Por Trinidad Quinzacara
Las Mujeres de la Biblia es un libro que narra la historia de 33 mujeres, todas sacadas de textos bíblicos. Son escritas de una manera entretenida, rápida, informativa y sencilla, aunque cuenta por detrás con una investigación rigurosa, extensa y en detalle de sus historias en base a libros, arte, documentos, entre otros.
Se rescatan los relatos de estas mujeres de una forma literal, objetiva, explicándolos desde el análisis y la escenificación para llegar a las personas que no son religiosas -como sus autores- y dialogar con los que pueden tener un prejuicio de lo que es la Biblia. Pero por sobre todo, se da protagonismo a las que han sido marginadas en esta historia.
Esta es la primera publicación en conjunto de Paz Vargas y Carlos Tromben. Tromben ya ha publicado libros como Huáscar (2015) y Balmaceda (2016). Por otro lado, es el primer libro de la profesora y editora, Paz Vargas.
Ambos nos compartieron más detalles de su trabajo.
Escuché en el lanzamiento del libro que la idea fue a raíz de la tesis de Magíster de edición que dio Paz en Barcelona y que se relacionaba con una Biblia para ateos que hicieron para Facebook ¿Por qué finalmente se decidieron a escribir un libro acerca de la Biblia y poner el foco en las mujeres?
Paz Vargas: No recuerdo muy bien de dónde salió la idea. Quizás fue porque eran muchas historias y había que elegir algo interesante y pensamos que las de las mujeres eran interesantes.
Carlos Tromben: También fue porque en Barcelona hay una red de bibliotecas públicas súper buena, barriales. No son unas mega bibliotecas, sino que algunas son específicas según el barrio o según temática y había una en particular que a la que nosotros íbamos, que era exclusivamente de temáticas femeninas. Tenía de todos los tipos: literatura, poesía, etcétera. Francesca Bonnemaison se llamaba la biblioteca. En nombre de una feminista importante de Cataluña. Me parece haber dicho: “Sabes que veamos si hay algo con las mujeres de la Biblia o con la mujer en la Biblia o la tradición cristiana en la biblioteca”. Ahí encontramos un libro que era precisamente la representación de la mujer en la en la bíblica en el canon pictórico.
C.T: Al principio era como: “Hagamos alguno de los perfiles de la Biblia para Ateos”, que eran unos posteos de Facebook de personajes diversos de la Biblia, pero centrémonos en las mujeres. Las dos cosas se cruzaron, y por la disponibilidad de la información, como ensayos teológicos de Historia del Arte respecto a las mujeres en la Biblia.
Al final se decidieron por cuatro versiones del texto de la Biblia, entre las que se encuentran la de la iglesia católica anglicana y del calvinismo suizo.
P.V: Eso fue posterior, porque en el origen, cuando yo tenía que armar mi proyecto en edición. Ayudaba a Carlos a investigar y leer las historias, pero debía editarlas. Yo no escribía, en un principio. Fue el año pasado cuando decidimos escribir juntos esta versión, y en la escritura del libro, propiamente tal, que optamos por estas cuatro versiones de la Biblia. Ahí incorpore una mirada más feminista desde el mito y el análisis del discurso de la biblia, porque originalmente, en el proyecto, eran las historias de las mujeres y la representación básicamente pictórica. Eso era el foco, que después cambió.
Fue mutando. ¿Qué más cambiaron?
C.T: Eran pocas historias que yo armé en la tesis y usé solamente la Biblia Reina-Valera y otra del Nuevo Mundo, más los ensayos de historia del arte. Eso fue todo, y eran como cuatro historias. Me parece que Judit, Jezabel y un par más, entre ellas Débora.
P.V: Más que cambiar incorporamos otra visión, porque se fue dando, el propio texto lo iba pidiendo, por decirlo de alguna manera. Era leer la historia de Eva, ver la representación, ver que está la serpiente y entonces empezar a pensar: “¿qué significa la serpiente?”. Fue bastante orgánico. El propio texto iba pidiendo eso.
Así que se fue formando y aumentando a medida que iban leyendo más
P.V: Claro, leíamos el libro a la par, lo comentábamos los dos, y hacíamos un pinponeo de escritura. Pero la investigación más del mito, de lo feminista y el análisis del discurso lo hacía yo. Carlos hacía más la parte representacional, desde el cine, lo semiótico. La literatura fue mezclada. Yo no tengo tanto conocimiento de análisis semiótico, Carlos sí, porque además estudió eso. Yo estudié literatura. Como que nos complementamos en esa mirada.
