Por Galia Bogolasky
Entrevistamos al director de la película argentina que cuenta la historia de Santiago (Leonardo Sbaraglia) un hombre quebrado emocionalmente, que ese encuentra a la deriva en su vida personal, especialmente en la relación con Laila, su hija adolescente. Lo que parecería ser un verano caótico en Argentina y en Brasil, termina siendo un punto de inflexión en sus vidas y su vínculo. A pesar de las crecientes tensiones en sus relaciones personales, Santiago no puede parar, incluso aun cuando el mundo alrededor suyo se cae a pedazos, aunque por momentos parezca estar volviéndose loco, él quiere hacer las cosas bien, y desesperadamente solo busca amar y ser amado.
Esto fue lo que el director y guionista de Noche y Errante Corazón nos contó desde Argentina.
¿Cómo surgió este proyecto? ¿Cómo surgió la idea? ¿Cómo fue que desarrollaste esta historia?
La idea surgió de una intención de narrar la vida interna, cuestionamientos internos que me estaban atravesando en un momento de mi vida. Empezó a surgir de una necesidad de contar una historia que llegue a fibras profundas, que hable de temas dolorosos, con un aspecto lúdico, pero de hacer una película sin miedo a hablar de cosas dolorosas y a representar un personaje en todas sus facetas, un personaje que por momentos lo odias por momentos te puede caer bien, hacer algo más políticamente incorrecto, con respecto al desarrollo de un personaje. Siempre hubo una imagen que tenía, que era la de un hombre flotando en el océano. Siempre está como en la espuma y quiere llegar a la profundidad, tocar el fondo y nunca puede, y siempre vuelve a salir, a flotar a la superficie. Hay un dolor muy grande al que no puede ni siquiera llegar. Esa era la imagen que sirvió de guía para el desarrollo del devenir del personaje.
La película obviamente trata sobre el dolor, sobre la angustia, sobre la soledad. ¿Qué temáticas te interesa hablar? ¿Cómo fue para ti abordar estas temáticas que son súper profundas? ¿Cómo fue para ti abarcar estos temas?
Es una muy buena pregunta. No sé si tengo la respuesta perfecta. Yo creo que, en su esencia, es una película acerca del deseo y el dolor de vivir y de amar. Son dos temáticas que, como ser humano, me preocupan. Esta necesidad, el personaje y los personajes de la película tienen una necesidad muy profunda de amar y no poder, ahí está la lucha en la que están todo el tiempo y pienso que parte de ahí, en la primera película. Para mí era mucho más unidimensional, como una faceta. Era un proyecto que arrancó de un corto, donde los personajes tal vez no muestran todas sus facetas, y esta vez quería mostrar un poco más la complejidad de las relaciones y narrar la vida interna. Estamos todos tratando de mejorar en lo que podamos. En este sentido es un personaje que siempre está manteniendo la cabeza fuera del agua, como de tomar aire. Son temáticas que me van acercando tal vez más a mí mismo al desarrollarlas, tienen algo también muy personal, por más de que no sea autobiográfica la historia, creo que son cosas que realmente me mueven. Al empezar un proyecto vas a estar tanto tiempo, tantos años que te tienes que enamorar. Eso es lo que me movió durante el desarrollo de la película y posterior a la película también, durante la pandemia.
Esta película la rodaron antes de la pandemia y quisieron esperar hasta poder estrenarla en salas de manera presencial, no estrenar online durante la pandemia ¿Por qué esa decisión? ¿Por qué hiciste esperar? ¿Sentiste que este tiempo que pasó era necesario para el estreno?
Se fueron dando las cosas. Obviamente la película la terminamos en pandemia. De hecho, tuve que ir a Chile, que fue todo un tema, a hacer el sonido con Roberto Espinoza de Sonamos, que es un genio. Fue muy dificultoso terminarla y una vez que se terminó la película, la compró HBO Max. Después ellos mismos iban tramitando el tema del estreno, cuando se podía en salas, cuando se lanzaban en la plataforma y se acaba de lanzar el sábado 9 de octubre, el que acaba de pasar en plataformas y a partir de ahí se puede hacer el estreno en cine, que ahora es el 14 de octubre en Santiago y también en Buenos Aires. Estábamos en medio de la pandemia y fue una buena oportunidad que apareció. La gente de HBO se portó muy bien. Es muy distinto, es muy raro. Pero es todo acerca de mensajitos, historias de Instagram, como mucha red social, pero le está llegando a algunas personas la película igualmente, de una manera, obvio que estás en tu casa, mirando el teléfono, como muy raro. Vamos a tener un mini estreno acá en Argentina y ahí en Chile también.
¿Cómo fue el trabajo con Leonardo Sbaraglia? ¿Siempre pensaste en él como protagonista?
