Entrevista a la artista visual Liliana Iturriaga: “Para mí el movimiento lineal es un festín”

Por Joaquín Letelier

La artista nacional presentó su obra Concéntricos, compuesta por 37 piezas entre las que destacan artefactos móviles, retroiluminados, una proyección audiovisual 3D y diversas creaciones que brindan una experiencia completa. La exhibición fue inaugurada el pasado 12 de mayo en el Museo Nacional de Bellas Artes y estará expuesta hasta el 31 de julio.

Hace 10 años, Iturriaga presentó su primera muestra individual Sinuosidad de la línea, en la ex-sala del Museo Nacional de Bellas Artes, Museo Sin Muros, ubicada en el Mall Plaza Vespucio. Durante este periodo, la artista presentó sus obras de arte cinético en diversas partes del mundo, París, el museo MACBA de Buenos Aires y también en el museo de MADI y Arte Geométrico en Dallas, Estados Unidos.

Con la curatoría de Patricio Muñoz Zárate y el trabajo en conjunto del director de cine Manuel Basoalto, encargado de las proyecciones audiovisuales y Nicolás Basoalto en sonido, la obra promete entregar una experiencia multisensorial.

Tas una década de su obra Sinuosidad de la Línea vuelve a presentarse en una sala del Museo Nacional de Bellas Artes. ¿Cuáles son sus sensaciones? ¿Cómo han sido estos diez años?

Es una experiencia maravillosa, enriquecedora. Todo lo que ha pasado en el transcurso de estos diez años desde mi primera exposición, donde tuve la oportunidad de tener la apertura en Museo Sin Muros, expo del Museo Nacional de Bellas Artes ubicada en La Florida. Esa sala marca un inicio dentro de mi proceso cinético. Fue una exposición organizada, preparada con tres años de anticipación, dos años y medio aproximadamente, donde hubo un riguroso seguimiento vinculado con lo que iba a ser presentado en esa sala, en donde resultaron estas treinta y tres obras.

Desde ahí se generaron muchos movimientos, donde se empezaron a crear conceptos nuevos, las nuevas imbricaciones lineales, que son la superposición espacial de líneas, obras que eran la continuidad lineal, la discontinuidad lineal, la superposición que estaba presente en mucha de las obras y en otras no, también otras en donde tú solo podías apreciar el desplazamiento lineal. Desde ese punto, el trabajo con la matriz libre comienza un proceso de investigación, donde también empiezo a trabajar sobre otros materiales y formatos, porque la idea era pasar este juguete al plano, los movimientos del resorte cuando salta y llega de un punto A a un punto B quedan en la retina, y esos movimientos precisamente eran los que yo quería plasmar en el plano.

Seguidamente, empiezo a trabajar el acrílico, como un bloque cuadrado de acrílico, porque no eran planchas delgadas. Ahí empiezo a solapar estos bloques y empiezo a crear una cierta fractalidad del elemento, es decir, el elemento lineal, pero este ya estaba contenido en un círculo, entonces se incorpora el elemento geométrico a esta libertad de líneas y es acompañado de esta transparencia que se generaba con el acrílico, porque, si bien, la primera exposición era sobre planchas de melamina donde yo podía desplazar la matriz, en la segunda exposición el acrílico empieza a formar parte más importante.

Desde ahí empieza un largo recorrido de investigación, de exponer en galerías, tuve la oportunidad de estar en el extranjero. Una anécdota que recuerdo es en Florencia, donde yo dije: «Yo participo con esta obra, pero tienen que pagarme», porque me dijeron: «Tienen que pagar, porque aquí se paga para poder enviar la obra, el espacio» y yo dije: «yo participo, pero yo no pago». En ese momento, mi idiosincrasia era pensar que un artista no puede crecer si tiene que pagar para presentarse, pero era una tontera porque hoy en día los artistas pagan para estar en ferias y eso es muy bueno, es muy positivo, pero yo en ese momento no entendía por qué tenía que pagar para mostrar una obra. Finalmente me dicen «¿Usted quiere donar la obra?» y yo dije: «bueno» y así no pagaba, así que perfecto.