C.T: Tuve un ramo de semiótica de la historia del arte en Francia, en un curso que era de un Magíster de Comunicación. Ahí analizamos varios cuadros y en particular la pintura renacentista, que tiene todos estos sistemas representacionales, los de la proporción áurea, los focos de atención. Me fue súper bien en este curso, entonces siempre me ha encantado, es un tema que me ha gustado mucho.
Sobre sus referencias, en el libro hay varias y tuvieron como base los cuatro textos, inspiración de pinturas, cine y mucho más. Todas las lograron condensar de una manera en que la información se hiciera amigable, entretenida y ágil para el lector. Si me pudieran contar más de ellas y ¿qué otras tenían?
P.V: Fueron hartas referencias, muchas realmente, por cada historia leía varios papers o análisis teológicos. También me metí en todo el tema teológico católico, cristiano, evangélico, a veces conservador, a veces progresista. En el caso de Carlos, él se basó mucho en Israel Finkelstein. Yo me basé mucho en una feminista catalana, llamada Victoria Sau que escribió un libro hace mucho tiempo El vacío de la maternidad (1995). Ahí hace el análisis respecto al mito de Adán y Eva y los mitos griegos de cómo matamos como cultura a la madre, y cómo los mitos representan eso. Sobre la base de ese texto como fuerza, después desarrollamos el arco de la serpiente y de la idea de la madre en el caso de la interpretación más feminista.
C.T: Israel Finkelstein está, y él tiene un coautor -Neil Asher Silberman-, ambos son arqueólogos que han trabajado muchos años en hacer la historia del patrón de poblamiento, desarrollo sociocultural y simbólico de los habitantes de ese territorio -el “antiguo Israel”-. Es muy interesante porque tiene una perspectiva súper científica laica y que pone en entredicho la historicidad de las historias bíblicas. En el sentido de que el poblamiento vino de norte a sur con un norte mucho más cosmopolita, sofisticado, que tiene intercambio comercial y simbólico con toda la cuenca del Mediterráneo. Y un Sur que es mucho más autárquico primitivo pastoril. Eso quedó registrado en los encuentros de los descubrimientos arqueológicos, en las capas que los arqueólogos estudian. Van viendo en la alfarería, lo que ha quedado, restos de ornamentos, etcétera. Por ejemplo, el Templo del Rey Salomón no existe, no hay ningún antecedente de ninguna especie de que haya existido un templo de esas características como el que se narra en la Biblia. Sí uno posterior de la época ya romana, pero no es el que narra la Biblia. Y así muchos otros detalles.
P.V: Los 40 años en el desierto tampoco.
C.T: Claro, el Éxodo. Si hubiese habido tribus migrando en esa magnitud como se dice en la Biblia tendría que estar el desierto del Sinaí lleno de cadáveres de camellos. Es algo muy científico y duro. También está el tema de la de la convivencia entre el monoteísmo y el politeísmo en las mismas épocas históricas, en los mismos lugares, en las mismas ciudades halladas. Por la arqueología se ve la convivencia entre un culto exclusivo que convive en el tiempo de manera contemporánea con prácticas de adoración de dioses y diosas que provienen de prácticas religiosas anteriores de los pueblos samnitas. Está en el registro arqueológico.
P.V: Y eso coincidía con uno de los libros que leí, que es de un teólogo católico español. Se llama Las mujeres de la Biblia judía (2013), que es enciclopédico y muy riguroso. Ahí también plantea lo mismo de que existía una especie de partido de Yahvé como el partido único que es lo que quedó en la historia, pero que realmente convivían pacíficamente con cultos a otros dioses, que sí creían en un Dios único, pero también tenían un altar a su diosa e iban al parque o a un lugar a celebrar a la diosa. Hasta que un día llegó el partido único y borró todo ese registro. Es como que nos llegó la idea de que nunca hubiesen tenido ni un culto a ninguna deidad femenina y que la Biblia dice: “Dioses extranjeros” o “Diosas extranjeras”, que en realidad no eran extranjeros, eran de los propios judíos. Y esto está en el registro arqueológico que leyó Carlos y el que yo leí desde la teología, entonces ese fue un descubrimiento súper interesante.
