Por Galia Bogolasky
El día después del estreno de El diccionario, entrevistamos a la protagonista e impulsora de la obra en Chile, que retorna a las salas para una nueva temporada en el Centro Mori Parque Arauco, en el marco del Aniversario de los 10 años del GAM. La obra, además, cuenta con las actuaciones de Pedro Vicuña y Víctor Montero. El diccionario revisa la vida de María Moliner, que se atrevió a crear su propio diccionario, adelantando el de la RAE.
¿Cómo surgió la propuesta del GAM de volver a montar la obra después de cuatro años?
Sí, esta es una producción, que no fue producción GAM, fue producción con GAM en el 2014. Una producción mía, con el director español. Yo lo convoqué porque leí la obra y me encantó, en aquella época, en 2014. Esta obra sólo se había estrenado en España en el 2013, que fue su estreno universal. Al terminar de escribirla se la presentó a un director de ópera y teatro español muy importante, veterano ya, y él inmediatamente la quiso hacer, con una actriz muy buena, catalana, que se llama Vicky Peña.. Por otro lado, al GAM le gustó mucho la obra, que tenía otra administración en aquel momento. Les gustó mucho la obra y finalmente se estrenó, hicimos la temporada el 14 o 15, el 16 fuimos a Montevideo, y a Italia con la obra subtitulada, en tres ciudades. Y el año pasado me llamaron del GAM para decirme que venía esta celebración, estos festejos y que a ellos les gustaría reponer esta obra.. Yo le dije que sí, fantástico, y en ese momento uno no piensa en todo lo que tiene que hacer, que es hacer la obra de nuevo. Así que, esto fue casi un estreno, porque hubo que sustituir a dos compañeros.
¿Por qué no estaban disponibles? ¿No tenían tiempo?
No, porque Paulo Brunetti está haciendo funciones en Buenos Aires con una obra que hizo acá sobre García Lorca, y Pepe Secall se tiene que operar. A ellos les gustó mucho hacer la obra. Entonces fuimos a buscar compañeros nuevos y por suerte llegaron Pedro (Vicuña) y Víctor (Montero), que son los dos excelentes, así que ha sido en ese sentido una tranquilidad y un agrado.
Tanto trabajo para tan poco tiempo.
Esta me la pidieron tres fines de semana. Pero, es lo que tú decís, es un trabajo, porque esto es un estreno, está bien yo me disponía a probar, pero igual mi personaje cambia con ellos dos, o sea obviamente que es otro personaje. El personaje es básicamente el mismo, pero hay muchas cosas que se han incorporado por la interacción con dos personas completamente distintas a los otros dos. Para ellos es un estreno. Entonces me da mucha pena que haya sido tan injusto, que para ellos no haya sido un estreno con todas las de la ley, pero el teatro es siempre injusto, uno se tiene que conformar. Yo acepté y aquí estoy. Le pregunté al director, por supuesto que aparte es el autor, me dijo «sí, sí, por supuesto», y después empezamos a pensar en todo lo que teníamos que hacer, pero, bueno, ya estábamos ahí.
Tú que trajiste el proyecto, actriz principal, tú también funcionas un poco como productora-directora, porque entre que tampoco el director está todo el tiempo, tú lo echaste a andar.
En los últimos años he hecho proyectos así, a veces con otra dirección, pero siempre interviniendo yo, en esta dirección no intervine, aquí actué solamente. Pero ahora que había que remontar y todo, ahí sí que di una mano, porque se podía, teníamos muy poco tiempo y había que tratar de montarse al toro rápido.
¿Y tú te acordabas de todo el texto?, me imagino que leyéndolo de nuevo cobraba nueva vida.
Sí. Tiene otra vigencia por lo que está pasando en Chile y en América Latina. Tienen otra vigencia completamente distinta, no distinta, tiene la vigencia que tenía, pero en el contexto del 2014, ni en Chile ni en América Latina las palabras resonaban como ahora, entonces sí, ayer me lo decía todo el mundo.