Parte importante también ha sido mi pasada por el Museo MACBA en Buenos Aires. MACBA tiene cuatro pisos y dos pisos del museo de planta baja, o sea, primero y segundo piso eran solo para Concéntricos. Expuse también en París, con otro grupo de artistas chilenos. También pasé a formar parte del Museo de arte geométrico de Dallas, que fue un momento super importante de mi vida, porque uno de los principios de ser parte de esa colección, es que la obra se descuadra de lo que es el formato cuadrado de un cuadro normal. Si no, las obras son más representativas con volumen, con movimiento, con motor. De ahí, empieza la pandemia y todo esto, pero yo creo que fue una oportunidad maravillosa también, donde uno se da cuenta de lo positivo que pueden hacer las redes sobre una sociedad, porque puedes tener acceso a ver una exposición en Budapest y estas acá, puedes ver una instalación en cualquier parte del mundo en vivo y estás en Chile, sentado en un escritorio o en tu casa. Entonces esas cosas fueron muy positivas, porque la gente empezó a valorar de otra manera, a ver desde otro punto de vista las redes, sobre todo en pandemia, ya que la gente tenía tanto tiempo de estar al frente de una pantalla. En ese momento MACBA se une a la plataforma Google Culture and Arts, y ya la obra entra en otra sintonía, porque es una plataforma dura, donde están los museos del mundo. Tener la oportunidad de ver a Concéntricos en esa plataforma para mí fue un honor muy grande, y una satisfacción muy grande al ver mi trabajo ahí. El diario El Clarín de Argentina hizo una publicación muy importante, el Diario Financiero también, y en fin…creo que fue una exposición a la vez confinada, pero no silente.

Todo este proceso ha ido acompañado de la curaduría de Patricio Muñoz. Con él he ido haciendo crecer mi obra, he ido creando conceptos y él ha ido reforzando también con su teoría. Es un conocedor amplio de la geometría abstracto-geométrica latinoamericana, de hecho, fue muy elogiado con las palabras que dijo en MACBA sobre mi trabajo y es importante destacarlo.

Concéntricos tiene un estilo muy marcado en cuanto a elaboración, geometría y formas. ¿En qué se inspiró y cómo fue el proceso de la elaboración y búsqueda de material para la realización de su obra?

Te voy a comentar algo muy lindo. Cuando llegué al museo Nacional de Bellas Artes, efectivamente me habían dicho: «Sí, puede venir tal día y presentar su proyecto». Llego, subo con una caja y unos papeles al otro lado, y en esa caja yo tenía estos resortes de plásticos, los que te digo que saltan las escaleras y los llevaba todos enredados, algunos los había puesto en la estufa y los había estirado, y decía que, si tomo muchos y los estiro todos a la vez, les hago estiramientos lineales, que están en mi obra. Cuando uno toma la matriz y la desplaza en una posición estratégica, puedo generar un estiramiento de las líneas, se van debilitando y luego se van engrosando. Cuando llegué con esa cantidad de papeles debajo del brazo, eran papeles de algodón que pesaban 250 gramos, estos los llenaba de color y luego los pasaba la paleta.  ¿Pero qué es lo que pasaba?, que a la mitad de hacer el desplazamiento se secaba la pintura y no podía hacer lo que tenía en mente, porque el papel absorbe la pintura, entonces el movimiento llegaba hasta un punto y ahí ya no podía más. Esa búsqueda de materiales para hacer fluir este movimiento lineal acompasado, a veces improvisto, angular, que lo decido yo por supuesto, porque soy la que mueve la mano, empecé a trabajar con la mica. La mica era como una especie de papel plástico, una mica dura como de radiografía, y empiezo a desplazar allí y digo «¡wow! aquí sí puedo». En el papel se me frenaba, pero ahí si podía. Empecé con la mica, después con la melamina, después con el acrílico, después con el aluminio. Ha habido muchos formatos y materiales en qué experimentar, y la creatividad me da cuando veo algo y digo: “voy a tomar esto, y con esto voy a hacer esto otro y me va a funcionar». De repente no me funciona muy bien, pero veo otro material, lo tomo y digo: «con este sí». Empiezo a experimentar una especie de ensayo y error, que es maravilloso, porque se va generando, vas sintiendo el material, la materialidad como va funcionando en esta variedad de posibilidades. La materialidad de la pintura como se va secando de una manera distinta en un material que, en otro, en uno absorbe en el otro no, en uno queda el relieve, las superficies duras como el vidrio, el vestigio del barrido, la pintura. Eso es importante porque es uno de los fundamentos principales de este desplazamiento lineal y todo lo que tiene que ver con las lecturas lineales.

