Entrevista a director de “Mauro” Eduardo Luna: “Esta es una obra que va a intentar dejar ciertas preguntas que interpelan a cada uno y a cada una de nosotras”

 

Por Galia Bogolasky 

Entrevistamos al director y dramaturgo de la reconocida compañía LaFamiliaTeatro, que vuelve con esta esperada obra que inaugura la temporada presencial del Teatro Finis Terrae.

La obra trata sobre un hecho real ocurrido en un lugar llamado Mauro. A propósito del desarraigo impuesto a centenares de familias y las consecuencias ambientales, arqueológicas y sociales tras la construcción del tranque de relaves minero más grande de Latinoamérica, por lo que se creó un comité de defensa territorial cuya primera gran acción fue llevar a cabo una huelga de hambre en el año 2010, que mantuvo a 11 comuneros durante 81 días en una lucha que terminó fracasando debido a la baja cobertura por parte de los medios de comunicación. Una década después, un grupo de comuneros busca terminar lo que comenzó en las tierras que perdieron y deciden iniciar una nueva huelga de hambre hasta las últimas consecuencias. Mauro es una ficción basada en hechos reales.

Esta obra se llevó a cabo luego de una larga investigación. Cuéntame cómo fue todo este proceso de investigación para llegar a Mauro

Partimos queriendo escapar con lo que había pasado con Painecur. Tuvimos la experiencia de pasar de una obra exitosa a tratar de replicar el éxito. Entonces tratamos de hacer absolutamente lo contrario. Pasamos de Painecur el éxito que tuvo, a tratar de escapar un poquito. Nos gustaba mucho el rollo de la física cuántica, de los agujeros negros, todo ese rollo y, a propósito de eso, encontramos como disciplina de investigación, encontramos la arqueastronomía, que vincula los pueblos originarios, que era un tema con el que veníamos como súper a caballo con todo el tema de Painecur y que vinculaba, de alguna manera, el rollo de la observación de las estrellas y como las comunidades indígenas se vinculaban con la observación del universo. Y a propósito de descubrir la arque astronomía como disciplina llegamos a Mauro, porque lo primero que nos apareció sobre el caso, tenía que ver con la destrucción de Mauro como sitio arqueológico. Este Valle tremendo, de más de 16,000 hectáreas, cómo se convirtió en una piscina de desechos tóxico, siendo que es un espacio muy rico, un lugar muy rico en tradiciones, en la cultura diaguita un lugar muy rico en material arqueológico y que podría darle señales a la cultura diaguita sobre su cultura. La cultura diaguita es una cultura que fue reconocida desde el 2006 solamente en la Ley indígena, entonces son muy nuevitos, y a propósito de ingresar a la Ley indígena también viene todo el sistema del registro, de cómo se registra uno como diaguita. Eso era súper problemático porque no habían datos, la gente en general tenía que decir «mi abuela fue partera» o «en mi casa había una flauta China, típica de los bailes chinos del norte» o, algún dato de ese estilo, super vago para poder decir que era diaguita de mar. En la obra también tratamos el tema de los apellidos. Araya es el apellido, que no es indígena, pero es el apellido más común de los diaguitas y tenía que ver con que esa zona de Coquimbo, era una zona de tránsito de españoles con indígenas. Los españoles le pusieron a sus indios o indígenas, o indios esclavos indígenas, les llamaban por su por sus apellidos. Entonces le ponían a todos su apellido y por eso, por ejemplo, el apellido Araya quedó tan reinante en la región. Entonces, existiendo esta problemática, no tengo apellido indígena, no sé cómo retratar o cómo comprobar mi origen, entonces eso fue y sigue siendo súper problemático todavía. Esa burla sobre los diaguitas, que también expresamos ahora, también está muy presente en la región. Esa burla sobre él, como han tenido que inventar el kakan, que es su idioma, una mezcla rara entre aymara, mapuche, es una mezcla y cómo han tenido que inventar su vestuario, donde hay simbología de la artesanía diaguita, pero no tienen ninguna certeza de que es así, de que ese vestuario era el vestuario ancestral. Por ahí llegamos desde esta problemática cultural y arqueológica, de ahí vino todo el desarrollo de una investigación periodística a propósito del caso de la lucha entre comuneros con la minera desde el año 2001 en adelante y descubrimos que la cantidad de personas involucradas, políticos en ejercicio, de empresarios, diputados, senadores, presidentes, involucrados en que la minera pudiera empezar a operar ahí en ese territorio, es impresionante.

