Por Pilar Alcántara
Entrevistamos al director de la primera película de navidad chilena y hablamos, quien nos comparte aspectos relevantes de este proyecto, y de cómo visualiza la industria nacional. Nos invita a disfrutar en familia de esta los atractivos de esta película pensada en los niños como sus locaciones en Viña del Mar, efectos especiales y un mensaje de unidad y reencuentro para este fin de año.
La película cuenta con las actuaciones de Sara Buzeta, Ignacia Antonia, Rodrigo Salinas, Francisca Imboden, Ricardo Fernández, Laura del Río, Santiago Urbina, el cantante Diego Orthusteguy, Carolina Paulsen y Elvira Cristi.
¿Cómo surgió la idea de crear la primera película de navidad chilena?
La verdad es que no es idea mía, es idea de una productora de Viña del Mar que se llama Atacama. Joaquín Matamala, que es el productor, junto con otros socios, inventaron esta historia. Diego Ayala, el guionista, le dio forma y también empezaron a armar un elenco, armar un equipo técnico y ahí entremedio me llamaron a mí. Yo desembarqué en este proyecto ya bastante avanzado, pero me encantó, me encantó la idea, creo que estaba super bien orientada, además me gustó la energía que tenía este equipo, super joven. Me gustó que fuera algo que se pensó y se hizo desde Viña del Mar para Chile, y me sumé con mucho entusiasmo al proyecto. Me metí un poco en el guion para darle unos aspectos que para mí parecían interesantes que estuvieran en la película e hicimos el rodaje en Viña 100% con un equipo mayoritariamente compuesto por gente de la Quinta Región. Así que esa es la historia de este proyecto, es mérito de sobre todo de Atacama Films, que luego se asoció con otra productora, Poston Digital, que fue el encargado de hacer todos los efectos especiales, una película que tiene muchísimos efectos especiales. Yo pienso que, hasta el momento, quizás es la película chilena con mayores efectos especiales que se pueda ver. Esa es la historia de Un like de navidad.
¿Entraste solo en dirección o participaste del guion?
El guion es de Diego Ayala, un guionista chileno con mucha experiencia, muy joven, pero ha trabajado mucho, y si a mí me gustó esta idea de la primera película chilena de navidad, y llevar este cómico a la realidad chilena. Lo que yo le quise agregar, era difícil separar el concepto de «navidad» de algo materialista y consumista. A mí me molestó un poco de que estuviera tan pegado, que el conflicto se debiera solo a la ausencia o a la falta de regalo, entonces traté de hacer un Viejo Pascuero que regalara otro tipo de cosas, y me fui por ese volón y por ahí va mi aporte al guion. La historia ya estaba muy entretenida, yo le agregué unos condimentos que me parecían importantes al nivel temático.
¿El equipo ya estaba definido antes de tu ingreso?
Algunas personas sí, por ejemplo, estaba Ignacia Antonia, que es una influencer que tiene muchísimos seguidores, ella ya era parte del equipo. Curiosamente, ya habían conversado con mi hermano Antonio, que es el director de foto, y luego yo me incorporé al trabajo también, sugerido por Antonio ¡Gracias hermano por sugerir!
¿Por qué Viña del Mar? ¿Es propuesta de Atacama?
Claro, ellos son de Viña y naturalmente querían grabar ahí, tenían su productora, tienen su sala de edición, de posproducción de sonido, etc. Era natural que se trabajara allá y lo que yo traté de acentuar era eso. Le dije a Joaquín: «bueno, juguémosla más en Viña, hagamos un poquito más de exterior. Esta escena la podríamos llevar a un lugar más armónico de la ciudad, donde se nota a primera vista que estamos en Viña, usemos el borde costero, vamos a la playa». Cosas así, bastante sencillas de cambiar, que le deban un color más propio a la película.
Comentaste sobre los efectos especiales, ¿Cómo se trabajaron? ¿Qué estrategia utilizaron?
