Por Ignacio Rubio
«Somos parte, somos parte, somos parte». Esta frase icónica es parte de la obra Seminario: Sentimiento aristocrático, un montaje donde cuatro oradoras prometen a su audiencia la posibilidad de pertenecer al grupo selecto de la élite nacional.
La puesta en escena, inspirada en el libro de la historiadora y escritora María Rosaria Stabili, es una comedia que expone algunos de los mecanismos que la clase dominante utiliza para mantener la distancia de los suyos y los otros a través de la ironía y el humor.
La obra a cargo de la dirección de Ignacia Agüero y la compañía de teatro La Bataclana ganó en 2024 el premio a Mejor Montaje Profesional en el Festival de Teatro Universitario FETUM. El pasado 20 de marzo se reestrenó en la Sala de Teatro de la Universidad Mayor y desde el jueves 27 al 30 del mismo mes estará disponible en el Teatro del Puente.
Entorno a estos recientes reestrenos y el éxito de esta obra, entrevistamos a la Directora de Seminario: Sentimiento aristocrático Ignacia Agüero
¿Cómo nace la compañía de teatro La Bataclana?
Esta compañía de teatro nace por las actrices. Fueron Thaís zúñiga, la Sofía Guiraldes, la Vale Dacaret, la Génesis González y la Pauli Cortés, que son actrices todas de la Católica y que ellas, el 2022, se adjudicaron un fondo estudiantil para hacer una obra que analizara el rol de la mujer de la élite nacional en la conformación de nuestra sociedad. También con un poco de interés de observar con un ojo crítico el rol de las mujeres. Qué mujeres tal vez han operado en favor, por ejemplo, del clasismo, etc. Ellas me llamaron para que pudiera dirigir la investigación que ellas estaban realizando. Así nació la compañía. Después algunas actrices tenían otros proyectos, se salieron de la obra y llegaron dos más, que son Florencia Contreras y Valentina Nazar.
¿Qué fue lo que te atrajo de Sentimiento Aristocrático y que aceptaras la invitación a dirigir esta obra?
María Rosario Stabili escribió un libro que se llama Sentimiento Aristocrático y ese fue el material fundamental que las chiquillas estudiaron. Armaron todo muy mateas, armaron un informe. Así definieron qué temas les interesaban, qué personajes les llamaban la atención del libro, un montón de cosas y eso me lo entregaron a mi. Me dijeron: “Esto nos interesa, ¿puedes y quieres dirigir esto?” Yo igual estaba asustada al principio porque, si bien he dirigido, yo no me nombro a mí misma como una directora, yo me nombro a mí misma como una actriz.
Esto me daba un poco de nervio ser convocada, que me llamaran. Entonces yo decía: “¡Wow! estas personas confían en mí, tengo que hacerlo bien”. Eso me impulsó: “¡Ya, vamos! Si es que ellas tienen esta confianza en mí, por algo será y vamos”. Por otro lado, el tema que ellas estaban proponiendo siempre me genera mucha curiosidad y siempre me ha gustado mucho analizar y observar los comportamientos de las personas, sobre todo de las personas de clases dominantes, los tratos que tienen, las maneras que tienen de hacer las cosas, las maneras que tienen de ocupar la ropa. Hay algo en eso que creo que tiene más profundidad, que no son solamente gustos o rasgos de personalidad, sino que siempre he pensado que son mecanismos sutiles de hacer otras cosas.
¿Qué aspecto del Sentimiento aristocrático crees que aún resuenan en la sociedad chilena?
Del Sentimiento aristocrático creo que hay algo de diferenciarse de otras personas, de aquellos que no son como tú, que son distintos, que son “menos que tú”, que está súper presente. Creo que el clasismo está muy arraigado en nuestro país, no así tanto en otros países. Pero, en Chile, creo que es muy fuerte. En Santiago asumo que es mucho más fuerte, o quizás me equivoco, de repente quizás personas de regiones. Me parece que el clasismo está muy fuerte en nuestro país.
También creo que hay una cosa de las ultraderechas que están entrando, que traen también un montón de características de este clasismo, que también es un poco racial también y que me parece que no se va de nuestro país. Me parece interesante cómo se configuran alianzas entre las personas. Eso creo que es muy interesante.
