Por Catalina Ojeda
En un mundo donde las brujas han sido malinterpretadas y vinculadas con la oscuridad, emerge una obra que reta estas percepciones arraigadas. Ganadora del III Concurso de dramaturgia infantil y juvenil Jorge Díaz, Brujas de luna llena escrita y dirigida por Carolina Alarcón y Carolina Vásquez, desafía estigmas y redefine la femineidad.
Esta pieza honra el linaje femenino y cambia la visión negativa de las brujas. Con intuición, espiritualidad y naturaleza, brinda una renovada perspectiva. Sombras, música y utilería transportan al público a un mágico viaje en busca de la verdad sobre las brujas.
El montaje, financiado por el Fondo de Artes Escénicas 2023, se estrena en FAMFEST, evento familiar que celebra la niñez. Esta experiencia teatral empodera y transforma.
¿Cómo surgió la inspiración para crear Brujas de luna llena y cuál fue el primer impulso que te motivo a emprender este proyecto?
Son dos cosas. La primera fue que justo en pandemia, me adentré mucho en el aspecto espiritual en busca de regocijo. Empecé a tomar numerosos talleres sobre círculos de mujeres y liderazgo intuitivo, entre otras cosas. En estos talleres y encuentros comenzó a surgir la figura de la hechicera y la bruja, que ya me intrigaba desde antes, pero nunca había profundizado en ello. Durante esta época, también dediqué tiempo a la lectura y me sumergí en el libro de Silvia Federici, El calibán y la bruja, un enfoque teórico e histórico que explora el origen de la caza de brujas y su proliferación. Me quedé fascinada con este tema, así como con otras lecturas relacionadas que se volvieron populares: parece que ahora el tema de las brujas está en todas partes. A partir de ese momento, me di cuenta de que realmente me gustaba esta idea y visión. Me encantaba la noción de que una mujer que es bruja podría ser cualquier persona, que en realidad somos todas. En esa época, ser soltera, libre, no estar casada y ser auténtica eran cualidades mal vistas, influenciadas por creencias arraigadas en nuestras abuelas. Esto me atraía mucho y se convirtió en algo muy personal para mí.
Por otro lado, está el tema de la infancia y las niñas. Llevo mucho tiempo trabajando como profesora de teatro en una escuela. Siempre he tenido un fuerte deseo de crear una obra de teatro para niños y niñas junto a mis compañeras. Inicialmente, habíamos considerado explorar la migración, algo que también me apasiona. Sin embargo, de manera repentina, decidí que no seguiría con esa idea y en su lugar escribiría sobre las brujas. Sentía un impulso interno de llevar todo lo que me apasionaba y que tanto disfrutaba a la infancia. Quería encontrar una forma amigable y familiar de presentar esto, de modo que tanto los niños como los adultos puedan disfrutarlo. Me agrada la idea de que los padres puedan asistir con sus hijos, hijas o sobrinos y también disfruten de la experiencia. Este texto lo presenté en un concurso y resultó ganador. Esto me hizo pensar que el tema es de interés para la gente. La historia es encantadora, así que decidí llevarla adelante y montarla en una obra.
En la obra cambian la noción tradicional que se tiene de las brujas como malignas en brujas vinculadas con la intuición y la espiritualidad ¿Qué te llevo a abordar este cambio de percepción y que mensaje deseas transmitir a tu audiencia?
El cambio surgió debido a los cursos, descubrimientos y experiencias que atravesé. También me ocurre que, aunque lo mencione constantemente, enseñar es un desafío considerable. Cuando abordo el tema de las brujas en clase y les pido a las niñas y niños que dibujen una bruja, lo primero que suelen crear es una imagen de una bruja “fea” o “mala”, similar a la de Blancanieves. Esto me parece interesante, ya que es un reflejo del inconsciente colectivo, en el que la idea de la bruja está arraigada. Los niños también están influenciados por las películas que veíamos en nuestra infancia, así que aquí veo una oportunidad. Quiero que exista una alternativa, porque la bruja es un símbolo y está bien. A mí me encanta trabajar en obras teatrales con mis alumnos, abordando el tema de las brujas, pero creo que también es importante tener una perspectiva diferente, donde se pueda elegir hablar sobre un tipo de bruja u otro.
