Entrevista a director de “Casa de Muñecas” Pablo Halpern: «Esta obra sobrevive el paso del tiempo»

Por Galia Bogolasky

Estrenada en 1879, Casa de Muñecas de Henrik Ibsen es una de las obras más revolucionarias de la historia del teatro. Su protagonista, Nora Helmer, desafía las convenciones de la sociedad burguesa al tomar una decisión que sacudió las bases del patriarcado en su tiempo y que, más de un siglo después, sigue resonando en nuevas generaciones.

Considerada una de las piezas más significativas y montadas del teatro contemporáneo, Casa de Muñecas llega ahora a Teatro Zoco en una versión actualizada bajo la dirección de Pablo Halpern, y con un elenco de primera línea conformado por Daniela Castillo, Emilio Edwards, Nathalia Aragonese, Manuel Peña, Moisés Angulo y Mónica Illanes. 

Adaptada por la dramaturga estadounidense Amy Herzog y traducida al español por Pablo Schwarz, esta versión actualiza la potencia dramática de la obra y subraya la vigencia del conflicto. Esto fue lo que el director de la obra nos contó.

¿Cómo fue que surgió la idea de adaptar esta obra, un clásico Casa de Muñecas de Henrik Ibsen?

Esta versión – cuando digo versión me refiero al texto que usamos para montar la obra – es una versión de una dramaturga americana que se llama Amy Herzog. Es una versión que se estrenó en Nueva York el año pasado, protagonizada por la famosa actriz de cine Jessica Chastain. Tuve la suerte de verla y me impresionó mucho. La versión no está reducida, pero sí le quita toda la grasa al texto original y deja la esencia de la historia. En ese sentido, es una dramaturgia, que sin demonizar la obra, simboliza la obra en términos de localizarla en un tiempo distinto. Es una dramaturgia muy moderna y me resultó muy atractiva.

¿Cuáles fueron los mayores desafíos al hacer la obra? Pensando en tratar de adaptarla, manteniendo el texto original. ¿Qué elementos de la obra te parecen atractivos para hacer esta versión acá en Chile?

Es una obra que tiene un valor universal, que ha sobrevivido casi un siglo y medio desde que se publicó y desde que se produjo, y nunca ha dejado de perder vigencia. Es una obra que se vuelve, y se vuelve, y se vuelve a hacer en capitales del mundo. No requiere adaptaciones, no requiere – a mi juicio – ensalzarla para hacerla vigente, no requiere ubicarla en el siglo XXI para hacerla vigente, por lo que todo lo que hice fue tomar este texto, esta adaptación, situarla en la época en que la obra es, que es 1879. La obra se defiende por sí sola en términos de su vigencia, la relevancia de sus temas y la resonancia que todavía tienen.

¿Cuáles son esas temáticas que aborda la obra que te parecen atractivas? Por ejemplo, los personajes, los conflictos que se generan entre esta pareja protagónica, Nora y su marido, estos secretos familiares, tratar de mantener esta familia burguesa perfecta en apariencia, pero con todos estos dramas internos. ¿Qué aspectos de esas temáticas te interesaron abordar?

Lo primero que alguien me pregunta es sobre la dimensión de la obra en términos de la emancipación de la mujer, que es el tema central de la obra. Sin embargo, Ibsen dijo que él no había querido hacer una obra sobre la emancipación femenina. Ibsen decía: «Yo quiero escribir sobre la condición humana, y eso es sobre lo que yo escribo.» La pregunta que yo me hacía, cuando releía la obra, es por qué esta obra ha sobrevivido un siglo y medio. Yo no creo que la respuesta sea porque la obra sea  sobre la emancipación femenina, aunque sí lo es. Pero después de que se publicó esta obra se han escrito cientos de obras sobre este tema, algunas de ellas excelentes obras y no significa que necesariamente van a sobrevivir el paso del tiempo. A mi juicio, esta obra sobrevive el paso del tiempo, primero, por cierto, porque toma un tema que es central a lo largo de los siglos, que es el género, pero también porque trata otros temas. Trata sobre la construcción de la identidad, trata sobre la verdad, finalmente, y paradójicamente, como motor de la ruptura en una relación de pareja, que es tóxica. Trata sobre el matrimonio como ficción social, trata sobre el poder de la autoimagen, del derecho a la duda. También uno puede leer Casa de Muñecas como una obra acerca de la libertad individual, sobre la adultez emocional o sobre la valentía de enfrentarse a lo desconocido. Si tú te empiezas a meter en la obra, empiezan a aparecer múltiples temas que resuenan con la existencia de las personas, hombres y mujeres.

