Entrevista a directora de “Alis” Clare Weiskopf: “Es una película que conecta con todo el mundo”

Por Galia Bogolasky

Entrevistamos a la documentalista colombiana Clare Weiskopf, quien junto a su codirector Nicolas Van Hemelryck hace siete años conmovieron a los espectadores del mundo con Amazona, documental que sigue a una mujer que, tras la muerte de su hija, se internó en la selva. Ahora regresan con Alis.

Con una aproximación delicada e intimista a sus protagonistas, Alis se instala en La Arcadia, un internado público en la ciudad de Bogotá, para conocer los testimonios de diez chicas que han sido abandonadas por su familia. Los cineastas les proponen un juego: la invención de la historia de Alis, una amiga invisible que no existe en el plano real, pero que ellas harán vivir son su imaginación en un proceso colectivo.

Lo interesante de la película es que las entrevistadas construirán a Alis de acuerdo con sus propias experiencias y nosotros, los espectadores, llegaremos a conocerlas a través de este juego de ilusiones.

Alis fue desarrollada por 5 años y filmada en dos semanas con una mirada de género para resaltar temas como la identidad sexual, el amor, las drogas, las carencias afectivas, la soledad, los miedos y los traumas. El mérito de los directores es establecer las dinámicas de relación y también lograr que las adolescentes se vayan abriendo cada vez más a medida que se relacionan con la cámara.

Esto fue lo que la cineasta nos contó sobre este premiado documental que se acaba de estrenar en Chile.

¿Cómo se inició este proyecto?

La primera vez que nos acercamos al internado fue el 2016. Fuimos invitados por la cinemateca de Bogotá a dictar un taller de documental, no precisamente donde fue grabado Alis, pero si en un internado, hay varios internados, en ese momento en el centro de la ciudad de Bogotá, y nos dijeron: “Van a dar un taller para niñas de 12 a 18 años que han estado en vivencia en calle o que sus familias no han podido responder por ellas”. Nicolás y yo somos directores/productores, pero también somos pareja. En ese momento teníamos una hija y ahora tenemos dos hijas, pero desde nuestra posición de privilegio lo primero que se nos atravesó por el corazón y por la cabeza fue pensarlas con pesar, con lástima. A partir de ahí diseñamos un taller como con esa sensación y cuando llegamos a ese lugar nos encontramos con estas jóvenes, que, para los que han visto Alis, son unas mujeres increíbles, llenas de fuerza que lo que menos producen es lástima. Te dicen las cosas muy de frente, son totalmente claras, sinceras, creativas y muy fuertes, también. Es muy retador conocerlas por primera vez. Eso nos hizo cambiar todo el taller, nos tocó cambiarlo porque si ellas se aburren se acuestan directamente en el piso, no tienen ningún filtro. Ahí nació esa sensación de que ahí había algo muy potente y decidimos buscar la forma de seguir yendo. Se acabó ese taller, pero seguimos yendo para seguir dando talleres documentales. Entonces, así fue como nuestra llegada a ese lugar.

¿Las niñas que aparecen en el documental fueron seleccionadas? ¿Hubo un casting o aparecen todas las que residen ahí?

El proceso fue muy distinto. Normalmente, el documental es un seguimiento de muchos años, y a un personaje, aquí fue todo lo contario. Hicimos un desarrollo muy largo. Pasamos, con estas jóvenes, por muchas ideas antes de llegar a esto del personaje ficticio, pero estas jóvenes están todo el tiempo entrando y saliendo de los internados porque precisamente tienen familias muy inestables. Siempre llegábamos y nos encontrábamos con nuevas jóvenes. La película, como tal, fue rodada más como una película de ficción en doce días y fue totalmente voluntario y espontáneo. La mayoría de las que salen en Alis, que son 20, no las conocíamos, hay como dos o tres que conocíamos hace años, pero a la mayoría no y obviamente nosotros llevábamos demasiado tiempo yendo a esos lugares, entonces, sabían de nosotros. Fueron encuentros totalmente voluntarios donde ellas se apuntaban. Pensamos que solo íbamos a tener 15 máximo, en ese momento había 35 jóvenes en el internado, pero todas quisieron participar, no todas salieron en la película, pero todas quisieron participar. También teníamos un apoyo psicosocial de las psicólogas del lugar que nos decían el perfil de cada una, sin entrar en detalles.  Por salud mental les hacíamos esta entrevista y las filmábamos, pero sabíamos que no teníamos que llegar profundo con ellas. Entonces, no fue un casting, en la edición más que todo pensamos en un principio que iba a haber máximo 10 en toda la película, nunca pensamos que iba a ser una película con 20.

Uno de los temas que aborda la película es cuál es la verdad. A través de un personaje imaginario va surgiendo la verdad de cada una de las chicas entrevistadas y también de ustedes, me imagino, como realizadores. ¿Cómo trabajaron ese concepto de la verdad?