¿Cuál es el mensaje o experiencia que quiere entregar a la audiencia con su obra Concéntricos? y ¿Cuál es la experiencia personal que tuvo con la creación?

Es fascinante, porque para mí el movimiento lineal es un festín, porque yo puedo hacer la línea de manera audaz, desplazarla hacia arriba generando algo positivo, también dirigiendo la línea hacia abajo. También puedo generar otro tipo de reacciones, o mantener una línea constante, también puede generar serenidad. Eso depende también de mi estado anímico y va a depender mucho de este desplazamiento. Lo que puedo decir, es que la mezcla del movimiento lineal, con el manejo de los colores terciarios que predomina en mi obra, de hecho, de los siete lienzos amarillos que están en la primera sala hay cuatro lienzos que son sobre el manejo de la interacción de los colores terciarios y la vibración de estos, y yo creo que mi obra va a mantener esa línea por esa consecuencia de colores, por esa mezcla de colores primarios, llegar a los terciarios, para mí es importantísimo trabajar esa línea de colores. Mi deseo es transmitirle a la audiencia una experiencia contemplativa, una experiencia que te genere la sencillez de la vida, porque estás viendo las cosas, no hay nada complicado, no hay nada que no te diga donde está esto, no hay nada que genere una incógnita o algo misterioso. El arte cinético es simple, sencillo de entender y es claro. Para mí, que la audiencia pueda disfrutar de esta experiencia visual y auditiva que te adentra a otra dimensión, no solo la visual del movimiento, sino también la auditiva.

¿Cómo fue el trabajo en conjunto con Manuel y Nicolás Basualto, encargados del área audiovisual de la exposición?

Maravilloso, ha sido una experiencia lindísima y espero en las siguientes exposiciones contar con más colaboradores. El arte tiene que transmitirse, tiene que ir pasando a otras generaciones y que traspase también fronteras, en el sentido que hay tantas fronteras sociales, como culturales, que traspase estas barreras, que la gente se haga partícipe de todo esto, porque el arte tiene que ser compartido, el arte no puede ser de una sola persona. Yo invito a los artistas a que tengan esa manera de trabajar, en colectivos. A mí me encanta eso de los colectivos que trabajan en conjunto y presentan proyectos maravillosos, como el de las turberas que va al canal de Venecia. Es importante señalar que hay un equipo atrás de todo esto, también la gente del museo incansablemente aportando y han sido participes de esta exposición. Si hay algo que no funciona dentro de una obra, ellos tienen las ideas. Ha sido un orgullo poder presentarme en el Bellas Artes.

¿Cuál es el deseo para su exposición?

Estoy feliz de que la sala esté llena de gente disfrutando del arte cinético. En países de Latinoamérica se han creado maestros, sobre todo en Brasil, Argentina y Venezuela. Es bueno que la fuerza del arte cinético también llegue a Chile y la gente conozca más de Matilde Pérez, maestra del arte cinético en Chile y todos los exponentes que están presentes en estas nuevas generaciones.

Exposición Concéntricos

Liliana Iturriaga

Museo Nacional de Bellas Artes

12 de mayo hasta el 31 de julio.

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