Entrevista a la co-fundadora de “ArqFilmFest” Alejandra Ugarte: “La discusión sobre la ciudad es cada vez es más relevante”

Por Ignacia Pezoa

En ArqFilmFest se proyectaron una selección de filmes de la última versión del festival, en el marco de la XXIII Bienal de Arquitectura y Urbanismo de Chile. Las obras abordan la carga emocional y social de la reconstrucción de edificios, parques acuáticos y museos, espacios llenos de memorias personales y colectivas.

Alejandra Ugarte es la co-fundadora y directora de comunicaciones y vinculación del festival y esto es lo que nos contó sobre ArqFilmFest y el tema central en la selección de estas piezas audiovisuales: la arquitectura emocional.

ArqFilmFest nació en el 2012 con el fin de promover la reflexión y el diálogo entre arquitectura, ciudad y vida urbana. ¿Por qué la arquitectura? ¿Qué vieron en la arquitectura en particular para gestionar un proyecto así?

Yo soy co-fundadora del Arquitectura Film Fest Santiago (ArqFilmFest), pero los que originalmente fundaron este festival son tres arquitectos de la Universidad de Chile: Miguel Ángel Contreras, Cristian Raynaud y Francisca Muñoz. Entonces más que fundar un festival desde el cine, fue un festival que siempre se fundó desde la arquitectura. Y eso es lo interesante, porque surgió como un proyecto de arquitectos, fundado por arquitectos, entonces hay una visión desde el cine, pero desde la arquitectura.

Las piezas audiovisuales que exhiben son más bien recientes, pero me imagino que ya tenían sus referentes en el documental sobre arquitectura. ¿Cuáles son sus influencias o referentes en el tema? ¿Qué otros festivales inspiraron la creación de ArqFilmFest?

Uno de los primeros referentes para fundar este festival fue el Arquitectura Film Festival de Rotterdarm. Cuando nació el ArqFilmFest, en 2012 que fue la primera versión, ya existían festivales de arquitectura en el mundo y ese fue el principal referente. Existían en Europa, en Estados Unidos, incluso en Asia y en África, pero en Latinoamérica no había ninguno, entonces cuando nosotros hicimos la primera versión fuimos el primer festival de cine y arquitectura en Chile y en Latinoamérica. Con ese detonante se fueron creando otros festivales hermanos en Argentina, que está Ciudades Reveladas; en México, que está CINETEKTON; y luego se han seguido ampliando festivales que vinculan el cine y la arquitectura en Brasil, en Nicaragua, entre otros.

Lo que tienen de particular cada uno es que cada uno tiene una visión para vincular el cine y la arquitectura de distintas maneras. Por ejemplo, el CINETEKTON, cuando partió le interesaba más el diseño de los espacios de las películas; el festival de Ciudades Reveladas en Argentina está más vinculado a los fenómenos sociales. Como el festival estaba desde la arquitectura, pero había un equipo también de otros profesionales asociados a la organización, nosotros siempre lo pensamos como un espacio que si bien responde a un ambiente muy especializado de arquitectos, diseñadores, urbanistas, gente que diseña o piensa la ciudad, también queríamos ampliarlo a otro público y eso ha sido un deseo de todas las versiones, pensando en acercar – a través de las historias que se pueden contar en el cine – la arquitectura a las personas porque las personas experimentan la arquitectura cotidianamente, ya sea en su espacios domésticos-privados, en un espacio compartido del barrio o la comunidad y un espacio más grande como la ciudad.

Sobre la reconstrucción de la ciudad y las emociones, que es el tema de esta versión, me gustaría saber más sobre por qué se eligió este concepto y por qué les hizo sentido en el contexto actual del país.

El tema de la reconstrucción de la ciudad y las emociones no es un tema que nosotros hayamos escogido, sino que es un tema que tiene que ver con la curatoría de la Bienal: (re)programar, (re)adaptar y (re)construir, pensando sobre todo en presentarlo desde este eje en donde se ha desarrollado fuertemente el tema del estallido social y cómo se reconstruye desde ahí – eso con las sedes, no es lo único que están abordando – entonces nosotros nos vamos a esta invitación que nos hace la Bienal, incorporándole el tema de las emociones de la reconstrucción porque la investigación sobre las emociones de la reconstrucción es un tema eje de nuestra última versión, que se llamaba Arquitectura emocional.

Pero este eslogan (arquitectura emocional) tiene que ver con la pregunta que nos hemos hecho con todas las versiones del festival desde que partimos el 2012: ¿Cómo lo que queremos acercar sobre la arquitectura, es decir su relación con las personas y las comunidades, se puede buscar en el cine? Tiene que ver con las historias, pero también siempre hay una pregunta: ¿De qué manera se refleja eso o de qué manera los realizadores reflejan eso? Porque hay muchas maneras de hacerlo. Una manera es enfocarse en los materiales, por ejemplo, en las luces, en los recorridos de los edificios – que eso tiene que ver más con la arquitectura, pero también en las historias, los personajes, cómo un espacio privado, un espacio público, un espacio íntimo también puede ser un personaje. La reconstrucción de la ciudad y las emociones es un tema al que nos convoca la Bienal, pero a lo que nos sumamos nosotros por los conceptos que nos han interesado durante nuestro recorrido en las distintas versiones del festival.

