Eloísa es una obra de danza contemporánea que se presentó entre los días 25 a 29 de agosto en cinco colegios de la provincia de Llanquihue; el Liceo Punta de Rieles en Los Muermos, el Liceo Carlos Ibáñez del Campo en Fresia, la Escuela Rural de Chayahue, la Escuela Rural de Pargua y el Colegio Salesiano de Puerto Montt. También hubo una función en el Teatro Diego Rivera. Esta obra pretende escenificar los vínculos vitales, hacerlos existir desde una realidad en la que el dolor de la pérdida florece a través de la belleza vertiginosa de su resignificación.
Eloísa del Carmen Paredes Mansilla nace en marzo de 1947, al parecer cerca de Purranque. “Eloísa”, como obra de danza, es un retrato abstracto sobre las experiencias particulares y las lecturas subjetivas de la biografía y las diversas dimensiones de la madre del coreógrafo Manuel Jaramillo Paredes. Proyecto Financiado por el Fondo Identidad Regional de la Seremía de las Culturas de la Región de los Lagos.
El esposo de Eloísa, Eduardo Aliro, compañero por más de 50 años, falleció el 9 de mayo del presente año, producto de un cáncer a la pleura desarrollado por la exposición al asbesto en su trabajo de marino de la armada. Eloísa, poco más de un año antes, falleció el 6 de abril del 2021, a causa de un cáncer pulmonar derivado de su tabaquismo.
La primera parte del proceso de creación dispone de ocho cuerpos en escena, Manuel Jaramillo Paredes, Antonio Alderete Loaiza, Camila Hernández Díaz, Ivania Obando Pávez y Alanis Ríos Ralil de Puerto Montt, Franco Artigas Carrillo de Valparaíso, Inés Melchor Lara de Viña del Mar y Daniela Rojas Mora de Santiago. Luego de meses ensayando entre las regiones de Los Lagos y Valparaíso se ensambló el trabajo creativo con el encuentro entre intérpretes.
Creadores
Manuel Jaramillo Paredes, hijo de Aliro y Eloísa, hermano de Rosa, Eduardo, Patricia, Sebastián, tío de ocho sobrines y una sobrina nieta, es nacido y malcriado en Puerto Montt, trabajador de las danzas desde la educación, gestión, investigación y creación. “Desde hace mucho años que la danza es el centro y epicentro de mi vida. La obra surge con la necesidad de resignificar este proceso de duelo, en el que creo que nadie tiene muchas herramientas para sobrellevar y metaforizar. Como tengo el privilegio de que la danza es un lugar de encuentro conmigo mismo, con los demás, con el mundo, con la sociedad, con lo que me mueve, tenía que transformar ese episodio en danza”.
“Siento que mi mamá necesitaba una sublimación, relevancia, porque también es la figura de muchas otras madres invisibilizadas en Chile y el mundo. La provincia de Llanquihue, donde se enmarcan estas muestras, es el habitáculo de las itinerancias que tenía mi madre en vida. Esta primera parte se enrolla y desenrolla dentro de las conjugaciones que tiene el cuerpo de intérpretes con respecto a la maternidad, la niñez, la vinculación, y con imágenes que se me han revelado en sueños, mi mamá, mi papá, también me doy el espacio de que cuando duermo me visiten los que me tengan que visitar”.
Inés Melchor es una mujer de 33 años, migrante, peruana, madre, profesora de teatro que le encanta danzar. La relación con su madre se ve reflejada en la obra, que la hace repensar los vínculos, recordando la infancia y mirándola desde su adultez y maternidad actual. “Miro el pasado con otros ojos, con ojos de amor, sin juzgar a mi mamá, cosa que ya hice. El proceso de la obra me permite cambiar la perspectiva, ha sido muy personal, nos interpretamos casi a nosotros mismos en escena, todo es muy natural, muy nuestro”.
“La obra se estrenó en escuelas rurales, liceos, invitando a las y los estudiantes a que la disfruten, la reciban sin tratar de entender lo que están viendo, sino que se dediquen a sentir. Es importante que la danza esté presente en los colegios, yo estudié teatro porque de casualidad fue una compañía a presentar a mi escuela en Perú, es importante que los niños tengan un acercamiento a las artes escénicas, despierta sus sentidos, emociones y permite desarrollar lo socioafectivo”.
Antonio Alderete es intérprete y vestuarista de la Compañía Danza Donde Sea. “Llevo bailando con la compañía alrededor de 9 años. Se propone una estética en vestuario guiada desde el director, con la mano de obra de los mismos intérpretes, considerando que Eloísa confeccionaba sus propios vestidos a mano, les daba forma, los cosía, zurcía los agujeros, los remendaba. Yo no crecí rodeado de mis abuelas ni de mis tías. Cuando conocí a Eloísa sentí esa acogida familiar que no había vivido, es una persona que abre sus alas, te envuelve, te adopta, te recibe con todo su ser, como hijo, como nieto, era muy cercana”.
“Hay dos vestuarios, un vestido grande, ancho, con múltiples tipos de tela reciclada desde nuestros armarios y baúles, como manteles de cocina, cortinajes, jeans. Esas diferencias de tela tienen estampados muy coloridos, típicos de Eloísa, de las casas, de nuestras abuelas, el cotidiano, frutas, flores, pájaros, elementos religiosos. El segundo vestuario se compone de blazer, pantalón de vestir y blusa muy floreada, este blazer está intervenido con parches cosidos a manos por los intérpretes”.
Daniela Rojas, intérprete en danza de 39 años, se dedica principalmente a las danzas de raíz africana, ahora embarcada en la experimentación de la danza contemporánea. “Con Manuel nos conocemos hace muchos años, somos compañeros de formación. Hay una relación de amistad con búsquedas en común, un trabajo de la danza desde perspectivas no hegemónicas, desde nuestras corporalidades, nuestras deidades quizás, alejándonos de la línea. Es algo que se nos permitió. Nos percibimos lejos de los cánones evaluativos”.
“Destaco mucho el puente que se hace entre ficción y realidad, este puente que une dos mundos, que es un reflejo de la figura central de Eloísa, el mundo material, palpable, sensitivo, y el espiritual, más intuitivo y etéreo. Manuel genera las condiciones para que la experiencia ocurra en el momento, en el aquí y en el ahora. Estamos muy presentes en cada segundo, cada función es única, no creo que sea posible ver la obra dos veces”.
Para más información sobre la compañía seguir a “Danza donde sea” en Instagram y Facebook.
ELOÍSA, 1ra parte: “resignificamos, luego existimos”
Ficha técnica:
Creación: Manuel Jaramillo Paredes, coreógrafo seleccionado en IX Encuentros Coreográficos Nacionales del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, convocatoria 2022.
Interpretación: Compañía Danza Donde Sea.
Vestuario: Antonio Alderete Loaiza.
Composición Musical: Emilia Díaz Escobar.
Escenografía: Cristian Igor Santana.
Tejidos: Eloísa Paredes Mansilla.
Gráfica: Lorena Espinoza.
Registro profesional: Yamila Ciaramellano.
Asistencia técnica: Sebastián Jaramillo Paredes, Eduardo Jaramillo Paredes y Matías Salinas Valenzuela.
Colaboran: Asamblea Danza Los Lagos, Academia Danza Monica Bustos, Corporación Cultural de Puerto Montt, Centro Cultural La Mandrágora.