Entrevista a coreógrafa y bailarina del montaje de danza «Diptych: The Historical Present» Olivia Court Mesa: «Trabajo con mi lenguaje, con mi curiosidad y con mi intención en el movimiento»

Por Pilar Alcántara

Olivia Court Mesa es una artista de danza chilena – israelí dedicada al arte de performance durante los últimos 25 años y participó del Festival Santiago Off con un montaje unipersonal de danza de dos actos, cada uno es una crónica sobre la construcción de género y la femineidad.

Diptych: The historical present de Olivia Court Mesa es un díptico de dos contrastantes actos, existiendo al lado y en conversión entre sí. Cada uno es una crónica sobre la construcción de género y la feminidad. Olivia Court Mesa se sitúa en la evolución del feminismo.

¿Este proyecto se gesta en Chile o en Israel? Cuéntanos como surge la idea de llegar con este díptico el presente y/o regalo histórico.

Yo vivo en Israel, ahí tengo toda mi vida y desde ahí viajo mucho a otros lugares del mundo. Diptych se hizo en Israel, que es donde creo la mayoría de mis obras. A Chile llegué justo antes del festival. Yo no vivo en Chile hace muchos, muchos años. A Chile llegue justo antes del Festival Santiago OFF me invitó a participar con dos funciones en Santiago por eso estoy aquí.

¿El espacio siempre se pensó así o tuviste que hacer adecuaciones para la sala donde se presentó?

Cada espacio es diferente y en cada espacio uno tiene que adaptarse y adecuarse. Siempre es un proceso muy rico la verdad, porque hace que cambie la obra de alguna manera o que cambie la percepción que uno tiene de algunas cosas. Así que siempre hay algo de adecuación, pero más o menos lo que necesita la obra es un espacio íntimo. Y la sala Agustín Siré yo creo que logró eso muy bien.

Cuéntenos un poco del juego con el peso o con las intensidades que se ven en el montaje. ¿Cómo surge esto en el proceso creativo? Y ¿Cómo esto se conjuga con el valor que conlleva el género y cuerpo que debe ser llevado?

La mayoría de las veces, en mis creaciones, parto trabajando con el concepto de indagar en una acción física. Eso es parte de mi investigación como creadora, y dependiendo de la obra o de mi interés o de lo que esté haciendo, es como voy definiendo cuál es la acción física a la que me quiero dedicar.

Este proyecto empezó con dejar caer el peso del cuerpo. Esa fue la acción física que acompañó el principio del proceso y de ahí fueron surgiendo todo tipo de cuestiones, ideas y curiosidades acerca de qué significa el peso más allá de lo físico. Por un lado, social y psicológico, preguntándome con ello:¿qué es lo que significa llevar un cuerpo?. Entonces la idea partió de algo netamente físico y se fue desarrollando con el ser mujer también. ¿Cuál es el peso que todas nosotras llevamos?, más allá de simplemente cuánto uno pesa o cuánto se deja caer. El proceso duró un año y como es un díptico, estuvo dividido en dos fases diferentes. La primera parte fue la abstracción de todo lo que mencioné recién, encontrando el significado en ese dejar caer el peso del cuerpo buscando la sonoridad que eso trae también. Luego hubo un periodo de reflexión acerca del impacto y lo que transmitió el primer acto , viendo cuál podría ser una continuación a investigar. Ahí vino el segundo acto, que se concentró más en la historia del cuerpo como parte del peso que llevamos.

La división que yo hago es: el primer acto acentúa como forma del presente y el segundo acto como lo histórico.

Se aprecian movimientos muy complejos, técnicamente hablando, se aprecia un grado de dificultad que, si bien con tu experiencia, logras dominar muy bien. Cuéntame ¿Cómo elaboras el trabajo técnico de la propuesta?

Yo siempre trabajo muy físicamente. Me gusta cuando el movimiento es real y muy honesto. No me gusta, por ejemplo, cuando veo sólo movimientos decorativos, aunque la  decoración en la danza es casi inevitable.

