Por Franco Lagos
De lo individual a lo colectivo, así se titula el último proyecto de la artista nacional Melania Macaya. A sus 26 años, Melania se desempeña como gestoría cultural de la galería que ella misma fundó, Galería MA, como también expresa su pasión por la danza y las artes plásticas. Actualmente presenta su obra colectiva en la cual retrata las emociones más explícitas de cuerpos femeninos que nacen mediante sesiones de liberación, conmoción y drama.
Pudimos conversar con ella sobre su trabajo, esto fue lo que nos contó.
¿Cuándo te diste cuenta que querías dedicarte al arte?
Yo nunca estuve ligada a las artes plásticas. En el colegio, de hecho, estaba en los cursos de música, nunca en los de artes. A pesar de que en mi casa siempre había mucho arte, empecé tardíamente con el arte plástico en comparación con otros artistas. Desde mi punto de vista, todos los artistas pasan por un punto de inflexión en el cual decides ser artista. A veces esa decisión va de la mano de una carrera universitaria o también puede ser desde la decisión autodidacta. Yo podría decir que pinto más o menos desde el 2011, pero formalmente como decisión consciente desde el 2015. Es una decisión personal volverse artista y a cada persona le toca de manera distinta.
¿Cómo fue el proceso creativo durante la pandemia?
En el 2019 yo trabajaba en una tienda de enmarcaciones que también funcionaba como galería para exponer a artistas, ahí vendía y asesoraba a clientes que querían enmarcar cuadros. Cuando llegó la pandemia perdí el trabajo, tuve que dejar el departamento donde estaba viviendo y fue todo un poco caótico. Me dije a mí misma: “Llegó el momento, tú estudiaste artes y tienes que ejercer como artista”. Siempre quise hacer un trabajo colectivo que involucrara a más personas, pero como ese año se prohibían las reuniones por el Covid empecé a utilizar mi propio cuerpo como referente para lo que quería expresar y ahí también nace el tema de pintar lo femenino.
¿Cómo son las sesiones colectivas que realizas? ¿Cualquiera puede participar?
Actualmente estamos en el proceso de octubre, que termina el 19 de diciembre, y ya no se abre convocatoria hasta el próximo año. La información de la convocatoria la subo siempre en las historias de mis redes sociales porque me gusta que la gente que va a participar, sea gente que esté atenta y siga mi trabajo.
No sabría decirte porque cada chica participa. Si bien hay un hilo conductor, que en el fondo es el trabajo de cada mujer que llega al proyecto, todas van por motivos distintos. A veces llegan mujeres que solo quieren vivir la experiencia, otras que llegan porque tiene problemas con su cuerpo y es una forma liberarlo. Hay chicas que llegan porque se lo recomendó una amiga, otras solo por curiosidad. Entonces no puedo dar una sola razón, sin embargo, hay algo que ocurre dentro del salón que tiene que ver con el compromiso y la seguridad de cada una, que en el fondo yo puedo entrar a este espacio en dónde me puedo conectar con mi cuerpo a través de la danza y donde también puedo entender el espacio que estoy habitando a través del cuerpo de otra.
Yo no digo lo que tiene que pasar ni que tienen que hacer en la sesión. Yo les voy dando ciertas direcciones y ellas lo interpretan, por ejemplo, les pido enseñar a su manera la tristeza, la soledad, el enojo, la ira. Ahora estamos integrando la vocalización y cómo se interpreta corporalmente el sonido, es súper fuerte ver como esa energía se manifiesta, desde las palmas que golpean el cuerpo hasta aullidos.
Tu más reciente obra se titula De lo individual a lo colectivo ¿A qué se debe el nombre?
Una vez, en una de las convocatorias que hice, una de las chicas escribió sobre “la experiencia de lo individual a lo colectivo”, cuando lo leí me di cuenta que era la punta de todo lo que estaba haciendo hasta ahora. No sé si esta persona siquiera dimensiona la importancia de su mensaje para mi obra. Me gusta escuchar a las personas con las que trabajo porque, al fin y al cabo, son ellas las que crean las obras, esto no lo hago sola.
También, de alguna manera, me hizo mucho sentido el nombre porque veo este proceso como un ciclo, como un infinito que pasa de estar en solitario a encontrarse con un grupo de personas con las cuales tengo que empezar a crear o incluso. Puedo decir que, yo como mujer, que veo mi cuerpo y me siento sola en este momento de mi vida de pronto me encuentro con este colectivo mujeres que me va apoyar. A la vez, el nombre proviene de la expropiación del cuerpo de otro, tiene un trasfondo de como el cuerpo femenino siempre es apropiado por otros, en el fondo es un cuerpo que a mí no me pertenece.
¿Cómo defines tu arte?
Es una pintura bien figurativa en cuanto al cuerpo humano, también tiene un poco de corriente holandesa porque se trabaja el retrato de grupo. Si bien no sé cómo definirla, tengo pintores que me han influenciado harto como por ejemplo Jenny Saville, Freud, Rubens porque cuando uno ve La Caída del Juicio Final quedas muy inspirado. También referentes más modernos como el fotógrafo Angelo Musco que toma fotos de estructuras de cuerpo, pero sin duda mis mayores referentes son las mismas modelos.
¿Cómo se puede conocer y comprar tu obra?
Me pueden escribir a mi correo melaniamacaya@gmail.com para agendar una visita al taller. Si ves en mi página web, no encontrarás los precios de las pinturas porque siento que el valor en sí, tiende a hacer que la gente inmediatamente tomé distancia y para mí es mucho más importante que la persona venga hasta acá y contarle la experiencia, en vez de decir: “mira, vale tanto, te lo envío y listo”. Siempre prefiero vender de manera presencial ya que, como parte del proceso, necesito poder contar de que trata la obra y después el cliente decide si quiere la pieza. Debo agradecer que todos los meses estoy vendiendo algo.
Taller de Melania Macaya: Vicuña Cifuentes 2355
Página web: www.melaniamacaya.cl
Contacto: sbrojas@uc.cl o @melania.engrave