Entrevista a la viceperesidenta de CinemaChile en la Semana del Cine Chileno en París, Alexandra Galvis: “En el extranjero tienen una imagen del cine chileno muy alta”

Por Gabriela Bravo desde París 

CinemaChile decidió festejar a lo grande sus 15 años de existencia con una Semana del Cine Chileno en París, Francia, cuna del séptimo arte. Directores, productores, actores y artistas llegaron hasta París para presentar y discutir con el público sobre las propuestas del cine chileno en el cine L’Entrepot del 29 de mayo al 2 de junio.

La Semana del Cine Chileno en París fue inaugurada con la cinta Violeta se fue a los cielos, del director Andrés Wood, con presencia de Javiera Parra, nieta de Violeta, quien también dio un concierto. La directora Marcela Said junto a la actriz Antonia Zegers presentaron Los Perros. Luego de su premier mundial en la Quincena de los Cineastas del Festival de Cannes 2024, la cinta Los Hiperbóreos de los directores Joaquín Cociña y Cristóbal León tuvo su premier parisina de la mano de sus actores Antonia Giesen y Francisco Visceral. Paulina Urrutia se desplazó hasta la ciudad luz para mostrar el documental La memoria infinita de la directora Maite Alberdi. Cerrando las festividades el director Julián Fernández Prieto presentó su documental Henri, el último pirata, que cuenta la historia de un francés que abandonó a Jacques Cousteau para vivir en Rapa Nui.

Una celebración que adquiere todo su sentido ya que CinemaChile es la agencia de promoción del contenido audiovisual chileno en el extranjero, que incluye cine, documentales, programas de televisión, cintas de animación y realidad virtual.  Europa es uno de los principales mercados extranjeros para Chile.

Culturizarte pudo conversar con Alexandra Galvis, la vicepresidenta de CinemaChile, quien estuvo presente en París.

¿Nos puedes contar un poco de qué se trata esta semana del cine chileno?

En CinemaChile hemos concentrado nuestros esfuerzos durante todos los años que se creó la marca en llegar a festivales donde hay mercados, donde se producen negocios, donde se impulsan proyectos de productores. Pero este año se cumplen los 15 años de la marca y decidimos celebrarlo. No sólo hay que pensar en los negocios, que es en el fondo visitar mercados y ayudar a darle fuerza a proyectos, a darle presencia a productores, sino que también pensamos que era muy importante hacer algo con audiencias.

El cine chileno ha conquistado tanto: plata, premios, etc. pero lo que más ha conquistado es el corazón de gente que entiende y reconoce la marca del cine chileno y lo que buscamos, de alguna forma, es generar en una ciudad, que es el corazón del cine, en Francia, un aliado constante del cine chileno. Pensamos que era una oportunidad muy grande venir a un lugar que fuera céntrico, ni una embajada ni una universidad. Tratamos de buscar un lugar que tuviera contacto con el público en el corazón de la bohemia parisina y donde pudiésemos ofrecer algo que celebrara realmente el cine chileno y que lo pusiera en valor en uno de los mercados más importantes del mundo, que pusiera en valor para consumidores, para público y para los espectadores.

¿Cuál sería el balance que tú haces de estos 15 años que ha estado CinemaChile?¿Cómo han visto que ha avanzado el cine chileno en Francia o en Europa?

Creo que no es un cliché decir que cada festival tiene una película chilena. Nos pasa que ya el cine chileno nos tiene habituados a eso. Para mí lo que hay detrás son años de trabajo estable en que la marca del cine chileno ha sido un paraguas que ha cubierto talentos muy diversos y yo creo que ese ha sido el grandísimo valor. Es una marca que se puede sostener hoy, se puede sostener en los hombros del talento chileno. Ese talento no es de solo una persona, de un director consagrado y nada más.

Creo que la marca se ha sostenido en los hombros del talento de grandes actrices y actores, de directores consagrados, de directoras jóvenes nuevas que tienen nuevas propuestas, de talentos emergentes, de productores muy activos que no pueden vivir haciendo cine en Chile porque no se sostiene la industria sola en Chile y tienen que salir a buscar negocios. Entonces creo que realmente CinemaChile se ha sostenido sobre los hombros de un talento muy diverso, muy interesante y no concentrado en uno y creo que eso es algo que no toda cinematografía tiene.

En Chile, si ves documentales, hay grandes nombres, no uno, hay muchos. ¿Ves ficción? No hay un nombre, hay varios. En cortometraje, hay cientos de premios del año pasado. En el fondo creo que Chile tiene un panorama tan diverso de talentos que ha permitido que CinemaChile se mueva agrupándolos dentro de este paraguas que le ha hecho tener una visibilidad que sin esos talentos no sería absolutamente nada.