Lo que realmente me gusta buscar y ojalá encontrar con claridad certera es el significado de una acción física. Por ejemplo, sentarse es una acción física que es muy simple. Uno puede corporizar la acción entender cuál es el color que se le da a la acción desde el cuerpo, desde lo somático, lo interno, ese es el tipo de consciencia que luego invita al movimiento. El cuerpo es como un museo. Uno va recolectando información y se va nutriendo de cualquier lugar donde uno está y eso hace que uno sea único o que el movimiento sea en sí algo muy personal. Eso también me gusta mucho, investigar. Cuando trabajo con otros bailarines, me gusta mucho dedicarme a eso también, ver cuál es la historia o qué tipo de museo es con el que estoy interactuando. Trabajo con mi lenguaje, con mi curiosidad y con mi intención en el movimiento. Pero siempre hay algo en el otro intérprete, eso lo encuentro maravilloso.

Como espectadora, hay gestos y movimientos que logro reconocer desde mi feminidad, como siente el cuerpo y reconocí haberme sentido así, convulsionada, tensa, pesada. Sabemos que tú eres activista feminista que cuestionas la autonomía corporal, el cuerpo femenino y lo social. Cuéntanos un poco de tu relación con el feminismo.

Como mujer, hay muchísimo para entender, cuestionar, investigar, darse cuenta, expresar. Yo creo que sacar todo eso afuera o exponerlo trae mucha conciencia o autorreflexión. Lo mismo que tú dices, sentiste que había cosas que tú también vives o puedes reconocer en ti. Me parece que eso ya es un acto muy importante como artista y también como mujer. Llevar ese reconocimiento donde otras personas puedan reflejarse y entender o profundizar qué significa este cuerpo que uno lleva, qué tanta historia tiene, qué tanto significa y qué tanto es manipulado, con el cual sufrimos tanto también. Más allá de eso, en mi vida personal yo soy madre de tres hijas y también siento que tengo mucha responsabilidad con ellas y conmigo misma, de entender cuál es nuestro lugar y sobre todo como artista, como bailarina, dónde queda el cuerpo de la mujer y cuál es el acto maternal y creativo. Es lo mismo para mí, la creación y lo maternal, van muy unidos. Cuando uno hace una creación, el día del estreno es como un parto. Eso también me interesa mucho, porque pasa muchísimo, que en la carrera de una bailarina o un artista o una creadora, en el momento de ser madre o ser mujer, se viene el mundo abajo muchas veces, porque no puedes cumplir con los horarios o tu cuerpo no está de la manera que necesitas ser, etc. Hay un historial ahí gigante. Para mí ya es un acto subversivo. En el fondo, ser madre de tres hijas, tener 42 e incluso haber hecho este estreno, cuando mi hija tenía un año y medio. Es como plantarse ahí y decir nosotras sí podemos y nosotras sí estamos acá. También tenemos este entendimiento y este conocimiento de nosotras mismas.

La relación que planteas de lo físico con lo psicológico, ese interés por el comportamiento humano ¿Cómo nos ves post Pandemia? ¿Cómo nuestros cuerpos podrían estar hablando hoy día y nosotros, sin darnos cuenta, al no tener tanta conciencia?