Me imagino que debió ser un reto. Tomar lo “denso” y ponerlo a disposición de las personas, sumado a que fue entre los dos, que tuvieron que ir repartiéndose. ¿Cómo fue ese manejo de la información?
P.V: Fue muy entretenido. No es fácil escribir, pero lo fue porque Carlos tiene mucha experiencia en hacer lo difícil fácil, porque tiene que escribir de economía o de cosas que son súper difíciles, de divulgación. Yo soy profesora, entonces tengo la práctica de hacer lo difícil fácil. Además, el hecho de escribir de manera dialógica es más rápido cuando dos personas se llevan bien y no hay egos. Si yo decía “esto no está bien”, Carlos no se resistía, porque ahí habría sido súper difícil. Carlos decía: “No, ¿sabes qué? esta cuestión no me parece, sácalo”. No importa cuándo, es así. Es muy fácil porque al ser dialógico es muy rápido, es como: “Mira esta lectura” o “Mira lo que escribí”. En cambio, cuando una persona escribe sola puede estar, por una semana en un párrafo dándole vuelta una idea y no fluye tanto. ¿Cómo lo ves tú Carlos?
C.T: Yo vengo de la escuela de periodismo financiero y económico y una subescuela norteamericana en que siempre nos enseñaron a escribir en simple de manera tal en que cualquiera puede entender o por lo menos formarse una idea de lo que uno está mostrando. En ese sentido, teníamos un bagaje en conjugar elementos de la complejidad histórica, de la historia bíblica o de la propia anécdota que cuenta el relato bíblico. Además, como dice Paz, nosotros siempre dialogamos y en ese diálogo dos cabezas piensan mejor que una. Hay competencias complementarias en cada uno y eso derivó en un texto que es dinámico, entretenido y que la gente lee con placer. A su vez, intentamos transmitir los sentimientos que experimentamos al leer la Biblia: perplejidad, sorpresa y por momentos risa, pero no porque sean mal escritos o que nos burlemos, es porque deliberadamente fueron escritos para causar risa, porque es un texto que tiene un arco de emociones que van desde el humor a lo súper dramático. Textos, medios totalitarios, fanáticos religiosos y otros textos que son muy humanistas. Y todas las emociones humanas están en la Biblia, por eso tratamos de transmitirle al lector nuestra emoción al leerla.
Hacen ver todo de una forma más realista, del lado de la investigación. Por ejemplo, me sorprendió mucho que narraran que la historia de María aparece “contadas veces”. Me impactó, porque uno esperaría que las mujeres fueran santas o al menos tuvieran más protagonismo. Cuando empezaron a investigar ¿iban con esta predisposición? ¿ya tenían una idea de qué se encontrarían esto, y el humor, o fue una sorpresa?
C.T: Teníamos lecturas previas. Pero había sorpresas, descubrimientos, había que profundizar algunos caminos que ya habíamos emprendido en la versión de la tesis. El tema de la escasa presencia de María, por ejemplo. Lo había leído, lo había constatado en el sentido de que tiene participaciones contadas, de hecho, en los evangelios de Marcos y Juan ni siquiera tiene nombre, es “la madre de Jesús”, no tiene nombre. Otras la desarrollan más, realmente hay un desarrollo del personaje y de su forma de hablar o de su rol en la historia de Jesús, no solamente como madre, sino que además como “promotora de la carrera de su hijo” como líder, como sanador. Algo que se ve en el episodio de las Bodas de Caná. Ahí ella interviene para decirle a Jesús “ya, muéstrate. Hace un milagro y sorprende a esta gente” y él como que se molesta. Como el típico hijo que es bueno para la música y la mamá le dice “canta una canción”. Y al final él hace su milagro de transformar el agua en vino. Hay otro momento muy bonito cuando María recibe el mensaje del ángel, y queda muy sorprendida por él, entonces va a ver a su prima Isabel, que también está embarazada de manera, “milagrosa” o inesperada. Las dos se juntan e Isabel le dice: “bendita eres entre todas las mujeres porque vas a tener un hijo y yo también”. Uno es Juan Bautista y el otro es Jesús. Ahí ella suelta un discurso hermosísimo, con una enorme convicción social, no solo religiosa, sino que incluso podríamos ver que en ese discurso está el origen del progresismo católico.