No sé si decir tuve la suerte o no, pero sí tuve el privilegio de niña, de haber estudiado en un colegio de la élite chilena. Siempre me sentí un poco diferente, por cosas muy tontas tal vez, pero soy muy chica de porte, soy morena, tengo el pelo negro, no tenía familia en el colegio, y como que no tenía puras tonteras, pero que para mí ser niña me sentía muy diferente en ese entorno. Sentía que me lo hacían saber. Tú no eres tan igual a nosotros. Y pude ver cómo se configuraban todos estos comportamientos que te digo.
Ya de grande, como yo estudié teatro, ese mismo colegio tiene la asignatura de teatro como troncal. Entonces, para ser profe de teatro es una súper buena pega. Yo pude entrar como profe, y ahí fue muy evidente cómo es un espacio educacional, pero que en verdad ese no es su foco. Su foco es urdir relaciones entre personas que tienen ciertos privilegios, ciertos poderes, y que se van conformando así como conglomerados súper fuertes y poderosos. Eso es muy interesante de ver. Cómo se van relacionando personas desde chicos a los papás, a los grandes, y que son personas que, en el fondo, están en cargos súper importantes políticos y económicos en nuestro país. Eso me parece alucinante como poder desmantelar todo eso.
¿Cómo fue trabajar con las actrices, que fueron las propulsoras de este proyecto, para encontrar ese balance entre la comedia y la crítica social?
Ese balance creo que nace a partir de, primero, de la metodología que ocupamos. Porque, como te decía, ellas me entregaron este informe, y ese informe era con una mirada súper crítica política, social e histórica también. Tenía harto dato duro de vínculos de apellidos, por ejemplo, de acciones que se realizaban en ciertas épocas, que era como ciertas mujeres armaban unas especies de fiestas, como eventos, en donde invitaban a ciertas personas, y ahí se iban armando estas redes.
Todo ese material me lo entregaron, y que era como un material de datos duros. A partir de esos datos, yo fui ideando maneras escénicas de armar dinámicas tal vez más lúdicas con eso. Por ejemplo, qué tal si es que buscamos que cada una, tenga un apellido. Que el personaje sea como el apellido, como Vial, Errázuriz, y armar distintas dinámicas donde se junten, se separen y vayan buscando combinaciones.
Esos fueron ejercicios corporales y de dinámicas espaciales, que eran bien lúdicos, pero que si tú además les insertas esta capa, por ejemplo, de los apellidos, empieza a adquirir como una segunda lectura. Entonces, creo que fue buscando esas dos cosas. Había algo de las dinámicas de los ejercicios que yo les proponía para armar material, y hay algo que ellas me trajeron, que era todo este estudio teórico fuerte, poderoso.
Hay una interpelación directa hacia el público y una interacción constante con ellos en muchos momentos ¿Cómo crees que la ha recibido la obra?
El público, yo creo que la recibe con harto entusiasmo. Es una obra cómica, tiene mucha comedia, tiene mucha ironía, tiene mucho de sátira. También algo que queríamos potenciar desde mí, desde la dirección, y desde qué tipo de actrices son las chiquillas. Hay algo como grotesco y como pasado, que no lo podía anular. Ellas son así, son fuertes, expresivas, súper creativas, súper lúdicas, bien locas todas ellas. Entonces, y con mis maneras de trabajar, que son como más desde el juego, más desde dinámicas así como energéticas, entusiastas, ahí se armó un equipo muy bueno que creo que impulsa esa energía, risa, delirio. El público entra en ese delirio, entra en esa locura, en ese vigor. Yo encuentro que es como un vigor que tiene la obra y las actrices, por supuesto, y el público entra en eso, el público se dispone a jugar.
Es interesante también cómo el público les va haciendo caso a lo que van proponiendo estas oradoras de este seminario y aquello que ellas van proponiendo, si es que uno como que eliminara todo lo cómico y toda la risa, es bien cruel lo que ellas van proponiendo. Es súper interesante el fenómeno que sucede, como uno va participando voluntariamente de eso, lo va pasando bien, va disfrutando, porque hay algo de disfrute que tiene la obra, pero que al mismo tiempo estamos disfrutando de una serie de cosas inapropiadas, incorrectas, crueles, clasistas, discriminatorias. Al final sucede ese sutil darse cuenta de lo que está pasándole a uno. El público lo recibe bien. Fue un amigo que tengo, que es un hombre muy mayor que va harto al teatro y que decía que él estaba pasando ahora por una situación familiar muy difícil y que quiso ir a ver la obra porque necesitaba reírse, necesitaba tener ánimo. Eso para mí fue súper importante.