Es algo que me apasiona muchísimo y es parte de mi constante investigación. Simplemente, ir a la calle, observando en el metro, mirando, viendo cómo la gente se desplaza, articula, etc. Es parte del lenguaje cultural y de lo que nosotros constantemente aprendemos. Todo lo que el cuerpo le pasa a nuestra mente y la mente le pasa a nuestro cuerpo, va completamente ligado y es como una comunicación constante, que muchas veces es inconsciente o está en el subconsciente. Investigar eso y llevarlo fuera. Me encanta. También yo creo que, porque viví en diferentes países, se me hizo muy obvio, muy claro. ¿Por qué la gente actúa o mueve su cuerpo de manera diferente dependiendo de qué es lo que piensan o de la historia?. Es muy evidente cuando uno está investigando. Llevar eso a la sala y darle forma, ponerlo en un lugar más evidente o que trae más claridad. También considero que aparte de lo que hablaba como conexión física, viene más lo teatral con eso. La acción física puede ser muy abstracta, pero cuando uno lo entiende desde un punto más psicológico, puede incluir también lo teatral en la acción física. Ahí es cuando las cosas se van uniendo y se van haciendo capas de diferente información. Trabajo mucho con eso, ir profundizando y al mismo tiempo ir poniendo muchas capas de diferentes tipos de informaciones, cosa que termina en algo muy rico de mirar o de observar. A veces hay simplemente mucha información ahí expectante, yo pienso que hay que dejarse llevar y el asociativo simplemente corporal.

Como espectador se aprecia que no es solamente una interpretación coreográfica, sino que también hay un texto que se está expresando a nivel corporal y que está entregando mucha información ¿Si no estamos tan acostumbrados a conectarnos con el cuerpo podremos identificar los gestos?

Otra de las cosas que me encanta llevar a escena, es la relación entre el simplemente ser y lo performativo que siempre hay ahí, como un diálogo. Cuando uno está simplemente siendo o cuando uno está, por otro lado, actuando. ¿Y en qué momento elijo como intérprete estar en qué modo? Estoy o actuando o estoy simplemente siendo. Eso es fascinante, de llevar a escena. También cuando trabajo con otros bailarines, que haya un juego constante entre lo que yo soy y lo que estoy interpretando. Salir y entrar. Salir y entrar y jugar.

¿A qué se refiere cuando se enuncia que tus obras son confesionales? Porque si nos vamos a lo teórico y buscamos el significado de confesional, podemos quedarnos con una idea, pero de repente me gustaría que me la explicaras tú misma.

Tiene que ver con lo que estaba contando antes, mi interés, viene de un lugar muy personal y en ese sentido, se transforma en algo absolutamente confesional, porque lo personal no existe sin una confesión. En el fondo, no viene de un sitio intelectual, teórico. Se llega a eso también, pero el primer impulso, el primer interés, viene de un punto absolutamente personal. También me pongo en mis trabajos como una persona, cosa que también hace que sea algo confesional. Después de una de las funciones del otro día, estábamos en una conversación acerca de si el trabajo era personal o universal, y fue exquisita la conversación, porque cada una de las personas que lo vio tuvo su interpretación de que lo que era personal y lo que era universal, y qué parte eran personales y qué parte eran universales. Ahí otra vez en lo personal, va lo que se confiesa, es algo mucho más íntimo e incluso vulnerable. Me interesa mucho, como artista, llevar eso a escena, me parece que tiene un valor inmenso.

¿Tendremos la posibilidad de ver nuevamente Diptych: The Historical Present o fueron solo dos funciones?

Por ahora fueron solo dos funciones. Obviamente, me encantaría volver con este trabajo y también con otros trabajos que tengo. Tenía muchas ganas de traer un dúo con el que me ha ido muy bien, para otra vez será y feliz de volver. No sé cuándo será. Israel es muy lejos. Hay que planificarlo con harto tiempo, pero sí, me encantaría, Me encantaría volver.

¿Cómo fue tu experiencia de participar en el Festival Santiago Off?

Mañana vuelo de vuelta a Israel, después de haber estado un mes en Chile. No venía hace muchísimo tiempo y me gustó mucho volver. Me gustó compartir este trabajo tan confesional o personal. También compartirlo con gente que vino a verme, que tuvo que ver con el inicio de mi carrera. Cuando yo vivía acá tenía 14 años, me fui a los 17 de Chile. Entonces hubo personas que estuvieron muy presentes en mi decisión de irme a bailar a Europa y quedarme afuera. Ellos vinieron a ver el trabajo, así que fue hermosísimo cerrar ese círculo, tener un diálogo más concreto acerca de los comienzos y los fines, cómo todo eso va desarrollándose y cómo no importa dónde estemos. El trabajo de la danza se sigue compartiendo y esa misma gente todavía sigue bailando, sigue haciendo cosas con la misma pasión y el interés que 25 años atrás. Eso me tocó mucho. Me gustó muchísimo estar acá en Chile y con el festival, fue muy agradable todo. La sala me gustó y con la gente en Israel, me pareció que todos acá en Chile estaban muy tranquilos, muy amables y fue muy agradable. Así que me voy contenta.

