Por Galia Bogolasky
Entrevistamos a la autora de esta novela recién publicada por Editorial Overol. Días festivos es una novela que relata la historia de una mujer que no sabe si puede continuar con la vida conyugal y familiar. Si es apta, si tiene ganas, si es la vida que desea. Relata, a veces con humor negro, distintos episodios de su historia íntima, lo bello y abrumador que es mantener vivos a los hijos, la relación con su madre, el sexo en el matrimonio, idas a la feria, peleas y reconciliaciones. Días festivos exige y reivindica el descanso de alguien enfrentado a múltiples roles, y celebra la posibilidad de fracasar en las pequeñas y a veces absurdas situaciones cotidianas. Carolina Soto Riveros nació en Santiago en 1978, es arquitecto, y este es su primer libro. Esto fue lo que nos contó.
¿Cómo surgió la idea de escribir la novela Días Festivos?
Mi mecanismo de resolución de problemas consiste en que un problema desaparece cuando aparece uno nuevo y el anterior pierde vigencia. Esta es una novela de autoficción que decidí empezar a escribir cuando el conflicto que aborda se volvió obsoleto, cuando lo que me atormentó durante una temporada dejó de importarme y entendí que había semi resuelto algo y que en el transcurso había modificado mi perspectiva de todo. Me pareció que ese tránsito era un relato.
La historia se centra en tu vida personal y familiar. ¿Cómo fue relatar estas historias cotidianas?
Necesario para construir el libro. La narración “en tiempo real” es el recurso que utilizo para dejar en evidencia la perspectiva particular de la protagonista, su diálogo interior.
El libro tiene un humor bastante particular. ¿Cómo logras contar historias cotidianas con este tono?
Creo que explicar por qué lo hago sirve también para entender cómo lo hago. Es un mecanismo de “fidelización”: la protagonista confiesa sus contradicciones más profundas, que lógicamente son absurdas, eso le permite reírse de ella antes que todo el resto. Además se toma muy en serio, eso siempre termina demostrándose ridículo.
¿Por qué el título Días festivos?
Es una cámara fija en los días no laborales. A partir de eso el libro pretende revelar la resolución de los asuntos domésticos que garantizan el bienestar de una familia convencional, mostrando que lo ineludible de la vida se comprime en el tiempo en que no estamos trabajando.
La novela aborda la dinámica de una familia típica chilena, pero que tiene ciertas características que la hacen ser una familia poco convencional. ¿Qué aspectos de esta familia crees que llaman la atención?
La vida de esta familia es un experimento que responde a la pregunta de qué resulta cuando se juntan un hombre atípico con una mujer cuyas pretensiones de normalidad se ven amenazadas por su carácter poco “femenino”. Es decir, una pareja cuyas cualidades se perciben como defectos bajo la perspectiva convencional de roles de género. Eso determina todos los aspectos de sus vidas: cómo se ponen de acuerdo, cómo toman decisiones, cómo ejercen su maternidad – paternidad, cómo se aseguran sus ingresos, todo. Al mostrar cómo estos sujetos resuelven sus asuntos cotidianos se revela que sus subjetividades son devotas de un régimen del que se pensaban liberadas. Eso hace más evidente sus particularidades.
Tu eres arquitecto, ¿cómo llegaste a la literatura?
Cuando nació mi primer hijo sentí la urgencia de fijar lo que sentía a través de la escritura. Una mezcla entre desahogo, declaración de maternidad disidente, autodelación y aceptación. Al tiempo mis temas cambiaron un poco, pero la urgencia por escribir permaneció. El entorno al que me acerqué a través de mi pareja es de escritores, editores y libreros y en general sus conversaciones giran en torno a proyectos literarios. Al incluirme en esas conversaciones surgía la pregunta de si yo estaba escribiendo con un propósito, si estaba avanzando en algo específico, y yo contestaba que no, porque no, hasta que apareció la idea de Días Festivos.