Desde mi punto de vista, la invitación para aquellos que vengan a ver la obra es que salgan empoderados y comprendan que todos podemos ser agentes de cambio. Es fundamental aceptar que ser bruja y vivir de acuerdo con tu esencia, tu verdad, es algo valioso. Debe ser expresado y validado. A menudo, nadie espera que una niña se atreva a expresarse de cierta manera, pero cuando descubre algo relevante y todos a su alrededor le dicen que no es posible, empieza a considerar que tal vez esté en lo correcto. Confiar en esa intuición y validarla es esencial. La diversidad marca la diferencia, y es algo positivo, ser único.
La protagonista, Luna emprende un viaje mágico en busca de la verdad sobre las brujas y su legado. ¿Cómo desarrollaste el personaje de Luna y que aspectos de su viaje reflejan tus propias ideas y valores?
Luna es como la niña que siempre quise ser y nunca fui. Siempre digo que esta obra la escribí para mí, para recordarme que debo confiar en mi intuición y regresar a ese estado. Cuando era niña, yo era muy tímida y bastante correcta, muy diferente a Luna, que es como la antítesis de mi infancia. Pero ahora, con todo lo que he aprendido, siento un deseo profundo de reconectar con esa parte de ser niña. También el tema de los abuelos me toca profundamente. Pasé mucho tiempo viviendo con mi abuela desde que era muy pequeña hasta los 19 años. Siempre pienso, y he escuchado a otros decirlo también, lo mucho que desearía haber hablado más con mi abuela y haberle hecho más preguntas sobre su vida. Las abuelas son un pilar fundamental para todos. Incluso si algunas personas no llegan a conocer a sus abuelos, sigue siendo una parte de su linaje. En el fondo, hay historias que se repiten, aspectos de lo que somos, que ya existían en nuestros ancestros y que desconocemos. Me pareció crucial destacar esto también para los niños. Al final del día, si un niño sale de la obra y decide visitar a su abuela, sería maravilloso.
¿Cómo fue el proceso de creación y colaboración con la directora Carolina Vásquez para dar vida a Brujas de luna llena?
Lo he discutido con Caro y al final llegamos a la conclusión de que lo logramos y no fue tan complicado. Entendemos que la codirección, en esencia, implica compartir responsabilidades. Desde nuestra perspectiva, lo consideramos una codirección porque, además de actuar, yo también desempeño un papel en la dirección. Caro, por otro lado, tiene el control de la visión detrás del escenario, los aspectos escénicos y también la dirección artística, que abarca la estética de los personajes y los colores, entre otros elementos. Además, nos enfocamos en realizar un montaje excelente, algo en lo que trabajamos mucho durante el proceso.
Antes del estreno estábamos muy contentas y emocionadas. Sin embargo, después del estreno, la situación cambió, ahora estamos realmente felices. Especialmente porque estamos compuestas únicamente por mujeres en este proyecto. Todas somos mujeres: las diseñadoras, las actrices, la dirección y la producción. Recuerdo haber empezado y pensar “mostremos que no vamos a pelearnos ni a comportarnos de manera histérica, sino demostrar que sí somos capaces”. Nuestra colaboración con Caro ha sido muy positiva. Hemos mantenido un diálogo abierto y constructivo. Ambas compartimos una visión similar, lo que facilitó mucho el proceso. Trabajamos como amigas y compañeras en este proyecto.
El tema del linaje femenino y la conexión con la naturaleza parecen ser elementos importantes en la obra ¿Cómo trabajaste para transmitir estos temas de manera efectiva a través de la narrativa y la puesta en escena?