Durante el desarrollo del montaje de la obra hay varios espacios en donde se interactúa con el público. ¿Cómo tomaste esta decisión de hacer partícipe al público igual del montaje?
Fue un proceso que nos cabeceamos harto cómo hacer la obra. En el minuto que decidimos que la obra fuese un seminario que implica una relación mucho más directa con el público, se nos abrieron una serie de posibilidades y una serie de responsabilidades de cómo interactuar con las personas. Entonces ya no cabía esto cómo hacer una cosa de cuarta pared y como una ficción entre nosotras, sino que teníamos que armar una estructura que se dirigiera al público, le pidiera cosas, les enseñara cosas, les entregara cosas, les ofreciera cosas. A partir de esa decisión de que fuese un seminario nacieron, por ejemplo, ideas de cómo incluir a las personas. Suena feo, pero cómo manipularlas de manera de que vayan amando a estas cuatro mujeres y fascinándose con lo que ellas hacen. También sacamos esta idea justamente del libro del Sentimiento aristocrático, de estos eventos como una especie de malones eran. Se llamaban, ahora no me acuerdo tan bien cómo se llamaban, como soirées, una cosa así. Obviamente le pusieron un nombre francés que era esta cómo armar una velada, invitar a gente súper importante, que tenía algunos artistas, obviamente como que no tenían ni un peso, entonces había un mecenazgo para estos artistas y gente de clase alta, que ahí se mezclaran y se hicieran estas redes de las que hablo, y ahí se les daba comida, se les daba cosas para tomar, se les hacía un evento. Entonces también ésta idea de armar este evento donde la gente pueda disfrutar, pueda conversar, pueda conocerse, pueda participar, puedan comer, puedan llegarle pedazos alfajores en la cara.
¿Qué desafíos enfrentaste como directora, con el equipo, con las actrices para montar la obra?
La plata. Teníamos ese pequeño financiamiento inicial, pero ponte tú que eran como 500 lucas en total. Entonces, de eso pudimos tener unas salas de ensayo, comprar unas poquitas cosas como unas utilerías, pero ahí se acabó.
Inicialmente esta es una obra que partió en el 2022 y ha tenido harto esfuerzo por parte del equipo de poder, suena mal la palabra, pero de profesionalizarla en sus aspectos técnicos, en sus aspectos visuales. Obviamente las chiquillas son profesionales, pero teníamos tan poco financiamiento que no teníamos escenografía, nunca trabajamos con un diseñador o diseñadora y esta segunda vuelta que hicimos ahora en el Teatro de la Universidad Mayor y que vamos a tener en el Teatro del Puente, entregamos un poco más de financiamiento de nuestros bolsillos y también hubo personas que nos colaboraron mucho. Voy a mencionar a Laurene Lemaitre, que ella, es una diseñadora excelente y una excelente persona de teatro y ella nos colaboró mucho. Nos ayudó. Nos pasó materiales, cosas, ciertos elementos de escenografía que reciclaba ella de otras obras y así pudimos potenciar la obra.
Ese ha sido un desafío fuerte porque son actrices jóvenes que no necesariamente tienen mucha pantalla, no tienen tanta visibilidad, no son famosas. Yo tampoco soy famosa, teníamos poco financiamiento, entonces de repente para una compañía joven que está haciendo una obra y no tener plata por debajo y ciertos recursos, es difícil, por ejemplo, difundir la obra y por lo tanto es difícil que llegue el público. Entonces eso ha sido un desafío y le estamos dando todo para poder lograrlo y también Claudia Palominos, que es una periodista, ella también tiene un corazón de oro y también nos ha colaborado muchísimo.
Por otra parte, otro desafío que ha tenido la obra fue la estructura. Porque en un momento comenzamos con una estructura más, con una dramaturgia más tradicional y esa dramaturgia tradicional, que es una excelente dramaturgia, pero a mí me cuesta mucho crear algo con eso. Lo que me pasa es que si yo tengo un texto, en general siento que el texto ya me da mucho, ya es como que está hecho, entonces no sé qué tanto moverle al texto, qué tanto cambiarle. Por lo tanto, desprendámonos de una dramaturgia más tradicional y vamos armando material nosotras, escribiendo nosotras. Eso fue un proceso largo de hartos errores, de armar cosas y después decidir no, esto no está funcionando, retroceder, desechar mucho material. Ese proceso como de ingeniería, de crear algo, de armar como un rompecabezas fue súper difícil y requirió una cantidad de trabajo y de tiempo. Incluso ahora, esta temporada cambiamos algo, así fue como: “Yo creo que esta parte tiene que cambiar” Y cambiamos así, no voy a decir que cambiamos, pero hicimos una modificación así, bien rotunda en una parte bien importante de la obra y funcionó bien. Entonces ese ha sido uno de los desafíos creativos por los que pasamos. El otro es como un desafío más de gestión tal vez.