¿Cuál fue el mayor desafío al escribir esta novela?
El libro tiene la pretensión de mostrar cómo su protagonista logra reconocer en sí misma ciertos prejuicios para liberarse de ellos. Describe a una mujer que se observa desde dentro tratando de ser fiel a un yo en construcción y al mismo tiempo sale a hacerse parte de la tribuna que ocupa un jurado que evalúa su vida. Es una mujer no conservadora, que se regocija en el libre albedrío, a la que le cuesta entender que esta estancada en lo “apropiado”. Para mover a esta mujer tenía que revelar los márgenes que limitan sus decisiones y valoración personal. Es un personaje difícil porque le disgusta la delgada línea entre libre albedrío y meritocracia neoliberal, entonces su acción es una sublevación minúscula, pero necesaria para generar cualquier tipo de cambio en ella. Todo eso involucró un proceso de auto conciencia en el que tuve que disolver el vínculo persona – personaje para atreverme a delatar las subjetividades de la protagonista, que eran las mías, para permitir que ella confesara toda su tontera, mi tontera.
Tu sufriste un accidente del que haces mención en la novela, que puede haber cambiado tu vida, pero finalmente seguiste adelante con bastante resiliencia. ¿Cómo enfrentas este episodio, y de qué manera impacta en tu vida y en esta historia en particular?
Usé las secuelas de ese accidente para situar lo que la protagonista entiende por “normalidad” y desde allí su permanente cuestionamiento respecto de cuál es la vida que esta viviendo: la que puede vivir o la que quiere vivir. Y la pregunta que viene luego: cuál es la vida que quiere. Y eso es lo más difícil de responder, quizás porque las mujeres de mi generación estamos poco acostumbradas a preguntarnos eso. También me sirvió para ubicarla en un panorama social: es una mujer que ha tenido todos los privilegios que se pueden pagar, sin embargo se siente “dañada” y eso la expone a los cuestionamientos que mencioné. No es una heroína por opción, sino por obligación. Es decir, es una antiheroína.
En la novela, describes episodios familiares, historias con tu marido y con tus hijos bastante «normales» pero que son contadas con mucho sarcasmo y humor negro. ¿Qué tanto hay de ficción y cuánto de realidad hay en estas historias?
Es que todo eso me paso a mí, entonces no puedo saber si pasó como lo cuento. Yo creo que no, porque no le tengo ningún afecto a la objetividad. Creo que la realidad se construye a partir de la recolección de vivencias particulares. Qué importa lo que esta pasando en la realidad, lo que importa es lo que le está pasando a ella, a la protagonista. Cuando Alonso Quijano descubre que no es un caballero andante se acaba el libro.
¿Cómo fue el trabajo con la editorial Overol?
Una vez que tomamos el ritmo fue muy expedito. Me resulta fácil ser directa con ellos y creo que a ellos les pasa algo parecido conmigo. Siento que en el proceso aprendí y para mí siempre es más interesante lo que pasa en el camino que llegar a un destino específico. Ellos respetaron eso, pero al mismo tiempo me orillaron a encontrar dónde quería llegar, lo que fue muy estimulante. La verdad es que me siento afortunada de haber podido exponer este libro a su edición, fueron fundamentales en el resultado.
¿Qué le dirías a la gente para invitarlas a leer Días festivos?
Hay personas que me han contado que les sirvió para destrabar la abstinencia literaria del confinamiento. Lo que estamos viviendo nos tiene con dificultades para concentrarnos en algo más allá de lo inmediato y este es un libro sobre lo que fue inmediato para una mujer durante un período de su vida. Eso puede hacerlo adecuado para estos momentos. Además que no pasa nada, absolutamente nada, lo que eleva cualquier vida a la categoría de especial, todos nos queremos sentir especiales así que es fácil identificarse.
Título: Días Festivos
Editorial: Overol
Autora: Carolina Soto
Año edición: 2020
Páginas: 92 pp
ISBN: 978-956-9667-75-6