Por Gabriela Bravo desde París
Durante el mes de noviembre se desarrolló en el Forum des Images de París la 13ª versión del festival de cine Un Etat du Monde -que se puede traducir como Un Estado del Mundo- y que propone una selección de películas francesas e internacionales que permiten tener un panorama global de lo que está sucediendo en el planeta.
Este año el país al honor fue Chile, por lo que el festival ofreció retrospectivas de dos cineastas nacionales: Sebastián Lelio y Maite Alberdi, además de programar dos películas inéditas en Francia: Mala Junta de Claudia Huaiquimilla y La Vaca que Cantó una Canción Hacia el Futuro de Francisca Alegría. Para la clausura del festival la directora Maite Alberdi fue invitada a presentar por primera vez en Francia su galardonado documental El Agente Topo, al mismo tiempo en que tuvo un encuentro con el público parisino.
Culturizarte pudo conversar con el Director Adjunto de la programación del Forum des Images, Gilles Rousseau, quien destacó la importancia de mostrar nuevas cinematografías a un público ávido de aires nuevos.
Si tuviera que explicar a un público extranjero, ¿Cómo describiría la importancia que tiene el Forum des Images para Francia?
Es una de las más grandes instituciones parisinas -al mismo nivel que el Centre Pompidou o la Cinémathèque Française- que tiene una misión cinematográfica. El Forum des Images fue creado hace unos treinta años. Su inauguración se remonta a 1988, en esa época se llamaba la Vidéothèque de París y desde hace unos veinte años se transformó en el Forum des Images. Hay 3 grandes salas de cine en donde se exponen grandes temáticas, que se desarrollan durante algunos meses, por ejemplo ahora estamos pasando a Mishima y sus fuentes de inspiración, también tenemos citas con el público y organizamos o acogemos festivales. Por ejemplo, el Forum des Images exhibe toda la selección de la Quinzaine de Réalisateurs del Festival de Cannes. Nuestra programación tiene la particularidad de ser muy diversa, aquí tienen cabida todas las expresiones cinematográficas, ya sean de ficción, documental, cortometrajes, películas institucionales, incluso las publicidades. Somos una institución abierta a la gran diversidad de imágenes y formas de expresión cinematográficas. Pero no es lo único, también trabajamos intensamente para conectar este arte mayor con otros artes como el comic, los juegos de videos, lo que llaman «las nuevas imágenes» como la realidad aumentada y la realidad virtual.
¿En qué consiste el Festival Un Etat du Monde?
El Festival Un Etat du Monde nace hace 14 años, pero esta es la 13ª edición, ya que un año no se pudo hacer por el Covid. Es un festival geopolítico, nuestra ambición es ver cómo los directores de ficción -en un principio- a través de su recorrido profesional y sensibilidad, muestran, de una manera u otra, un aspecto del mundo contemporáneo; cómo a través de la escritura de los guiones dan cuenta de una dimensión social, política, económica, en fin, de la realidad específica de su país. Nuestra forma de organizar esta manifestación es de focalizarse cada año en un país, tener uno o varios invitados de honor, con retrospectivas, masterclass, avant-premières y presentaciones de películas inéditas. Desde un ángulo más francés, programamos una cierta cantidad de películas recientes que aborden temáticas relacionadas con la evolución política y económica del país. En la 13ª edición decidimos tener noticias de Chile.
¿Por qué elegir a Chile como país al honor?
Tratamos de sacar a la luz a través del trabajo de los cineastas, cómo estos describen su propio país. Esta vez no quisimos restringirlo solamente a la ficción, ya que en esta ocasión el focus presenta 9 funciones, con retrospectivas de 2 directores chilenos: Sebastián Lelio, con 4 de sus obras (La Sagrada Familia, Una Mujer Fantástica, Gloria y Desobediencia), y Maite Alberdi con sus últimos 3 documentales (La Once, Los Niños y El Agente Topo).
Pero por qué elegir a Chile, primero, porque en numerosas ocasiones hemos tenido la oportunidad de recibir a cineastas chilenos, en el mes de octubre organizamos la avant-première de Mi País Imaginario de Patricio Guzmán, en la primavera pasada acogimos a Cristián Jiménez que presentó su primer largometraje, Ilusiones Ópticas, Marcela Said ha sido invitada varias veces, en 2017 hicimos una retrospectiva de Pablo Larraín, mostramos 5 de sus películas e hizo una masterclass.
Esta demuestra el interés que tenemos por los cineastas que ya tienen una gran experiencia, pero también queríamos proponer películas de cineastas jóvenes, es por esto que seleccionamos Mala Junta de Claudia Huaiquimilla y La Vaca que Cantó una Canción Hacia el Futuro de Francisca Alegría. Estos dos casos tienen una mirada que se conecta con lo que propone este festival, es decir, interrogarse sobre la terrible crisis ecológica, la cuestión de las minorías, el reconocimiento de la cultura, de los territorios, por esto nos pareció interesante que figuraran en el programa.
