Ha sido un proceso bien único para mi. Creo que ha sido uno de los procesos con mayor investigación actoral, una investigación actoral más interesante de los procesos que he hecho. Primero porque el texto de Pinter es muy enigmático. La primera vez que lo leí entendí poco. Si uno lo lee tratando entender, es difícil, porque no lo vas a entender. Pero luego en el proceso de lecturas el texto mismo iba entregando imágenes, me iba entregando soluciones. Partimos con este texto y el Marco, valga la redundancia, le dio un marco a la obra, le dio unas circunstancias que la obra en verdad no tiene. La obra es lo que es. Es una pareja que está en una casa, parten hablando de este amante, y ella divaga en unos recuerdos que parecen no ser de ella, son o no son, no se sabe. Eso es la obra. El Marco le dio un contexto de dictadura. El dijo yo quiero hacer esta obra, situarla a principios de los 80, una pareja de chicos que están metidos en la resistencia. De ahí surge. A partir de la química entre el texto, las circunstancias dadas que da el Marco como director, y mi persona como actriz, es que se van dando las imágenes que para mi fueron completando estos espacios de indeterminación que tiene el texto. Esa es la gracia de Pinter, que hay muchos espacios de indeterminación. Ahí me fueron surgiendo imágenes concretas que yo luego fui agarrando con referentes en la realidad. Yo lo trabajé muy desde la dictadura chilena, yo sé que no es el motor inicial de la obra. Se supone que Pinter trabaja más desde el holocausto, desde las imágenes del holocausto. El habla de que Rebeca, que es mi personaje, en el fondo encarna todo esos horrores que han ocurrido en el mundo de los que uno sabe, y por ende son imágenes que te van a acompañar toda la vida como si tu los hubieras vivido, aunque no los viviste. Por eso me inspiré en eso para levantar imágenes a partir de documentales, vi mucho documental, muchos reportajes, estuve leyendo mucho, releyendo cosas que ya había leído, como este libro «Todas íbamos a ser reinas», de las 10 mujeres detenidas desaparecidas embarazadas, por ejemplo, etc. Entonces es como levantar imágenes de la realidad para pegarlas con las imágenes que me van surgiendo en el texto. Fui entendiendo, parece que ella es su amante no, fue su torturador, o no, parece que, es dejar tranquilo el texto y ver que pasa en la química. Eso es muy interesante, ha sido muy interesante trabajar desde ahí. Lo otro que es muy interesante en el trabajo actoral, es que en la obra de Pinter las pausas y los silencios y los 3 puntos son tan importantes como una palabra. También habla, entonces por primera vez para mi fue trabajar con una partitura, como texto, texto, 3 puntos, texto, texto, texto, pausa, texto, texto, silencio. Entonces también el trabajo ahí es cómo hago que esta partitura esté viva, como hago para que esta partitura sea actuable y no estar ahí como contando los tiempos. O estar esperando el tiempo sino que hacer que esto realmente ocurra. Cómo lleno esos espacios en mi, es un trabajo muy interno, muy interesante para mi, ha sido muy entretenido. Para mi es puro goce.
Entrevista, Teatro
Entrevista a la protagonista de la obra “Polvo Eres” Sofía Scharager: “La obra invita mucho a viajar”
Entrevista a la protagonista de la obra “Polvo Eres”
Sofía Scharager: “La obra invita mucho a viajar”
Después del estreno de esta obra de Harold Pinter, entrevistamos a la actriz que protagoniza «Polvo Eres», que nos cuenta detalles sobre este montaje que estará hasta el 16 de Junio en la Sala Agustín Siré.
¿Cómo surgió la obra?
La obra surgió el año pasado cuando Francisco Martínez, el otro actor, me llamó. Nos habíamos conocido trabajando en el Magíster de Dirección Teatral. Nosotros dos con el Marco Espinoza, el director de la obra. Francisco me llamó porque tenía ganas de actuar. Él llevaba mucho tiempo dirigiendo, me dijo: “actuemos”, “¡Ya!”, “llamemos al Marco”, “perfecto”, y el Marco nos propuso el texto. Hace tiempo estaba muy obsesionado con esta obra de Pinter que es muy desconocida. Así partió este proyecto. Mandamos un Fondart y lo ganamos y aquí estamos.