P.V: Porque dice “Dios les quitará a los ricos y se lo dará a los pobres”. Y es súper loco, a mí me sorprendió eso, que ese discurso no se rescate. Yo lo encuentro como un poquito una falta de respeto desde el punto de vista de la mirada que existe de María como esta mujer que es santa. Ella tenía un discurso y era el discurso de que de que Dios les quitará a los ricos para darle a los pobres y siempre se cuenta que Jesús dijo eso. Pero si uno lee la Biblia, dice quién le enseñó Jesús. No me sorprendió que María haya aparecido poco, porque yo había leído la Biblia mucho antes de niña, pero me sorprendió, que este discurso no esté en ninguna parte y que no se relevara. También me llamó mucho la atención el símbolo de la serpiente, tampoco era algo que me esperara. Porque se dice que la serpiente es mala. Y nos dimos cuenta de que no, porque la serpiente en casi todas las culturas es una imagen positiva. Es un símbolo positivo o a lo más ambiguo y que la propia Biblia deja entrever, sin darse cuenta, que sí puede ser positivo, o que tiene un cariz desde el mito original en que la serpiente tiene poder y es bacana, por decirlo de alguna manera, eso también nos sorprendió.
¿Han pensado en trabajar en otro proyecto relacionado, por ejemplo, con la historia de la Biblia o seguir abordando el tema de las mujeres en algún texto antiguo o explorando esa línea?
C.T: Sí, siempre está esa inquietud. Nosotros siempre estamos discutiendo proyectos, imaginando libros, temáticas, descubriendo o trazando posibilidades. En ese sentido quedaron cosas en el tintero de la propia tradición judío-cristiana, había mujeres que no entraron. María Magdalena tiene un desarrollo muy básico en la Biblia y mucho mayor a los evangelios gnósticos o apócrifos, como les llaman. Que son textos de cristianos, de proto cristianos o de unidades cristianas de bases muy antiguas del siglo, que fueron perseguidos y declarados apócrifos por las primeras autoridades de la Iglesia, pero son parte del desarrollo de esa tradición.
P.V: A mí me quedaron las ganas de seguir explorando en las historias que son como los remakes. Porque de alguna manera, la Biblia, da la sensación de que de que es un poco un remake de muchas historias egipcias, mesopotámicas, griegas. Me gustaría explorar en eso, o lo que queda afuera, por ejemplo, el mito del Edén desde la perspectiva turca, de toda esa zona que no es semita. En el que la mujer serpiente fue traicionada por los hombres. En ella la mujer serpiente vive en el Edén y la matan porque fue traicionada por un hombre que ella amó. Profundizar en esas historias y todas las cosas que investigamos, como por ejemplo la historia de José que es súper interesante.
¿Cuál es el mensaje que deja su libro?
C.T: Sorprenderlos con la densidad, complejidad y gamas de emociones que tiene la Biblia. Porque en general hay una visión distanciada del texto bíblico. Las personas que no creen en una religión pasan de la Biblia, salvo las que tienen interés por los mitos. Aquí hay una brecha que me parece interesante, un espacio a llenar.
P.V: Las personas que no son religiosas, incluyéndonos, que no somos religiosos y tenemos una perspectiva más amplia. Pensamos que es interesante entrar en un terreno que ha sido monopolizado por la religión, siendo que la Biblia es un objeto cultural que nos pertenece a todos y que nos ha configurado en nuestro inconsciente. Nuestra intención es ser respetuosos, leer el libro desde el libro. Sin interpretaciones forzadas, como decía Umberto Eco, que la interpretación nazca del propio texto. Pero también queremos provocar, en el buen sentido de la palabra. Decir: “la Biblia está bien. Nació en un momento en que era necesario que existieran los patriarcas, pero ya no es necesario creer en la Biblia que dice que los homosexuales no tienen que existir. Ya no”. O que Dios es único, cuando la propia biblia habla de otros dioses y otras diosas. Dice que la serpiente no es tan mala. Queremos entrar en un territorio que a los agnósticos o a las personas más abiertas, no nos dejan entrar.
Ficha técnica
Título: Las Mujeres de la Biblia
Autores: Carlos Tromben y Paz Vargas
País: Chile
Editorial: Editorial Zig-Zag
Año: 2024
Idioma: español
Nº de págs.: 275