Entrevista a creadora de “Cartas para Tomás” Malucha Pinto: “Más que nunca esta obra tiene sentido”

Por Vale Jauré

Mayo es el mes del teatro, por lo que conversar con una actriz de enorme trayectoria y carisma como Malucha Pinto parecía ser algo natural y necesario.

En Cartas para Tomás, Malucha Pinto realizó la dramaturgia, la dirección y el rol principal; y se ha presentado en todo tipo de escenarios en nuestro país por casi veinte años. Es una obra con un origen muy personal en que se nos presenta un viaje que recorre diversas estaciones: el anuncio, el asombro, la negación, el encuentro con los médicos, el desencuentro, la fuerza, el dolor, la rabia, el miedo, la ternura, el cansancio, la gratitud, la alegría y, finalmente, la aceptación de la diversidad como una manera de construir familia.

La obra está basada en el libro homónimo de la actriz y la adaptación la realizó en conjunto con el compositor Aníbal Pinto, donde transformaron algunos de los textos en canciones y en el diálogo de una madre con su hijo que ha llegado al mundo con un severo daño cerebral.

¿Cómo Cartas para Tomás ha permanecido en la cartelera y cuál es su futuro?

Es una obra que siempre la hemos dado, a veces nos llaman de un teatro, la damos en una pequeña temporada, salimos mucho a regiones, muchas veces nos invitan, por ejemplo, para conversar con profesionales que trabajan con personas en situación de discapacidad y hemos trabajado la obra en muy pequeños formatos. Por ejemplo, en la cárcel de San Miguel hicimos este monólogo para las mujeres privadas de libertad, que profundizó en que ellas también escribieran cartas a sus hijos en las que reflexionamos sobre la maternidad. Entonces, es una obra que está ahí, que está siempre a disposición para hacer su magia. Donde nos inviten vamos. Nos encanta hacerla.

Inicios

¿Cómo fue el proceso de elaboración del libro Cartas para Tomás?

Después de tener a mi hijo Tomás me metí a un taller de poesía durante varios años, en el cual hicimos una publicación colectiva de distintos libros de poemas, el mío se llamaba Sahumerio. Algo pasa cuando uno publica, sigues publicando un poco, entonces busqué material para una nueva publicación y me fui encontrando con todos estos escritos, servilletitas, muchos apuntes que yo había hecho a lo largo de esos 7 años. Me pareció un interesante material literario, en realidad, nunca lo vi como un espacio testimonial, y transformé su formato en cartas.

El libro, al momento de su publicación, produjo mucho impacto, estuvo primero en ventas durante mucho tiempo y fue una sorpresa para mí, totalmente. En realidad, fue un libro importante, también para la gente que estaba viviendo cosas parecidas, en fin, pasaron cosas muy lindas en ese tiempo, porque permitió que se armaran muy buenas conversaciones.

Al ser yo una mujer de teatro acudí con este material donde Andrés Pérez para que él lo dirigiera. Al entregárselo, él justo se iba a un viaje largo y me dijo: «Voy a leerlo y veré si este material me elige» y al volver me dijo «sí» y ahí iniciamos los dos un viaje de escritura, de llevar este texto a lenguaje dramático y estrenamos Tomás, que fue la primera versión, en Mapocho, en Casa Amarilla.

Esa versión era un montaje con muchos actores. Yo tenía muchas ganas de poder moverme con este material y, con un montaje de esa envergadura, me acuerdo que la escenografía pesaba dos toneladas, en fin, era complejo. Conversamos con Aníbal Pinto, que también fue el compositor de Tomás, para crear este monólogo entre la música y el texto. Así surge Cartas para Tomás, con la que ya llevamos cerca de 19 años dándola en todo Chile, en espacios no tradicionales, en teatros, en colegios, en muchas partes, y haciendo conversatorios después de la función.

¿Cómo fue el proceso de traspasar el texto literario al formato dramático?

Evidentemente el traspaso a lenguaje dramático exige un punto de vista, y en el libro se aborda el tema respecto de una familia completa, por lo que van entrando en los distintos miembros de la familia. En cambio, en la obra, nos circunscribimos a la historia entre ese hijo y su madre, en que ella como representante de la comunidad familiar va haciendo este viaje, cómo ella se va descifrando también a propósito de la llegada de este hijo, de cómo ella se va abriendo, cómo va pasando por distintas estaciones contradictorias, dolorosas, a veces.

Siento que es un libro y un montaje de mucha sinceridad, tiene algo del teatro ancestral en el cual hay un diálogo entre el corifeo y el coro, que es la música, es casi un canto, aunque no hay canto, la voz de la actriz es un canto en el fondo. Es un montaje muy íntimo, cortito, es un viaje que va muy al callo, y como dijo Andrés «Malucha, todo lo que los artistas han visionado, ha ocurrido en la Tierra. Cuando Verne imagina el submarino, tenemos submarino. Galileo imaginó que volábamos, hay aviones. Por lo que hay que hacer obras con finales felices, para que por fin en el mundo tengamos un final feliz». Es por esto que esta es una obra tiene un final feliz, porque hace el círculo completo.

