Ai Wei Wei: Inoculación, una exposición inspiradora
Por Pamela Zahler
Debo reconocer, con un alto grado de vergüenza, que no conocía a Ai Wei Wei. Por lo tanto no tenía ninguna expectativa ni mucha idea a lo que iba. Y debo decir que fue una grata sorpresa.
La exposición mezcla soportes y estilos, cuenta parte de la vida del autor, que es fundamental para comprender qué está detrás de su obra: la crítica social, pero sobre todo, la humanidad.
En esta oportunidad el artista chino Ai Wei Wei toca los temas de la inmigración, los refugiados, los derechos humanos y la libertad de expresión, tópicos muy en boga en la actualidad. Pero si lo pensamos bien, son tópicos atemporales. Todos hemos sido inmigrantes, refugiados, privados de ciertas libertades y es a esto a lo que apela. Apela a que cada espectador pueda comprender de que todos somos responsables de lo que pasa hoy en el mundo. No es sólo tarea de políticos, intelectuales o artistas. La crisis humanitaria no es lejana. No se ve sólo en Siria o en Corea del norte. La podemos ver en nuestro propio país, en nuestros barrios, en nuestras escuelas y es hora de que tomemos conciencia y hagamos algo.
Algunas de las instalaciones que se pueden apreciar son muy impresionantes. Como la de Bicicletas “Forever” (Forever Bycicles, 2015) que se encuentra en la explanada afuera del Centro Cultural. También se expone otra de sus obras más icónicas, Semillas de girasol (Sunflower Seeds, 2010), trabajo compuesto por 15 toneladas de semillas de porcelana pintadas a mano. Lo interesante de esta pieza es que la primera impresión es engañadora. Se ve realmente como si estuvieran ahí apiladas miles de semillas de girasol y punto. Pero no. Cada una fue hecha por un artesano dedicado y especializado, buscando darle valor nuevamente a lo artesanal, al trabajo hecho a mano y a sus destrezas y habilidades.
Sin embargo, dada la envergadura de las piezas de la exhibición, el espacio se me quedó corto. Las salas de la exhibición y su altura no permiten apreciar la obra como me habría gustado. Un ejemplo de esto es la enorme instalación “Ley de Viaje (Prototipo B)”. Ésta corresponde a uno de tres prototipos realizados el 2016 compuesto por un bote inflable y sus ocupantes, de 16 metros hecho de PVC negro. La estructura evoca los botes utilizados por refugiados que buscan llegar a costas europeas en busca de mejores oportunidad arriesgando sus vidas.
Pese a este último punto, le exhibición fue para mí una inspiración. Gracias al manejo de diferentes materiales y soportes como el papel mural, logré comprender y sumergirme en parte del mundo que Wei Wei busca entregar: las injusticias sociales que no queremos ver o más bien que queremos que otros se hagan cargo. Pero no se puede. La humanidad somos todos, y todos somos responsables.
La muestra estará abierta desde el 18 de mayo hasta el 9 de septiembre en el Centro Cultural Corpartes.