Todo esto no está disociado del contexto político específico del país. No nos hemos olvidado del estallido social de 2018, de esto habla precisamente la película de Patricio Guzmán, todo lo que sucedió en 2019, 2020, 2021, el plebiscito, la escritura de la nueva constitución, el rechazo que sufrió. Fue una situación que nadie, desde el extranjero –y que me imagino que también en Chile- se esperaba. Es interesante ver cómo el cine y los cineastas tienen una lectura política, económica y social. Por el momento es un poco temprano para ver el impacto que ha generado esta inmensa movilización en Chile, habrá que esperar unos años más.
¿Cómo ha visto la recepción del público a las películas chilenas?
El Forum des Images tiene un público de suscriptores, con este festival tratamos de reunir todas las condiciones para llegar también hasta el público chileno de París, pero uno de los componentes fundamentales, el ADN de este festival, es la curiosidad del público. Hay todo un trabajo de fondo que nuestra institución hace para mostrar una cinematografía que no es accesible en las salas comerciales.
En Francia mucha gente conoce el trabajo de Patricio Guzmán y Marcela Said, que son cineastas que decidieron vivir en Francia, pero que han decidido rodar en Chile y que a través de sus obras, nos muestran la situación de su país.
Para el público francés es un verdadero descubrimiento. Como anécdota, puedo contar que para la primera proyección del documental de Maite Alberdi, yo le pregunté a la audiencia quién ya había visto alguna película de la directora y nadie levantó la mano. Fue un descubrimiento total la proyección de La Once.
¿Cómo ve la evolución del cine chileno?
A los dos directores que decidimos homenajear haciendo una retrospectiva, yo los había visto en persona en el Festival de Cine Latino de Toulouse, que es uno de los festivales más importantes de cine de América Latina en Francia, en el marco de la plataforma profesional en donde cada uno venía a mostrar su película a los profesionales del cine para intentar obtener una ayuda para la posproducción. Luego, los años pasan, uno comienza a ver sus diferentes películas y vamos viendo la evolución de sus carreras. Tanto Sebastián Lelio como Pablo Larraín comenzaron sus carreras en Chile, para luego rodar en inglés. Para cineastas que hacen ficción, que tienen una mirada de su propio país, tal vez existe la necesidad de mirar más lejos, trabajar con otras culturas y/o tener otros tipos de financiamiento para desarrollar sus películas. Es difícil decir cómo podemos imaginar la evolución de una cinematografía, depende mucho de los dispositivos que son implementados en el país, pero tiene que haber políticas públicas de ayuda, acompañamiento y financiamiento para preservar lo que en Francia se llama «la excepción cultural», es decir, entregar todos los medios para que los cineastas dispongan de las mejores condiciones para hacer sus películas.
¿Cuál es la particularidad que encuentra en el cine chileno?
Sin hacer generalizaciones, porque las encuentro peligrosas, si puedo hablar de lo que me gusta del trabajo de Maite Alberdi, y es que se interesa por situaciones e individuos que se inscriben en una lectura colectiva y que finalmente son temas internacionales, cuestiones que atraviesan todos los países, por ejemplo, cuando ella habla de la atención o el descuido que tenemos por las personas de la tercera edad, el tema de la discapacidad a través de su película Los Niños, que trata de un centro que acoge a jóvenes con síndrome de Down. Nos sirve para darnos cuenta de ciertas realidades que a veces nos negamos a ver, es un cine que nos interroga e interroga a las instituciones.
Luego, hay un constatación que se puede hacer y es que el cine ha cambiado con respecto a los años 70 y 80, que era un cine más militante y comprometido políticamente. Hoy los cineastas no van a construir toda una carrera a través de la mirada política, sino que la van a usar como un telón de fondo, como un contexto, van a optar por que se haga una lectura entre líneas, pero las tramas narrativas son totalmente diversas.
Finalmente, ¿Cuál es su evaluación del Festival Un Etat du Monde de este año?
Es complejo hacer evaluaciones, pero creo que al proponer estas películas de cineastas desconocidos, que han tenido poca o ninguna visibilidad en Francia, estamos haciendo un trabajo de descubrimiento y el público debe ser sensibilizado a esto. Siempre es una apuesta, ya que no podemos tomar al público por la mano y obligarlo a venir. Nosotros debemos encargarnos de comunicar lo mejor posible, pero finalmente es el público quien decide. Este festival es una forma de interrogarnos sobre el mundo en el que vivimos y espero que el público haya podido descubrir cosas diferentes.