Creo que nunca me imaginé ni siquiera como soñarlo a él. Apareció en un momento del proyecto la posibilidad. Fue como tirémonos el lance, mandémosle el guion a ver que dice. La respuesta que tuvimos tanto de él, como de su representante fue buenísima. Nos juntamos un par de veces a charlar y la verdad es que es una de las experiencias más gratificantes de toda la película, de toda mi vida, haber trabajado con él. Hicimos un trabajo muy grande de ensayos con él, con Miranda de la Serna, para encontrar un poco el andar en la energía del personaje, el trabajo que hace Sbaragblia la composición es muy grande, es muy distinto a él, a sus maneras. Y también trabajamos con Paulina 07:44, una amiga mía que estuvo presente en todos los ensayos. Es un actor tan apasionado, tan entregado, me dio toda la confianza, no dudaba en las cosas que yo decía. Es un enamorado de la actuación y yo no lo podía creer porque cuando eres un director primerizo, no te conoce nadie y viene una estrella del cine. La verdad es que todo con él se sintió tan natural, con una entrega total. Creo que realmente él es el que lleva adelante toda la película. No hubiese habido película sin esa gran actuación que hace él. Así que todos los aplausos para Leo.
Fue impresionante la actuación, demuestra una vulnerabilidad y una delicadeza, como todos sus gestos. La cantidad además de emociones, porque es una película que es como un torbellino de emociones.
Sí, y nunca dijo nada, nunca en ninguna escena tuvo una objeción y nunca nos pasó y nos pasábamos de hora o había que filmar muy rápido. Fue realmente una bendición, como un ángel caído del cielo para la película.
¿Cómo fue el proceso de trabajo con el equipo y con el resto del elenco? Siendo una película que efectivamente muestra esa vulnerabilidad, no solo del protagonista, sino que también de los demás personajes y trabaja mucho con las emociones a flor de piel.
Fue un trabajo que arranca en el guion. Yo escribí el guion, pero también hubo varios colaboradores en distintas etapas; Sasha Amaral, Phillips Cela, Martina Juncadella, Paulina Zoboli. También como muchos inputs de personas, para delinear muy bien a los personajes antes. Después hubo un muy buen trabajo de casting con María Laura Berch También había sido Paulina Zoboli y Pablo Lapa. Creo que el trabajo más grande fue encontrar en el casting a las personas ideales para cada papel. Me acuerdo de la historia de Iván González, por ejemplo, el actor que hace de Federico, que apareció a último momento porque no lo encontrábamos. Fue un equipo soñado. Todos estábamos en mucha sintonía, todo el mundo estaba muy entregado. Fue un rodaje que lo hicimos en cuatro semanas. Era una película que estaba planteada para seis. Después, por temas de presupuesto se tuvo que achicar, quedaron muchas escenas afuera por filmar. En eso también ayudó muchísimo el equipo; el trabajo de Pedro Sotero, el director de fotografía, Eugenia Lestard, la directora de Arte, la asistente de Dirección, Ana Berard, Loly Giménez, que es la maquilladora y es amiga de Leo y también lo preparaba para el personaje, todos estábamos muy en un estado zen.
A mí me pasa que me di cuenta de que nunca había filmado así, era mi primera experiencia de filmar un poquito más grande. La verdad es que lo disfruto un montón. Entonces como que cada día era una fiesta. Más allá de tener obviamente días difíciles y estresantes, mucho trabajo de ensayos. En algunas escenas sí, hubo mucho apuntalamiento, mucho probar hasta llegar a esos lugares, esos textos que eran difíciles de decir, porque no son textos fáciles y la película tiene algo barroco, en cuanto a los diálogos, entre miles de inseguridades que te agarran como director, vas siguiendo una intuición, y preguntándole millones de cosas a todo el equipo técnico. Yo era insoportable, como te gusta o te gusta o te parece que está bien, te parece que también te gustó, ¿te gustó? a todo el mundo, desde Loly, la maquilladora, la directora de arte, me la pasaba preguntando a todo el mundo. Aunque el ritmo era muy acelerado. Eso servía mucho, servía como una guía muy grande también. Hubo momentos lindos, cuando ves que alguien, por ejemplo, está emocionado atrás de cámara con alguna escena.
Otra cosa que me llamó mucho la atención es el montaje de la película, los cortes son súper abruptos, de repente te pasas de una escena a la otra en momentos muy inesperados. ¿Fue una propuesta? ¿Era intencional que el montaje fuera así o resultó así?