¿Qué elementos sientes que el público chileno puede sentirse más identificados? ¿Qué personajes crees que pueden ser más cercanos en términos de identificación y empatía con el público?

Todos de distinta manera, pero por la siguiente razón: cuando uno escucha el texto de la obra, es muy sorprendente imaginar que esta obra fue escrita hace un siglo y medio atrás. Tú escuchas el texto y dices: “Esta es la manera como se están discutiendo estos mismos temas hoy día.” Ahí está la genialidad de Ibsen, de anticiparse a una manera de reflexionar en estos temas, que es una manera contemporánea. Uno se identifica con el conflicto de Nora, que está atrapada en esta relación de pareja que la sitúa a ella literalmente como una muñeca, la subordina, y uno puede seguir ese viaje. Pero también hay otro personaje, que es Cristina, amiga de Nora, y uno también puede seguir su propio viaje. Cristina es una mujer que llega a reencontrarse con Nora. Está sin trabajo, está vacía existencialmente, y encuentra en Nora, y en su familia y en el trabajo que el marido de Nora le da, una nueva vida. Además, encuentra en Krogstad, este personaje que es un abogado que extorsiona a Nora, que termina emparejada Cristina. Es una relación que ellos habían tenido hace muchos años, que se había roto y se reencuentran. Ahí también hay otra historia que es maravillosa. Entonces, es como un menú, por así decirlo, procazmente a gusto del consumidor.

¿Cómo fue que llegaste a este elenco? ¿Hiciste algún proceso de casting o fuiste directo con los que querías trabajar?

De los actores que están en el elenco, Emilio Edwards, que hace de Torvaldo, ha trabajado conmigo antes. Nathalia Aragonese, que hace de Cristina, hemos trabajado juntas. Con Daniela Castillo igual, hemos trabajado juntos. Moisés Angulo había trabajado en la primera obra que se presentó en Zoco, pero no habíamos trabajado juntos antes. Con Manuel Peña tampoco había trabajado, pero mayoritariamente son actores con los cuales ya tenía experiencia previa.

Te quería preguntar sobre la escenografía, el vestuario, el arte de la obra, la puesta en escena. Hay un trabajo muy cuidado, que ya has desarrollado en otras obras del Zoco, una escenografía impecable, de Manuel Morgado haciendo un trabajo impresionante, y un vestuario también notable. Todo nos sitúa en esta familia burguesa, en una época y estilo muy definidos ¿Cómo fue pensado ese trabajo escenográfico y de vestuario, desde tu mirada como director y desde la puesta en escena?

En el vestuario quise ser súper riguroso con la época, pero también considerando que los vestuarios de esta época, de repente dificultan el movimiento, particularmente el movimiento de las mujeres. Si uno lo hace estrictamente apegado a la época, entonces, lo que le pedí a la diseñadora de vestuario fue que respetara la época, pero que también generara un vestuario que permitiera movilidad a los actores y actrices, pero quise hacerlo lo más fiel a la época que fuera posible.

Con Manuel Morgado, que hizo el diseño del espacio escénico y de las luces, yo ya he trabajado con él antes, es un diseñador extraordinario. Lo que le pedí fue que me propusiera un espacio de época, pero con síntesis. Si tú miras la escenografía y los objetos que hay, son objetos mínimos. No hay prácticamente utilería, salvo lo indispensable para que la obra funcione. También ahí le pedí un trabajo de síntesis. Eso fue lo que él hizo, y lo hizo, a mi juicio, maravillosamente bien.