Ficha Artística:

  • Concepto, Coreografía, y Performance: Olivia Court Mesa
  • Cocreador ACT I: Yochai Ginton
  • Vestuario : Olivia Court Mesa (Acto I), Rosie Canaan (Acto II)
  • Diseño de Sonido: Roey Hazon
  • Música: Deep, deep Breaths by Carlos Niño / Lieder Ohne Worte, Book 2, Op.3
  • Canción Acto II: No.6 in F-Sharp Minor, MWV U 110 “Venetianisches Gondellied” by Felix Mendelssohn, Deniss Kozhukhin / Mezame (Awakening), Carlos Niño, Miguel Atwood-Fergeson / The Reminder of Long Ago, Joanna Brouk / Pajarillo Negro, Paz Court with her Coros Feminiles.
  • Texto Acto II: Extracto de. “Un violador en tu camino” de Las Tesis / Olivia Court Mesa con extractos de “A woman looking at men looking at women” de Siri Hustvedt
  • Iliminadores: Acto I: Yoav Barel, Acto II: Amir Castro
  • Directores Artísticos Acto I: Dana Ruttenberg y Oded Graf
  • Director de Ensayos: Gyula Csakvar 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Entrevista a bailarina del montaje de danza “Diptych: The Historical Present” Olivia Court Mesa: “uno va recolectando información y se va nutriendo de cualquier lugar donde uno esta y eso hace que uno sea único o que el movimiento sea en sí algo muy personal.”

“llevar ese reconocimiento donde otras personas puedan reflejarse y entender o profundizar qué significa este cuerpo que uno lleva que tanta historia tiene, qué tanto significa y qué tanto es manipulado, con el cual sufrimos tanto también”

“la acción física puede ser muy abstracta, pero cuando uno lo entiende desde un punto más psicológico puede incluir también lo teatral en la acción física”

Olivia Court Mesa es una artista de danza chilena – israelí dedicada al arte de performance durante los últimos 25 años y participo del Festival Santiago Off con un montaje unipersonal de danza de dos actos, cada uno es una crónica sobre la construcción de género y la femineidad.

¿Dónde se gesta este proyecto en Chile o en Israel? Cuéntanos como surge la idea de llegar con este díptico el presente y/o regalo histórico.

Yo vivo en Israel, ahí tengo toda mi vida y de ahí viajo mucho a otros lugares del mundo. Pero esta obra se hizo en Israel, que es donde construyo y hago la mayoría de mis obras. Y en Chile la verdad es que llegué justo antes del festival, en el fondo a traerla. Yo no trabajo acá en Chile y no vivo en Chile hace muchos, muchos años. Así que esta obra se hizo en Israel, pero hicimos el diálogo con el Festival Santiago OFF acerca de traer la obra desde Israel y vinos al festival.

¿El espacio siempre se pensó así o tuviste que hacer adecuaciones para la sala donde se presentó?

Cada espacio es diferente y en cada espacio uno tiene que adaptarse y adecuarse. Y siempre es un proceso muy rico, la verdad, porque hace que cambie la obra de alguna manera o que cambie la percepción que uno tiene de algunas cosas. Así que siempre hay algo de adecuación, pero más o menos se trata de un espacio íntimo. Y la sala Agustín Siré yo creo que logró eso también. Así que quedé muy contenta con el espacio en que se hizo.

Cuéntenos un poco del juego con el peso o con las intensidades que se ven en el montaje. ¿Cómo surge esto en el proceso creativo? y ¿Cómo esto se conjuga con el valor que conlleva el genero y cuerpo que debe ser llevado?