 

Las cifras con las que empezaron a comprar abogados, el Premio Nacional de Medio Ambiente, a una serie de actores sociales también, es impresionante, absolutamente impresionante. Las cifras con las que le pagaban a una serie de personas para que pudiera operar la minera en ese lugar. Fue todo ese recorrido de analizar periodísticamente todo lo que existía, y en términos científicos también. La cantidad de informes de impacto ambiental que había, que decían que no se podía instalar una minera, o un tranque de relave, de la proporción que es Mauro hoy día, también ha traspasado todos estos años. Hay una serie de informes, uno tras otro, que indican que no se puede construir, sin embargo, está ahí operando y tiene derechos para operar durante 50 años. Es impresionante. Luego viene este proceso, después de que hicimos ese análisis, de acercarnos a la comunidad y empezar a hacer entrevistas y nos comunicamos con Christian Flores, que es un dirigente que desde el 2008 en adelante ha venido dando la pelea por la restitución de la dignidad de todas esas personas que han sido desarraigadas en el territorio. Son más de 2000 personas que fueron desarraigadas. Cuando hablo del desarraigo digo algo que, es incluso un poco abstracto para quienes nos relacionamos con ese concepto desde Santiago o incluso desde otras regiones. Es muy fuerte la sensación de ser extraído de tu territorio, y ser puesto como tal, como lo hicieron con la gente allá: en una población con casitas muy pequeñas, en medio del campo. No fue ni siquiera de intentar devolverle algo similar a lo que tenían, sino que se les instala en una población que está en un sector que se llama Las Cañas. El desarraigo para nosotros fue súper fuerte. También están esta serie de conflicto que se fueron dando también en la comunidad, a propósito de la inserción de recursos económicos, que era muy fuerte. Hay gente muy pobre que cuando se le ofrece 20 millones de pesos acepta el tiro, porque nunca han conocido la plata, entonces aceptaron muy rápidamente, o han aceptado convenios con la minera, muy pocos recursos absolutamente indignos que no equipara, en ningún sentido, lo que era su vida. Ahora mismo estamos viviendo un proceso de consulta, este relave incluso va a acrecentarse aún más. Van a para construir una especie de suple, donde lo van a agrandar mucho más, porque ya con los pocos años que lleva ya está lleno ese tranque, siendo el más grande de Latinoamérica. Ahí viene todo un proceso también de, después del trabajo de «campo con la comunidad» lo que aplicamos fue muy bonito. Aplicamos esta metodología de la geografía social, que es un ala de la geografía, donde uno puede recorrer, por ejemplo, el paisaje, lo puede recorrer con ciertas comunidades. Lo que uno le sigue de parte de ellos en términos de relatos, no tiene que ver sólo por la geografía de lo que era, sino que también en términos emotivos, ¿Qué era para ellos ese territorio?, ¿Qué significaba? sus vivencias, su memoria. Ese proceso con la comunidad fue muy bonito. También nos dimos cuenta de la cantidad de tradiciones que hay de por medio entre la misma comunidad hasta hace poquito, hace poquito que empezó a unirse nuevamente. Era una comunidad absolutamente disgregada, peleada por la plata, por quien recibió más o quien recibió menos. ¿Quién fue la lucha quien no fue, a la lucha?, etcétera, y todo ese material fue imprescindible para crear la obra. Cuando estaba en el proceso de investigación periodístico, decía: “Pero ¿cómo? Esto es una situación que hay que visibilizar, hay que defender a la Comunidad» Después, cuando ya vas conociendo la comunidad, nos vamos dando cuenta también de la fragilidad humana, eso fue fundamental, si no la obra sería otra, no sería la obra que es hoy día. Si no pudiéramos haber tenido esa transmisión de esas situaciones que se fueron dando en la comunidad y que determinan mucho la obra.