Sí, recordando más encima todo el tema ahora con la muerte de Bélgica Castro y Alejandro Sieveking.
Ha venido mucha gente, muchos compañeros de teatro, un compañero que me conmovió mucho, que fue a verla en las otras temporadas, me dijo:»yo no podía parar de llorar porque yo cuidé a mi mamá en todo el proceso de su Alzheimer y prácticamente estuve solo con ella». Entonces, ver esta obra lo desestabilizó, pero después me dijo que él me veía hacer cosas arriba en el escenario, que eran como las cosas que hacía su mamá.
Tú lo sacaste del texto más que nada.
Yo del texto y de intuiciones de leer sobre la enfermedad y los síntomas. Básicamente eso es, de los síntomas de la enfermedad leí bastante, leí bastante de neurología, entonces caché, por ejemplo, las cosas de la angustia que provoca la primera conciencia de pérdida de algo, porque cuando ella no sabía que tenía esta enfermedad se olvidaba una cosa y se olvidaba, punto. Pero una vez que tomas conciencia, como que se acelera el proceso. Le pasó un poco a Liliana Ross, yo era muy amiga de la Lily, a la Lily le pasaron unas cosas muy feas a nivel de teatro y televisión, unas experiencias con unos directores horribles, la maltrataron mucho.
¿Porque se le olvidaban cosas?
Claro, pero se le olvidaban, yo creo que la forma normal es que se nos pueden olvidar a todos, tal vez un poco más acentuado, pero no exageradamente como para que la maltrataran. Primero, ninguna cosa justifica que te maltraten, partamos de esa base, pero de esto recién estamos hablando ahora, porque hasta hace cinco años atrás no sucedía, te trataban como el hoyo, te decían cualquier disparate. Yo, por suerte , les paraba bastante los carros, porque tengo un carácter fuerte, así también me fueron alejando de muchas cosas..
Ella no estuvo enferma tanto tiempo…
No, porque a ella le pasó eso, a ella le descubrieron la enfermedad y se le aceleró el proceso de una manera brutal. Eso es lo que te quería decir, que cuando la persona aun no es consciente del proceso que está viviendo y son olvidos, nada más, el proceso como que está estancado, está en stand by. Cuando la persona toma conciencia, hay algún mecanismo neurológico que desatael avance de la enfermedad. En Uruguay hay un médico, un científico, que es uno de los nueve rehenes tupamaros, que estuvo preso con Mujica, eran los dirigentes tupamaros, Engel es el apellido, él estudia el Alzheimer, las afasias, todo este tipo de enfermedades de la mente y él descubrió una cura, una cura bastante posible.
La cosa es que sí, que oficié de impulsora del proyecto.Hice de productora ejecutiva en el montaje primero, y ahora ayudé mucho porque Manuel (el director) llegó el sábado 29 y se fue ayer, imagínate lo que ensayó con los chicos. Porque estuvo dos días montando luces sin mirar la luz del sol o más, dos días y medio. yo hablaba con él y él me iba diciendo, aparte de que me tiene confianza. Yo tengo ahí muy guardado el tema de la dirección, ahora dirigí en Italia mi último proyecto con un director italiano, es un proyecto que se llama Operación Cóndor: El vuelo de Laura, que le encargué la dramaturgia a Daniela Lillo. Es muy bonito el proyecto, es precioso. Ahora no puedo remontarla, la quiero remontar en Chile con actores chilenos, no puedo porque no tengo plata, no me dieron el Fondart, a mí nunca me han dado nada en este país, es una desgracia. La enfermedad que observé, y en el caso de mi querida amiga Lily Ross, es que ella mientras no supo nada, se enojaba con ella «Ay, estoy tan desmemoriada, esto o lo otro», pero no tenía una cosa marcada.
¿No tenía conciencia de la enfermedad?
No, y cuando se enteró y le empezaron a hacer un tratamiento, se fue para abajo y empeoró horrible. Entonces, yo creo que tiene que haber algo, hay un mecanismo neurológico que se tendrá que descubrir o que ya lo habrán descubierto y no dicen, que tiene que ver con este proceso de tomar conciencia de lo que te sucede, como la mente manda todo el cuerpo, yo creo.