La mayoría de las veces en mis creaciones parto trabajando con una acción física. Eso es como parte de mi investigación como creadora y dependiendo de la obra o de mi interés o de lo que esté haciendo, es como voy definiendo cuál es la acción física a la que me quiero dedicar. Y este proyecto empezó con dejar caer el peso del cuerpo. Esa fue como la acción física que acompañó el principio del proceso y de ahí fueron surgiendo todo tipo de cuestiones, ideas y de curiosidades acerca de qué significa en verdad el peso más allá de lo físico. Por un lado, social y psicológico, que es lo que significa llevar un cuerpo. Entonces la idea, partió de algo netamente físico y se fue desarrollando con el ser mujer también. Y qué es lo que ese peso que todas nosotras llevamos más allá de simplemente cuánto uno pesa o cuánto se deja caer. Entonces el proceso en verdad duró un año y como es un díptico, estuvo dividido en dos fases diferentes. Entonces la primera parte fue la abstracción de todo eso y encontrar el significado en ese dejar caer el peso del cuerpo y encontrar la sonoridad que eso trae también. Y luego, en el fondo, hubo un periodo de reflexión acerca de qué es eso y cuál es la continuación de esa investigación en el fondo. Y ahí vino como el segundo acto, que fue más lo histórico. Yo lo divido un poco como el presente, el primer acto y el segundo acto es como lo histórico. Qué es lo que trae esa investigación. Eso fue un poco el proceso.

Se aprecian movimientos muy complejos, técnicamente hablando, se aprecia un grado de dificultad que, si bien con tu experiencia logras dominar muy bien. Cuéntame ¿Cómo elaboras el trabajo técnico de la propuesta?

Si, yo siempre trabajo muy físicamente. O sea, digamos que me gusta más cuando el movimiento es real y muy honesto. No me gusta, por ejemplo, cuando veo movimientos decorativos. O sea, aunque hay decoración, siempre en la danza, pero me gusta siempre encontrar como lo real y por eso siempre voy también a qué significa una acción física. O sea, no ser simplemente, sentarse es una acción física que tiene mucha claridad y si uno realmente corporiza en el fondo, como es sentarse. Ahí hay otro tipo de conciencia que lleva el movimiento. Entonces eso me apasiona muchísimo y no sé si es netamente con Israel. Yo creo que bueno, como también viví muchos años en Alemania y ahora muchos años en Israel, y bueno también, claro, empecé a bailar en Chile. Parte de lo que uno es, es como un museo del cuerpo. Entonces uno como que uno va recolectando información y se va nutriendo de cualquier lugar donde uno esta y eso hace que uno sea único o que el movimiento sea en sí algo muy personal. Y eso también me gusta mucho investigar. O sea, cuando trabajo también con otros bailarines, me gusta mucho dedicarme a eso también, como a ver cuál es la historia o qué tipo de museo es con el que estoy interactuando. Cuando trabajo es con mi lenguaje, con mi curiosidad y con mi intención en el movimiento. Pero siempre hay algo en el otro intérprete o en la persona misma que trae consigo, eso lo encuentro maravilloso.

 

Como espectadora, hay gestos y movimientos que logro reconocer desde mi feminidad, como siente el cuerpo y reconocí haberme sentido así, convulsionada, tensa, pesada. Sabemos que tú eres activista feminista que cuestionas la autonomía corporal, el cuerpo femenino y lo social. Cuéntanos un poco de tu relación con el feminismo.