Es atractivo, sobre todo para los niños, porque esta es una película para niños finalmente. La navidad es la fiesta de los niños, obviamente es una excusa para juntarte con tus afectos más cercanos, pero es una fiesta de niños. La película también tiene una premisa de como volver a creer, porque hay una chica, que es la protagonista, Sara Buzeta, una joven actriz que ha perdido un poco la fe por ciertas cosas que vive y de alguna manera vuelva a encantarse con la navidad. Entonces en ese aspecto, los efectos especiales sobre todo van a ser parte de la magia que tiene la magia, le aporta mucho a la magia. Son cosas muy lentas de trabajar, muy largas y tediosas. La gente ve una lucecita que pasa así, eso se demora mucha renderización, horas de alguien en el computador, corregir cosas. No se puede saber inmediatamente como va a quedar, es un trabajo muy lento, pero Poston es una empresa que tiene mucha experiencia en esto y lo tomó con mucha pasión. Estaban muy encantados con la película y lo hicieron con muchas ganas y eso se nota. Obviamente los efectos especiales siempre se pueden trabajar más, siempre se pueden mejorar, esto pasa en todos los niveles de una película. Hay un momento en el que hay que dar un corte y decir: «Esta es la película que tenemos, con los medios y el tiempo que tenemos y se cierra y se va a las salas»
Mencionaste a Sara Buzeta, ¿Cómo fue el trabajo y la participación de Sara?
Fue muy complicado el casting, porque estábamos con muchas restricciones de la pandemia, entonces trabajé con Moira Miller, con quien he trabajado muchas veces y que es directora de casting, y lo hicimos todo por zoom, así que fue bien complejo el casting. Hicimos varios llamados y Sara fue pasando todas las etapas. A mí me gusta mucho, porque no es una protagonista convencional. Creo que tiene mucha frescura y tiene mucha ternura, y este era un personaje que necesitaba esa ternura, porque se podía volver un poco antipático, por las características del rol, alguien que está siempre rabiando, entendimos por qué, tiene un quiebre emocional muy grande por algo que le está pasando, que no viene al caso contar, porque uno adelanta mucho la historia, pero se corría el peligro de que se volviera un protagonista un poco pesado, un poco desagradable. Pero como Sara Buzeta es tan liviana y tiene mucha ternura, eso lo tomó bien y lo desarrolló muy bien así que fue una gran experiencia para ella, porque era su primera experiencia de trabajo profesional en una película. Entre todos apañamos y fue muy simpático. Estaba Rodrigo Salinas, que es muy divertido, fue muy grato trabajar con él, Francisca Imboden y Ricardo Fernández, que es un actor que no siempre llaman a roles cómicos y yo creo que tiene una veta cómica que a mí me gusta mucho. Todas las escenitas que tiene la película, Ricardo Fernández sabe sacarle el provecho.
El personaje de Ricardo es encantador en la película, ¿Fue propuesta de él soltarse, salir un poco del galán, permitirse jugar y ser más espontáneo?
Absolutamente, fue una propuesta de él totalmente. El rol es de un tipo ingenuo, es necesario que ese rol sea de alguien que se vea a primera vista un tipo de buen corazón, es super necesario eso, pero Ricardo llevó esa ingenuidad a una torpeza y lo hizo muy cómico. A mí me sorprendía siempre, en sus escena casi siempre terminábamos todos riéndonos en el set. A mí me encanta porque, en general, la TV va encasillando a los actores, dicen: «este cabro se ve malo» y siempre le van a dar un rol de malo, «este es cómico» y tendrá un rol cómico, «este es galán» etc. Es bonito cuando uno vence eso. A mí me encantan hacer esas cosas en casting, en la serie Tira, por ejemplo, yo le di a Patricio Torres un rol super dramático y a Gustavo Becerra le di el rol del antagonista, que es un tipo que parece ser bueno y resulta ser el más malo de todos. Es bonito cuando a los actores les das la oportunidad de salir de ese encasillamiento que les dan, y no lo buscan por propia voluntad, sino que lo llaman siempre para esos roles, porque es facilito el casting; «quién hace de payasito, este de acá» entonces es más fácil armar tu casting así, pero eso encasilla a los actores. Cuando los actores están en la escuela de teatro, hacen todos los roles y hacen Shakespeare como hacen Moliere, tienen mucha autoría oportunidad, sobre todo los actores cómicos son gente en general muy top. Los actores cómicos me encantan como toman los papeles dramáticos.