¿Cuál fue el contexto en el que montaron esta obra?

Nosotros veníamos construyendo esta obra, antes del estallido social, y cuando llega el estallido nosotros dijimos: «bueno, parece que efectivamente Chile despertó y tenemos que hablar de como los intereses individuales se superponen en una lucha colectiva». Entonces pensamos tal vez estamos haciendo la obra equivocada, pero al pasar los meses, nos fuimos dando cuenta que efectivamente, en el estallido social, hubo una serie de situaciones súper anómalas. En la convención lo estamos viendo, surgió la Lista del Pueblo y vemos su fragilidad, porque son seres humanos criados en un sistema capitalista, que es el fondo del de las problemáticas que vivimos como seres humanos, es el sistema en el que no hemos criado y por lo mismo aparece la miseria de lo humano, aparecen todas las circunstancias de la vida, en todo tipo de organización, y por lo mismo, queríamos retratar eso, la fragilidad con la que se lucha frente al poder económico, al progreso, a todo un sistema. Esa mirada que hay hacia el final de la obra, es una mirada que también nos despoja un poco de la culpa por esa situación humana o esa miseria humana que aparece en tantas instancias de la vida, y que nos hace mirar con cierta esperanza, hacia un futuro, donde quizás ya no existamos ni siquiera nosotros, pero quizá una nueva organización, una nueva especie, que pueda tener una mirada distinta sobre el cómo hacer comunidad.

Escribiste la obra y además la dirigiste, ¿Cómo fue para ti pensar en esta puesta en escena? Con todo este material que ya habías investigado

Nosotros, en la investigación, lo único que sabemos es más o menos la anécdota, desde dónde vamos a contar la obra. Desde la investigación periodística apareció el tema de que los comuneros habían hecho una huelga de hambre en 2010, que había fracasado por una serie de cosas, sobre todo, por la traición de un diputado que trabajó con ellos durante esa huelga, porque cuando llegó el momento de hablar sobre plata, el diputado quería estar ahí. Fracasó por eso, porque se quiebra esa relación entre el diputado de la comunidad y también los medios de comunicación que, apoyaron en un principio la huelga, después, ocurrió justo el tema de la minera San José con los 33 mineros, y todos los medios de comunicación se van a cubrir la Mina San José y esta lucha queda a mitad de camino. Así y todo duran otros 41 días más, después de que ya no los pesca nadie. Entonces sentíamos que era bonito, darle un poco de justicia a esa movilización. Por lo tanto, instalar la obra en una huelga de hambre en una época actual, donde fueran efectivamente a la muerte, inspirados por la huelga de Irlanda del año 81, y que por lo tanto fueran a la absoluta muerte, hasta las últimas consecuencias.

Esa idea la teníamos clara antes de ir a trabajar con la comunidad, hacer las entrevistas. Después en las entrevistas, van surgiendo una serie de cosas, que nosotros fuimos documentando a través de video, audio, fotografía, etcétera. Sin embargo, no es que uno vaya construyendo en paralelo, generamos el proceso completo de investigación, sin pensar, primero en cómo se va a construir la historia, quiénes van a ser los personajes. Sólo teníamos la anécdota presenta. Después que terminamos todo el proceso de investigación, recién es el momento de empezar a pensar la dramaturgia. La investigación, sobre todo para nosotros, es el pie para para crear la dramaturgia. Después, todo ese material investigado, es insumo que queda para los actores, para los diseñadores, los músicos, etcétera. Después viene el proceso de escritura, iba surgiendo el proceso de manera muy intuitiva. Yo nunca vuelvo a revisar el material investigado, sino que siempre tengo muy presente esa idea de que en la memoria lo que queda es el residuo de lo que debe estar presente en la obra. Entonces queda todo ese material registrado, queda como documento para facilitar el trabajo del resto del equipo. Pero para construir la dramaturgia uno se queda más con las conversaciones, con lo que va surgiendo en esas onces múltiples que uno va teniendo con la gente, que es muy al fragor de eso, de tomar once con la gente.

