Por Galia Bogolasky
Entrevistamos a la ilustradora detrás de Mao Ilustraciones (@mao_ilustraciones) que nos contó acerca de su trabajo en días de cuarentena.
¿Cómo llegaste a la ilustración?
La verdad es que desde chica he tenido una veta bien artista. Aunque estudié periodismo como carrera formal, siempre he estado ligada al mundo de la pintura y de la música, por un lado, por mi mamá que es bien artista y, por otro, por el colegio donde estudié que tiene una clara orientación a lo artístico. Allí pinté mucho y aprendí. Más tarde, en la universidad, siempre tuve mis croqueras y empecé, casi de manera natural, a desarrollarme en la pintura y en la ilustración de forma autodidacta. Hoy me desarrollo en la pintura y en la ilustración digital, siempre observando en Instagram, los colores de la naturaleza, la música y la cultura pop.
¿Cuáles son los temas que te gusta dibujar?
Siempre lo cotidiano y la mujer. La mujer porque creo que somos valerosas, luchadoras y llevamos un cuerpo precioso, que me encanta interpretarlo en sus distintas facetas: gorda, flaca, pechugona, plana, potona, vieja, joven, arrugada. Se trata de la perfección de lo imperfecto. Lo cotidiano me encanta porque creo que es lo que precisamente nos define como seres humanos; tomarnos una taza de café por las mañanas, lavar los platos, vestirse, ver tele o regar las plantas. Es lo esencial y a esas cosas nos deberíamos agarrar como elefantes, sobre todo ahora que estamos en un tiempo difícil, lleno de ansiedad e incertidumbre.
¿Qué opinas de la gran cantidad de ilustradores e ilustradoras emergentes que han surgido en el último tiempo? ¿A qué crees que se debe?
Creo que es porque todas las artes son un medio de comunicación de las emociones y de lo mental. Quizás, hasta de cómo se mueve tu cuerpo. Creo que por eso hoy no hay tabús y la gente, con o sin experiencia, se atreve a mostrar sus emociones sin necesariamente el uso de las palabras, y eso es muy bonito y esperanzador. Volviendo a la contingencia, el COVID-19 ha sido, dentro de todo lo malo, una oportunidad para hacer una introspección y botar a través del dibujo o las artes. Esto es claramente positivo, nos muestra más como los seres vulnerables que somos, en todo sentido.
¿Cuáles son tus referentes? ¿Tienes a algún artista o ilustrador que admires?
Todos los de fines del siglo XIX, Monet, Matisse, Van Gogh. Y después, por supuesto, los grandes exponente pos segunda guerra mundial, quienes lograron, a través de sus trabajos, salirse de lo establecido y crear nuevos movimientos de arte y forma de vivir modernos, como el Dadaísmo. En lo actual, siempre estoy mirando cuentas de Instagram y me gusta mucho el trabajo del argentino Santiago Paredes, de la francesa Agathe Singer, Isabel Feliu y de la mexicana Ana Leovy. Pero mi preferido de todos los tiempos es el trabajo de Linn Olofsdotter, un estudio sueco que ha sabido muy bien combinar el arte propiamente tal con la publicidad y el marketing.
¿Cómo enfrentas la curentena? ¿Crees que dibujar es terapéutico?
La cuarentena claramente es el tiempo más difícil que me ha tocado vivir en mi vida, desde el punto de vista sociológico y humano. Cuando los niños van a psicólogos, una de las primeras actividades que hacen junto a su terapeuta es dibujar, y eso lo dice todo. Es una forma, como decía antes, de expresar hasta el más mínimo rasgo de emoción, aunque ésta esté escondida como una herida entre las entrañas. Lo mismo me pasa a mí: cuando dibujo se detiene el tiempo y el espacio, siempre acompañada de música inspiradora. Así que obviamente me ha ayudado.
¿Tienes algún proyecto a futuro?
Seguir en mi camino de aprendizaje en la ilustración, esa es mi consigna. Después que esta crisis mundial se calme, y cuando pueda tomar un avión, me iré a vivir a Francia. Allá pienso seguir dibujando día a día, y ojalá conocer a artistas locales para armar algo lindo entre todos.
¿Qué le podrías aconsejar a los ilustradores jóvenes que están recién partiendo?
Que nunca es tarde para atreverte y empezar. Y que lo más importante es la paciencia y la constancia. Uno es el principal profesor de su trabajo: aunque tomes cursos y te entreguen diplomas, si no practicas no te convertirás en maestro.