Hay un personaje secundario, que es muy atractivo, el cuñado de Francisca Imboden.
Sí, él es el segundo asistente de dirección, pero el estudió actuación, entonces quería participar. La gracia de ese personaje está en Carolina Paulsen, porque realmente Carolina inventó esta relación con su marido, de que lo tiene totalmente pisoteado y lo manda para todos lados, pero eso se dio en la improvisación ahí en ese día que filmamos la fiesta.
Participa Ignacia Antonia, una influencer y el día de la premier se vio la presencia de muchos influencers y mucha juventud ¿Cómo fue esta experiencia de trabajar con influencers y crear estas nuevas alianzas?
Creo que fue super importante Ignacia, sobre todo en la etapa previa del proyecto y levantar fondos del proyecto. Mucha gente se interesó, porque hoy en día todo el mundo mira las redes, para cualquier cosa van a ver cuántos seguidores. Yo soy un poco atípico porque no manejo mucho las redes. Hace poco me hice un Instagram, por los libros que escribo y solo estoy con los libros. En general, en el ambiente, se utiliza mucho eso y pesa. Fue super importante porque Ignacia tiene un peso enorme en la redes. En el set ella estuvo super bien en su rol, porque conversando con Ignacia, al principio nos fuimos por un camino de hacer un personaje y empezamos a trabajar por ahí, cómo se iba a peinar, y de repente, a propósito de las cosas que ella me decía, me comentó si esto es bonito, yo me visto así, y ahí yo me di cuenta que lo importante de Ignacia, es que siguiera siendo Ignacia en la película. No era hacer con ella, como se hace con otros personajes, que juega un rol, sino que se hiciera a sí misma. Tratamos de poner todo lo de ella en su rol, porque era la manera de congraciarse también con sus seguidores, que ella tuviera contacto con sus seguidores. Así que lo que trabajé con Ignacia era, sobre todo, que estuviera ella ahí en el momento presente, siendo ella misma.
¿Cuál es el mensaje de navidad que deja esta película a la sociedad chilena actual?
El guion tiene una historia super clara, que tiene que ver con los reencuentros. Sin adelantar mucho, el viaje que hace el Viejo Pascuero por Viña, va regalando reencuentros. Tiene que ver con la historia que llevamos hacer unos años, que hemos tenido que estar separados por la pandemia de nuestros afectos más cercanos. Pero también tiene que ver con al reencuentro de la sociedad. De alguna manera, se están produciendo ciertas fracturas dentro de la sociedad que nos son fáciles de salvar y este puede ser un momento de reflexión y de pensar que necesitamos como país tener un reencuentro. Aquí no sobra nadie, todos los que están en esta tierra son parte de este país y hay que ver la manera en que podamos ponernos de acuerdo, por ahí va el mansaje de esta película. Es un poco triste ahora, porque sentimos que no vamos a tener la película en cines porque hizo una pasada muy efímera por las salas de cine, estuvimos cuatro días en las salas de cine y ya prácticamente nos sacaron. Estábamos en 30 salas por cuatro días y pasado el fin de semana nos sacan y nos ponen en 4 salas en todo Chile y en unos horarios absurdos como las 10 de la mañana, donde sabemos que nadie va al cine. Como que le pusieron una lápida a la película, pero para nosotros era super importante el boca a boca. Tú sabes que el cine de Hollywood se puede gastar 100 millones de dólares en una película, luego se gasta otros 100 en el marketing y promoción. El cine chileno tiene otra realidad, manejamos fondos mucho más humildes, por supuesto, pero también, cuando ya hiciste tu película, te queda casi cero en el marketing y la promoción, entonces en qué nos basamos en el marketing y la promoción, sobre todo en una ventaja comparativa, que tenemos a los actores aquí y por lo tanto lo podemos llevar a la prensa, podemos hacer entrevista, esto mismo que estamos teniendo nosotros ahora. Confiamos es el boca a boca, que la gente vaya a ver la película, les guste e invite a los demás, y eso necesita un tiempo, pero las salas de cine no nos dan ese tiempo, 4 días y luego lo sacan. Obviamente ellos tienen otros contenidos de Hollywood que tiene renovación con compañías distribuidoras que le están presionando por poner sus películas y tener más pantallas. No les sirve que una película chilena esté ocupándole una de sus pantallas, a menos que haya muchísima gente de entrada, cosa que es muy difícil porque no tenemos el presupuesto, entonces estamos bastante frustrados, porque teníamos fe que podía tener un buen boca a boca. Ahora no lo sabemos y no lo vamos a saber nunca, porque ya salió de los cines, fue para decir que no tuvimos las salas, pero no tuvimos la oportunidad de desplegarnos.