Como lo que explicaba antes, siempre voy a ese lugar de cuál es nuestro lugar como cuerpo en una sociedad. Y claro, ahí como mujer, hay muchísimo para entender, cuestionar, investigar, darse cuenta, expresar y yo creo que sacar todo eso afuera o exponerlo trae como mucha conciencia o autorreflexión, o sea, lo mismo que tú dices, como que sentiste que había ahí cosas que tú también vives o puedes reconocer en ti. Y me parece que eso ya es como un acto muy importante como artista y también como mujer. O sea, llevar ese reconocimiento donde otras personas puedan reflejarse y entender o profundizar qué significa este cuerpo que uno lleva que tanta historia tiene, qué tanto significa y qué tanto es manipulado, con el cual sufrimos tanto también, ¿no? Y más allá de eso, en mi vida personal yo soy madre de tres hijas y también siento que tengo mucha responsabilidad con ellas y conmigo misma, de entender cuál es nuestro lugar y sobre todo como artista, como bailarina, dónde queda el cuerpo de la mujer y cuál es el acto maternal y creativo. Porque es un poco lo mismo para mí la creación y lo maternal, no sé, van muy unidos. Entonces, cuando uno hace una creación el día del estreno es como un parto. Entonces eso también me interesa mucho, porque pasa muchísimo, que claro, en la carrera de una bailarina o un artista o una creadora, en el momento de ser madre o ser mujer, se viene el mundo abajo muchas veces, porque claro, no puedes cumplir con los horarios o tu cuerpo no está de la manera que necesitas ser, etcétera, etcétera. hay como un historial ahí gigante. Para mí ya es como un acto subversivo. En el fondo, ser madre de tres hijas, tener también 42 e incluso haber hecho este estreno cuando mi hija tenía un año y medio. Es como, claro, plantarse ahí y decir nosotras sí podemos y nosotras sí estamos acá. Y también tenemos este entendimiento y este conocimiento de nosotras mismas. Y ahí vamos.

Y la relación que planteas tú de lo físico con lo psicológico, ese interés por el comportamiento humano ¿Cómo nos ves post Pandemia? ¿Cómo nuestros cuerpos podrían estar hablando hoy día y nosotros sin darnos cuenta al no tener tanta conciencia?

¡Uf! Es algo que me apasiona muchísimo y es parte de mi constante investigación. Simplemente ir a la calle observando en el metro, mirando, viendo cómo la gente se desplaza, articula, etcétera, etcétera- Es parte como del lenguaje cultural y de lo que nosotros en el fondo, constantemente aprendemos. Y sí, todo lo que el cuerpo le pasa a nuestra mente y mente le pasa a nuestro cuerpo, va completamente ligado y es como una comunicación constante que muchas veces es inconsciente o está en el subconsciente. E investigar eso y como llevarlo fuera. Me encanta. O sea, también yo creo que, porque viví en diferentes países, como que se me hizo muy obvio, muy claro, Por qué la gente actúa o mueve su cuerpo de manera diferente dependiendo de qué es lo que piensan o de la historia. No sé, es como muy, muy evidente cuando uno está investigando. Entonces después llevar eso a la sala de estudio, a la sala de danza y darle forma, ponerlo en un lugar más evidente o que trae más claridad. Y ahí también yo creo que aparte de lo que hablaba como conexión física, viene como más lo teatral también con eso, como que la acción física puede ser muy abstracta, pero cuando uno lo entiende desde un punto más psicológico puede incluir también lo teatral en la acción física. Entonces ahí es cuando las cosas se van uniendo y se van haciendo capas de diferente información, también trabajo mucho con eso, como ir profundizando y al mismo tiempo ir poniendo como muchas capas de diferentes tipos de informaciones, cosa que termina en algo muy rico de mirar o de observar, a veces hay simplemente mucha información y ahí como expectante, yo creo que hay que dejarse llevar y el asociativo simplemente corporal, como lo que tu decías de que podía sentir, las cosas que estaban pasando en escena.

Como espectador se aprecia que no es solamente una interpretación coreográfica, sino que también hay un texto que se está expresando a nivel corporal y que está entregando mucha información ¿Si no estamos tan acostumbrados a conectarnos con el cuerpo podremos identificar los gestos?