Sí, escribí este texto de manera peculiar porque elaboré una estructura y luego fui construyendo la historia. Usé una cartulina enorme en mi habitación. En la historia Luna es llamada bruja en la escuela. Va a donde su mamá, luego a su abuela. Tengo dibujos que ilustran esto. Al escribirlo, también seguí mi intuición. En la escaleta, estaba planeado que la abuela representara la naturaleza. Curiosamente, en mi subconsciente, la imagen de la abuela sauce de Pocahontas apareció. Para mí, la abuela es el pilar de esta obra. Luna es la protagonista, pero la abuela o la madre también podrían serlo, ya que la abuela desencadena toda la trama. Su memoria se está desvaneciendo en la obra, lo que significa que olvida muchas cosas. Para mí, ella es quien está conectada con la naturaleza. Inicialmente, pensamos en utilizar marionetas para representar a la abuela. Al principio, la veíamos como una especie de raíz terrenal, muy vinculada a la naturaleza. A medida que avanzamos, su representación evolucionó un poco, pero siempre la vimos de esa manera.
¿Cómo conseguiste equilibrar los temas abordados en la obra para que puedan ser comprendidos tanto por adultos como por niños?
Creo que las múltiples capas y la naturaleza intrínseca del texto son elementos valiosos. Al ser tres personajes, el propio texto facilita mucho esto. Abarca todas las edades, como un ciclo de vida: tienes a la niña, a la madre y a la abuela. A pesar de que la obra es para toda la familia y, por tanto, no puede ser excesivamente larga, incluso en su brevedad se intenta dar cierre a cada personaje. Esto posibilita diversas interpretaciones y hace que la mujer de mayor edad también se sienta conectada. Considero que el hecho de que sean tres mujeres: la madre, la niña y la abuela permite plasmar esta idea.
Esta obra se estrenó en el contexto del festival de teatro familiar FAMFEST. ¿Qué representa para ti presentar esta obra en un evento enfocado en la familia y los niños, y cómo crees que pueda influir en la audiencia?
Es sumamente relevante, ya que representa un hito importante. Para nosotras, este logro marca un hito significativo porque es nuestra primera obra como Compañía. Las otras tres mujeres, la directora, otra actriz y yo llevábamos tiempo intentando crear algo juntas. Sin embargo, esta es la primera vez que materializamos nuestras ideas. Por eso, es un logro maravilloso tener la oportunidad de participar en este Festival, ya que pone un énfasis en la importancia de la infancia.
La obra trata a los niños con dignidad y se esfuerza por ofrecerles algo de alta calidad. A la vez, es un desafío, porque ya no podemos crear algo superficial. Realmente queremos contribuir y pienso que lo logramos. La perspectiva de nuestra obra es única y tiene una estética muy distintiva. No es completamente infantil, pero creo que igualmente atrae a la audiencia. Nos lanzamos con confianza, ya que esto es lo que queríamos hacer. Espero que logremos conectar con el público. Es fantástico que FAMFEST nos brinde esta oportunidad. Nuestra idea también abarca varias partes, este es el inicio y planeamos continuar después.
Ficha técnica
Titulo: Brujas de luna llena
Dramaturgia y codirección: Carolina Alarcón Aybar
Dirección: Carolina Vásquez Fuentealba
Elenco: Carolina Alarcón Aybar, Mireya Aguirre Bravo, Camila Rojas Fermandois, Andrea Villalobos Roco
Música y sonoridad: Mireya Aguirre Bravo, Camila Rojas Fermandois, Francisco Vargas.
Diseño de vestuario e iluminación: Nicole Salgado
Diseño de escenografía: Natalia Sanzana
Producción: Mireya Aguirre Bravo
Prensa: Claudia Palominos Elgueda
Coordenadas
6 de agosto al 10 de septiembre
domingos, 17.00 horas
Preventa: $3.000. $6.000 Gral., $3.000 niños y personas mayores
Duración: 60 min
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Teatro Mori Vitacura, Av. Bicentenario 3800, Vitacura
https://www.ticketmaster.cl/event/famfest-brujas-de-luna-llena-vitacura