Nos gusta mucho el personaje ficticio y quiero contarles un poco cómo apareció, porque eso tiene también todo el sentido. En uno de los ejercicios que hicimos con las jóvenes, les pedimos para la siguiente clase que trajeran un cuento escrito con un principio, un nudo y un desenlace. Muchas de las jóvenes llegaban con historias que empezaban muy lejanas a su realidad, en otros mundos, pero muy rápidamente volvían a lo que ellas conocían, entonces, esto nos dio la idea de usar un personaje ficticio para hablar de esa verdad, porque creemos fielmente que la imaginación es muy poderosa. Nos dimos cuenta de que en ellas era más poderosa aún, además que contaba una verdad muy profunda, pero también este personaje las protegía de cierta manera. Lo que ellas nos cuentan puede que les haya pasado a ellas o puede que no, o puede que le haya pasado a la hermana, a la mamá o a una amiga, y eso no nos importa. Lo que nos importa es llegar a esa verdad y eso lo hace la imaginación mucho mejor que simplemente ellas contándonos su biografía. Es una verdad colectiva, más que individual. Hay una verdad ahí, en cada una de ellas sale esa verdad, importa si lo que nos están diciendo es verdad o mentira, pero sí hay una verdad.

Ustedes se han referido a esta película como un documental no convencional, que es más una película de no ficción que documental, cuéntame sobre el género y la forma de trabajarlo.

Sí, eso es más como trabajamos Nicolás y yo, y lo que creemos. Siempre es hacerse la gran pregunta, acá sobre todo en Colombia es como: “¡ah, es un documental, no es una película!”. Para nosotros eso es extrañísimo, porque es película y, según nosotros, no existe tampoco la verdad, la realidad como tal, todo es muy subjetivo y trabajamos el documental como si fuera ficción. Sentimos que hay una línea muy delgada que separa la ficción y el documental, porque lo que hacemos con nuestras películas es que contamos historias, nos inventamos historias. Obviamente el material o de donde nos nutrimos viene de la realidad, pero al final nosotros creamos esas historias desde nuestro punto de vista y desde nuestra subjetividad. Lo mismo con la película anterior, Amazona, que es una película super personal y al final contamos lo que quisimos contar y lo que quisimos que el público leyera de esa película. Para nosotros no hay diferencia, realmente son películas, hacemos películas y creo que cada vez hay menos diferencias. En un momento los documentales eran muy institucionales y tenían que estar muy arraigados a lo que era la realidad y la verdad, pero cada vez estos formatos se han ido diluyendo y más con Alis, que llega este personaje ficticio, que juega con eso de la imaginación y qué es verdad y qué no es verdad, y nos gusta mucho eso de llevar todo al límite. Por ejemplo, en Alis, su columna vertebral son estos encuentros, no las llamamos entrevistas, sino encuentros porque pasaban muchas cosas en esos. También está muy mal visto el talking heads, entonces, nos gusta eso de estirar y de llegar a ciertos límites estéticos.

¿Cuál fue el mayor desafío durante el proceso de rodaje durante el documental?

Durante el rodaje y durante todo es el trabajo de la parte emocional, porque es encontrarse con estas jóvenes, con unas historias muy duras, a pesar de que realmente es más como lo luminoso que ellas tienen. Pero esos pasados, si lo afectan a uno, es pensar hacer una película y qué más vamos a hacer con ellas, no podemos simplemente llegar, hacer una película e irnos y ya y dejar así. Creo que ese trabajo de pensarse, de contener  ese momento o ese proceso, porque fueron muchos años, y que ese proceso no se diluya después de que sale la película, ha sido un reto. Ahora tenemos una gran campaña de impacto con una fundación que trabaja con jóvenes. Que esa relación no se diluya, cada una es tan particular y tiene unas necesidades tan particulares, entonces, es cómo lograr sostener esa relación en el tiempo, creo que ese es uno de los retos, y el otro es cómo cuidarlas, cuidar a las jóvenes, no vulnerarlas. Eso está super presente desde el principio. Trabajamos mucho con psicólogas y tuvimos un taller paralelo al rodaje de teatro terapia, ellas cuando llegaban iban primero a ese taller donde se soltaban, luego cuando cada una de ellas hablaba de su personaje ficticio de Alis. Había otro taller donde ellas colectivamente hablaban de Alis y eso fue muy bonito porque son muy rudas entre ellas mismas, porque les ha tocado duro, y en este segundo taller se dieron cuenta de que venían todas del mismo lugar. Fue un momento muy especial, de compartir esa Alis colectiva. Luego hubo un taller al final del rodaje que era para despedir a Alis y darle un regalo y desearle lo que quisiera desearle cada una. Pensar muy bien la contención de las jóvenes y no simplemente un rodaje común y corriente.

Cuéntame un poco sobre la coproducción con Chile y con Rumania, ¿Cómo fue este proceso?