Va surgiendo en términos también estratégicos, de cómo construir la ficción. La ficción no carece de humor, no carece de humanidad, no carece de una serie de cosas que tiene que contener el teatro. A pesar de que surja de un material real, de una situación real y de nuestra situación muy dramática, la humanidad contiene eso. El humor está presente en las luchas, en los dramas familiares, siempre ocurre el humor y creíamos que tenía que estar. En términos estructurales, lo que siempre hacemos. como compañía, o atender desde la construcción dramatúrgica, es que los diversos temas que subyacen al tema principal, como lo arqueológico, como la salud de la gente que padece cáncer gástrico en la región, o el tema del agua, eso debe estar contenido en los personajes. En la obra se da que todos los personajes tienen una motivación individual que está marcada por estos subtemas, que aparecieron durante la investigación.

¿Cómo fue el proceso de la puesta en escena?

Cuando ya concluyente de este proceso dramatúrgico, el tema de la puesta en escena tenía que ver, sobre todo, con el representar de una manera no realista, este espacio cordillerano de la cuarta región. Nos jugamos por una apuesta menos realista en términos de materialidad, y de iluminación, fue muy bonito ese proceso, porque siempre la fotografía que había durante la investigación, tenía que ver con que veíamos mucho el paisaje del atardecer de ese lugar. Por eso está este fondo de luz, que va cambiando durante las escenas, que nos va remitiendo a esta idea de atardecer en ese lugar.

¿Cómo fue pensada la música de la obra?

La música tiene dos momentos. Un momento, que tiene que ver con construir lo épico de la lucha, porque la la obra intenta engañar a un poquito al espectador en cierto punto. Trata de mostrar que esto parece que va a una lucha, o pareciera que es un conflicto contra la minera directamente. Luego la obra cambia y nos damos cuenta que la obra se está tratando de los conflictos que se dan en la lucha, conflictos entre los mismos luchadores, cómo se superponen estos intereses individuales sobre lo colectivo. La música tiene un momento épico de lucha, y luego también se hace cargo de la idea de los agujeros negros o cómo se vincula la obra con los agujeros negros del espacio. Es una idea que surgió porque toda la gente nos hablaba del desarraigo, de lo que significa el desarraigo. Nosotros siempre sentíamos que era imposible de representar lo que siente alguien que ha sido extirpado de su tierra y puesto en estas poblaciones en medio del campo. Lo único que conocemos, a nivel científico, es el tiempo de un agujero negro o esa gravedad tan fuerte, cómo distorsiona el tiempo. Pensamos que era una buena imagen metafórica, para retratar lo que puede ser para alguien que ha perdido sus tierras, que ha perdido el lugar donde nació y que no va a volver nunca más, que solo habita, probablemente, en sus sueños. Por eso aparece el tema de los agujeros negros, entonces la música también se hace cargo de esa imagen, de esta dispersión del tiempo, de la sensación de un agujero negro presente ahí para la gente. Este agujero negro que detuvo el tiempo para toda esa gente que lleva 20 años dando la misma pelea, dando una pelea que ha tenido más fracasos que triunfos y que hace que ese agujero negro, que es el tranque, siga estando ahí todo este tiempo.

¿Cuál fue el mayor desafío para ti al montar esta obra y sobre todo pensando en todo el tiempo que tuvo para después montarla presencialmente como la primera obra que estrena el Teatro Finis Terrae, en su temporada presencial?