Te quiero preguntar por las obras que has estado programando en Teatro Zoco en los últimos años.  Me refiero no solo a tu trabajo como director, sino también a tu rol en la programación de la sala. ¿Cómo has pensado estos montajes? ¿Cuál ha sido el camino de la curatoría que has realizado?

Sí, lo primero es que Zoco tiene una línea editorial. Nosotros hacemos teatro realista, que es un tipo de teatro que se hace poco en Chile, pero que, paradójicamente, es el género que sostiene el teatro en las grandes capitales del mundo. Hacemos teatro realista, tanto de época, como también de dramaturgos más contemporáneos. Por alguna misteriosa razón, hemos hecho bastantes obras de dramaturgos ingleses. Pero, la verdad, es que siempre estoy mirando lo que se estrena afuera. Cuando descubro que hay una obra de excelencia, que se inscribe en la tradición realista y que tiene temas que visualizo que pueden resonarle a la audiencia en Chile, probablemente la programo. No es que esté lleno de buenas obras contemporáneas realistas con temas que puedan ser relevantes en Chile y en el mundo. Es un trabajo bien difícil. Cada día se pone más difícil. Ya estoy pensando en la temporada del año 2026. La del 2025 ya está resuelta, y también me aterra pensar que tengo que encontrar cinco obras, para el año 2026. Pero, básicamente, esos son los parámetros que uso.

También me he fijado que las obras que has hecho son de varios personajes, lo que no es tan común. Muchas obras actuales son monólogos, de dos o tres personajes. En cambio, en tus montajes ha habido muchas obras con elencos grandes, que es algo que no se ve tanto. ¿Hay algo ahí también? ¿O eso ha sido casualidad?

Esa es la parte difícil. Hemos hecho obras con cinco o seis personajes, pero eso es algo que podemos hacer una vez al año, porque mientras más personajes tiene una obra, más caro es el costo de la producción. Así que hacemos un esfuerzo, estiramos la plata que tenemos, pero no te puedo prometer que siempre vamos a hacer obras con seis personajes, porque no nos alcanza la plata para eso. Hemos hecho obras con dos personajes, hicimos un monólogo también, es más un tema presupuestario que editorial.

¿Qué le dirías a la gente para invitarlas a ver Casa de muñecas, que se está presentando en Teatro Zoco y que tiene una temporada de aproximadamente un mes y medio?

Les diría primero que van a ver una obra entretenida. La obra es una verdadera máquina teatral, cada escena añade tensión a la trama, cada revelación que va ocurriendo tiene consecuencias. Es como ver una buena serie de Netflix de época.
La gente se va a entretener, se va a encontrar con temáticas y conflictos que le son relevantes, y también se va a encontrar con seis actuaciones extraordinarias. El elenco está increíble, las actuaciones son realmente fabulosas, y eso en el teatro es muy importante, porque una obra nunca va a ser mejor que la calidad de los actores que uno tiene en escena. Esta producción tiene la suerte de tener un grupo de actores extraordinarios.

Ficha técnica

Casa de Muñecas de Henrik Ibsen

Versión de Amy Herzog

Traducción: Pablo Schwarz

Dirección: Pablo Halpern

Elenco: Daniela Castillo, Emilio Edwards, Nathalia Aragonese, Manuel Peña, Moisés Angulo, Mónica Illanes

Diseño de escenografía e iluminación: Manuel Morgado

Diseño de vestuario: Elizabeth Pérez

Composición musical y universo sonoro: Alejandro Miranda

Maquillaje y peinados: Margarita Nilo

Realización de vestuario: René Riegga, Javiera Labbé

Realización de escenografía: Fernando Quiroga

Fotografías: Daniel Corvillón

Coordenadas

Temporada: 16 de mayo al 15 de junio en Teatro Zoco (Av. La Dehesa 1500, Lo Barnechea)

Funciones: jueves a sábado, 20.00 horas | domingo 19.00 horas

Entradas a la venta en Punto Ticket

Estacionamiento liberado.

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