A propósito del 8M y el feminismo, de una mujer que sobresale en una época en que las mujeres no tenían un rol importante en la sociedad, que eran dueñas de casa. Una mujer que estudió, se tituló, que hizo un diccionario, más encima, también pensando que esta es una mujer que existió de verdad. ¿Cómo lo ves ahora en el contexto del 8M? ¿Es una temática que te atrajo particularmente de la obra?
Cuando la leí ya pensaba en eso, porque desde muy joven milito, más o menos desde los 13 años. Tengo 60, calcula. Me interesó mucho a nivel de derechos de la mujer en ese momento, cuando la leí. Yo conocía El diccionario y la obra de ella, de una familia de gente muy lectora, mis padres en el exilio en España y mi mamá me compró el diccionario y me lo trajo de España, porque yo no me quise ir al exilio, me quedé en Uruguay sola. Me compré El diccionario, el 78, o me lo trajo de regalo a Uruguay. Entonces yo manejé mucho El diccionario de María, y siempre lo encontré muy entretenido, porque es muy entretenido. García Márquez decía que es el diccionario más entretenido que se haya escrito en todas las lenguas.
¿Cómo puede ser entretenido un diccionario?
Es muy entretenido, porque esto que dice ella de la estructura rama, por una agrupación lógica de los conceptos, es tal cual. En la primera edición del diccionario tiene una hoja, que tú la desdoblas adelante y es un mapa y ese mapa es esta estructura en rama. Ella va de abajo hacia arriba. Hoy tuvimos una reunión con las compañeras de seguridad de la RACH (Red de actrices de Chile) en casa y se los mostré, para que entendieran lo que les decía. Ella empieza de aquí abajo, es como Gaudí. Gaudí construía, hacía las maquetas al revés, entonces ella empieza aquí y empieza como un árbol hacia arriba. Es muy interesante porque es una cabeza bien distinta la que piensa así. Yo creo que ella era una mujer profundamente feminista, que le tocó una época, que de paridad ni hablemos y más en la España franquista, que era de un atraso espantoso, sobre todo para las mujeres. Franco tenía un manual para la mujer, entonces salía una señora con un delantal impecable, blanco, diciendo «soy una buena esposa, estoy todo el día cocinando para esperar a mi maridito y las mujeres deben hacer esto y deben hacer lo otro» y eso era todo en la década de los 50 y 60. Era el manual, el decálogo de las mujeres que él sacó y tenías que tener en tu casa, porque si te llegaban a allanar o te pedían el encargo y no lo tenías te podían fusilar. Franco era un machista, patriarcal, hijo de puta.
Por un lado, sí, el feminismo creo que tiene mucha actualidad por el sentido de las palabras y por el sentido con el que escribe el diccionario, que no sea de uno u otro, sino de todos, y eso tiene que ver con el pedido de Constitución que hay en este momento, que tiene que ser una Constitución para todos, que por eso ésta no nos sirve, porque ésta no es para todos, es para algunos. Lo mismo que tiene que ver con el tema de la verdadera libertad, porque el verdadero sentido de la palabra libertad no es el que nosotros entendemos como tal. María lo dice claro, el personaje, y lo dice claro en su definición en el escenario. Y cuando ella dice “toda la vida he sido libre”, es porque ella tuvo la libertad de escribir, la libertad de hacer esto, con todas las ataduras. Ella estudió, porque ella era hija de un médico y de una señora que tenía cierta buena posición y el padre de ella, que nunca lo quiere nombrar ella en la obra, viajó a Argentina a hacer una misión de medicina y a estudiar y después volvió a Argentina y nunca más volvió a España y dejó a la madre y a los hijos botados. Por eso ella no lo nombra nunca al padre, pero ella venía de un hogar culto con un padre médico. Imagínate que, si ella nació en 1900, el padre sería del 1860 y el tipo era médico y era académico. Entonces, ella tuvo la posibilidad de estudiar, porque venía de un hogar con cabeza avanzada. El padre se fue cuando era adolescente y ella quiso estudiar para sacar adelante a la familia y ayudar a la madre, porque la madre se tuvo que poner a hacer aseo en las casas, para alimentar a los tres hijos que tenía, un hombre y dos mujeres, María, la hermana y un varón, y se puso a hacer aseo, como cualquier persona que quiere sacar adelante a su familia, hace lo primero que tiene a mano..