¿Cómo fue el proceso de trabajo?
¿Qué temas que aborda la obra son los que más te atraen?
Ha variado. Es súper fluido este proceso, porque durante el proceso de montaje ha ido variando. Creo que hoy el tema que más me atrapa es el tema de la maternidad en la obra. Se habla muchos de los bebés, de las guaguas en la obra. Si, ha sido principalmente ese tema que me tiene más atrapada hoy. El tema de la violencia, la desterritorialización de la violencia, como solo violencia, pero también la violencia vinculada al amor. Una relación que puede ser sadomasoquista, es una vivencia bien particular. Eso también, ambiguar la violencia. Esos temas son los que mas me atrapan.
¿Qué fue lo más complejo dentro del proceso?
Yo creo que dar sentido actuable al texto. Eso por un lado, otro desafío es que mi personaje está prácticamente toda la obra sentada en el sillón. Es súper loco trabajar desde un punto del escenario, igual yo me muevo dentro del sillón, pero es como que tengo un territorio súper acotado. Es parte del texto. El texto es súper respetado. Igual en un minuto me paro. Trabajar desde ahí también fue un desafío, pero fue interesante. Siento que esos han sido los dos desafíos, encontrarle sentido y también explorar el espacio escénico, el espacio, el terreno de actuación que era súper acotado. Por un lado uno es muy amplio y el otro es muy acotado, entonces ver cómo trabajar en eso dos lugares fue un tremendo desafío en términos actorales. En términos generales el marco, las circunstancias dadas o el marco actuable. Nosotros estuvimos estudiando harto de otras experiencias de montaje de esta obra. La primera vez que se montó el 96 fue dirigido por el mismo Pinter, pero el hace un ejercicio súper interesante, él se despega de si mismo como dramaturgo, entonces tampoco entiende su obra. Leí una entrevista a Lindsay Duncan que fue la primera Rebeca, dirigida por Pinter, todo esto gracias a que en España estuve conversando con Carmen Soler, que es una actriz que ha estudiando muchísimo a Pinter. Ella me pasó mucho material, ella ha sido un gran aporte a este proyecto. Leyendo esta entrevista, me di cuenta que la manera de montar de Pinter, fue súper diferente a como lo hemos hecho nosotros. Pinter de partida no trabaja con circunstancias dadas, no trabaja con objetivos de los personajes. Trabaja con súper poco, trabaja con la química del actor con el texto, a ver que es lo que sale, tampoco se conversa mucho los detalles. Nosotros hicimos un proceso a la inversa, conversamos mucho más y eso plantea otros desafíos y eso hizo que tuviéramos que entenderlo.
Esta temporada es de tres semanas, ¿Tienen planes después de remontarla? ¿Como se viene el futuro?
Si, todavía no tenemos muchos mas planes a futuro, por ahora estamos con funciones en la Agustín Siré hasta el próximos sábado 16, y de todas maneras queremos tener otra temporada pronto. Vamos a ver cuando sale, estamos trabajando en esa posibilidad y también tirarla a festivales. Nos gustaría viajar por Chile con la obra, para mostrarla en distintos lados. Si bien es una obra compleja, creo que lo interesante de esta obra, también es la invitación que hago al público es dejar ir, soltar, no tratar de entender, irse en el viaje de la obra, porque hablando de química, yo creo es una de las cosas que más me ha quedado de este proceso del artista como alquimista también, cuando pones los materiales en escena, pones un texto, con un espacio con ciertos actores, con esas determinaciones en escena, luego llega el espectador y ocurre una química que nunca vas a saber lo que vas a pasar. Hasta el momento, el público ha visto cosas muy diversas y eso es súper interesante. También dan ganas de ver que química ocurre con esta puesta en escena en distintas lugares de Chile, a propósito de las distintas vivencias de las personas de los distintos territorios.
Cuéntame de los comentarios de la gente. ¿Cuál ha sido la reacción del público?
