Entrevista a Antonia Anastassiou de Fundación Mustakis: “El arte y la naturaleza son motores de mejoras en la sociedad”

Desde niña, Antonia Anastassiou ha estado ligada al arte y la cultura como motores para el desarrollo integral de las personas. Actriz de profesión, hoy se desempeña como líder del área de Comunicaciones y Relaciones Públicas de Fundación Mustakis, organización sin fines de lucro que busca promover el desarrollo integral de las personas con foco en niñas, niños y jóvenes.

Además, como miembro del consejo directivo de la Fundación Teatro del Lago, Antonia conoce de cerca el poder que tienen las artes y la cultura en promover el crecimiento no sólo desde un punto de vista sensorial, sino como complemento al desarrollo académico, cognitivo, corporal y emocional.

Por eso, Fundación Mustakis realiza cada año programas de aprendizaje orientadas a promover la creatividad y el fomento de competencias de niñas, niños y jóvenes entre los 6 y los 23 años en áreas tan diversas como el arte, la ciencia, la robótica, videojuegos, danza, circo y teatro, entre otras.

¿Cómo impacta el arte y la naturaleza en el bienestar de niños, jóvenes y adultos?

Estoy convencida de que el arte y la naturaleza son motores de mejoras en la sociedad. De hecho, no es casualidad que en países más desarrollados los baños de bosques sean parte fundamental del desarrollo del ser humano, o que el encuentro con el arte, museos y otros, se realicen a partir de la primera infancia.

Por un lado, el estar en contacto con la naturaleza nos hace observadores, nos ayuda a respetar nuestro entorno, creo que nos hace ser más conscientes y considerados con nuestra cultura interna, del cómo habitamos. Nos conocemos por medio de la naturaleza, encontramos respuestas en ella, encontramos la belleza y perfección en su máximo esplendor. Para mí el estar en la naturaleza es reconectar conmigo misma y creo que ese regalo lo deberíamos tener todos los seres humanos.

Por otra parte, el arte nos hace desarrollar toda una parte de nuestro cerebro que la educación tradicional tiene un poco apagada. Creo que el impacto que el arte tiene en nuestras vidas es fundamental ya que nos despierta empatía y conciencia del lugar en que habitamos, la belleza y el equilibrio. Las artes nos ayudan a mejorar las relaciones humanas. A su vez el arte como lenguaje y capacidad de expresarnos de diferentes formas nos ayuda, y así lo avalan estudios, a mejorar la salud y disminuir la depresión. Hay un estudio bien interesante de laculturapuede.cl donde aseguran que un 24% de las personas mejoran los procesos de sanación gracias a las artes.

Se habla mucho de la reducción de la brecha de género en distintos ámbitos, además de favorecer la diversidad y la inclusión ¿Qué rol desempeña la cultura en esta materia?

En los programas de Fundación Mustakis, buscamos entregar experiencias transformadoras de innovación educativa donde niñas, niños y jóvenes son los protagonistas de su aprendizaje. A través de estas actividades buscamos disminuir la brecha de género, tanto en programas de ciencia, como robótica educativa; así como también en programas más artísticos, como Circo Frutillar, o actividades relacionadas con el baile que hacemos en alianza con Teatro del Lago. Todos estos talleres tienen como objetivo la formación de una persona integral, más allá de su género, y que a través de la experiencia pueda tener un aprendizaje que no responda a estereotipos de género. Aun así, creo que como sociedad vamos poco a poco entendiendo la importancia que tienen los procesos tanto artísticos como científicos en el ser humano como tal y que, por nuestra naturaleza, somos completos cuando juntamos nuestros dos hemisferios del cerebro en búsqueda de respuestas a cualquier desafío.

¿Cuál crees que es el mayor desafío para la educación tradicional en estos tiempos?

El mayor desafío de la educación tradicional en estos tiempos es ver al ser humano como un todo indivisible, holístico… El rol es lograr que cada niña y niño sea consciente de quién es y su enorme capacidad para enfrentar cualquier desafío. Hoy por hoy deberíamos potenciar las competencias y habilidades para que cada niño desarrolle su potencial. Sería maravilloso dejar de “pasar” la materia y empezar a “experimentar” la materia. Hacer buenas preguntas que gatillen la curiosidad por aprender de forma autónoma, porque la vida es un aprendizaje y lo que los establecimientos educacionales nos pueden entregar en la etapa escolar es fundamental.

En distintos rankings suele mencionarse que la población chilena tiene poca capacidad de comprensión lectora y pensamiento crítico ¿Cómo crees que puede suplirse esta falencia con ayuda de las artes y la cultura?

Sabemos que la lecto escritura es un desafío que tenemos como país y que ésta se agudizó aún más con la pandemia. Para esto, desde la Fundación Mustakis, estamos trabajando dos ejes. Por un lado, el programa de Cuentacuentos de la fundación que busca formar a los lectores del siglo XXI. Por otro lado, formamos parte de una corporación en asociatividad con otras 10 fundaciones que se llama Bien Público, la cual está desarrollando un contrato de impacto social que busca de forma innovadora y con altos estándares de evidencia, ser una solución para mejorar el ámbito de lecto escritura en el país. Este modelo involucra al sector público y privado.

Personalmente, creo que, para poder realmente mover la aguja en esta materia, debe hacerse desde la innovación educativa y a través de la vinculación temprana con experiencias artísticas, de expresión y escénicas. Además, debemos mirar cómo lo han hecho otros países y aprender de esas experiencias.

Chile ha vivido en los últimos años experiencias que han hecho cuestionar el funcionamiento de las instituciones y también el grado de confianza hacia ellas y hacia nuestros pares. ¿Cómo puede la cultura colaborar en recomponer ese tejido social?

En Chile hay organizaciones y asociatividades que lo están haciendo muy bien. Se ha visto cómo la colaboración es el mejor camino para resolver los problemas de la sociedad, por la sociedad.

Un ejemplo podría ser Territorio Común que, bajo Directorios Locales, fortalecen un pensamiento colectivo de cómo mejorar el tejido social, urbano, institucional y que impacta directamente en las confianzas entre las personas. Un ejemplo de ese programa podría ser la colaboración provocada por los agentes de cambio Fernando Carvallo y Mónica Matus -de Pulmón Verde y Huellitas- en asociatividad con Territorio Común; 1Ko y Don Bosco están colaborando en la línea del urbanismo táctico, que permite que acciones muy ágiles produzcan cambios muy profundos en la manera de habitar, conectar y vincularles como vecinos, comunidades, barrio y sociedad, y ese es un pilar para el desarrollo integral de las personas. Finalmente, este proyecto buscó, frente al Jardín Infantil Juanita, recuperar, rehabitar y revitalizar este espacio común. Está acción contempla la puesta en común de una problemática y la solución conjunta, se plantan árboles y pintan cercos de madera de distintos colores.

Otros ejemplos podrían ser Lenguaje Común de Proyecto Diccionario, en el barrio Schlack en Recoleta, Laboratorio Ciudadano LAPAZ482 o la Fábrica de Renca, estaría muy atenta a qué sucede en estas iniciativas, que sin duda fortalecerán el tejido social.

¿Cuál es el valor de la colaboración y la cultura en el Chile que se busca crear en los próximos años?

La colaboración es fundamental. La transdisciplinariedad es fundamental, pues de esta manera un desafío se resuelve y construye desde muchísimos puntos de vista, conocimientos y aprendizajes ya obtenidos en el camino. Nosotros como Fundación Mustakis creemos en que la asociatividad con el ecosistema es fundamental, no por nada nuestro lema es “juntos aprendiendo lo esencial”.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *