como una especie de libro de artista en donde se mezcla comic, gráfica, collage y fotografías del archivo del artista −principalmente escenas urbanas del centro de Santiago en los años 80 o Buenos Aires− intervenidas gráficamente. En 100 páginas, el autor narra alrededor de diez historias hiladas entre sí por el paso del tiempo. En la mayor parte de ellas, el narrador y protagonista es una suerte de alter ego del propio artista que comenta y participa de delirantes historias que se sitúan en el Chile de la dictadura en lo que parecen ser recuerdos fragmentarios de la escena artística y bohemia del periodo, de la cual Torres formó parte. Estas historias se entrelazan con otras de la revolución francesa, referencias al Buenos Aires de Borges, e incluso una historia situada en la época de las cavernas que permites establecer cruces con la mirada republicana de un artista chileno viviendo en plena dictadura.
El cómic es fruto del trabajo de dos años, en los que Torres −luego de dedicarse principalmente a la pintura y al arte objetual− ha retomado procedimientos que ocupaba en los 80, experimentando ahora con fotocopias y gráfica recargada de ironía al retomar la estética pre-internet en época donde prolifera la imagen digital y las nuevas tecnologías de reproducción, apelando a una suerte de relato donde el pasado revive como una época legendaria;“cada generación tiene derecho a sus propios mitos…o a inventárselos” se lee al finalizar el comic al lado de unas mujeres que portan un cartel que dice “ABAJO LOS 80”.Así, el artista se ríe de sí mismo en esta suerte de nostalgia de una época oscura y represiva que paradojalmente -producto de la rebeldía frente al sistema imperante- provocó en sus coetáneos un sentido de vida y pertenencia que los tiempos actuales parecen haber borrado del todo. Con el paso del tiempo, los excesos de “La Vía Etílica” y las incontables anécdotas de desborde en un momento que se estaba permanentemente al límite, pasan a ser parte de una épica.
Junto al libro, el artista presentó una instalación en la misma clave estética; un collage de fotocopias y textos que montó en el muro, a la manera de un comic de gran formato, en el cual cada viñeta funciona como obra independiente.