Ahora, que esté enfocado en el eje Alameda y en los lugares en los que hay edificios destruidos por el estallido y que luego estuvieron abandonados durante la pandemia es un tema que también a nosotros nos llama la atención, porque en la versión del 2020, que fue nuestra quinta versión y que la hicimos digital porque estábamos en plena pandemia, hicimos una convocatoria nacional para la competencia de ArqFilmFest que se llamaba De la calle a la ventana. Tenía que ver con este contraste que había ocurrido entre el estar todos afuera en la calle durante el estallido social al paso contrario, todos encerrados en su casa mirando por la ventana, asustados de contagiarse por la pandemia. Entonces se hizo un llamado a enviar filmes que tenían que ver con eso – films nacionales porque no todos los países del mundo estaban en ese contraste; todos los países estaban en pandemia, pero no todos habían tenido un estallido primero – entonces también nos interesaba por ahí.

Por otro lado, cuando nosotros recién partimos con la primera versión, como en Chile habíamos tenido el terremoto del 2010 y en otras partes del mundo había habido guerras u otros hechos históricos, el tema de la reconstrucción era un tema súper fuerte. Los films que nos enviaron en esa primera competencia internacional, como estaba presente esto de los desastres naturales, pero también hechos históricos – por ejemplo, ese año ganó un film que se llamaba Beirut Under the Bridge de Nora Niasari, una iraní que veía cómo se reconstruía la ciudad después de una guerra. Todo esto tiene que ver con la historia de la curatoría del festival que siempre va de la mano de lo que está ocurriendo a nivel social, político y cultural en Chile y el mundo.

¿Existe en Chile un interés especial por la arquitectura y la vida urbana? Quizás no solo se aprecia en la participación en ArqFilmFest, sino también en la misma Bienal de Arquitectura y Urbanismo y en iniciativas como OH! Stgo.

Yo creo que sí. Cuando partimos esto era mucho más incipiente, porque ya han pasado más de diez años, pero de todas maneras en esa época había un especial interés. Estaban construyendo el Costanera Center y era una obra que generaba mucha discusión a nivel de la gente, al menos acá en Santiago, la gente andaba preocupada de eso. Cuando nosotros creamos el festival fue el primer de cine de arquitectura y había menos actividades vinculadas a la ciudad o a la intersección de la arquitectura con otras disciplinas, pero como tú misma mencionas sobre OH! Stgo y otros eventos que hay, creo que la discusión sobre la ciudad cada vez es más relevante, convoca a más personas e intercepta a la arquitectura con más disciplinas. Nosotros, por ejemplo, hemos ido incorporando en algunas versiones arquitectura con el cómic, el año pasado hicimos arquitectura con videojuegos y así.

A diferencia de otros festivales de cine, en ArqFilmFest no siempre proyectan documentales “del año”, sin dejar de ser actuales, pero ¿Cómo es el proceso de selección de piezas audiovisuales?

La selección de las piezas audiovisuales se hace de dos maneras. Siempre hay una muestra que el equipo del festival cura para poder presentar y que se negocia directamente con los realizadores y tiene que ver con una búsqueda de lo que se está presentando en los festivales de cine, en otros festivales de cine y arquitectura en el mundo, o que se está creando que a nosotros nos llega por distintos lugares. Y aparte de la muestra está la competencia internacional que en las seis versiones hemos hecho – sólo una fue nacional, como te comentaba, durante la época de la pandemia y post-estallido – y nosotros hacemos una convocatoria amplia mundial.

Es muy interesante que nos llegan films que, de alguna manera u otra, están enlazados porque responden a los procesos sociales, culturales y políticos que están llevándose a cabo en Chile y el mundo. Desde distintas maneras de contar historias o de abordar los personajes o relacionarse con la ciudad, las películas pasan por épocas en que se enfocan fuertemente en la migración, por ejemplo, porque eso está siendo un tema alrededor del mundo. Hace diez años atrás estaba el tema de la reconstrucción, o el del desarrollo inmobiliario y la densificación y cómo eso afectaba la vida en la ciudad, las relaciones entre vecinos, entre personas. Nos llegan hartos films de Valparaíso, de cómo eso afecta a las personas mayores cuando quedan aisladas cuando hay dificultades para desplazarse o edificios grandes que hacen sombra. Esa es la manera de seleccionar los films y es en relación a lo que llega que se da cuenta de ciertas tendencias, independientemente de que nosotros hagamos una convocatoria temática y la gente intente responder a eso.

¿Qué destacarías de esta edición de ArqFilmFest?

No tenemos una nueva edición del festival, nuestra última versión fue el 2024 – la sexta versión – que tuvo como eslogan la arquitectura emocional, en la que tratamos de profundizar en este sentido que le damos al festival de contar historias humanas, pero que tengan algún vínculo con la arquitectura a través del cine, ya sea porque la arquitectura misma es protagonista o porque hay una relación entre los personajes y los espacios en la trama. Pero de esa sexta versión que hicimos el año pasado hicimos una pequeña selección para mostrar en la XIII Bienal de Arquitectura y Urbanismo en Chile que está desarrollándose. Lo que vas a ver en la Bienal es una muestra de la sexta versión. Y en el contexto de la arquitectura emocional, acá se hizo más acotado específicamente a las emociones de la reconstrucción con filmes – tres cortometrajes (Fin de temporada, España, 2023; Wrinkles, Estados Unidos, 2023; Unveiling heritage: a blueprint for the future, Ucrania, 2024) y un largo metraje (More tan a museum, España, 2024) – que tienen que ver con cómo, de distintas maneras, las personas y la reconstrucción de los espacios se vinculan a través de las historias.

Coordenadas

XXIII Bienal de Arquitectura y Urbanismo de Chile

25 de septiembre hasta el 5 de octubre 

Entrada liberada.

Centro Cultural Gabriela Mistral, GAM

Alameda 227, Santiago

 

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