Eso es mérito de Marta Velasco, la montajista, que es una española, una mujer hermosa, increíble, muy talentosa, muy trabajadora, trabajamos juntos. En el guion había algunos cortes de esos planteados, pero después no. Después creo que se encontraron mucho en el montaje, como que tal vez el guion tenía algunas escenas, sí, como que vos ves y son significativas en la película, pero después muchas no, se cortó mucho, propuestas también de ella. También en el proceso de edición van mostrando algunas personas, la película. Un director amigo o un visionado particular que ayudó mucho que fue el de Benjamín 14:32, que nos ayudó mucho a Marta y a mí en su momento y después de un montón de gente involucrada en la película. Había algo en el guion. Pero sí te diría como un 50 y un 50, tal vez un 50 de esos cortes marcados estaban en el guion y los otros se fueron encontrando.
¿Cómo fue este trabajo con Quijote Films? ¿Cuál fue la coproducción con ellos?
Estuvo con la parte de Sonamos. Después con un actor chileno en la película, Benjamín. También fueron los que hicieron el tráiler de la película y también Giancarlo Nasi, de la productora Quijote, estuvo involucrado en los feedbacks del montaje de la película y también dio devoluciones del guion, que fueron muy buenas. Se unieron al proyecto, que fue como un año antes de empezar a filmar la película y la experiencia con ellos es buenísima. Fernando y Giancarlo, la verdad que un placer y toda la gente de Sonamos, son todos bárbaros.
¿Cuál fue el mayor desafío para ti durante el proceso de esta película?
Creo que muchas instancias hubo de hacer una película. Pasas por momentos de satisfacciones, pasamos por momentos de decepciones, los rechazos, las aplicaciones, las que ganas, la que no ganas. Es todo como una especie de carrera donde te tienes que volver muy resiliente para soportar todas las piedras que se te imponen en el camino, que son un montón en realidad y en todas las etapas las hubo. Creo que tengo una especie de optimismo ciego, muchas veces, que me ayuda a seguir adelante y a que toda la película haya salido adelante.
Pero en todas las instancias porque vivimos en Latinoamérica. Tuvimos también toda la devaluación acá en Argentina con el presupuesto, entonces eso fue tremendo. Después algún fondo que sale, que no sale. Durante el rodaje estuvo bien, la verdad es que funcionó todo bien, si bien tuvimos que cortar escenas, fue como ok, a despegarse, no se puede filmar, a seguir adelante. Y después la postproducción fue tremenda en pandemia, fue muy difícil, hubo procesos que hubo que hacerlos a la distancia y eso lleva cuatro veces más el trabajo. Así como estar charlando ahora con vos, no es lo mismo que están charlando los dos en la misma habitación. Trabajar es tremendo y después nos tocó la pandemia, cuando estábamos encarando el final de la posproducción. Todo el mundo entró en crisis.
¿Y qué se viene para la película de ahora en adelante, después del estreno en Chile y en Argentina? ¿Va a recorrer festivales? Se estrenó en HBO Max.
Ahora se va a estrenar el 21 de octubre en el Festival de Chicago, en Estados Unidos. Después de eso hay algunos festivales medio en vista. Teníamos que esperar al estreno en HBO para que se produzca eso y se irán confirmando. Está el estreno en Chile y el estreno en Argentina, en toda Latinoamérica con HBO, Max y en Chicago. Después esperemos que se pueda ver en Europa y en otros lados también.
¿Qué le podrías decir a la gente para que vaya a ver la película?
Mi deseo es que en algunos espectadores esta película pueda llegarles a tocar alguna fibra interna, que puedan llegar a sentirse identificados con algunos momentos, aunque sea una palabra, una imagen, una emoción que les surja y de esa manera que haga que se sientan menos solos o acompañados. Si están atravesando algún tipo de crisis interna, que no están solos. Para mí es lo que me acercó al cine en mi infancia y adolescencia, momentos malos, donde había historias, donde me veía reflejado a mí mismo y hacían que de alguna manera, por más de no tener a esas personas cerca en mi vida, sabía que en algún lugar había alguien pasando por algo similar a lo que estaba pasando yo. Ese es mi deseo, de llegar a algunos espectadores de esa manera, porque es una película, sobre el deseo, el dolor de vivir y de amar. Creo que es algo que nos compete a todos.
Ficha Técnica:
Título: Errante Corazón
Dirección y Guion: Leonardo Brzezicki
Elenco: Leonardo Sbaraglia, Miranda De La Serna, Eva Llorach, Iván González, Alberto Ajaka, Thalita Carauta, Tuca Andrada
Música: Nico Casal
Fotografía: Pedro Sotero.
Edición: Marta Velasco.
Dirección de arte: Eugenia Lestard
Producida por: Ruda Cine en coproducción con RT Features, Vértigo Quijote Films y Keplerfilm
Países de Producción: Argentina, Brasil, España, Holanda y Chile
Filmada en: Argentina y Brasil
Duración: 105 minutos