Ella se convirtió en esta mujer profesional para ayudar a su madre, a su familia y también por gusto propio, porque era una mujer que le gustaba la lectura y que no se detenía en discusiones de paridad, por ejemplo. Ella iba y hacía, que es lo que yo siempre sostuve que hay que hacer. De qué vale que yo le diga al hueón, si no va a entender y si entiende no va a aceptar lo que le estoy diciendo y va a hacer lo posible para que no se haga. A ningún hombre le conviene que las mujeres verdaderamente estemos a la par de ellos, a nadie, ni a los hombres ni a la sociedad, a nadie le conviene, pues tenemos una capacidad diferente y eso está comprobado, además, neurológicamente. Entonces, somos seres peligrosos y aparte que tenemos más poder de dominación, porque somos las que reproducimos la especie. Creo que ella tenía una política muy sana en ese sentido, hacía, no discusión, hacía. Creo que es un poco lo que tenemos que hacer nosotras, sin ponernos con tanta cosa, ni tan violentistas, ni tan extremas. Por ejemplo, la gente que dice las mujeres que ahora están en una posición de que los hombres ni siquiera pueden ir a la marcha, por ponerte cualquier tontera de ejemplo. Encuentro una huevá del porte de un buque, si verdaderamente sabes lo que quieres, qué chucha te importa, es más, que vayan, que nos ayuden.
Porque justamente es el tema del feminismo, que no es la idea de que las mujeres sean más que los hombres, es un tema de ser iguales.
Porque si no estás cayendo en lo mismo que ellos, también sea lo mismo que a nivel político si tú criticas una dictadura o no estás de acuerdo con un régimen fascista, qué se yo, en ninguna de las acepciones puedes caer en lo mismo, tienes que ser una persona tolerante, tenés que ser una persona de cabeza abierta, porque si quieres cambiar algo, tenés que empezar por cambiar tú.
¿Cómo ves esta nueva temporada? ¿Cómo crees que la gente va a ver la obra, la va a experimentar?
Con esta obra la gente siempre se conmovió mucho, pero ayer (estreno) me llamó mucho la atención, esta cosa que todo el mundo me decía «qué vigencia, cada palabra, cada cosa, qué vigencia, qué vigencia». Yo creo que lo que le falta a esta obra, porque hoy hay muy poca gente, por ejemplo, que es una pena verdaderamente, es difusión. Pero yo creo que, si la gente supiera, de qué se trata, sería una excelente temporada, porque tiene mucho que ver con lo que está pasando en Chile en este momento, pero dicho de un punto de vista no de la reconciliación por la reconciliación, sino de la reconciliación por el entendimiento, desde un punto de vista inteligente. La inteligencia es lo único que nos puede salvar como especie y en este momento no se está aplicando, entonces desde ese punto de vista podríamos tener una excelente temporada, pero, como te digo, hoy me asusté mucho cuando vi esa boletería con tan poca gente.
¿Qué le dirías a la gente para invitarla a ver la obra?
Que se acerquen a conocer a una mujer extraordinaria, con una vida extraordinaria, un personaje que ha marcado la historia de la hispanidad a través de la lengua. Que se acerquen a conocer la humanidad de esta preciosa María Moliner y de su relación con su marido y con su médico, y que se acerque también a escuchar y a dialogar desde el escenario y con una historia sobre esta realidad difícil que atraviesa Chile, pero con la posibilidad de que a través del diálogo y el entendimiento se pueda salir adelante con alegría.
Funciones del 5 al 22 marzo, de jueves a sábado a las 21:00 horas y los domingos a las 20:00 horas. En Mori Parque Arauco