Creo que el principal comentario tiene que ver con dejar ir. Las personas que sueltan y dejan de tratar de entender cada detalle son las que mejor lo pasan porque se van a un viaje. La obra invita mucho a viajar. Porque es una obra que uno no va a poder entender, uno no va a poder armar la historia tan claramente, pero creo que tampoco trata de contar una historia. El espacio que diseñó el Germán Droghetti está hermoso, eso también es un gran comentario, la iluminación de Tobías Díaz, también a la gente le gusta mucho, disfruta mucho del espacio, la iluminación, el universo sonoro del Jano Miranda es increíble. Ese es otro detalle actoral, para mi fue maravilloso trabajar con el Jano, porque me ayudó a remar las imágenes. Conversamos en un ensayo, yo aquí veo esto, yo veo lo otro, y el trajo sonidos que me ayudaron a meterme totalmente en esas imágenes. La gente ha alabado mucho el trabajo del Jano en términos sonoros, ayuda mucho a viajar. Esos son los comentarios en general.
Me llama la atención de que la puesta en escena súper realista, entonces se contrapone con este universo súper etéreo. ¿La obra original incluía este concepto?
No, yo creo que la obra original es más realista de lo que nosotros hemos hecho. Es el texto como está. No he encontrado videos de la puesta en escena original. No sé lo que hizo Pinter en a tridimensionalidad de la puesta en escena, pero por lo menos en el texto, muy realista, se ve una pareja, originalmente ellos tienen 40 años, y dice época hoy, 1996. Nosotros los hicimos una pareja joven ayer, en los 80. Pero creo que la propuesta del Marco y la propuesta del equipo de creadores también apareció lo ominoso de la obra, que es súper interesante de rescatar, porque la sonoridad del Jano Miranda por ejemplo invita a un mundo un poquito del subconsciente de Rebeca y se te fijas, la escenografía si bien es realista, juega con la perspectiva y tiene unos árboles que entran, es como la naturaleza que se empieza a correr, algo realista que está un poco torcido. Entonces invito a entrar en los espacios de indeterminación, de lo ominoso que tiene el texto ya de Pinter, que uno puede pasar por encima de eso, uno se puede quedar solo en la relación de pareja, como es en otras obras, como «Traición» de Pinter, pero acá nosotros decidimos entrar en los espacios de indeterminación. Desde la perspectiva de Rebeca.
¿Es primera vez que se monta en Chile?
Si, es estreno en Chile. A 10 años de la muerte de Pinter.
¿Qué le podrías decir a la gente para invitarla a que vayan a ver la obra?
Diría que es importante venir a ver esta obra porque hay una contingencia que tiene que ver con el género, tiene que ver con la violencia de género. Me voy a robar las palabras de Marco Espinoza, no solamente tiene que ver con la violencia de género en la pareja, que en esta obra además se cuestiona. Si bien esta es una pareja de dos actores, hay un tercer personaje que es el amante, que está mencionado pero no está presente, con el que ella, Rebeca, tuvo una relación de violencia, amor violencia. Es amor. Entonces también como desterritorializa la violencia en la pareja, no es la violencia de género per se, también porque aparece la violencia de género hacia la maternidad, las mujeres embarazadas, las mujeres con bebé en horrores del mundo. Creo que tiene esa contingencia actual, porque es un espacio teatral bien interesante. Es una obra que no está dada por completa, la historia no está entregada en bandeja, es una obra que invita a pensar, no solamente a pensar desde lo racional, desde tratar de entender todo, sino que te invita a abrir tus propios espacios de indeterminación para dejar entrar tus propias imágenes. Como decía una amiga de mi mamá, esta obra es como test de Rorschach. En ese sentido es súper importante que la gente la venga a ver porque permite abrir espacios personales también. Es una obra corta, dura 50 minutos, es como un suspiro.
Obra: Polvo eres
Estreno: 31 mayo, 20 hrs-. Teatro Duoc UC
Temporada: 1, 2 y 3 de junio en Teatro Duoc UC (Bellavista 0503). Viernes y sábado 20 hrs., domingo 19:00 hrs.
7 al 16 de junio. Jueves a sábado. 20 hrs., Sala Agustín Siré de la Universidad de Chile (Morandé 750)
Dramaturgia: Harold Pinter
Dirección: Marco Espinoza
Elenco: Sofía Scharager y Francisco Martínez
Escenografía: Germán Droghetti
Iluminación: Tobías Díaz
Música: Alejandro Miranda
Producción: Camila Provoste