Por Galia Bogolasky
Tuvimos la oportunidad de entrevistar a la artista chilena, en la Feria Art Palm Beach de Florida, Estados Unidos. Apia (Carolina V. García) trabaja con diferentes estilos creando una ideología de imágenes inspiradas en los aspectos dinámicos del arte, donde la abstracción lírica es el hilo conductor que determina su búsqueda actual. En la pintura encuentra sus verdaderas emociones y son ellas las que explora en cada una de sus obras. Es en su trabajo abstracto donde se siente más vulnerable. Sus emociones están a la vista y esa fragilidad es parte de lo que la motiva.
Aunque estudió ingeniería y se dedicó por completo a eso durante varios años, desde que regresó a las artes visuales no ha dejado el descansar el pincel. Además de ayudarla a redescubrirse, la pintura se ha convertido en un medio de comunicación, muy inspirador, con su hijo que tiene autismo. Por lo mismo, su idea del arte como lenguaje fue enfatizada por ese descubrimiento.
Apia disfruta explorando nuevos medios, lo que se traduce en el desarrollo de sus propias técnicas, el uso de diversas superficies y formatos variados. También se enorgullece de destacar sus obras en miniatura que conforman un cuerpo de trabajo en sí mismo.
¿En qué consta tu trabajo con la pintura?
Después de mucho trabajo figurativo he encontrado en el abstracto la forma en la que mejor puedo representar lo que quiero expresar a través de mi pintura. El trabajo del último tiempo me tiene completamente enamorada porque en cada tela estoy dejando un pedacito de mi alma.
¿Cómo llegaste a las artes visuales? Siendo que vienes de la ingeniería, un ámbito tan distinto.
En realidad volví, más que otra cosa. Mi primer óleo es de cuando tenía tres años y sigue colgado en la casa de mis padres. Estudié ingeniería porque al salir del colegio no sentí que estudiando arte iba a poder seguir siendo la mujer independiente que sentía que era. Dudé de poder realmente ganarme la vida con esto y no quería encontrarme necesitando que alguien me mantuviera. La ingeniería me abrió muchas puertas y conocí a muchos, quienes ahora son grandes amigos de la vida. Dejar ese mundo fue una decisión difícil, pero necesaria.
Después de casi dos años de estudios, hospitales y terapia, seguíamos sin respuesta a muchos de los problemas médicos que aquejaban a nuestro hijo. Y para más, le diagnosticaron autismo. Todo eso fue haciendo necesario que la dedicación fuera exclusiva, a sacarlo adelante.
En mi afán de poder conectarme y comunicarme con él, descubrí que podía hacerlo a través del dibujo y la pintura. Siempre he entendido al arte como un lenguaje con el que podía conversar con mi yo interior y ahora me daba la posibilidad de conocer a mi hijo. Magia pura. Así fue como comenzó el retorno a mi esencia, al arte.
¿Cuáles son las técnicas que trabajas?
Acuarela y acrílico, principalmente, pero no me limito a nada. Siempre estoy buscando formas innovadoras de cómo utilizar los materiales.
Ahora estoy experimentando con moldear la pintura, para luego aplicarla a la tela para agregar tridimensionalidad a la obra. Me gusta mucho el papel y llevo muchos años haciendo origami, especialmente kusudamas. Me ayuda con el desarrollo de la paciencia, algo indispensable en las artes visuales y desde hace un tiempo estoy buscando maneras de cómo integrarlo a mi obra.
¿Qué te inspira?
La vida misma. Me ha tocado vivir momentos muy difíciles no sólo con mi hijo, sino que casi pierdo a mi marido también. Por eso trabajar la felicidad, como una opción, se ha transformado en el hilo conductor de mi vida. Es una decisión que se toma de manera consciente, a diario y que afecta el interior de forma poderosísima. La obra que he estado trabajando el último año la he denominado Buscando Luz. El nombre viene porque se basa en develar esa luz intensa que sólo puedes apreciar en los lugares más oscuros.
Ha sido realmente delicioso el camino al que me ha llevado esta última etapa, porque es, sin duda, la obra que mejor me refleja y que da cuenta de mi estado actual.
¿Cuáles son los temas o conceptos que te gusta trabajar?
Me gusta trabajar la felicidad, vista como una opción de vida. La paciencia, que se refleja en el tiempo que toma desarrollar la obra y sobre todo el autoconocimiento. Creo que este último es el pilar fundamental de la toma de decisiones para lograr vivir la vida que quieres y no la que tendrías por descarte.
Tu eres chilena, pero vives hace años en Miami. ¿Cómo es para ti desarrollar tu trabajo en Estados Unidos? ¿Crees que hay más oportunidades?
Estados Unidos, en general, es un mundo de oportunidades abiertas a todos los que quieren trabajar por ellas. Amo este país por todo lo que me ha entregado, pero creo que hoy las oportunidades están más cerca que nunca gracias a las redes sociales. Por medio de Instagram he conocido y tenido la oportunidad de colaborar con personas de diferentes partes del mundo y así mismo se han dado relaciones de amistad súper significativas y valiosas. Aunque tampoco se puede negar que ayuda la cercanía con el mundo del arte que se respira en Miami. Hace años que no me pierdo los eventos del Miami Art Week que tiene como eje a Art Basel y con exposiciones de altísimo nivel en Art Miami, Context, Scope y muchas otras de manera simultánea. Hace unos años soñaba con algún día llegar a exponer en alguno de ellos. Y este año eso será una realidad.
Cuéntame cómo llegaste a participar del Art Palm Beach.
Hace un tiempo me empezó a representar una galería que se interesó en llevar mi obra a Art Palm Beach. Fue un honor que me seleccionara y más aún pasar el comité de curatoría del evento.
¿Qué exposiciones se vienen a futuro?
Este año tengo agendada la participación en la Colectiva Internacional en Munat (México), en abril; Seattle Art Fair, en julio; una exhibición en el consulado chileno en DC, para septiembre y a fin de año, Scope aquí en Miami. Además, estoy en conversaciones para varias otras cosas, entre ellas, un Solo Show aquí en Miami. Viene súper movido este año para mí.
¿Qué artistas te inspiran o son tus referentes?
No tengo referentes que me marquen en cuanto a la obra. Pero momentos de la vida de varios artistas y cómo lo reflejaron en sus obras es algo que para mí es significativo. La obra oculta de Hilma Af Klint, sobre quién realicé una investigación súper exhaustiva el año pasado, es fascinante y el resultado en la tela una delicia. Las locuras de Dalí y su relación con el contexto político en el que vivió son claramente representados en su pintura, y es una maravilla poder disfrutar de su obra, gracias a que la colección más grande fuera de España está aquí en Florida en su museo en St. Petersburg. Y así como la vida de quienes ya fueron, también me inspira la vida de los que están haciendo arte hoy, como Belin, Sipros y Andrés Bardales.
¿Qué te parece el arte chileno o latinoamericano en general?
No me gusta la idea de dar una opinión basándome en el territorio. Siento que los artistas que se despegan de esas cosas encuentran su propio mundo interior para reflejarlo en el exterior, en su obra y son los que dejan huella. Y de esos sí tenemos representantes en Chile y en Latinoamerica muy buenos.