Entró primero Chile con Alexandra Galvis, la conocimos en nuestro primer primerísimo proyecto, como el primer pitch que hicimos en la vida. Ella era una de las asesoras y nos volvimos muy cercanos con Alexandra y cuando salió este proyecto Alis nos acercamos a ella realmente para pedirle consejos de a quién se le ocurría que podía coproducir la película. Ella leyó el proyecto y se enamoró y entró al proyecto. Ha sido una coproducción increíble con Chile, porque Alexandra tiene todo el conocimiento. Ha sido muy bonita la relación. Yo creo que la coproducción es como un matrimonio de verdad y ojalá sea un buen matrimonio, y ha sido demasiado armonioso no solo con ella, sino con los coproductores rumanos que es Radu (Stancu). Nicolás lo conoció en un taller, se volvieron muy cercanos y siempre querían coproducir algo, él viene más de la ficción y cuando le propusimos este proyecto también se enamoró y ha sido todo muy fluido, armonioso, amoroso y muy claro, también. Es maravilloso encontrar gente con la que uno pueda trabajar y que eso sea a largo plazo, pensar en que todos los proyectos, hacer cine es algo difícil, entonces, es muy bonito tener ese equipo para seguir haciendo cine.

Cuéntame sobre el recorrido que ha tenido la película y los premios que han ganado, más de veinte premios entre ellos el Teddy Award ¿Cómo ha sido este recorrido por festivales y los premios que han ganado?

La Berlinale, la verdad no nos lo esperábamos y fue para la película muy importante, ganó ahí dos premios, estábamos compitiendo en la sección joven, 40 Blocks y ganamos el Crystal Bear que es el jurado joven y el Teddy Award que es el queer y nos encantaron esos dos premios porque nos abrieron un universo. Nunca pensamos que estábamos haciendo una película para jóvenes, realmente, y tampoco pensamos que era queer, pero nos dimos cuenta de que queer es respetar la identidad y la diferencia y estas chicas son pura identidad, pura autenticidad. Fueron muy bonitos esos dos premios y con eso arrancamos. Sí hemos tenido más, creo que tenemos como 23 o 24 premios, increíble todo, en todas partes, ha sido muy bonito el recorrido por festivales y sobre todo, premios que son muy importantes para nosotros que son los del público, el público joven y que vaya a festivales queer también.

¿Qué se viene para la película?

Ahora estrenamos en Colombia, estrenamos en Chile, estrenamos en Francia y en Rumania, y esperamos que pronto podamos estrenar en otros países y también que pueda ir a alguna plataforma. Yo sé que es una película que no es tan fácil, pero creo que es una película que conecta con todo el mundo y debería verse masivamente, esperamos eso, pero ni idea qué pase ahora, tú sabes que todo es tan complejo.

Cuéntame sobre la fundación.

Quisiera hablar un poquito de la campaña Impacto. Haciendo la película pensábamos qué más hacer, pero somos cineastas, llegamos hasta cierto punto y habíamos trabajado ya con una fundación, Nicolás había hecho algunas fotos en una fundación que se llama Tiempo de Juego, que trabaja con jóvenes vulnerados en todo el país, lleva más de quince años trabajando, y es una fundación muy seria. Estas chicas, mientras están institucionalizadas están protegidas, tienen sus necesidades básicas cubiertas, pero el problema es cuando dejan la institución, que muchas veces se escapan o sus familias las retiran y vuelven a lo mismo que conocían antes. Ese momento de volver otra vez es muy complicado porque no están preparadas. Quisimos hablar con la fundación y entre los dos construimos un proyecto que está andando. Ya tenemos un lugar físico donde se están reuniendo, pero la idea es un lugar, que ojalá sea replicable, donde ellas y ellos, que han venido de la institucionalidad, no solo de protección, sino también penal, puedan llegar y parchar, o sea un lugar donde pertenezcan, donde puedan tener apoyo psicológico, que también se pueda ayudar a hacer una hoja de vida, conseguir trabajo. Un lugar donde ellos puedan pertenecer, no otra vez como la institución, pero sí un lugar donde ellos puedan estar en grupo otra vez, porque cuando salen, cada una se va a su casa y se pierde esa noción de familia, que es tan importante y que se nota en la película, es volver a eso. También encontrar las ayudas necesarias y las herramientas para poder prepararse para el mundo real. Estamos en esa campaña se llama Alis Existe y la página si quieren saber más es www.alisexiste.com. Estamos recogiendo fondos porque es muchísimo más caro que hacer una película, como mil veces más caro, entonces pueden hacer desde aportes voluntarios hasta patrocinar a una o uno de los jóvenes.

Ficha Técnica

Título: Alis

Fecha de estreno: 6 de abril

Género: Documental

Duración: 84 minutos

Director: Nicolas Van Hemelryck y Clare Weiskopf

Productor: Nicolas Van Hemelryck y Clare Weiskopf, Radu Stancu, Alexandra Galvis.

Productora asociada: Lise Lense-Moller

Productora: Casatarántula (Colombia)

Coproductora: Pantalla Cines SPA (Chile)

País de origen: Chile y Colombia

 

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