Entrevistamos al colectivo Léon & Cociña, que acaban de estrenar su primer largometraje en Stop Motion «La Casa Lobo» que narra la historia de María (Amalia Kassai), una joven que huye de Colonia Dignidad para evitar un castigo por liberar a dos cerdos de la granja. Sedienta y atemorizada, se interna en un bosque y se escabulle en una casa abandonada. Ahí encuentra a los dos cerdos nuevamente, los que se transforman en humanos. Los tres entablan una relación maternal que se va tornando siniestra y oscura. Mientras tanto, el lobo del bosque los acecha y atemoriza por las paredes domésticas.
¿Cómo llegaron a hacer esta película siendo que vienen del mundo del arte? ¿Cómo llegaron a la animación stop motion?
Cristóbal: En nuestro trabajo conjunto, empezamos hace mucho stop motion, eso fue el año 2007. No nos conocíamos mucho, y nos reunimos a hacer este corto que se llamaba «Lucía» junto a Niles Atallah. Fue nuestro primer trabajo de stop motion. Antes yo ya estaba haciendo animaciones. Joaquín estaba haciendo dibujos, a carboncillo a gran escala. Ese corto lo pensamos para el mundo del arte. No teníamos en nuestro radar el mundo del cine todavía. Lo hicimos a propósito de una exposición en la cual nos habían invitado. Empezó a pasar solo que el corto tenía vida en el mundo de los festivales de cine. Ahí nos dimos cuenta, se hizo evidente que teníamos una pata en el mundo del cine y otra pata puesta en el mundo de arte. Ha sido algo que en realidad llevamos varios años, con esta especie de transversalidad de gremios. Creo que hasta ahora estábamos un poco más en el mundo de las artes visuales por nuestras amistades, por el mundo en que nos movemos, pero hace años estamos moviéndonos entre los dos mundos.
¿Como llegaron a hacer esta película sobre Colonia Dignidad?
Joaquín: Honestamente la idea de la película partió más por razones técnicas, cuando hicimos «Lucía y Luis» con Niles Atallah que es nuestro socio en la productora, queríamos hacer «Lucía, Luis y el lobo». Iba a ser una trilogía, o tres películas, o tríptico, depende de que área de las artes estás metido. Cuando hicimos «Lucía y Luis» dijimos ¿Qué pasa si hacemos un largo con el lobo? entonces así como «Lucía y Luis», cada uno ocurre en una habitación, entonces hagamos la casa lobo, donde cada escena es una habitación y construimos la película de esta manera. Ese nombre quedó dando vueltas durante un tiempo hasta dos o tres años después en que empezamos más seriamente a pensar en el guión y a pensar mientras hacíamos otras cosas. En el momento que estábamos escribiendo el primer guión, que fue cambiando mucho durante el proceso de producción, empezó a filtrarse de a poco la referencia de la Colonia Dignidad hasta que envenenó o dominó toda la película. No fue algo lineal, en el sentido de que queremos hacer una película sobre Colonia Dignidad, con qué técnica lo hacemos. Teníamos una especia de boceto, de un guión que tenía la pelea de dos conciencias tratando de dominar la película, la heroína versus todo el resto. De a poco esa figura dominante, que era masculina, comenzó a ser filtrada por la colonia, Paul Schäfer, etc. Hay dos cosas que nos interesan mucho; una tiene que ver con estas bases del mal vinculadas a las Germanofilia, en Chile, que era lo que nos interesa hace un tiempo, que Bolaño usa mucho, que nos parece muy atractivo robársela, ya que está muerto, la otra es la técnica de hacer juegos de rol, en vez de hacer una película contra la Colonia Dignidad, hacemos una película imaginando que somos parte de la Colonia y ver qué resultados produce pensar de esa manera. Así es la trama o parte de la trama.
¿Cómo incorporaron las técnicas que uds trabajan en el arte a la película?
Cristóbal: La película continúa una exploración que hemos hecho a través de varios cortometrajes anteriores, «Lucía y Luis» y «Los Andes», en los que trabajamos con técnicas y estéticas parecidas, y materiales parecidos. De alguna manera nosotros vemos el stop motion como una manera de desarrollar varias cosas, entre esas nuestros intereses materiales, nuestros intereses plásticos, por la escultura, el dibujo, la pintura. Todavía sentimos que nuestras mejores pinturas y esculturas están en un fotograma, duraron 20 segundos en nuestro taller. Justamente a veces por estar desconcentrados, por estar prestándoles atención a otra cosa, a un movimiento de un personaje, o a la creación de algo, y desatender directamente el resultado plástico que tienes al frente, aparecen cosas maravillosas. Llegamos a un resultado muy extraño en pintura, o en escultura, o también por los reversos por la escultura, estas cosas que están sosteniendo lo que ven las cámaras. Pasan cosas muy divertidas materialmente. El stopmotion empezó a nutrir nuestro trabajo plástico, se empezaron a nutrir mutuamente, el trabajo plástico y el trabajo audiovisual.
Ya trabajan como colectivo en el arte hace tiempo. ¿Cómo fue co dirigir y co crear la película? ¿Se dividen las áreas?
Joaquín: Al principio no tenemos áreas divididas. En algunos puntos, por razones técnicas, prácticas, cosas así hubo más divisiones, pero no realmente. No es la base del proyecto por lo menos. Yo creo que justamente hicimos esta película porque llevamos un tiempo trabajando juntos, y en general no es difícil trabajar juntos. Por eso empezamos a trabajar con Niles Atallah y Cristóbal, no nos fue difícil. Cuando hablamos en el mundo del arte, en toda esta cultura de colectivos, en Chile no es tan rica como podría ser. Yo siempre digo que yo no recomiendo a ciegas trabajar en colectivo. Es algo que depende mucho del caso. Hay personas con las cuales no funciona. A mi me parece muy placentero estar en un proyecto en que no depende todo de mi subjetividad, y de mis habilidades, ni que decir. Para mi es más rico tener la película imaginada entre medio de nosotros y otras personas obviamente, que tenerla en mi cabeza.