El mayor desafío fue lidiar con el fracaso constante de: la vamos a estrenar, se detiene todo. Luego intentamos estrenar nuevamente, no se pudo, era fin del 2020. De nuevo, después de marzo, intentar grabar la obra, por lo menos, para que se pudiera dar por lo menos en una instancia online, porque también ya uno había perdido la esperanza de cuando volvemos a lo presencial, y tampoco se pudo. Lo más dificultoso fue líder con lo deprimente que significaba para nosotros no poder sacar a la luz la obra. Más allá de un tema económico para todos nosotros, las obras nos dan la vida, sino que sentir que era un tema tan preciso en un momento particular, histórico de Chile, como no poder compartirlo. Nos teníamos que mantener callados con todo lo que significaba Mauro para nosotros, que sentíamos que estaba hablando, no solo de las zonas de sacrificio en Chile o en Latinoamérica, sino que también tenía que ver con la movilización social, tenía que ver con la pandemia, tenía que ver con una serie de cosas que estaban ocurriendo, tenía que ver con la convención. Creemos finalmente que lo bonito es que llegó en el momento preciso para discutir ciertas cosas. La semana pasada estábamos viendo la situación con Rodrigo Rojas y la obra, también de alguna manera, habla de eso, de esa dificultad, de esa miseria humana que aparece en instancias donde hay que mostrar impecabilidad ante los intereses económicos del empresariado chileno, ante los intereses económicos de un mismo gobierno, que pretende solo el progreso a costa de una serie de territorios, personas, comunidades. Por más intenciones que tengamos, esa miseria humana aparece y nos golpea tan fuerte. La obra habla de eso, habla de todas las luchas, habla de cómo nos enfrentamos a la lucha, de cómo nos enfrentamos a la idea del bien común.

Fue difícil, pero estamos súper contentos con el resultado, con la respuesta del público, con cómo la gente nos escribe muy tocados porque para ellos no significa, efectivamente, solo hablar de zonas de sacrificios y de lo que viene en Chile y el mundo en unos años más, sino de lo que está pasando precisamente hoy día como sociedad.

Ustedes como compañía, como se llama «LaFamiliaTeatro», trabajan como una familia, tienen una relación muy cercana y trabajan muy colaborativamente. ¿Cómo fue este trabajo con los actores y con la creación de los personajes, con el trabajo con los actores en escenas contigo como director? 

Como somos compañía vieja, llevamos 17 años juntos, ya nos conocemos muchísimo todos, todas. Efectivamente nos comportamos como familia, somos muy achoclonados. Creció mucho la familia en este último tiempo, a propósito de la pandemia, entonces hay un conocimiento súper amplio de cómo trabajamos, de cómo son nuestros procesos. El método de trabajo con los actores, hacemos un trabajo realista, en el sentido que tiene que ver con la construcción de los personajes. La situación es super concreta, los personajes son super concretos. En la puesta en escena generamos otras cositas interesantes que tienen que ver con un refresco estético, pero, en general, nosotros contamos historias. Acá teníamos la particularidad que teníamos los personajes vivos, ahí, presentes, entonces construimos mucho, los chiquillos del elenco, construyeron muchos los personajes a partir de sus referentes más directos. Cristian Flores existe, Pedro Soto existe, Javier Olivares existe, por supuesto muchas cosas están ficcionadas, pero que son cosas que surgieron desde mi origen de campo, del sur, pero cuando voy a Coquimbo me fijo que el campo del norte y del sur se parecen muchísimo. Es una obra donde uno puedo poner todas esas cosas, de vivencias de niño o el lenguaje, lo pudo poner el texto. Los chiquillos fueron construyendo a partir de eso, de esas mismas conversaciones mutuas que teníamos sobre el campo. En los personajes ellos tuvieron la posibilidad de conocer a los personajes. Fueron construyendo desde ese lugar. También varios de nosotros tienen un origen campesino o sus papás, mamás. Había harto material como para poder abordar la construcción de los personajes. La relación con la música, con la ranchera, que estaba tan presente en el territorio, esa relación la tengo yo con mis viejos. Sebastián Silva, que es el actor que interpreta a este hijo de un rancherista ancestral del territorio de Mauro, también tiene una relación con la música. De hecho, el le da clase a la nieta de uno de los acordeonistas de los Reales del Valle, que es precisamente uno de nuestros referentes rancheros para construir ese personaje. Fue muy bonito, fueron calzando muchas cosas. Hay una sensibilidad muy bonita de parte de todos ellos, es un diálogo súper generoso. Yo escribo para ellos, en muy particular para cada uno, y ellos asumen de manera muy generosa también al revés, el cómo interpretan o como tratan de interpretar eso que está escrito en el texto. Así que es un proceso super orgánico, súper bonito cómo se va construyendo, y como a estas alturas uno es un director super calladito. Tengo muy pocas cosas que decir siempre. Es como si compartir ese rol del dramaturgo y director, de alguna manera generara que ya en la escritura del texto hubiese una primera dirección y a esta altura ellos lo leen muy bien. A uno ya le importan otras cosas, o se hace cargo de otras cosas que tiene que ver con la composición en el espacio, de los actores, o de la iluminación, o del diseño, o como eso se vincula con la música. Desde el texto establece el marco de acción para cada uno, pero hay pleno permiso para que cada uno/a vuele creativamente

¿Qué le dirías a la gente para invitarla a ver la obra, para las funciones que quedan?