¿Cómo influye esa perspectiva femenina también dentro de la puesta en escena y el mensaje que transmite?
Las actrices de la obra estuvieron en el momento del movimiento feminista, del paro feminista que hubo en las universidades, ellas estaban participando. Entonces ellas tienen muy encarnado y atravesado por ellas mismas todo ese momento, todo esos análisis, reflexiones que vivieron, conflictos que vivieron y justamente lo que me pareció súper interesante a partir de eso fue que ellas mismas tenían las ganas de cuestionarlo. No cuestionar el movimiento, eso jamás. Pero sí decir: «No por ser mujer se es, ponte tú buena, o no por ser mujer se es empática, o no por ser mujer se es justa».
¿Qué mujeres han funcionado para la fuerza? Me suena medio como de Marvel ¿Qué mujeres han operado para las fuerzas oscuras? Tal vez validando ciertos sistemas sociales que buscan discriminar, que buscan reprimir, que buscan oprimir y eso fue súper interesante que justamente viniendo de ellas, quisieran mirar con un ojo crítico. Desde ahí ha sido un trabajo difícil también de saber y yo también desde la dirección decirles, nosotras no nos podemos reír de estas cuatro oradoras. Estas cuatro oradoras son brillantes, son inteligentes, son mujeres empoderadas, pero ese poder que ellas tienen, esa certeza, esa inteligencia y ese carisma que ellas tienen lo están ocupando justamente para fines que no tienen que ver con aquellos ideales que nosotras compartimos, que son ideales donde hay una justicia social y justamente ellas, estas oradoras están operando en contra de eso. Entonces debe haber un equilibrio entre no burlarse de ellas porque no son tontas, porque son mujeres súper capaces, mujeres inteligentes, mujeres que seguramente han tenido que sobrellevar un montón de obstáculos, pero cuyo objetivo es más oscuro.
¿Cómo fue el camino hacia ganar el Mejor Montaje Profesional en FETUM del 2024?
Se postula la obra, ahí mis compañeras se tomaron, se pusieron como la mochila de la obra encima porque justo tocó un momento en el que yo no podía estar tan presente y fue súper inesperado la verdad. Nosotras no nos imaginamos que íbamos a tener la recepción que tuvimos, que el público disfrutara tanto también. Ahí tal vez entendimos algo de nuestro público objetivo que son personas más jóvenes por supuesto, sin dejar afuera a otras personas mayores que quieran participar, felices, pero tal vez hay algo que interpela a la gente más joven y eso lo pudimos ver en ese festival nos sorprendió mucho y ese festival fue súper importante. De hecho nos ha dado la posibilidad de estar ahora en la Universidad Mayor y después tener otro momento en el Teatro del Puente y creo que eso nos dio una fuerza que tal vez se nos había ido un poco de las manos, a raíz de estas dificultades económicas que yo te mencionaba, que eso lo hace muy difícil. El haber participado del festival y haber recibido este premio del festival, nos dio una nueva fuerza. También ellos, sin saberlo, son colaboradores de nuestro trabajo ahora.
Este es un trabajo de mujeres que nace de mujeres jóvenes y que buscan analizar con un ojo crítico como es el rol de las mujeres que están en el poder poder político, poder económico. También que se mencione que siendo que el tema es como medio denso pero también es una sátira, es una comedia, tiene este lado lúdico y deschabetado que hacen de la experiencia agradable.
Ficha artística:
Título: Seminario: Sentimiento aristocrático
Directora: Ignacia Agüero
Compañía: Teatro La Bataclana
Elenco: Sofía Guirales, Thaís Zúñiga, Florencia Contreras, Valentina Nassar.
Composición musical: Ignacio Peralta
Diseño de iluminación: Matías Segura y Yoshiaki Kobayashi
Diseño de espacio: Laurene Lemaitre
Coordenadas:
Temporada: 27 – 30 de marzo
Funciones: 20:00 horas.
Teatro del Puente
Entradas disponibles a través de Ticketplus