Otra de las cosas que me encanta llevar a escena, es como la relación entre el cómo simplemente ser y lo performativo que siempre hay ahí, como un diálogo. Y cuando uno está simplemente siendo o cuando uno está por otro lado como actuando. ¿Y en qué momento elijo como intérprete estar en qué modo.  O sea, estoy o actuando o estoy simplemente siendo. Y ahí eso bueno es fascinante de llevar a escena para mí, y también de cuando trabajo con otros bailarines, que haya un juego constante entre lo que yo soy y lo que estoy interpretando. Y salir y entrar. Salir y entrar y jugar.

¿A qué se refiere cuando se enuncia que tus obras son confesionales? Porque si nos vamos a lo teórico y buscamos el significado de confesional, podemos quedarnos con una idea, pero de repente me gustaría que me la explicaras tú misma.

Tiene que ver un poco con lo que estaba contando antes. Que es como que mi interés viene de un lugar muy personal y en ese sentido, claro, se transforma en algo absolutamente confesional, porque lo personal no existe sin una confesión. En el fondo, no viene de un lugar intelectual, teórico. Se llega a eso también, pero el primer impulso, el primer interés, como de un lugar absolutamente personal. Y también me pongo en mis trabajos como una persona, cosa que también hace que sea algo confesional. Lo personal, por ejemplo, después de una de las funciones del otro día, estábamos en una conversación acerca de si el trabajo era personal o universal, y fue exquisita la conversación, porque claro, cada una de las personas que lo vio tuvo como su interpretación de que lo que era personal y lo que era universal, y qué parte eran personales y qué parte eran universales. Y ahí como que otra vez en lo personal, va lo que se confiesa, es como algo mucho más íntimo e incluso vulnerable. Y eso me interesa mucho como artista llevar a escena me parece que tiene un valor inmenso.

¿Tendremos la posibilidad de ver nuevamente Diptych: The Historical Present  o fueron solo dos funciones?

Por ahora fueron solo dos funciones. Obviamente me encantaría volver con este trabajo y también con otros trabajos que tengo. Tenía muchas ganas, de hecho, traer un dúo con el que me ha ido muy bien, pero bueno, para otra vez será y feliz de volver. No sé cuándo será. Israel es muy lejos. Y hay que planificarlo con harto tiempo, pero sí, me encantaría, Me encantaría volver.

Finalmente, para ir terminando con la entrevista dejo el micrófono abierto por si quieres expresar cómo fue tu experiencia de participar en el Festival de Santiago off.

Mañana vuelo de vuelta a Israel, después de haber estado un mes en Chile. No venía hace muchísimo tiempo y me gustó mucho volver. Me gustó mucho, sobre todo compartir este trabajo como hablábamos, tan confesional o personal y también compartirlo con gente que vino a verme, que tuvo que ver con el inicio de mi carrera. Cuando yo vivía acá en Chile tenía 14 años, me fui a los 17 de Chile. Entonces hubo personas que estuvieron muy presente en mi decisión de irme a bailar a Europa y quedarme afuera, ellos vinieron a ver el trabajo, así que fue hermosísimo, como cerrar ese círculo en el fondo, como tener un diálogo más concreto acerca de los comienzos y los fines, cómo todo eso va desarrollándose y cómo también, no importa dónde estemos. El trabajo de la danza se sigue compartiendo y de hecho esa misma gente todavía sigue bailando, sigue haciendo cosas con la misma pasión y el interés que 25 años atrás. Y eso, eso me tocó mucho. Me gustó muchísimo estar acá en Chile y con el festival, sí fue muy agradable todo. Como dije, la sala me gustó y con la gente en Israel me pareció que todos acá en Chile estaban muy tranquilos, son muy amables y fue muy agradable. En Israel ahí es muy diferente. La gente está como. No sé, si con más estrés, con más fuego o con más pasión. No sé qué es, pero es todo mucho más rápido y la gente también se prende mucho más rápido. Así que fue muy lindo estar acá y sentir como esa calma, esa calma que no sé de dónde sale, pero fue muy, muy agradable. Así que me voy con eso también. Y contenta, contenta.

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