Evolución

¿Cómo ha ido cambiando Cartas para Tomás con casi 20 años de puesta en escena?

A pesar de que yo escribí el texto, me sorprende siempre, voy encontrando nuevas rendijas, voy descubriendo teatralmente nuevos espacios. Es muy interesante, como actriz, hacer ese viaje, es una obra exquisita de actuar, es emotiva, hay muchos cambios, es muy corporal, es muy rico interactuar con la música, que es hermosa realmente. Ha habido cambios, sin lugar a duda, porque uno se va distanciando cada vez más del material, en el sentido que cada vez es menos tu historia y cada vez es más la de esa mujer que ha tenido un hijo, que es mucho más joven que yo en la obra. Entonces, cada vez es más potente.

¿Cómo se proyecta el rol de la música dentro de la obra?

Como planteamos en el montaje, la música es del padre. La música es un actor más, que va invitando al espectador a un viaje emocional, a entrar y salir, hay momentos que están en épica. La música va conduciendo, sugiriendo. Diría que, de algún modo, es una ópera, en la que la cantante habla, pero habla con la música. Muchas veces, con Aníbal, hemos pensado que la queremos proponer a la Orquesta de Cámara de la Universidad Católica, para hacerla con muchos instrumentos. La música realmente es un elemento que complementa maravillosamente bien, el texto es poético no es realista.

Hacerla hoy, en el Chile en el que estamos, es muy potente, es un Chile en el que estamos tan disociados del sentir, todo está radicalizado, hay tan poca empatía, toda esta división profunda entre buenos y malos, que nos cuesta tolerarnos e incluso escucharnos. Entonces, esta obra es un remezón para las personas que la han ido a ver ahora, las deja pensando en cómo vivir, desde dónde, cuáles son las prioridades.

La obra hoy

¿Por qué todavía es necesaria esta obra?

Justamente hoy estaba escuchando en la radio a los astrónomos sobre la importancia de la energía oscura, de cómo esa energía oscura va permitiendo que el universo se mueva. La construcción del universo tiene que ver con la diversidad, si no existiese la diversidad no habría vida, nosotros estamos viviendo de espaldas a la diversidad, sin comprender la importancia que tiene ese otro distinto para tu propia construcción.

Más que nunca esta obra tiene sentido, quizás al principio tenía mucho que ver con la denuncia de la discriminación de la persona con discapacidad, hoy día encuentro que se abre a todos los distintos, al desafío que significa enfrentarte a alguien distinto a ti, que tiene otro lenguaje, otras necesidades, que tiene otra cultura, en fin. Imagínate que Cartas para Tomás es un libro que está en la lista de libros que tienen que leer los chicos en los colegios, entonces, creo que cómo está planteado el tema no solo tiene que ver con la discapacidad, es una obra que va a tener mucho tiempo sentido de darla, escucharla, vivirla, preguntarte.

La actriz hoy

¿Cuáles son sus planes para el futuro?

Estamos trabajando fuertemente con la Fundación Aracataca. Soy parte de la fundación y estamos enfocadas hacia la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado. Nosotras nos hemos dedicado durante 20 años a la recuperación de la memoria de miles de comunidades, estamos tan claras de la importancia de la memoria que no solo tiene que ver con los hechos políticos, sino que con nuestra identidad y desde ahí uno puede construir un futuro.

Somos un país que construye de espaldas a su memoria y a su identidad, realmente, siempre estamos partiendo de cero. Entonces, nuestra sensación es que esta conmemoración va a ser desde lo que los artistas han imaginado y llevan hasta los lugares o desde lo que la autoridad va a construir o desde lo que los medios de comunicación van a mostrar. Es muy importante encontrarnos en los barrios, en los barrios nos encontramos los que sí, los que no, los que más o menos, los que tenemos dolor, los que ya estamos chatos; entonces, en ese círculo hemos desarrollado una metodología que permite sentarnos, escucharnos y sentirnos.

Estamos trabajando en presentar una obra nuestra que se llama Mi abuelo Horacio que toca el tema desde la voz de una nieta, para luego hacer unos talleres de memoria, y esos relatos convertirlos en lenguaje artístico que puedan ser libros textiles, pasacalles. Luego, hacemos una fiesta pequeña en el barrio, una fiesta de la memoria del barrio, donde construimos un árbol, hacemos un tecito y terminamos con unos ritos, buscando una reconciliación para poder sanar estos espacios.

Ficha Artística

Dirección: Malucha Pinto

Actriz: Malucha Pinto

Música y composición: Aníbal Pinto

Producción: Paola Lara

Diseño teatral: Queno Delgado

Diseño de luces: Iván Fernández 

Sonido: Paola Lara

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