De hecho, nos queda solo para el sábado y domingo, el viernes ya está completito. Me gustaría decirles simplemente que es una obra que surge de una situación que estamos experimentando en nuestro país. No es una obra en la que le vamos a decir lo que ellos ya saben. Muchas veces la gente ve: «esto es una obra dramática sobre la perdida de un territorio, o es una obra dramática sobre la contaminación del planeta y eso ya lo sé». Esta es una obra que va a intentar dejar ciertas preguntas que interpelan a cada uno y a cada una de nosotras, que nos deja preguntas para seguir avanzando como sociedad de aquí a unos años más, intentando hacer conciencia de ciertas transformaciones que necesitamos como sociedad, que son urgentes. También nos cuestiona cómo nos vamos a ir enfrentando o intenta mostrar cómo no irnos enfrentando a ciertas situaciones políticas y sociales que vamos a experimentar si o si, a propósito de la pérdida del agua, a propósito de la falta de alimentación, de situaciones que vienen. La ONU nos ha mostrado a la cara con muchos documentos que eso viene. ¿Cómo nos vamos a enfrentar a eso? Creo que esta obra da ciertas luces de qué hacer y qué no hacer, o preguntas sobre qué hacer y qué no hacer, cuando nos tengamos que enfrentar a esas situaciones. Es una obra que les va a mostrar un mundo donde hay muchos matices, hay mucho humor. También hay concientización y es un espectáculo completo para disfrutar esta vuelta a los teatros, que la necesitamos tanto. La gente necesita volver a estos espacios, a volver a pensarnos juntos como sociedad. Gustándonos tanto el cine, el teatro tiene una fuerza que sólo la puede dar el que sea un ser humano, puesto ahí frente a ellos mismos, entonces hay que volver a experimentar esa situación. Los protocolos sanitarios están funcionando super bien, así que el teatro es un espacio absolutamente seguro para disfrutar de un espectáculo.

FICHA ARTÍSTICA

Título: Mauro

Dramaturgia y dirección: Eduardo Luna

Asistencia de dirección: Pamela Alarcón

Diseño integral: Javiera Severino, Karla Rodríguez y Javier Alvarado

Elenco: Felipe Lagos, Nicole Morales, Alexis Moreno Venegas, Paly Pavez y Sebastián Silva Rodríguez

Diseño sonoro y música original: Francisco Moreira y Vicente Cuadros

Músicos invitados: Angela Acuña (violoncello), Javiera Aguayo (contrabajo), Camilo Aliaga (teclados y piano)

Composición Bolero hambriento: Alexis Moreno Venegas

Rancheras: Los Reales del Valle

Mezcla de Sonido: Barry Sage

Sonidista: Pablo Ramírez

Grabación y postproducción audiovisual: Diego Elgueta

Fotografía y video publicitario: Diego Pezo

Coproducción Lafamiliateatro y Teatro Finis Terrae

COORDENADAS MAURO

3 al 12 septiembre

viernes, sábado y domingo, 18:30 h

$7.000 Gral.

Otros descuentos consultar en www.teatrofinisterrae.cl 

Teatro Finis Terrae

Av. Pocuro 1935, Providencia

https://ticketplus.cl/events/mauro-teatro-finis-terrae

https://www.youtube.com/watch?v=Fdbk-C0HqwQ

– Ingreso al Teatro sujeto a Pase de movilidad (vacunados)

– Sólo se venderán entradas online a través de Ticketplus

– Aforo limitado (Obra presencial, 139 butacas)

– Uso de mascarilla obligatorio

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