¿Y se abre algunas alternativas?
Sí, pero el negocio del cine es un negocio de masas, si tu no estas en todo el territorio, en todas las grandes multisalas, tus números serán muy poquitos, porque si no, es como tener una obra de teatro, tú vas aquí o vas allá pero son números muy pequeñitos. La idea de tener una industria del cine nacional, donde los técnicos puedan vivir de esto, los directores, guionistas y actores, es que tengamos la posibilidad de que esto pueda funcionar como negocio a gran escala en nuestro país, por lo menos, porque allá afuera es muy difícil, por lo menos en nuestro país. Aquí falta muchas leyes de protección a esta industria nacional. En Europa, que son países que defienden mucho más sus propios emprendimientos, las plataformas tienen una cuota obligada de hacer productos de cada país. En Francia tienen que hacer tal porcentaje de series y películas francesas para poder existir. Aquí no les pedimos a nadie nada, aquí el que tiene más fuerza entra y arrasa con todo. Creo que hace falta una legislación y vamos a seguir en esa lucha. Hay algunas conversaciones, hay legisladores que están conscientes de esto. Yo espero que nos pongamos a trabajar pronto en una ley de defensa de esta industria nacional que, realmente si no existe una ley, yo me imagino que es como si la Alameda no tuviera semáforo. Si la Alameda no tiene semáforo, y uno viene por una calle chica, que es el cine chileno, y trata de entra ahí, es imposible porque pasan y pasan los buses. Necesitamos un semáforo y ponerle a estos señores el pare y deje pasar al más pequeño y después siga con si negocio, y la única manera de hacer eso es por ley, como lo logró la música nacional en la radios, que tienen una cuota de música nacional, porque si no son tan grandes los intereses de las compañías norteamericanas en vendernos su música que nos pasan por encima. Ellos están haciendo su negocio, no es culpa de ellos, es culpa nuestra de no tener leyes de protección a nuestro cine y nuestra identidad.
¿En qué otro país está Un like de navidad?
Tuvimos la suerte de estrenar en Ecuador. Curiosamente en Ecuador llevamos dos semanas en más de 30 salas, con público constante, público creciendo, entonces es muy curioso que en Chile estemos 4 días y nos saquen, nos dejen solo 4 salas, una función al día y en unos horarios tempranos. No puede ser. Yo entiendo que es negocio de ellos, tiene distribuidoras y gente que los presiona y no tenemos poder de negociación, somos muy pequeños, tenemos que hacer una ley, no hay caso.
¿Qué invitación puede hacer para que la gente la vea?
Si usted es un explorador, tiene la paciencia y la suerte de encontrar en alguna sala Un like de navidad, te lo recomiendo, sobre todo si tiene niños y quiere ir a un espectáculo familiar porque es una película familiar. Así que los esperamos y yo creo que está muy bonita y tiene un mensaje que viene muy bien en estas fechas.
Ficha Técnica
Título original: Un like de Navidad
Año: 2022
Duración: 91 min.
País: Chile
Dirección: Boris Quercia
Guion: Diego Ayala, Boris Quercia
Historia original: Joaquín Matamala
Música: Alekos Vuskovic
Reparto: Ignacia Antonia, Rodrigo Salinas, Sara Buzeta, Ricardo Fernández, Francisca Imboden, Elvira Cristi, Carolina Paulsen, Bárbara Ríos, Diego Orthusteguy
Compañías: Atacama Pictures, Poston Works
Género: Comedia | Navidad