¿Qué falta para entrar a la competencia oficial del Festival de Cannes? Porque las películas chilenas han llegado a ciertas instancias como Un Certain Regard, La Semana de la Crítica y la Quincena de los Cineastas con Los hiperbóreos este año, Los colonos el año pasado, con Manuela Martelli, Marcela Said, Patricio Guzmán, entre otros, pero nos falta esa última instancia.

No creo que nos falte nada a nosotros, cuando sabes cómo se mueven los grandes festivales, sabes que una competencia no se la dan solo al buen cine. Y buen cine tenemos, el punto es que detrás de ese buen cine tiene que sostenerse toda una maquinaria. Hay una industria de agentes de ventas, de distribuidores, de sostener una alfombra roja, de actores que van a esa alfombra roja, de una serie de cosas, y tú sabes que Cannes puede ser un gran festival, pero es un gran negocio también, entonces pienso que no es que al cine chileno le falte algo, sino que el cine chileno va a tener en algún momento, como lo ha tenido con otras películas, algo que lo rodee, que tiene que ver con industria también, que le va a dar ese impulso, no tengo ninguna duda.

Las películas chilenas están llegando a través de estudios, ya no solas ni por su cuenta, entonces, ¿por qué no pensar que ese mismo apoyo va a hacer que crezcan a nivel de industria? Es un cine realmente eficiente, que se mueve bien, que se vende en el mundo, sobre todo en Europa.

Es una cosa de industria, que ha ido creciendo, no tendría por qué no crecer más ahora. Es interesante como marca, para quienes estamos ahora en CinemaChile, que es la asociación de productores, diversificar también ese mercado, porque nos hemos concentrado en más de un 90% en venir a Europa, que es fantástico y se ha hecho bien, pero el cine chileno tiene que empezar también a crecer en Asia, por ejemplo. Una estrategia de la marca ahora es empezar a abrir mercado en Asia, y también profundizarlo en Norteamérica, con tantas nominaciones a los Oscar tiene que haber un movimiento allá también. Tenemos que hacer un gran trabajo de marca en esos dos grandes mercados, geográficos y cinematográficos. No lo veo como una falencia del cine, lo veo como una falencia de todos los que estamos alrededor, de los productores, de los directores, haciendo esa industria que necesita cobijar, acompañar a nuestros talentos, que la verdad, a nuestros talentos no les falta nada.

En Estados Unidos el cine es visto como una industria, en Francia es visto como arte ¿en qué lugar posicionaría usted al cine chileno entre esta industria y este cine de autor o artístico?

Creo que es una definición que a veces en Chile nos juega en contra, porque para mí es muy de industria lo que está pasando. Por ejemplo, en Francia se recibe el cine chileno, en Cannes a los consumidores les parece una buena propuesta y se ve, pero uno piensa que eso es una iniciativa artística y realmente es una iniciativa de industria, estamos vendiendo tickets, estamos compitiendo en otro mercado. ¿Cuántas películas chilenas se han estrenado en salas en Francia, por ejemplo?

No solo Los colonos, también se ha estrenado La memoria infinita, todas las películas de Sebastián Lelio han tenido estreno acá, algunas películas de Pablo Larraín, otras películas de Patricio Guzmán. En el fondo, creo que uno podría decir; «es porque hay gusto por ese arte acá», pero son grandes iniciativas de industria, tener estreno en salas es algo que cada vez pasa menos, a ti te compran tu película y tal vez se va a Netflix o a alguna gran plataforma, pero ya no hay estreno en salas, porque eso implica una inversión, porque tú inviertes, crees que va a vender. Los colonos hizo ochenta mil tickets en Francia, eso es impresionante, entonces creo que esas cifras y esos números muchas veces se nos olvidan y empezamos a pensar mucho en, si hay un gusto en el festival, ganó el festival, pero también es algo de industria, que estemos vendiendo en cine, alguien está apostando por el talento chileno y hay un productor que vendió en un territorio que no existía.

Con respecto a esta fragilidad que tiene el cine en Latinoamérica, estamos viendo lo que está pasando en Argentina, con el cierre del INCAA, Chile está festejando sus quince años, como un adolescente todavía, entonces, ¿cómo se proyecta esto? Porque depende también de las políticas gubernamentales.

Totalmente, el cine en Latinoamérica necesita un apoyo interinstitucional, no sólo del Ministerio de las Culturas, también del Ministerio de Hacienda, del Gobierno directamente. Hay un trabajo muy grande que creo que hemos tratado de hacer, que tiene que ver con explicarle al Gobierno en todas sus distintas reparticiones, cómo el cine es una industria, no es sólo un arte, es una industria que moviliza al turismo, que moviliza a tantas otras industrias anexas, que en el fondo creo que ese es un trabajo muy importante que no podemos dejar de lado porque dependemos de esas reparticiones. Cuando tú lo ves que en algún gobierno falla ese tipo de apoyo, el cine se ve tan lesionado, que tiende a desaparecer incluso.