Cristóbal: Concretamente no tenemos roles en la producción. Los dos co escribimos el guión con Alejandro Moffat. Los dos hacemos la dirección de arte, los dos dibujamos, pintados, los dos nos involucramos en el diseño de sonido. Los dos estamos involucrados en casi toda la dimensión de la producción. Justamente la razón por la cual yo hago películas de animación y Joaquín también es porque puedo desarrollar todas mis intereses, o intereses plásticos, literarios, música, sonido, en narrativa, es como me parece maravilloso poder poner todas esas cosas juntas, y encontrar un medio para poder desarrollar todo eso. A mi me costaría soltar ámbitos de la producción. Me gusta estar involucrado en todo, me entretiene. Me parece que trabajar así me da más posibilidades. He aprendido mucho de dibujo trabajando con Joaquín, trabajar de esta manera me obliga y me posibilita crecer.
Joaquín: Yo tampoco lo encuentro tan raro en el mundo del cine. Los cortos los pudimos hacer en grupos de a tres personas, con Natalia Geisse, en dirección de arte, seleccionando objetos, pero en un largo queríamos mantenerlo lo más pequeño posible, pero fue gigante para nuestro standard, eso es muy bonito. En paralelo, mientras Cristóbal estaba en Berlín haciendo la post de color, yo estaba en Santiago terminando la ultima animación a carbón, y asesorando la mezcla que hacía Claudio Vargas y Roberto Espinoza, en una micro sala de cine de Sonamos. Es lo más cercano a Fantasilandia de adulto, es demasiado entretenido, demasiado rico trabajar con gente muy talentosa que maneja, no solamente técnicas, sino que criterios artísticos que tu no manejas.
Cristóbal: En el trabajo colectivo es evidente, ver que una obra está creciendo, como crece un árbol, regar una plantita, más que un reflejo de tu ego, de tu personalidad, siento que es mucho mas placentero ver crecer una cosa como un entre orgánico, más que un diseño de un objeto. Siento que la película es muy así, quiero creer que es así, es un ente orgánico. Tiene que ver con esta cualidad de hijo que tiene, que es un hijo que se hace entre varias personas, no una cosa que nace de uno no más.
Se ganaron un premio en Valdivia.
Cristóbal: Si, nos ganamos dos; el premio del público, y el premio de cinematografía Héctor Rios, que da la asociación de cinematógrafos.
¿Qué se viene para la película? ¿Van a seguir recorriendo festivales?
Joaquín: Ha tenido una pasada increíble por festivales, hemos pasado por demasiados festivales. Este mes se está mostrando en 12 o 13 festivales, el mes pasado en más de 10 festivales. En un momento Amalia Kassai que es la voz de Maria y de los otros personajes, estaba en un festival, Cristóbal estaba en Austin, Texas, después se fue a Washington y yo estaba en San Sebastian, al mismo tiempo habían 2 o 3 en festivales que no podríamos ir. Hoy día estamos estrenado en Hollywood Film Festival. Ya ha sido mucho más de los que esperábamos, y tuvimos varios premios también. Estrenamos en Berlín. Ha sido súper bueno.
Cristóbal: La película se estrenó en la Berlinale, fue muy lindo, en categoría Forum, que es la categoría para más experimental.
¿Cómo ha sido el paso por los distintos museos y centros culturales?
Cristóbal: La película fue filmada en museos y en galerías. Nosotros instalábamos nuestro taller en distintos acá en Chile. En el museo de Bellas Artes, en el MAC, en Matucana 100 en distintos centros culturales, galerías y museos, y filmábamos ante el público. Hay que explicar que aunque es una película de stop motion todos los escenarios son de tamaño real, es decir, eran grandes instalaciones, no eran maquetas. Era muy instalativo, escultórico, la gente podía ver esto. Nos interesaba que la gente viera el caos y la organicidad de nuestro taller. El 31 de octubre inauguramos una exposición en el Gam, en la sala de artes visuales. La exposición se queda hasta enero, oficialmente hasta diciembre pero se va extender. Lo que estamos imaginando es que Colonia Dignidad se fusionó con Chile. Ahora la república de dignidad en una especie de futuro diatópico. Esta exposición es un homenaje a esta obra maestra fundacional de la república, que es la casa lobo, la exposición es un homenaje desde el futuro a esta película, que incluye estatuas realistas de nosotros mismos trabajando en la película
Joaquín: Incluye una obra arquitectónica de Iván Bravo, donde te vas a meter, una especia de mausoleo. Van a haber pedazos de la película, un reproducción del taller, y un documental futurista de cómo lo hicimos.
¿Cuáles son sus expectativas con el estreno en Chile?
Joaquín: La película partió como una muy mala idea llevado hasta sus ultimas consecuencias, una producción de 5 años, hecha con poca gente. Muchas personas decían está muy hermosa, súper rara, no tengan muchas expectativas, tampoco la animación se ve en festivales de cine normales. La película ha roto todas esas barreras de pre conceptos o de prejuicios. Yo espero que la película sea la película más taquillera del año (risas). Que la película tenga harta gente, que la vaya a ver. Si todos nuestros amigos conocidos, ex alumnos, y familiares invitan a tres personas, ya va ser un montón de gente. Creo que además la película tiene una vida paralela que va a ser en el mundo de las artes visuales.