Creo que lo que nos cuida un poco de eso en Chile es que de alguna forma hemos pasado por gobiernos de todo tipo de tendencias en los últimos años, es decir, desde que CinemaChile partió como agencia de promoción han pasado todo tipo de gobiernos y creo que lo que han tenido en común es que en distinta medida, ninguno ha desconocido el valor del cine como un ente movilizador de economía, que aporta a la economía del país, que le suma la marca país como ninguna otra esfera lo puede hacer. A nosotros nos escriben, “Vine a Atacama porque vi una película de las estrellas”. El cine es la marca de Chile y un país tan pequeño construye imagen a través de eso, entonces creo que si lo vemos solo como una iniciativa cultural, es súper frágil y puede morirse con una decisión del gobierno, pero creo que en Chile nos protege también, no solo que es un país pequeño que depende tanto de esta imagen que el cine le aporta, sino que creo que en Chile hay este ecosistema de talentos que es tan grande que ha demostrado que tiene mucho que dar en cada una de sus áreas, en cortometraje, en animación, en ficción, en documental, en lo que quieras. Hay tantos que están sumando a la economía del país que creo que lo que nos ha salvado es que ningún gobierno ha tenido la duda de que es una industria clave y estratégica para el país.

¿Cómo se recepciona el cine chileno al exterior?

Al exterior mucho mejor que al interior. Nuestro trabajo es llevar todo este éxito internacional a Chile. Ese sí que es un desafío tremendo porque en el extranjero tienen una imagen del cine chileno muy alta. Nosotros tenemos constantes reuniones con festivales de cine y la respuesta siempre es ¿qué viene en el nuevo cine chileno?

El nuevo cine chileno pasó a ser una generación consagrada y ahora viene otra generación. Entonces creo que el cine chileno ha sido muy hábil en mantener la curiosidad, en tener todos estos talentos que siempre se están buscando en festivales, en muestras, en donde quieras. Creo que realmente estamos al debe más en la industria local, en que en Chile se valore más el cine chileno y que no sea una sorpresa. El año pasado solamente tuvimos dos grandes éxitos, uno súper a nivel comercial, que fue Papá al rescate, y el otro La Memoria Infinita, que fue muy de arte, pero los dos fueron un hit de taquilla, histórico, post pandemia.

Esto demuestra que cuando la gente reconecta con su cine, reconecta de una forma transversal, y hace que se disparen cifras. Pero creo que ese es el trabajo que tenemos ahora, la industria local, que es donde más cuesta siempre. Afuera no cuesta que sea cine chileno, en Chile un poco más.

Para terminar, aparte de las películas como productos, como obras artísticas, también hay toda una industria, por ejemplo, de locaciones, de técnicos, etc. ¿En qué punto está Chile en este aspecto?

Creo que ahí nuevamente son los talentos los que llevan la voz cantante, es decir, los talentos se están liderando mucho y las instituciones están siguiendo, y en ese aspecto tienen mucho más terreno al debe con los artistas porque pienso que las locaciones en frío no son nada. Si en las locaciones no hay una capacidad instalada, no sirven de nada. Si no hay hotelería, si no hay catering, si no hay servicios anexos, es decir, talento. En Chile hay mucho talento. Entonces, las locaciones son inmejorables, porque puedes ir de playa a montaña en una hora, puedes ir de nieve al mar en una hora, que no pasa en otras partes, y que además pueden ser paisajes europeos, pueden ser paisajes latinos, puede ser un desierto más árido, la nieve más profunda.

Hemos visto que a nivel de locaciones tenemos una de las mejores ofertas incluso de América Latina. Te diría que a nivel de técnicos es increíble que, como han filmado tanto plataformas y demás, hay una capacidad instalada, técnica, que es superior, de gente que habla varios idiomas, que sabe seguir rodajes internacionales, ¿cuántos han habido en Chile? Y creo que ahí está más al debe la institucionalidad, que nos ha seguido establemente con una Film Commission, que la hubo y que desapareció, y que va y viene. Creo que, en ese sentido, nuevamente vemos que la institucionalidad va siguiendo a estos talentos que están sacando a Chile fuera del mapa, que es lo que están haciendo ahora. Creo que hay una deuda importante de que la institución siga apoyando, porque es un área que es probablemente la menos desarrollada.

El cine se hace, se vende, pero hacer más cine en Chile también está en nuestro norte, y para la Asociación de Productores, por lo menos, hemos hecho un grandísimo hincapié de la importancia de restituir incentivos fiscales también que apoyen filmar en Chile. Ahora, por suerte, se restauró el IFI, que es un instrumento que permite, de alguna forma, atraer inversiones, pero es un elemento que no está proyectado hacia el futuro y eso sí tenemos que hacerlo. En la región pueden tener no tan buenos técnicos y locaciones como nosotros, pero sí tienen garantía de que ese tax rebate, sí está en otros países garantizado y no a un concurso y no sujeto a lo que tenemos ahora y puede desaparecer. Necesitamos poder ofrecerlo de forma constante. Eso nos falta.

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